Elon Musk y el farol de quien presume de padrazo
Qu¨¦ efectiva jugada del magnate: llevar a su hijo al Despacho Oval para distraer el debate de los despidos masivos
Nunca te f¨ªes de un escritor que va de padrazo. Hace unos meses, me qued¨¦ con esa idea tras la charla Maternidades en cuesti¨®n, una conversaci¨®n entre las escritoras Eider Rodr¨ªguez y Bego?a G¨®mez Urzaiz en el auditorio del CaixaForum de Barcelona. Recuerdo que Rodr¨ªguez mostr¨® su irritaci¨®n frente a ciertos columnistas y escritores que han hecho de una paternidad muy particular, siempre tierna y ejemplar, el material de su escritura. Se los reconoce por publicar p¨¢rrafos bastante cursis sobre las epifan¨ªas de cambiar un pa?al o la autorrealizaci¨®n que supone ese nuevo rol en su vida. Qu¨¦ curioso, defendi¨® Rodr¨ªguez, esos hombres siempre salen m¨¢s limpios y dignos de sus textos que cuando empezaron a escribirlos. Mientras, al otro lado, prosigui¨®, lo m¨¢s com¨²n es encontrarse con escritoras que reflejan justo todo lo contrario. Son autoras que bajan al barro de sus imperfecciones como madres, exponiendo una cruda voz censora y cruel consigo mismas. Mujeres ansiosas que escriben sobre sentir que no est¨¢s a la altura y que arrastran una mochila de culpa por la sensaci¨®n de abandono que imprime la creaci¨®n literaria. No es habitual leer a hombres en esa tesitura.
Record¨¦ el farol del columnista padrazo el pasado mi¨¦rcoles, cuando me result¨® imposible escapar a la imagen de Elon Musk sosteniendo a hombros a su hijo X ? A-12 en el Despacho Oval junto a Donald Trump. Si me preguntan, otra jugada maestra del marketing informativo de la presidencia estadounidense: qu¨¦ mejor que sacar a una criatura de cuatro a?os para que se convierta en el viral del d¨ªa y distraiga del debate que deb¨ªa despertar lo que ah¨ª se estaba anunciado: los despidos masivos en la Administraci¨®n estadounidense. La medida, dirigida por lo general a empleados con menos de un a?o de antig¨¹edad, puede afectar a m¨¢s de 200.000 personas, sobre un total de unos 2,4 millones de trabajadores federales.
Fue ver a Musk re¨ªr las gracias de su hijo y volv¨ª al revelador ensayo que la primera mujer del magnate, la escritora canadiense Justine Musk, public¨® en la edici¨®n estadounidense de la revista Marie Claire all¨¢ por 2010. Casada con ¨¦l entre 2000 y 2008 y madre de 5 de sus 13 hijos, en aquel texto premonitorio no solo narraba c¨®mo el empresario quiso transformarla en ¡°una mujer florero¡± rubia y delgada que se olvidara ¡°de leer tantos libros¡± (¡°Ser¨¦ el macho alfa de esta relaci¨®n¡±, le dijo mientras bailaban el d¨ªa de su boda). Incluso le neg¨® la gesti¨®n del duelo de su primer hijo, Nevada Alexander, fallecido a las 10 semanas de muerte s¨²bita. Musk prohibi¨® cualquier menci¨®n al beb¨¦ y la urgi¨® a quedarse embarazada a los dos meses por reproducci¨®n asistida. Por ese m¨¦todo, el magnate tuvo a sus cinco hijos siguientes: una pareja de gemelos que nacieron en 2004 y unos trillizos que llegaron en 2006.
Vivian Jenna Wilson, una de esos gemelos, ha retomado el apellido de soltera de su madre. Es quien ha definido a Musk como un padre ausente, fr¨ªo, de enfado r¨¢pido y narcisista. Un progenitor que, antes de que ella pudiese formalizar su transici¨®n de g¨¦nero, la acos¨® ¡°por exhibir rasgos femeninos¡± y la presion¨® para que pareciera ¡°m¨¢s masculina¡±, incluso empuj¨¢ndola a que utilizase un tono de voz m¨¢s grave desde que era una escolar de primaria. Wilson habl¨® en respuesta a los comentarios que Musk hizo sobre su identidad trans, en los que la cit¨® por su necronombre (el de nacimiento) y dijo que, para ¨¦l, estaba ¡°muerta, asesinada por el virus de la mente woke¡±. Hace 15 a?os, la madre de Vivian ya revel¨® que desde que se divorci¨® de Musk, todos los asuntos que ten¨ªan que ver con sus hijos jam¨¢s los trataba con ¨¦l. Su interlocutor era siempre su asistente. La viva imagen de un padrazo.
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