Amaya Ascunce, periodista: ¡°Hay partes del embarazo que todav¨ªa son oscuras para la ciencia y parece que son responsabilidad de la mujer¡±
La periodista y escritora publica ¡®La idea de ti¡¯, un libro personal en el que habla de sus problemas de fertilidad y c¨®mo y por qu¨¦ su generaci¨®n ha tenido que retrasar la maternidad
La periodista y escritora Amaya Ascunce (Pamplona, 1979) escribi¨® dos libros con la maternidad como tel¨®n de fondo cuando todav¨ªa no era madre ni se lo planteaba. Tampoco pod¨ªa imaginar o plantearse entonces los muchos problemas que tendr¨ªa unos a?os m¨¢s tarde en su camino hacia la maternidad, m¨¢s de un lustro de reveses, dolor y decepciones hasta la llegada al mundo de su hija Manuela. El proceso lo narra Ascunce con sinceridad en las p¨¢ginas de La idea de ti (Bruguera), un libro personal ¡ªy, como tal, pol¨ªtico¡ª en el que habla abiertamente de sus problemas de fertilidad, pero tambi¨¦n de todos esos h¨¢ndicaps (falta de informaci¨®n sobre sexualidad y reproducci¨®n, inestabilidad laboral, dificultades para conciliar, precio de la vivienda...) que empujan a las generaciones nacidas a partir de finales de los a?os setenta y principios de los ochenta a retrasar sine die el tr¨¢nsito a la maternidad. Muchas veces hasta que ya es demasiado tarde y la ¨²nica luz de esperanza la emiten las fachadas de las cl¨ªnicas de reproducci¨®n asistida.
PREGUNTA. Cuenta en su libro la culpa que se atribuye a s¨ª misma cuando no se quedaba embarazada. Parece que las mujeres no se escapan a la culpa materna ni cuando no se puede tener un hijo.
RESPUESTA. Es que el entorno no ayuda demasiado. La gente quiere que est¨¦s bien, que te quedes embarazada, as¨ª que te dicen todo el rato cosas como ¡°cuando te relajes, te quedar¨¢s embarazada¡±, ¡°eso es por el estr¨¦s¡±, etc¨¦tera. ?Todos comentarios que te responsabilizan a ti! Es como si a alguien que tiene depresi¨®n le dices ¡°?Venga, an¨ªmate!¡±. Hay algunas partes del proceso de embarazo que siguen quedando a oscuras para la ciencia y esas partes parece que son responsabilidad de la mujer, cuando t¨² realmente no puedes hacer nada.
P. Hay un fragmento de La idea de ti en el que narra una escena de cuando ten¨ªa 16 a?os en la que usted y algunas de sus amigas bromeaban con que ser¨ªan madres a?osas. ¡°Lo raro es que ninguna pensamos en no tenerlos, si queremos¡±, escribe.
R. Esa conversaci¨®n es real y, de las amigas que est¨¢bamos all¨ª, tres tuvimos problemas para tener hijos y tuvimos que pasar por tratamientos de fertilidad. Aparte de que muchas, aunque luego tuviesen muchos hijos, tambi¨¦n tuvieron abortos, que es algo que tampoco entra en tu cabeza que vaya a pasar.
P. ?Tiene la sensaci¨®n de que se nos hizo creer que ¨ªbamos a poder ser madres y padres cuando quisi¨¦semos, que no hab¨ªa l¨ªmites de tiempo? Cuenta en el libro que, de las 10 amigas de su grupo, cuatro fueron madres a partir de los 35, incluida usted¡
R. Y solo a una le fue bien. Las otras tres tuvimos muchos problemas y algunas siguen en ello. Y las generaciones que vienen est¨¢n peor a¨²n. Yo soy de las ¨²ltimas generaciones que pudo conseguir cierta estabilidad laboral, pero veo a los que vienen detr¨¢s de m¨ª y est¨¢n jodidos, est¨¢n retrasando a¨²n m¨¢s la maternidad y la paternidad y no es posible, porque es una cuesti¨®n f¨ªsica. A partir de los 35 a?os la ca¨ªda de la fertilidad es bestial.
P. Hoy el 10% de los ni?os y las ni?as que nace en Espa?a son fruto ya de la reproducci¨®n asistida.
R. ?Es much¨ªsimo! Y esto se debe, por un lado, a que pensamos que la ciencia siempre est¨¢ al final. Por ejemplo, la congelaci¨®n de ¨®vulos recomiendan hacerla antes de los 29 a?os, pero muchas mujeres se plantean hacerla a los 35 o los 36 a?os porque no hay informaci¨®n suficiente al respecto. No s¨¦ si es porque no se quiere contar, porque son procesos ¨ªntimos, porque hay mucho inter¨¦s econ¨®mico detr¨¢s¡ Y, por otro lado, est¨¢ el que hemos crecido con la idea de que la ciencia puede con todo. Pero no. A ra¨ªz del libro me han escrito much¨ªsimas mujeres que cre¨ªan que el problema era tenerse que enfrentar a un tratamiento in vitro. Luego se dieron cuenta de que, en realidad, el problema es qu¨¦ pasa si la in vitro no funciona, que es algo que sucede en muchos casos¡
P. Usted y sus tres amigas que se plantearon ser madres m¨¢s tarde, curiosamente, viv¨ªan en grandes ciudades. ?Es m¨¢s dif¨ªcil construir una familia y una vida en Madrid o Barcelona?
R. En las grandes ciudades te cuesta m¨¢s llegar a cierta estabilidad, el ritmo es completamente distinto, la capacidad de ahorro es mucho menor, la vivienda se lo come todo. A m¨ª me molestan mucho esos comentarios que dicen que lo que nos pasa es que queremos tener la vida muy c¨®moda para tener hijos. Eso no es verdad. Para tener un hijo necesitas una cierta estabilidad, saber que le vas a poder dar de comer, que vas a tener alg¨²n sitio donde dejarlo para poder trabajar y pagar todos los gastos que implica vivir. Conozco gente con 29 o 30 a?os que quieren tener hijos, pero no pueden. Y no es que quieran tener un chal¨¦ con piscina, es que necesitan un m¨ªnimo de seguridad para asumir la responsabilidad que implica tener un hijo.
P. ¡°Treinta y cinco a?os ten¨ªa cuando descubr¨ª que solo te puedes quedar embarazada unos d¨ªas del ciclo, pocos¡±, escribe en otro fragmento. ?Con m¨¢s educaci¨®n e informaci¨®n en el ¨¢mbito de la sexualidad y la reproducci¨®n durante la infancia y la adolescencia se podr¨ªa acabar con muchos dramas de infertilidad?
R. No lo s¨¦, pero por lo menos el shock ser¨ªa menor. Si tienes informaci¨®n, vas a poder tomar mejor tus decisiones. Vas a poder, por ejemplo, congelar ¨®vulos antes, aun a sabiendas de que congelarlos no te garantiza que luego te vayas a quedar embarazada. Pero al menos tienes una posibilidad m¨¢s. La informaci¨®n no va a solucionar los problemas de fertilidad, pero s¨ª nos va a dar mejores cartas para jugar. Y esto es importante, porque los problemas de fertilidad van mucho m¨¢s all¨¢ de no tener hijos. Hay much¨ªsima gente muy mal psicol¨®gicamente, sufriendo situaciones muy dif¨ªciles de afrontar emocionalmente.
P. Igual al sistema le interesa que no sepamos, ?no? Todo el negocio de la industria de la infertilidad, que mueve millones y millones de euros al a?o, vive en cierto modo de ese desconocimiento.
R. Yo tengo un sentimiento encontrado al respecto. Como mujer que ha conseguido tener una hija gracias a las cl¨ªnicas de fertilidad, me siento muy agradecida. Gracias a ellas hay mucha gente como yo que consigue tener hijos. Pero luego hay una parte de negocio muy bestia, una maquinaria gigante. No tengo claro que debamos tener la fertilidad de generaciones y generaciones en manos de un negocio, porque ellos al final lo que quieren, como es l¨®gico, es que m¨¢s gente utilice sus servicios para ganar m¨¢s dinero. Eso implica unos intereses que yo preferir¨ªa que estuviesen en las manos de alguien para quien la fertilidad no sea un negocio, como por ejemplo la sanidad p¨²blica.
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