Elena Crespi, psic¨®loga: ¡°Estoy muy a favor de hablar de la pornograf¨ªa con los adolescentes antes de que se la encuentren¡±
La terapeuta publica ¡®?Hola, sexo!¡¯, un libro para que los ni?os a partir de 9 a?os puedan aclarar las dudas sobre sexualidad ¡°sin miedos ni verg¨¹enzas¡± y con el que quiere desterrar la idea de que la educaci¨®n sexual es hablar de sexo en momentos puntuales
Hablar abiertamente sobre sexualidad sigue siendo uno de los retos para muchas familias con adolescentes en casa. Esto, que se deber¨ªa de haber superado ya si se piensa en la mayor informaci¨®n y apertura que se vive en la actualidad, tiene para Elena Crespi (Torell¨®, 43 a?os) una explicaci¨®n: a nivel social, la sexualidad sigue siendo un tab¨², y se asocia solo a lo expl¨ªcitamente sexual, asegura esta psic¨®loga especializada en sexolog¨ªa, terapia de pareja y familiar. Tambi¨¦n influye, afirma, la propia educaci¨®n sexual recibida por quienes son padres y madres hoy, y que err¨®neamente contemplaba la sexualidad como algo aislado, olvidando la integraci¨®n de aspectos mucho m¨¢s amplios y esenciales para el desarrollo personal, como la autoestima, las habilidades interpersonales, la diversidad corporal o el respeto por los dem¨¢s. ¡°Todav¨ªa no hemos conseguido encajar todas las piezas del puzle¡±, lamenta.
Con el objetivo de ofrecer una aproximaci¨®n m¨¢s natural y accesible a esta conversaci¨®n, Crespi acaba de publicar su s¨¦ptimo libro, titulado ?Hola, sexo! (B de Blok, 2024), un volumen dirigido a ni?os y ni?as a partir de 9 a?os que busca explicar de forma sencilla, ¡°sin miedos ni verg¨¹enzas¡±, qu¨¦ es la sexualidad. Eso s¨ª, la psic¨®loga advierte que, aunque espera que las familias puedan encontrar una herramienta para abrir un di¨¢logo m¨¢s saludable sobre un aspecto fundamental de la vida humana, el paso previo debe ser siempre aprovechar todas las oportunidades que ofrece el d¨ªa a d¨ªa para normalizar esta parte indisoluble de nuestras vidas.
PREGUNTA. ?Es ?Hola, sexo! un libro para regalar a los hijos e hijas al llegar a la adolescencia?
RESPUESTA. S¨ª, en la adolescencia, pero incluso mejor si es un poco antes. En aquellos hogares en los que se ha tratado el sexo de forma natural, es una buena lectura a partir de los 9 o 10 a?os. En estas edades es buena idea que sea una lectura compartida. M¨¢s adelante, tambi¨¦n me encantar¨ªa que fuera compartida entre madres y padres, pero quiz¨¢s aqu¨ª ya s¨ª que pueden tener m¨¢s autonom¨ªa para leerlo en solitario.
P. Habla de aquellos hogares en los que se ha tratado el sexo de forma natural. ?Se debe haber hecho un trabajo previo?
R. Ser¨ªa lo ideal. De manera consciente o inconsciente, directa o indirectamente, siempre estamos haciendo educaci¨®n sexual a trav¨¦s de lo que hacemos, decimos o incluso dejamos de decir. La sexualidad es parte de la vida, algo natural que abarca mucho m¨¢s que solo el sexo. Por eso, ser¨ªa muy positivo que los ni?os y ni?as ya hubieran recibido informaci¨®n y compartido conversaciones naturales sobre el tema en todas sus dimensiones. El d¨ªa a d¨ªa nos brinda muchas oportunidades para hablar de sexualidad de manera abierta y respetuosa.
P. Entiendo que no se puede descargar toda la responsabilidad y el trabajo a un libro¡ ?Por qu¨¦ es importante incorporarlo con normalidad?
R. Efectivamente no podemos descargar toda la responsabilidad en un libro. Los libros, los v¨ªdeos, el material did¨¢ctico son un extra. No podemos pensar que nuestro hijo o nuestra hija tiene suficiente con eso. Pero s¨ª que es cierto que, aunque las familias somos el ejemplo, no lo tenemos nada f¨¢cil porque hemos crecido en un contexto de alta violencia est¨¦tica y de mucho machismo. Tenemos que tomar conciencia de la importancia de normalizar la sexualidad desde un punto de vista de respeto y derechos humanos. Y tenemos que cambiar esa idea de que hacer educaci¨®n sexual es hablar de sexo en momentos puntuales. Tenemos muchas oportunidades para hablar de esto con ellas y ellos; desde c¨®mo hablamos a nuestras hijas de nuestro cuerpo, y de su cuerpo, hasta las relaciones interpersonales que tenemos alrededor.
P. Ponga un ejemplo concreto.
R. Imagina que estamos viendo una pel¨ªcula o una serie en casa y de repente vemos una escena de una ruptura amorosa o de una pelea entre amigos o de sexo, podemos aprovechar y hablar de lo que nos sugiere, de c¨®mo ven el contexto, de c¨®mo se sienten¡ Son grandes oportunidades.
P. ?C¨®mo superar los miedos y las ansiedades que les supone a muchos padres y madres hablar de sexualidad?
R. Las familias tenemos que asumir que nos va a dar verg¨¹enza y miedo hablar de sexualidad porque seguramente nuestra educaci¨®n sexual no haya venido de la naturalidad y la apertura, sino del miedo, del tab¨²¡ Y est¨¢ bien que esto se lo traslademos a nuestros hijos e hijas. Te pongo un ejemplo de una situaci¨®n que me ocurri¨® hace poco. Mi hijo mayor me pregunt¨® cu¨¢l era el ¨²ltimo planeta que se hab¨ªa descubierto en el sistema solar. Yo no puedo saberlo todo, y est¨¢ bien que mi hijo entienda que esto es as¨ª. Yo le dije que esta informaci¨®n no la ten¨ªa, pero que la pod¨ªamos buscar juntos. Esto mismo es trasladable a la educaci¨®n sexual: si en alg¨²n momento nos preguntan algo que no sabemos, algo que nos incomoda, que no sabemos c¨®mo explicarles, podemos decirles que lo vamos a consultar o intentar investigarlo con ellos y ellas.
P. ?C¨®mo se enfrentan a este tema los adolescentes?
R. Lo que les suele suceder es que, si desde peque?os hablamos con naturalidad de la menstruaci¨®n, el esperma, los cuerpos, el embarazo, c¨®mo se hace un beb¨¦¡ lo viven con mucha naturalidad. Incluso muchas veces hacen preguntas superinauditas, superdivertidas, sobre cosas que nunca nos hab¨ªamos planteado. Sin embargo, cuando llegan a la pubertad ya han entendido, a trav¨¦s de la sociedad, del entorno, que el sexo es un tab¨². Es entonces cuando empiezan a encerrarse en su caparaz¨®n. Aqu¨ª, las personas adultas no debemos dejar de normalizarlo, de transmitirles que estamos ah¨ª para darles apoyo incondicional y que siempre pueden confiar en nosotros. Lo dif¨ªcil es estar a la altura porque debemos estar preparados. Si nos cuentan algo que se escapa de nuestros planteamientos y les echamos una bronca enorme, luego va a sentir que no pueden contarnos seg¨²n qu¨¦.
P. La pornograf¨ªa sigue teniendo influencia en las expectativas sexuales de los adolescentes. ?C¨®mo deber¨ªan abordarlo sus adultos de referencia?
R. La pornograf¨ªa es uno de los grandes temazos porque sin pretenderlo se ha convertido en el principal agente educador del sexo, sin serlo realmente. Creo que las familias debemos abordarlo de forma directa porque nuestros adolescentes se lo van a encontrar. Quiz¨¢s lo que tenemos que plantearnos es: ?prefiero que mi adolescente se encuentre con el porno sin que nadie le haya dicho nada o nos adelantamos y le explicamos que esto es ficci¨®n? Yo estoy muy a favor de hablar de la pornograf¨ªa antes de que se la encuentren, pero entiendo que hay familias para las que esto es muy dif¨ªcil.
P. Las redes sociales tienen inevitablemente un impacto en la construcci¨®n de su imaginario en torno a la sexualidad¡
R. Lo que vemos en redes sociales est¨¢ profundamente influido por el famoso algoritmo. Si un adolescente consume principalmente im¨¢genes de cuerpos perfectos o sigue a influencers que hablan de sexo bas¨¢ndose en experiencias personales o bajo la influencia de patrocinadores, desarrollar¨¢ una visi¨®n distorsionada. Las redes sociales pueden ser una herramienta, pero su poder va a depender del uso que les demos: pueden ser una plataforma enriquecedora o, por el contrario, un espacio de refuerzo de estereotipos, machismo, agresi¨®n y violencia est¨¦tica. La clave est¨¢ en el tipo de contenido que se consume. Aunque las familias no pueden controlar lo que ven los adolescentes en todo momento, s¨ª pueden informarse sobre lo que circula en redes y qu¨¦ perfiles ofrecen contenidos alternativos. Existen excelentes recursos educativos sobre sexualidad y diversidad corporal desde enfoques feministas y de inclusi¨®n.
P. ?Es posible ayudar a los adolescentes a desarrollar un pensamiento cr¨ªtico sobre los mensajes que reciben de las publicaciones de influencers en redes o est¨¢ todo perdido?
R. No creo que est¨¦ todo perdido. Tenemos j¨®venes que tienen un pensamiento cr¨ªtico espectacular. Lo que s¨ª creo que es importante es que las familias asumamos un rol activo en este proceso, desarrollando nuestro propio pensamiento cr¨ªtico para poder transmitirlo y compartirlo con ellos. Si les contagiamos ese pensamiento cr¨ªtico, podremos fomentar que cuestionen y analicen los mensajes que reciben en redes sociales.
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