C¨®mo y por qu¨¦ hablar con tu hijo sobre las infecciones de transmisi¨®n sexual

Junio no es ¨²nicamente el mes de la fertilidad: es el mes del cuidado de la fertilidad. Y ese cuidado, la prevenci¨®n de la infertilidad, debe comenzar desde la adolescencia. Antiguamente (y no tanto), las madres y padres evitaban la consabida charla con sus hijos sobre el sexo. Entonces, lo que m¨¢s preocupaba eran los embarazos no deseados. La mayor¨ªa de las veces esta conversaci¨®n o no ten¨ªa lugar o se demoraba tanto que los j¨®venes ya sab¨ªan m¨¢s que los propios progenitores. Afortunadamente, esta ¨¦poca ha pasado. Aunque hablar de sexo ya no es un tab¨² para la mayor parte de los adultos, hay otro tema importante que es dif¨ªcil abordar y del que no se suele hablar con los hijos: las infecciones de transmisi¨®n sexual (ITS), en crecimiento sostenido en Europa desde hace unos a?os. Y es que estas patolog¨ªas afectan directamente a la salud sexual y reproductiva, de forma que pueden dar lugar a esterilidad.

Cada d¨ªa, m¨¢s de un mill¨®n de personas contraen una ITS. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) calcula que, en 2020, hubo 374 millones de nuevas infecciones de alguna de estas cuatro: clamidiosis (129 millones), gonorrea (82 millones), s¨ªfilis (7,1 millones) y tricomoniasis (156 millones). En Espa?a, seg¨²n datos de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiol¨®gica (RENAVE), en 2021 ocurrieron m¨¢s de 43.000 episodios de estas infecciones (s¨ªfilis, gonococia, clamidias y linfogranuloma ven¨¦reo). Estas enfermedades, que pr¨¢cticamente ya estaban erradicadas, han vuelto con fuerza. Y tambi¨¦n en los adolescentes. As¨ª, en j¨®venes de 15 a 24 a?os, el porcentaje de casos alcanz¨® el 39,1% de todos los notificados de infecci¨®n por Chlamydia trachomatis; el 23% de los casos de gonococia; el 12% de los de s¨ªfilis e infecci¨®n por VIH, respectivamente; y el 7,4% de los de linfogranuloma.

Cada vez es menor la edad de comienzo de las relaciones sexuales. La Asociaci¨®n de Enfermer¨ªa Familiar y Comunitaria de Catalu?a informaba en 2021, a trav¨¦s de un comunicado, que la edad media de la primera relaci¨®n sexual con penetraci¨®n en Espa?a es de 13,8 a?os. No obstante, la edad media a la que los j¨®venes empiezan a practicar sexo se ve influenciada por diferentes factores, como su estatus socioecon¨®mico, por ejemplo. Al mismo tiempo, ya que en esa edad el adolescente buscar¨¢ m¨¢s autonom¨ªa y libertad, el sexo se utilizar¨¢ como forma de acercamiento y tendr¨¢n relaciones con varias personas en el mismo per¨ªodo, en muchas ocasiones sin conocer si esas personas ya padecen una ITS. En la mayor¨ªa de los casos, las relaciones son desprotegidas, con el aumento del riesgo que supone para el contagio de las infecciones de transmisi¨®n sexual. Por ello, esta es una de las causas del aumento de este tipo de enfermedades.

Para evitar estos riesgos, lo m¨¢s importante es la informaci¨®n. Por eso, las madres y padres deben hablar con sus hijas e hijos sobre las conductas de riesgo y las formas de protecci¨®n, sobre todo, sobre el uso del preservativo y c¨®mo utilizarlo. Incluso si el menor no ha tenido a¨²n sexo (o al menos es lo que dice a sus padres), es necesario hablar con ellos.

Todos los adolescentes necesitan tener informaci¨®n correcta sobre c¨®mo prevenir las infecciones de transmisi¨®n sexual. El hecho de que los padres hablen abiertamente con sus hijos sobre sexo y sobre c¨®mo prevenir estas enfermedades no significa que tengan m¨¢s posibilidades de tener relaciones sexuales. A partir de los 12 a?os, los j¨®venes entienden perfectamente las explicaciones y tienen m¨¢s probabilidades de tomar decisiones correctas y saludables cuando sean mayores. De hecho, una comunicaci¨®n sincera y anticipada tendr¨¢ m¨¢s influencia sobre el comportamiento de los hijos que la que pueden aprender de los amigos o a trav¨¦s otros medios de comunicaci¨®n como pueden ser las redes sociales.

Nunca es pronto para hablar con nuestros hijos de sexo. Lo importante es que se haga con sinceridad, escuchando lo que ellos tengan que decir, sin ¨¢nimo censurador y contestando a todas sus preguntas. Tampoco hace falta abordarlo todo en una sola conversaci¨®n. Y, si nuestra hija o hijo adolescente tiene ya pareja, lo mejor es explicarle que tiene que hablar con ella sobre la prevenci¨®n de estas enfermedades antes de tener relaciones sexuales.

Si uno se pone nervioso y no sabe c¨®mo explicarse, o no conoce todas las respuestas a sus preguntas, tambi¨¦n puede acudir, con el consentimiento del menor, al pediatra o m¨¦dico de familia para que le ayude en esta tarea y oriente en la forma de prevenci¨®n de estas enfermedades. Mirar para otro lado nunca es la soluci¨®n, mejor un di¨¢logo abierto y sincero, aunque cueste romper el hielo. Porque la salud y la fertilidad est¨¢n en juego.

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