Carta a mi hijo con discapacidad: ?del dolor puede surgir algo bueno?
Confundimos sufrir con padecer. Sufrimos porque anticipamos problemas, que en la mayor¨ªa de los casos no ocurrir¨¢n. Alvarete, en cambio, no tiene este mal porque no anticipa ni lo bueno ni lo malo, pero s¨ª padece los achaques propios de su enfermedad
Querido Alvarete,
Las ¨²ltimas semanas han sido intensas, han pasado muchas cosas a nuestro alrededor, hemos visto a varias familias pasarlo mal y, a la vez, hemos experimentado lo mejor de una sociedad que se ha conmovido y se ha volcado por ayudar. Estoy convencido de que todo ese dolor no ha ca¨ªdo en saco roto y ha hecho mejores a muchas personas. Podr¨ªa decirse que de algo malo ha surgido algo bueno.
Ante esta situaci¨®n, siempre surge la eterna pregunta: ?vali¨® la pena? Yo siempre he contestado que no, y me mantengo en esa posici¨®n. Por mucho bien que haya tra¨ªdo tu enfermedad, habr¨ªa preferido seguir siendo un ¡°cabr¨®n¡± y tenerte sano a mi lado. Pero es cierto que puede que no est¨¦ viendo la foto completa. Como sabr¨¢s, he hablado sobre este tema con mucha gente a lo largo de estos a?os y no todos piensan lo mismo que yo. Quiz¨¢s lo que me falta es confianza.
Que el sufrimiento merece la pena es f¨¢cil de decir, pero dif¨ªcil de vivir. Yo, que veo de cerca todo el bien que ha florecido a tu alrededor, no puedo dejar de hacerme la pregunta y pensar en ella, pero tampoco puedo ser objetivo, ya que mi mente no me deja abrir la puerta a que haya podido merecer la pena. Lo sentir¨ªa como una blasfemia, una traici¨®n a lo m¨¢s sagrado. Plat¨®n afirmaba que el sufrimiento es el camino hacia el conocimiento y la verdad. En su met¨¢fora sobre la caverna describ¨ªa c¨®mo sus habitantes viv¨ªan con miedo ante las sombras, provenientes del exterior, que se ve¨ªan reflejadas en las paredes. Y c¨®mo, cuando sal¨ªan de la cueva y se enfrentaban a la luz del sol, experimentaban dolor y sufrimiento. Este sufrimiento simbolizaba la dif¨ªcil pero necesaria transici¨®n desde la ignorancia al conocimiento, de vivir en un mundo de sombras a uno de realidades.
Su disc¨ªpulo, Arist¨®teles, fue m¨¢s all¨¢ y dijo que era una oportunidad para el desarrollo de la virtud y as¨ª llegar a la felicidad (eudemon¨ªa). La virtud se cultiva enfrent¨¢ndote a desaf¨ªos a trav¨¦s de los cuales puedes llegar a desarrollar cualidades como la fortaleza, la templanza o la justicia. Este proceso de crecimiento personal lo ve¨ªa necesario para llegar a la eudemon¨ªa, una vida plena y realizada.
San Agust¨ªn y Santo Tom¨¢s de Aquino siguieron la misma l¨ªnea y ve¨ªan el sufrimiento como una oportunidad de redenci¨®n para alcanzar la paz, purificando el alma. Santo Tom¨¢s Moro dio un paso m¨¢s all¨¢, viviendo el sufrimiento como una oportunidad para dar un testimonio de fidelidad y confianza, enfrentando su propio martirio con integridad y firmeza, neg¨¢ndose a comprometer su conciencia, dejando claro que el sufrimiento y el sacrificio en defensa de la verdad y la justicia eran lo m¨¢s importante.
Y luego estaba el gran Viktor Frankl, que vivi¨® la Segunda Guerra Mundial en varios campos de concentraci¨®n y desarroll¨® toda su teor¨ªa sobre el sentido de la vida buscando un prop¨®sito que le ayudara a sobrevivir en esas circunstancias.
Si te fijas, todos siguen el mismo camino, pero cada uno de ellos da un pasito m¨¢s. El sufrimiento, aunque doloroso, es el camino hacia la verdad (Plat¨®n), el desarrollo de la virtud y la felicidad plena (Arist¨®teles), transciende nuestra condici¨®n humana y la materialidad de la misma (San Agust¨ªn y Santo Tom¨¢s de Aquino) para convertirnos en testigos de la verdad (Santo Tom¨¢s Moro). Por lo tanto, solo puede alcanzar significado si la persona encuentra un prop¨®sito mayor o un sentido de misi¨®n (Viktor Frankl).
Todo esto desde la distancia es f¨¢cil de ver, pero a m¨ª siguen sin encajarme las piezas. Es demasiado el dolor que siento por tu enfermedad para poder admitir su transcendencia, por lo que segu¨ª dando vueltas al tema y un d¨ªa, observ¨¢ndote, entend¨ª que confundimos sufrir con padecer. Sufrimos porque anticipamos problemas, que en la mayor¨ªa de los casos no ocurrir¨¢n: el miedo al futuro, a una enfermedad, a perder un ser querido¡ T¨², en cambio, no tienes este mal porque no anticipas ni lo bueno ni lo malo, pero s¨ª padeces los dolores propios de tu enfermedad. Quiz¨¢ esta peque?a diferenciaci¨®n entre sufrir y padecer hace que todo lo anterior cobre algo de sentido, ya que el primero no deja de retarnos, oblig¨¢ndonos a subir de nivel, porque proviene de la ignorancia y lo desencadena el amor que sentimos hacia los seres queridos, por lo que solo a trav¨¦s del amor podemos combatirlo. Y sobre el segundo a¨²n tendr¨¢n que convencerme.
Viendo c¨®mo estas familias que te mencionaba al principio han afrontado todas las penurias que les han llegado, con esa fortaleza, tranquilidad y transcendencia, me doy cuenta de que a¨²n me queda mucho por entender. He de reconocerte que siento admiraci¨®n por esa entereza que muestran y que yo no acabo de alcanzar, a pesar de llevar 16 a?os conviviendo con tu enfermedad. Pero lejos de desanimarme, seguir¨¦ esforz¨¢ndome con la esperanza de que, alg¨²n d¨ªa, pueda alcanzar la serenidad en mi coraz¨®n.
Te quiero,
Pap¨¢
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