Vida, ascenso y ca¨ªda de las Poquianchis: Luis Estrada lleva a la televisi¨®n la historia de las asesinas m¨¢s despiadadas de M¨¦xico
El reconocido director adapta la obra ¡®Las muertas¡¯, de Jorge Ibarg¨¹engoitia, quien se inspir¨® en el caso de las hermanas Mar¨ªa del Jes¨²s y Delfina Gonz¨¢lez Valenzuela y los cr¨ªmenes que cometieron en Jalisco y Guanajuato
¡°Algunos de los acontecimientos que aqu¨ª se narran son reales. Todos los personajes son imaginarios¡±. Con esa clara advertencia inicia Las muertas (1977), novela de Jorge Ibarg¨¹engoitia y un cl¨¢sico de la literatura mexicana, que en un formato de reportaje novelado narra las estafas, trata de mujeres, entierros clandestinos y asesinatos del siniestro reino de las hermanas Serafina y Arc¨¢ngela Baladro. La historia fue inspirada en el caso real de Mar¨ªa del Jes¨²s y Delfina Gonz¨¢lez Valenzuela que, a finales de los cuarentas y principios de los sesenta, regentearon prost¨ªbulos en los estados de Jalisco y Guanajuato. Tras descubrirse c¨®mo traficaron, esclavizaron y mataron a decenas de mujeres, y tambi¨¦n a algunos clientes de los burdeles, fueron bautizadas como Las Poquianchis, las asesinas m¨¢s despiadas del siglo XX en M¨¦xico.
El director Luis Estrada, presente en los estudios Churubusco de Ciudad de M¨¦xico, con una vestimenta casual, sonriente y con gafas de sol, cuenta que llevar Las muertas al cine fue un proyecto con el que so?aba desde que ten¨ªa 15 a?os. La obsesi¨®n naci¨® en 1976 cuando su padre y realizador, Jos¨¦ Estrada, trabajaba en la adaptaci¨®n de Maten al le¨®n, basada en otra novela del escritor guanajuatense.
En ese momento se sumergi¨® en la bibliograf¨ªa de Ibarg¨¹engoitia, pero siempre regresaba a Las muertas, una obra que admite haber le¨ªdo m¨¢s de 40 veces, que manten¨ªa al lado del bur¨® y que cada vacaci¨®n era parte de su equipaje. ¡°Me llevaba uno que no hab¨ªa le¨ªdo, pero si por alguna raz¨®n no me gustaba, regresaba y le¨ªa Las muertas, como tambi¨¦n lo hice con otros libros, que son como una red de seguridad, porque sabes que vas a volver a algo que te encanta¡±, afirma Estrada.
A lo largo de su carrera, intent¨® obtener en m¨¢s de una ocasi¨®n los derechos de la obra, pero sin suerte. Estrada ha logrado materializar el proyecto tras hacer las paces con Netflix, empresa que produjo su m¨¢s reciente pel¨ªcula, ?Que viva M¨¦xico!, y con la que rompi¨® relaciones tras desaveniencias respecto a la estrategia de distribuci¨®n de la misma. La reconciliaci¨®n lleg¨® en forma de los derechos del proyecto de sus sue?os, pero con una propuesta que pondr¨ªa a meditar al realizador sobre su forma de concebir al audiovisual y al cine.
Estrada llevaba a?os haciendo ejercicios de adaptaci¨®n de la obra, pero siempre la consider¨® ¡°demasiado grande y ambiciosa¡± para meterse en una pel¨ªcula, aun m¨¢s extensa que las m¨¢s de tres horas que dur¨® ?Que viva M¨¦xico!. Por lo mismo, Francisco Ramos, vicepresidente de contenidos para Latinoam¨¦rica de Netflix, le propuso hacer una serie. Le respondi¨® ¡°yo no soy seriero. Las series son televisi¨®n. Yo soy un purista del cine¡±. El tambi¨¦n director de La ley de Herodes cuenta que, incluso, lleg¨® a conversar con su colega Alfonso Cuar¨®n y le plant¨® la duda: ¡°?Deja uno de ser cineasta si transita al mundo de las series, de las plataformas?¡±.
No dio a conocer la respuesta del director de Roma, pero Estrada es consciente c¨®mo los h¨¢bitos de consumo han cambiado en los ¨²ltimos a?os respecto al consumo de cine y entretenimiento. ¡°Me hubiera gustado ser un dinosaurio viviente y quedarme pensando en el cine, en celuloide, con c¨¢maras que hac¨ªan ruido, y en blanco y negro. El mundo cambia y si uno no se adapta, se extingue, como les pas¨® a los dinosaurios. Entonces, como no me quiero extinguir todav¨ªa, pues dije, es momento de hablarlo¡±, complementa.
Estrada, acompa?ado de las actrices Arcelia Ram¨ªrez y Paulina Gayt¨¢n, que dar¨¢n vida a las hermanas Baladro, adem¨¢s de Alfonso Herrera y Joaqu¨ªn Cos¨ªo, como el Capit¨¢n y el general Bedoya, c¨®mplices de las asesinas, cuenta que pudo percatarse hace muchos a?os que lo que Ibarg¨¹engoitia hab¨ªa escrito era casi un guion. Lo ¨²nico que faltaba era filmarla.
¡°Ibarg¨¹engoitia escrib¨ªa con im¨¢genes, m¨¢s que con conceptos abstractos, con reflexiones, con mon¨®logos interiores. Casi puedes filmar una de sus novelas como est¨¢ escrita. Tiene tal nivel de detalle en la descripci¨®n, de los lugares, de los personajes, tiene tal eficacia de dialogar y de comunicarse con ellos y curiosamente tiene una estructura muy cinematogr¨¢fica. Llegamos a la conclusi¨®n que lo mejor era hacer una serie de seis pel¨ªculas. Para m¨ª era esencial que quien conociera la novela la encontrara en nuestra serie de pel¨ªculas y quien viera la serie de pel¨ªculas y quisiera ir a la novela, pudiera reconocerla¡±, afirma el director.
La serie, una adaptaci¨®n m¨¢s que se suma a la apuesta de Netlix por llevar cl¨¢sicos de la literatura a la pantalla, como Cien a?os de soledad o Pedro P¨¢ramo, comenzar¨¢ con el rodaje la segunda quincena de febrero en locaciones como Guanajuato, San Luis Potos¨ª, Veracruz, Ciudad de M¨¦xico y en los estudios Churubusco. La productora y el director no han dado a conocer una fecha tentativa para el estreno.
Estrada, fiel a su estilo sat¨ªrico, que se ha visto reflejado pel¨ªculas como El infierno (2010) o La dictadura perfecta (2014), en las que pone a la sociedad mexicana frente a sus peores fantasmas, apela en Las muertas al humor negro, con el mismo tono y la forma en la que Ibarg¨¹engoitia cre¨® y dibuj¨® un pa¨ªs frente a un ¡°espejo desalmado¡± que parece seguir reflejando todos los males a los que enfrenta. Cuestionado sobre qu¨¦ es lo que aporta una adaptaci¨®n de este tipo en tiempos en los que la violencia est¨¢ al alza en Mexico por los casos de feminicidio, desapariciones, trata de blancas y altos ¨ªndices de violencia como los de Guanajuato, donde ocurrieron los hechos del libro hace d¨¦cadas, el realizador responde: ¡°Esa es la esencia de la s¨¢tira y es mi g¨¦nero favorito, como espectador y como creador¡±.
Estrada aclara que no se trata de crear algo did¨¢ctico y que, literalmente, ni siquiera ¨¦l puede asumir darle otro sentido a lo que el escritor de Guanajuato quiso dar con su relato. ¡°Impl¨ªcitamente lo que hay es una cr¨ªtica demoledora a este pa¨ªs, a sus instituciones. ?Creen que las hermanas Baladro, las Poquianchis en la vida real, hayan podido existir? Solo se dio en un caldo de cultivo, de complicidad, de impunidad y de colusi¨®n con las autoridades por la corrupci¨®n que sigue habiendo en este pa¨ªs. Entonces, creo que eso hace a Las muertas un tema de una actualidad feroz¡±, concluye.
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