Una mano bi¨®nica para Sara
Dos estudiantes utilizan la impresi¨®n 3D para fabricarle una pr¨®tesis a una amiga, que naci¨® sin un antebrazo y una mano
Sergio S¨¢nchez y Javier Blanco, ambos de 26 a?os y de Madrid, son amigos de siempre, ¡°desde el colegio¡±, asegura el segundo. En 2020 estudiaban juntos un m¨¢ster en impresi¨®n 3D y fabricaci¨®n avanzada cuando decidieron que su Trabajo de Fin de M¨¢ster (TFM) podr¨ªa servir para ayudar a su amiga Sara Mart¨ªn. La joven, de 24 a?os, naci¨® sin el antebrazo y la mano izquierdos y ellos crearon una pr¨®tesis de ambas extremidades. ¡°Quer¨ªamos mezclar la ingenier¨ªa con la medicina. Se lo propusimos a Sara y enseguida dijo que s¨ª¡±, cuentan emocionados.
Tres a?os despu¨¦s ya van por la segunda versi¨®n: ¡°Empec¨¦ a usar el modelo anterior, pero enseguida me dijeron que lo pod¨ªan mejorar¡±, dice la joven madrile?a. La primera pr¨®tesis que desarrollaron era mec¨¢nica. Funcionaba a trav¨¦s de unos cables que conectaban el codo de Mart¨ªn con la mano artificial, de forma que cuando doblaba el codo, se cerraba la mano. La segunda versi¨®n es mioel¨¦ctrica. Es decir, que cuenta con electr¨®nica y tiene dos electrodos conectados a los m¨²sculos flexores y extensores de la mano, en el brazo, para realizar los movimientos de apertura y cierre de la mano.
¡°Cogemos un m¨²sculo que, debido a la falta del miembro, no tiene ninguna funci¨®n y se la damos gracias a los sensores¡±, explica Blanco. Los sensores transmiten v¨ªa bluetooth las se?ales el¨¦ctricas que emiten los m¨²sculos a un tel¨¦fono m¨®vil, que las convierte en ¨®rdenes concretas. De esta forma, cuando Mart¨ªn aprieta uno de los m¨²sculos, la mano se abre o se cierra.
La madrile?a hab¨ªa utilizado antes otras pr¨®tesis est¨¦ticas, sin funcionalidad, pero no le gustaban. ¡°Pesaban mucho, eran muy artificiales y al final me acostumbr¨¦ a no llevarlas¡±, expresa la joven. Hab¨ªa probado tambi¨¦n otros modelos mioel¨¦ctricos, pero ten¨ªa el mismo problema con el peso, eran muy grandes para ella y ¡°costaban una barbaridad¡±. Mart¨ªn se queja de que, aunque hay ayudas, no todos los modelos pueden acogerse a ellas y la financiaci¨®n es escasa.
Una de las ventajas de la tecnolog¨ªa de impresi¨®n 3D en casos como este es que permite abaratar los costes. Sin contar las horas de trabajo, Blanco y S¨¢nchez calcularon que el coste de la fabricaci¨®n de la primera pr¨®tesis est¨¢ alrededor de 60 u 80 euros. En el caso de la segunda, al ser un sistema m¨¢s complejo, el importe ascender¨ªa a unos 200 euros, aunque esa cifra est¨¢ sin precisar porque el prototipo mioel¨¦ctrico no est¨¢ terminado y siguen haciendo ajustes.
Al ser un proyecto de TFM, la gran mayor¨ªa de los costes los ha asumido el centro en el que cursaban la titulaci¨®n, la escuela de ingenier¨ªa EDDM de Madrid, por lo que ellos no han tenido que hacer apenas contribuci¨®n econ¨®mica. Asumen que, en el caso de que su prototipo se convirtiera en un producto real, su precio final de venta ser¨ªa de 1.000 euros para el primer modelo y 1.500 euros para el segundo.
Antes de comenzar el proyecto hicieron un estudio de mercado para averiguar qu¨¦ inversi¨®n puede suponer una pr¨®tesis de estos tipos. Costar¨ªan en torno a 2.300 y 4.000 euros respectivamente, un c¨¢lculo que hicieron con los precios del cat¨¢logo de prestaciones ortoprot¨¦sicas de Ministerio de Sanidad. Sin embargo, ¡°los precios marcados ah¨ª est¨¢n muy por debajo de los precios reales¡±, reconoce Blanco.
Otra ventaja de esta tecnolog¨ªa es que permite un grado bastante alto de personalizaci¨®n, destacan los tres j¨®venes. ¡°Lo importante era que fuera lo m¨¢s ¨²til y lo m¨¢s c¨®moda para Sara¡±, explica convencido S¨¢nchez. Para fabricar las pr¨®tesis escanearon el antebrazo y la mano derechos de Mart¨ªn para tomar las medidas y que quedaran lo m¨¢s sim¨¦tricos posible. Tambi¨¦n hablaron con la joven sobre qu¨¦ esperaba y qu¨¦ pod¨ªan mejorar respecto a las experiencias anteriores que hab¨ªa tenido. El resultado final se compone de 28 piezas en los dedos, tres en la mano, dos en el antebrazo y dos enganches.
La primera tarde que Sara prob¨® la pr¨®tesis la controlaba estupendamenteSergio S¨¢nchez, creador de la pr¨®tesis
Los dos estudiantes resaltan que la joven tard¨® muy poco en aprender a manejar la primera pr¨®tesis. ¡°Esper¨¢bamos que tardara varios d¨ªas en acostumbrarse, pero la primera tarde que la prob¨® la manejaba estupendamente¡±, se?ala Blanco con orgullo. Mart¨ªn, por su parte, manifiesta la dificultad que conlleva: ¡°Tienes que aprender a controlar unos m¨²sculos que no utilizas habitualmente¡±.
La joven cuenta la mejora que ha supuesto para su d¨ªa a d¨ªa, aunque ¡°no la necesite para vivir¡±. A diferencia de las anteriores que hab¨ªa empleado, cuenta que ahora tiene una pr¨®tesis que le ayuda y realmente es ¨²til. Como es un proyecto fuera de sus trabajos no pueden dedicarle todo el tiempo que les gustar¨ªa. Mart¨ªn no la tiene todav¨ªa en su poder porque S¨¢nchez y Blanco no han terminado todo el trabajo y siguen haciendo algunos ajustes.
Alfonso Denia, fundador y CEO de EDDM explica que es la primera vez que se desarrolla un proyecto as¨ª en el centro. ¡°Todo lo que tenga que ver con la biomedicina va perfecto porque, adem¨¢s, es un ¨¢rea que se ve en el m¨¢ster¡±, dice y, al igual que sus alumnos, resalta el car¨¢cter econ¨®mico: ¡°No es necesaria una impresora 3D de miles de euros para poder hacer algo as¨ª¡±.
Los autores del trabajo ten¨ªan claro que quer¨ªan ¡°hacer algo que le sirviera de verdad a alguien, que de verdad se beneficiara de ello¡±. Tras acabar el m¨¢ster, S¨¢nchez ya no tiene nada que ver con la ortopedia, se dedica al sector de la aeron¨¢utica, pero Blanco s¨ª ha seguido form¨¢ndose en ese campo: ¡°Me gustar¨ªa seguir uniendo la tecnolog¨ªa y la ciencia a la mejora de la vida de las personas¡±.
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