Cientos de libaneses protestan en contra del Gobierno en Beirut
Un choque entre manifestantes deja al menos 48 heridos
Cientos de libaneses llegados de todo el pa¨ªs se manifestaron este s¨¢bado en Beirut tras un obligado par¨®n de tres meses impuesto por la epidemia de covid-19 para pedir mejoras en el pa¨ªs.¡°?Elecciones anticipadas, una justicia independiente, medidas econ¨®micas y un comit¨¦ anticorrupci¨®n!¡±, gritaba Hanadi Diab, conocida activista de 17 a?os que lleg¨® en uno de los 30 autobuses fletados desde la norte?a Tr¨ªpoli, segunda mayor urbe y lumpen de L¨ªbano. La joven enumera las mismas demandas de las que se hace eco la poblaci¨®n desde que en octubre pasado estallaran las primeras protestas.
¡°[Los pol¨ªticos] No han hecho nada en todo este tiempo y no consideramos leg¨ªtimo al Gobierno actual¡±, dec¨ªa Diab, quien acusa al Serrallo de Beirut de usar la pandemia como ¡°cortina de humo para reprimir la contestaci¨®n social¡±. Se refiere al Ejecutivo de tecn¨®cratas que dirige el primer ministro, Hassan Diab, formado a principios de a?o y tachado de monocromo al estar respaldado ¨²nicamente por la coalici¨®n que forma el t¨¢ndem chi¨ª Hezbol¨¢/Amal y los cristianos del Movimiento Patri¨®tico Libre. Obreros, ingenieros, universitarios y ancianos de las 18 confesiones que profesa el L¨ªbano han acudido hoy a la capital para exigir la ca¨ªda en bloque de la ¨¦lite pol¨ªtico-econ¨®mica a la que acusan de parasitar los recursos estatales.
Las restricciones impuestas durante la pandemia han desplazado las protestas al campo de batalla digital donde en los ¨²ltimos d¨ªas seguidores de los partidos tradicionales han amenazado en las redes sociales con reventar las protestas. ¡°Intentan infiltrarse en los grupos de WhatsApp para dividirnos y frenar una revoluci¨®n que por primera vez desde la guerra civil [libanesa, 1975-1990] est¨¢ basada en la unidad social¡±, cuenta entre un mar de banderas libanesas Wissam Jabr, de 55 a?os y miembro de uno de los grupos que organizan la protesta.
Varios manifestantes han formado un escudo humano para interponerse entre los elementos violentos que gritaban consignas sectarias y el cord¨®n militar, sin por ello lograr evitar la confrontaci¨®n. Ha sido el amplio despliegue de las fuerzas especiales del Ej¨¦rcito liban¨¦s el que ha evitado una batalla campal y frenado el intercambio de piedras entre seguidores de los partidos Amal y Hezbol¨¢ enfrentados a un reducido grupo de manifestantes que ha dejado 48 heridos (11 de ellos hospitalizados), seg¨²n el ¨²ltimo recuento que ha hecho la Cruz Roja Libanesa. Avanzada la tarde, las fuerzas armadas libanesas se han interpuesto en la periferia sur de Beirut donde j¨®venes munidos con palos y piedras se enfrentaron en clave pol¨ªtico-confesional.
Las prontas medidas de confinamiento han evitado la propagaci¨®n del virus con un moderado balance de 1.320 casos positivos y 29 muertes. No obstante, el cierre de comercios sin una contrapartida de ayudas estatales ha exacerbado la vertiginosa crisis econ¨®mica que mantiene al pa¨ªs al borde del colapso y ha propulsado al 60% de los 4.5 millones de habitantes bajo el umbral de la pobreza.
La libra libanesa ha perdido el 60% de su valor frente al d¨®lar en los ¨²ltimos meses y disparado los precios de productos b¨¢sicos amenazando con llevar a la hambruna a los estratos m¨¢s desfavorecidos de la sociedad. M¨¢s de 200.000 personas han perdido sus puestos de trabajo desde octubre. El Ejecutivo liban¨¦s ha solicitado asistencia a tanto el Banco Mundial como al Fondo Monetario Internacional tras declarar su primer impago de deuda y convertirse en uno de los pa¨ªses m¨¢s endeudados del mundo con cerca de 80.000 millones de euros en balance negativo (lo que equivale al 170% del PIB).
La lluvia de gases lacrim¨®genas ha logrado dispersar a los alborotadores de ambos bandos, pero no as¨ª desalentar a una pareja de reci¨¦n casados que ha optado por saltar del asiento trasero de una floreada limusina para fotografiarse primero con las fuerzas de ¨¦lite militares, y despu¨¦s con j¨®venes enmascarados que les han abierto el paso entre silbidos y aplausos.
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