?En Italia, Taranc¨®n tiene una imagen m¨¢s progresista que en Espa?a?, afirma un experto vaticanista. ?Aqu¨ª se le ve como al hombre que separ¨® la Iglesia espa?ola del r¨¦gimen franquista?. El prestigioso diario Corriere della Sera le incluy¨® durante el pasado c¨®nclave en su lista de papables. Junto a los cardenales Arns, Hume, Lorscheider, Marty, Alfrink y una parte de los latinoamericanos, Taranc¨®n forma el llamado ?frente progresista? del colegio cardenalicio. Nuestro enviado especial en la Ciudad del Vaticano, F¨¦lix Bay¨®n, convers¨® con ¨¦l pocas horas antes del entierro de Juan Pablo I.
La muerte de Juan Pablo IHa sorprendido a autoridades eclesi¨¢sticas y civiles y, en general, a personalidades relevantes de la vida p¨²blica por lo inesperado del suceso. El escaso tiempo que llevaba al frente de la Iglesia no ha hecho posible calibrar -seg¨²n se desprende de las declaraciones de estas personas- las l¨ªneas maestras de su papado. Casi todos coinciden en afirmar que era un ?Papa bueno?, ?un hombre de sonrisas y de esperanzas?, el hombre, en definitiva, que hubiera podido conducir a la Iglesia, sin grandes traumas, en medio de unos tiempos cargados de dificultades. Estas mismas esperanzas mantienen y desean que se cumplan en la pr¨®xima elecci¨®n de un nuevo Pont¨ªfice.
La muerte del papa Juan Pablo I, fallecido a los 66 a?os en la noche del jueves en su habitaci¨®n del Vaticano, mientras le¨ªa La imitaci¨®n de Cristo, de Kempis, puso fin al papado m¨¢s breve de los ¨²ltimos tres siglos. Queda as¨ª vacante, por segunda vez en dos meses, la silla de Pedro. Sepone ahora en marcha un complicado mecanismo para elegir al sucesor del Papa muerto. El c¨®nclave comenzar¨¢ probablemente dentro de quince d¨ªas, seg¨²n estipul¨® en las normas dictadas al efecto el pen¨²ltimo papa, Pablo VI.