Vacunas anticoronavirus, ?mercado ordenado o salvaje?
La legislaci¨®n del monopolio de patentes hace inasequibles los medicamentos a quienes no tienen capacidad de pago. La cooperaci¨®n internacional es la clave. O se supera la pandemia en todo el mundo o no se supera
La industria de las vacunas es compleja y el libre mercado no garantiza que se descubrir¨¢n y fabricar¨¢n las que nos hacen falta, ni que se pondr¨¢n a disposici¨®n de todos. Los efectos externos en su investigaci¨®n y consumo, los riesgos por contaminaciones y variaciones de calidad y la responsabilidad de los fabricantes por da?os, as¨ª como las econom¨ªas de escala plantean problemas agudos de incentivos y concentraci¨®n industrial que dibujan un mercado con fallos, alejado del modelo competitivo. Por ello es indispensable la intervenci¨®n estatal. Para estimular la investigaci¨®n ¡°empujando la oferta¡± con subvenciones y patentes y ¡°tirando de la demanda¡±, con campa?as de vacunaci¨®n, obligaciones legales de vacunar y prohibiciones de escolarizar ni?os sin inmunizar. Pero la covid-19 exige ir mucho m¨¢s all¨¢, requiere una intervenci¨®n p¨²blica a nivel mundial.
La investigaci¨®n y el desarrollo de vacunas presentan alto riesgo cient¨ªfico, tecnol¨®gico y regulatorio. Por eso es esencial mantener los incentivos y desarrollar gran diversidad de proyectos, que multiplican las probabilidades de ¨¦xito, avivan la competencia y facilitar¨¢n satisfacer la enorme demanda previsible y la adaptaci¨®n a los diferentes perfiles de personas. El 3 de septiembre hab¨ªa 321 proyectos en marcha, de ellos 33 en fase de investigaci¨®n cl¨ªnica, que usan nueve tecnolog¨ªas, algunas muy novedosas. El 66% de los proyectos son desarrollados por empresas privadas, entre ellas siete grandes multinacionales farmac¨¦uticas, pero la mayor¨ªa son de peque?as empresas biotecnol¨®gicas. El resto es desarrollado por centros p¨²blicos, acad¨¦micos y algunas ONGs. Un tercio de los proyectos son estadounidenses.
Fabricar vacunas tambi¨¦n es complicado. Requiere alta tecnolog¨ªa, equipamiento y m¨¦todos espec¨ªficos para cada producto y plantas complejas, incluso m¨¢s costosas que investigar la vacuna. Adem¨¢s necesitamos miles de millones de dosis. Las peque?as empresas biotech y los centros p¨²blicos no tienen capacidad y dependen de acuerdos con los grandes fabricantes de EE UU, China, India y Europa. Pero econom¨ªas de escala y riesgos limitaron la producci¨®n global, que ya estaba ocupada por las vacunas precedentes. La urgencia y la escala de la pandemia covid-19 han exigido construir nuevas plantas. Incluso ¡°fabricar a riesgo¡±, es decir, producir las nuevas vacunas antes de concluir los estudios, aunque fracasen y no lleguen a utilizarse nunca.
La gran pregunta es si en esta ocasi¨®n dram¨¢tica -5.000 vidas al d¨ªa se cobra la covid-19- tenemos que sufrir un mercado con la din¨¢mica selv¨¢tica del pasado, o bien somos capaces de ordenar un mercado eficiente y equitativo a escala global, basado en una cooperaci¨®n internacional verdaderamente humana. ?La carrera por la vacuna est¨¢ movida por el inter¨¦s privado m¨¢s estrecho, y tendr¨¢ un ganador monopolista protegido por derechos de exclusiva frente a demandantes pujando precios muy altos por el suministro que vitalmente necesitan? ?Quedar¨¢ limitado el n¨²mero de vacunados y, por tanto, la victoria sobre el virus? ?O bien, asistimos a un esfuerzo de cooperaci¨®n internacional por organizar y potenciar la investigaci¨®n, la fabricaci¨®n y la distribuci¨®n con la mayor eficiencia y rapidez y atendiendo a criterios de justicia mundial?
Esta ¨²ltima alternativa abre una dimensi¨®n pol¨ªtica emocionante. Si prospera, significar¨ªa que, ante la magnitud de la pandemia y la cat¨¢strofe econ¨®mica, la humanidad es capaz de poner en marcha un esbozo de gobierno mundial. Ciertamente, la cooperaci¨®n internacional es el asunto b¨¢sico.
Incentivos a la inversi¨®n, s¨ª, equidad tambi¨¦n
El mercado sin regular no ofrece incentivos suficientes para garantizar la innovaci¨®n ¨®ptima. Para remediarlo la legislaci¨®n del monopolio de patentes levanta expectativas de altos beneficios que esperamos incentiven la investigaci¨®n de un flujo de innovaciones futuras (eficiencia din¨¢mica). Pero a corto plazo carga altos precios (ineficiencia est¨¢tica) y hace inasequibles los medicamentos a quienes no tienen capacidad de pago. Ante la vacuna contra la covid-19, el conflicto no puede ser mayor: necesitamos los incentivos a innovar, fabricar y remunerar la inversi¨®n, pero un mercado mundial ordenado, no s¨®lo eficiente, sino tambi¨¦n equitativo, debe hacerla accesible, a todos los pa¨ªses y personas que la necesiten y con la mayor prontitud.
Afortunadamente disponemos de mecanismos ya probados que resuelven o aten¨²an mucho el dilema. Los m¨¢s importantes, del estilo ¡°tir¨®n de la demanda¡±, y capaces de crear un mercado ordenado, son los Compromisos Anticipados de Mercado ideados por el premio Nobel de Econom¨ªa Kremer en 2000, con el pensamiento puesto en los pa¨ªses en desarrollo y las ¡°enfermedades tropicales¡± . En esencia, se trata de un precontrato de opci¨®n de compra, que no queda al arbitrio del optante, sino que sujeta la compraventa a una condici¨®n suspensiva obligatoria: que tenga ¨¦xito el desarrollo de la vacuna. Si se logra, el innovador/vendedor se obliga a vender y el comprador a adquirir a los precios, en las cantidades y con las caracter¨ªsticas t¨¦cnicas preestablecidas en detalle en el precontrato.
Las ventajas son claras. Desaparece por ambas partes ¡°a priori¡± la incertidumbre comercial: el innovador/vendedor sabe que una demanda solvente le va a comprar el producto; el comprador, o sus beneficiarios, adquieren el derecho a obtener la vacuna que tienen reservada en dichas condiciones. El dinero no se gasta si la vacuna no se consigue; el acuerdo obliga a enfocar los esfuerzos en el resultado; la selecci¨®n de proyectos la hacen los investigadores y las empresas que son los que mejor los conocen; y pueden dise?arse de modo que las vacunas logradas sean las que precisan los m¨¢s necesitados.
Estos acuerdos pueden servir tambi¨¦n a la equidad si la financiaci¨®n es aportada por estados o entidades donantes que designan como beneficiarios a los pa¨ªses en desarrollo o un consorcio de pa¨ªses desarrollados que proporcionan la financiaci¨®n de forma cooperativa, como est¨¢ haciendo la Uni¨®n Europea.
Para acelerar la investigaci¨®n de las vacunas anticovid-19 ha sido important¨ªsimo que, adem¨¢s del s¨®lido dise?o del contrato ideado por los economistas, ya tuvi¨¦ramos experiencia pr¨¢ctica de su funcionamiento con ¨¦xito durante los ¨²ltimos veinte a?os con frutos tan importantes como las vacunas del neumococo y el ¨¦bola promovidas por Gavi (Alianza Global por las Vacunas).
La Uni¨®n Europea ya ha firmado acuerdos de este tipo, que llama Acuerdos de Adquisici¨®n Anticipada (APA). Combinan un pago inicial (¡°empuj¨®n a la oferta¡±), que se considera parte del precio y es financiado con cargo al Emergency Support Instrument, con el compromiso de compra final efectivamente completada por los Estados Miembros con el pago del resto, cuando la vacuna est¨¦ lista. Ya tiene contratos firmados con AstraZeneca-Universidad de Oxford (300 millones. de dosis m¨¢s opci¨®n por otros 100 millones) y Sanofi-GSK (300 millones de dosis) y negocia otros con Johnson& Johnson; CureVAc, Moderna y BioNTech-Pfizer, hasta asegurarse seis vacunas diferentes. Estos contratos se complementan con un Acuerdo entre la Comisi¨®n Europea y los Estados Miembros (de 20 de julio el espa?ol, BOE del 5 de agosto), que les abre la posibilidad de adquirir las vacunas en los t¨¦rminos del precontrato APA. Las condiciones econ¨®micas no se han revelado, aunque la Comisi¨®n se ha comprometido a que el precio refleje una estimaci¨®n transparente de los costes de producci¨®n. Se dice que el precio de la vacuna de AZ ser¨¢ de 3 euros por dosis.
Los espa?oles podemos estar bastante tranquilos y satisfechos de nuestra pertenencia a la UE, que nos ha puesto en las mejores condiciones para acceder a las vacunas.
La cooperaci¨®n internacional es la clave para que las vacunas lleguen con justicia a todo el mundo, incluidos los pa¨ªses de bajos y medianos ingresos. Para lograrlo la Fundaci¨®n Gates estima necesarios 74.000 millones de d¨®lares. El Banco Mundial va a facilitar financiaci¨®n por 12.000 millones de d¨®lares. La OMS lidera el programa Acceso Acelerado a las Herramientas contra la covid-19 (ACT Accelerator), que ya ha conseguido 3.000 millones de d¨®lares, pero que necesita otros 35.000 millones para an¨¢lisis diagn¨®sticos, medicamentos, vacunas y refuerzo de los sistemas sanitarios. Se estima que esta inversi¨®n se recuperar¨ªa en tres d¨ªas, una vez restauradas la movilidad y el comercio mundial. En este marco, la Comisi¨®n Europea lanz¨® su respuesta global contra el coronavirus, que ha conseguido compromisos por casi 16.000 millones de euros. Trump no ha querido que los EE UU formen parte. Espa?a participa en el consejo promotor del ACT-Accelerator. En los acuerdos con los Estados miembros sobre sus APA la Comisi¨®n se ha comprometido a que en sus negociaciones con la industria farmac¨¦utica las vacunas se consideren bien p¨²blico mundial, en favor de los pa¨ªses en desarrollo, pero esta declaraci¨®n se ha de concretar en compromisos financieros.
COVAX, es el subprograma que fomenta la investigaci¨®n, la fabricaci¨®n y la compra y suministro de 2.000 millones de dosis de vacunas para fines de 2021. Incluye 168 pa¨ªses y nueve productos y es liderado por la propia OMS, CEPI (Coalici¨®n para la Promoci¨®n de Innovaciones en pro de la Preparaci¨®n ante Epidemias) y Gavi. La Uni¨®n Europea ha contribuido 400 millones de euros y Espa?a con 125. Gavi tambi¨¦n ha puesto en marcha acuerdos anticipados de mercado por 2.000 millones de d¨®lares para comprar 20 millones de dosis. Hay que subrayar la participaci¨®n en estos esfuerzos de entidades p¨²blicas, privadas, filantr¨®picas y de la sociedad civil.
Vemos que es posible un mercado ordenado de vacunas contra el SARS-Cov-2 orientado a la eficiencia y la equidad global. Pero los pa¨ªses ricos, al margen de la defecci¨®n lamentable de los EE UU, no tienen que atrincherase en sus acuerdos anticipados de mercado y deben aportar muchos m¨¢s fondos para financiarlo. Sin duda, Espa?a todav¨ªa debe contribuir m¨¢s, especialmente el sector privado y la sociedad civil. Aunque s¨®lo sea por ego¨ªsmo. Como dice la presidenta de la Comisi¨®n, nadie estar¨¢ seguro hasta que todos, en todo el mundo, estemos seguros. En los pr¨®ximos meses sabremos cu¨¢l de las dos opciones, mercado salvaje o mercado ordenado globalmente con justicia, dominar¨¢ nuestro futuro y el de toda la Humanidad.
F¨¦lix Lobo es catedr¨¢tico em¨¦rito de la Universidad Carlos III de Madrid y Funcas.
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