Mapi Herrero, dietista-nutricionista: ¡°Cuando damos una chuche a un ni?o para consolarlo le ense?amos que ese alimento har¨¢ que se calme¡±
La autora de ¡®Te invito a comer¡¯ pretende establecer las bases para una alimentaci¨®n saludable, desde el embarazo hasta los primeros a?os de vida de un beb¨¦
Son muchos los factores que influyen en la relaci¨®n que establecemos a lo largo de nuestra vida con la comida. Ya en el ¨²tero materno comenzamos a tener contacto con los alimentos que ingiere nuestra madre y que llegan a nosotros a trav¨¦s del l¨ªquido amni¨®tico. Despu¨¦s, una vez en el mundo, el entorno familiar, social y cultural se encargar¨¢ de moldear lo que el ni?o o la ni?a comer¨¢ y c¨®mo se relacionar¨¢ con los alimentos. As¨ª lo cuenta Mapi Herrero Jim¨¦nez (Zaragoza, 41 a?os), dietista-nutricionista especializada en alimentaci¨®n infantil e IBCLC ¡ªconsultora de lactancia certificada o profesional especializada en el manejo cl¨ªnico de la lactancia materna. En Te invito a comer (EEE Literaria), publicado en octubre de 2022, Herrero recorre con informaci¨®n rigurosa la alimentaci¨®n infantil desde el feto hasta los primeros a?os de vida.
Herrero no olvida que el nivel cultural de la familia y su poder adquisitivo son los dos factores m¨¢s limitantes a la hora de que un ni?o tenga o no una alimentaci¨®n saludable: ¡°As¨ª que, para amortiguar aquello que no podemos controlar, nos queda el poder de la informaci¨®n¡±.
PREGUNTA. ?Las familias comen peor de lo que piensan?
RESPUESTA. Si preguntamos, la mayor¨ªa de personas considera que come bien. Yo siempre les pregunto qu¨¦ es para ellos ¡°comer bien¡± y la respuesta suele ir en torno a la variedad. Cuando profundizamos m¨¢s, aparecen las carencias. Por ejemplo, si nos centramos en la parte nutricional, seguimos consumiendo m¨¢s prote¨ªna animal de la que deber¨ªamos y menos vegetales de los que necesitamos. Tambi¨¦n ocurre que solemos comer con prisa, conectados a algo (televisi¨®n, m¨®vil, prensa¡) y desconectados de los alimentos. Adem¨¢s, es muy habitual no tener una buena relaci¨®n con los alimentos. Nos sentimos bien comiendo lo que nos han dicho que es bueno y nos sentimos mal comiendo lo que nos han dicho que es malo. Esta dualidad en la alimentaci¨®n lleva a muchas personas a sentir culpa, angustia o miedo a determinados alimentos, sobre todo en personas que tienen cuerpos no normativos.
P. ?De qu¨¦ depende que se pueda asentar o no una alimentaci¨®n saludable?
R. Hay muchos factores que influyen en c¨®mo y qu¨¦ comemos, incluido el c¨®digo postal. El nivel cultural de la familia y el poder adquisitivo son los dos factores m¨¢s limitantes a la hora de que un ni?o tenga o no una alimentaci¨®n saludable. Por un lado, porque el marketing dirigido a los ni?os es tan bestia que sin una base cr¨ªtica es muy dif¨ªcil no caer en las redes de la publicidad que, recordemos, no piensa en los nutrientes sino en el beneficio econ¨®mico. Por otro, porque el precio actual de la cesta de la compra es un condicionante importante para much¨ªsimas familias que hace muy dif¨ªcil el acceso a alimentos m¨¢s saludables.
P. En el libro explica que la alimentaci¨®n saludable se aprende desde el ¨²tero materno. ?Por qu¨¦ tan pronto?
R. Principalmente, porque el l¨ªquido amni¨®tico adquiere el sabor de lo que la madre come, por lo que ya desde el embarazo nos sentamos a la mesa con nuestro beb¨¦. As¨ª se va familiarizando con los sabores de nuestra cultura, de nuestra familia. Hay que pensar en el ¨²tero como un ¡°campo de entrenamiento¡±: el beb¨¦ recibe informaci¨®n a trav¨¦s del cuerpo de su madre, as¨ª puede prepararse y adaptarse para sobrevivir cuando nazca. Es lo que se conoce como programaci¨®n fetal.
P. Adem¨¢s de nutricionista es consultora de lactancia certificada. ?Deben prepararse las madres para amamantar antes de que nazca el beb¨¦?
R. El cuerpo de la mujer est¨¢ perfectamente preparado y sincronizado con el del beb¨¦ para el amamantamiento. ?Piensa que llevan conversando 40 semanas! Pero la lactancia no es solo una cuesti¨®n fisiol¨®gica, sino que es tambi¨¦n un asunto cultural, y en este sentido se ha perdido la sabidur¨ªa de la lactancia. Cuando el beb¨¦ llega, el acompa?amiento sanitario para aprender a amamantar a veces es mejorable o se basa a¨²n en recomendaciones desactualizadas, por lo que si la madre no se ha informado antes de ese momento puede empezar a tener problemas desde el primer minuto. Esto sabemos que est¨¢ estrechamente relacionado con el abandono de la lactancia y con una experiencia negativa.
P. Organizaciones, profesionales y madres insisten en que la lactancia va mucho m¨¢s all¨¢ de lo nutritivo. Usted insiste tambi¨¦n en esto. ?Qu¨¦ aporta la lactancia al beb¨¦ o ni?o m¨¢s all¨¢ de ser un alimento?
R. La leche materna es el ¨²nico alimento adaptado a las necesidades de cada beb¨¦. Cada madre produce la cantidad y tipo de leche que su beb¨¦ necesita en cada momento. De hecho, la composici¨®n real de la leche materna es a¨²n un misterio porque cambia de una mujer a otra, de un pecho a otro, e incluso durante una misma toma. Pero, adem¨¢s de esta parte nutricional, el pecho tiene una funci¨®n emocional: es hogar, es v¨ªnculo, es calma y consuelo. El beb¨¦ lleva nueve meses dentro del cuerpo de la mam¨¢, y el pecho es el lugar m¨¢s cercano a lo que hasta el momento del nacimiento ha sido su casa.
P. ?Qu¨¦ relaci¨®n hay entre salud emocional y alimentaci¨®n a lo largo de la vida?
R. Nuestras emociones influyen en el tipo, la calidad y la cantidad de alimentos que comemos. Ya desde peque?os nos dicen que hay emociones que son ¡°buenas¡± y otras que no tanto, por lo que crecemos pensando que estar triste, estresado, enfadado o frustrado no est¨¢ bien y que son emociones que hay que ¡°apagar¡±. Hemos descubierto que hay alimentos con elevadas cantidades de az¨²car y/o grasa con la capacidad de ¡°apagar¡± moment¨¢neamente esas emociones, por lo que muchas personas los utilizan como herramienta de gesti¨®n emocional. Ya durante la infancia utilizamos este recurso con los ni?os cuando tienen un comportamiento que nos resulta inc¨®modo. Por ejemplo, cuando damos una chuche a un ni?o para consolarlo le ense?amos que esos alimentos har¨¢n que se calme, y esto se replicar¨¢ en su vida adulta.
P. En el hogar se puede establecer una alimentaci¨®n saludable, tener conciencia de todo esto, pero despu¨¦s hay que salir a la realidad¡ ?C¨®mo se encuentra el equilibrio aqu¨ª?
R. Para las familias con una elevada conciencia de salud nutricional esto es un gran problema, pero no podemos aislar a los ni?os en una burbuja y es positivo relativizar y pensar que cuando los h¨¢bitos en casa son saludables, esto es lo que prevalecer¨¢ a futuro. Una alimentaci¨®n saludable no es solo aquella en la que se comen cosas nutritivas, sino aquella que nos permite tener una buena relaci¨®n con los alimentos. Aqu¨ª hay que intentar evitar la dualidad de alimentos buenos o malos, no hay nada que genere m¨¢s deseo que una prohibici¨®n, as¨ª que mi consejo a las familias es trabajar los h¨¢bitos del d¨ªa a d¨ªa en el hogar.
P. En el caso de ni?as y ni?os m¨¢s selectivos con los alimentos, a veces parecen agotarse las ideas. ?C¨®mo organizar las comidas familiares cuando el abanico de alimentos aceptados es muy limitado?
R. Es importante evaluar si con los alimentos que el ni?o acepta es suficiente para ingerir todos los nutrientes que necesita. Ser¨ªa interesante que observ¨¢ramos el motivo del rechazo, ya que habitualmente es alguna caracter¨ªstica del alimento. Una vez que se le encuentra sentido al rechazo, se pueden hacer muchas modificaciones en los alimentos para que al ni?o le resulte m¨¢s f¨¢cil abrir ese abanico y, a la vez, poder ampliar las elaboraciones en casa.
P. A prop¨®sito de eso, a menudo ocurre que se les acaba dando alimentos insanos con tal de que coman ¡°algo¡±. ?Qu¨¦ opina?
R. Comemos para nutrirnos, no solo para quitar el hambre. Es decir, de los alimentos queremos esas piezas que nuestro organismo necesita para repararse, mantenerse con vida y, en el caso de los ni?os, tambi¨¦n para crecer y desarrollarse. Si lo que le damos al peque son productos que no aportan nutrientes (que es lo que llamamos insanos) puede que le quitemos el hambre, pero no le hacemos ning¨²n favor, sino que estamos empeorando la situaci¨®n.
Puedes seguir Mamas & Papas en Facebook, Twitter o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter quincenal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.