Jonathan Blitzer, periodista y escritor: ¡°Trump logr¨® mover hacia la derecha toda la pol¨ªtica migratoria¡±
El reportero de ¡®The New Yorker¡¯, que ha cubierto la crisis de migraci¨®n durante las administraciones de Trump y Biden, publica un libro sobre la historia pol¨ªtica que cambi¨® las vidas de miles de personas
¡°El Salvador tiene tantas cicatrices que es un privilegio poder mostrarles las nuestras. Porque todos los que murieron est¨¢n aqu¨ª presentes¡±. El m¨¦dico salvadore?o Juan Romagosa se aferr¨® a estas palabras cuando estaba ante un jurado en la Florida, en 2002, al exponer las heridas de su cuerpo. Era un testigo clave en el juicio por los cr¨ªmenes de guerra cometidos por el ej¨¦rcito en su pa¨ªs durante la guerra civil de los ochenta. Un ej¨¦rcito que Estados Unidos hab¨ªa financiado.
Romagosa tambi¨¦n siente que la frontera entre Estados Unidos, M¨¦xico y Centro Am¨¦rica es una cicatriz m¨¢s. Ayud¨® a cientos de refugiados centroamericanos a cruzarla durante la Guerra Fr¨ªa, y luego ¨¦l hizo lo mismo escapando la guerra. El doctor termin¨® en Washington DC dirigiendo una cl¨ªnica para migrantes. Lleva en el cuerpo la violencia y la migraci¨®n y por eso entiende bien un fen¨®meno del que se habla mucho ¨²ltimamente a los dos lados de la frontera: la crisis migratoria.
Juan Romagosa es uno de los protagonistas de Everyone who is Gone is Here, un libro de Jonathan Blitzer, periodista de la revista The New Yorker, que a¨²n no ha sido traducido al espa?ol. ¡°La crisis migratoria no es algo inevitable¡±, dice Blitzer en entrevista con EL PA?S sobre una obra que se?ala a todos los responsables y a sus v¨ªctimas, los migrantes. ¡°Estados Unidos tuvo una responsabilidad en el desplazamiento de una generaci¨®n de centroamericanos, tanto por las intervenciones que hicieron en la regi¨®n durante la Guerra Fr¨ªa, como por dejar all¨ª unas estructuras que explican la migraci¨®n en las d¨¦cadas siguientes hasta hoy¡±, a?ade.
Una responsabilidad a¨²n no asumida pol¨ªticamente. La semana pasada el presidente Joe Biden decidi¨® limitar un poco m¨¢s el asilo en la frontera de Estados Unidos, a pesar de que las cifras de migrantes llegando all¨ª han bajado en los ¨²ltimos meses, una movida evidentemente pol¨ªtica antes de las elecciones de noviembre.
Pregunta. Muchas veces entendemos la crisis migratoria como cruzar la selva del Dari¨¦n o el r¨ªo Bravo, pero usted argumenta que en el coraz¨®n de esta crisis est¨¢ un drama burocr¨¢tico
Respuesta. S¨ª, lo burocr¨¢tico puede parecer mundano pero es necesario entender esa mec¨¢nica del Gobierno de Estados Unidos para entender sus consecuencias. Y la realidad es esta: hay muchos funcionarios en Estados Unidos que quisieran tomar decisiones de buena fe para los migrantes, buenas decisiones, pero est¨¢n impedidos. Chocan contra un muro que los limita y est¨¢ creado por la realidad pol¨ªtica que viven en Washington, peleas entre distintos departamentos que son las que terminan afectando a la gente.
P. Dice que hay funcionarios, que uno creer¨ªa que son de derecha, que en realidad apoyan lo mismo que algunos liberales o progresistas para hacer una pol¨ªtica migratoria m¨¢s humana.
R. S¨ª, por ejemplo, personas en el Border Patrol (la patrulla fronteriza) o ICE (el servicio de migraci¨®n y aduanas). Uno asume que todos ellos son funcionarios de l¨ªnea dura en temas migratorios. Pero varios de ellos son bastante pragm¨¢ticos. Se dieron cuenta que las pol¨ªticas m¨¢s duras no son efectivas. Las pol¨ªticas de Trump, quien tom¨® algunas de las decisiones m¨¢s crueles como separar a las familias en la frontera, no funcionan. Esa pol¨ªticas ¡°disuasivas¡± no ayudan a ¡°disuadir¡¯ a los migrantes. A pesar de ello, la administraci¨®n de Donald Trump logr¨® mover m¨¢s hacia la derecha todo lo que es aceptable, o admisible, en pol¨ªtica migratoria. Por eso la administraci¨®n de Joe Biden tambi¨¦n ha tomado decisiones muy duras contra los migrantes. La evidencia, sin embargo, ha demostrado que si hay opciones legales, la gente las prefiere en vez de viajar hasta la frontera.
P. ?Biden no abri¨® inicialmente una de esas v¨ªas legales?
R. S¨ª, la administraci¨®n de Biden ha intentado expandir algo que se llama parole (un estatus que permite una libertad condicional antes de resolver la situaci¨®n migratoria). Pienso en los caminos legales que se abrieron para migrantes de Venezuela, Haiti, Nicaragua y Cuba, el n¨²mero de personas de esos pa¨ªses que viaj¨® hasta la frontera sur cay¨® en un 90% cuando tuvieron otra alternativa para entrar¡ªen solo seis meses.
P. Un logro positivo del que no se habla casi
R. La Casa Blanca no quiere hablar de esto p¨²blicamente porque hoy lo que se premia pol¨ªticamente es tener un discurso muy duro en temas migratorios. Incluso cuando hay funcionarios en el departamento de seguridad nacional (DHS, por sus siglas en ingl¨¦s), que dicen: ¡®ustedes no le pueden negar entrada a todo el mundo con todo lo que est¨¢ pasando, tienen que reconocer que las personas est¨¢n dejando sus pa¨ªses porque est¨¢n desesperados, tienen que abrir caminos legales para entrar¡¯. Estos no son funcionarios de izquierda, son pragm¨¢ticos, es un tema de sentido com¨²n.
P. ?Cu¨¢l ha sido uno de los errores m¨¢s grandes de Biden en migraci¨®n?
R. No haber tumbado inmediatamente lo que se conoce como el T¨ªtulo 42, [lo hizo en mayo del 2023, dos a?os y medio despu¨¦s de su posesi¨®n]. Cuando empez¨® la pandemia, Trump impuso este T¨ªtulo 42 que b¨¢sicamente dec¨ªa que, por razones de salud, el Gobierno suspend¨ªa el sistema de asilo en la frontera sur y expulsar¨ªa a las personas que lleguen a esta. Los cient¨ªficos del CDC (Centros para el Control y la Prevenci¨®n de Enfermedades) dijeron entonces que eso no ten¨ªa sentido, en parte porque el coronavirus estaba ya muy expandido en todo Estados Unidos, m¨¢s que en Am¨¦rica Latina, de donde ven¨ªan los migrantes. Trump ignor¨® a la CDC y una de las consecuencias fue que la gente intent¨® cruzar de todas formas, de forma masiva, porque el Gobierno obviamente no pod¨ªa agarrarlos a todos. Esa pol¨ªtica solo trajo caos a la frontera, un caos que se mantuvo en la administraci¨®n de Joe Biden.
P. Trump se ali¨® tambi¨¦n con presidentes de Centroam¨¦rica para frenar la migraci¨®n
R. S¨ª, y hay una iron¨ªa ah¨ª, un paralelo hist¨®rico. En los a?os de la Guerra Fr¨ªa, Estados Unidos apoy¨® y protegi¨® a gobiernos que cometieron violaciones de derechos humanos atroces porque la prioridad era limitar a la izquierda en la regi¨®n a toda costa. En el presente a Estados Unidos solo lo mueve una cosa en la regi¨®n: frenar el aumento de la migraci¨®n como sea. As¨ª que ahora hacen la vista gorda frente a los gobiernos corruptos. Algo que cuento en el libro es c¨®mo Enrique Degenhart, ministro del interior del expresidente Jimmy Morales, viaj¨® a reunirse con la administraci¨®n de Trump cuando la Corte Constitucional de Guatemala no le permiti¨® al gobierno firmar un acuerdo de ¡®tercer pa¨ªs seguro¡¯ [un acuerdo que Trump promovi¨® para que los migrantes pidiendo asilo tuvieran que quedarse esperando en Guatemala]. Y Degenhart le pidi¨® a los americanos que amenazaran con sancionar a Guatemala, para as¨ª asustar a la gente, y por la presi¨®n pol¨ªtica se apruebe el acuerdo. A mi eso me parece escandaloso, un ministro del interior llamando a sanciones contra su propio pa¨ªs. Trump luego escribi¨® un trino amenazante contra Guatemala, Morales responsabiliz¨® a la Corte, y al final les funcion¨®: Estados Unidos firm¨® el acuerdo con Guatemala.
P. ?Y qu¨¦ le pasa a Biden en la regi¨®n?
R. A Biden le ha costado hacer aliados. Algunos pol¨ªticos estaban inmediatamente descartados como Juan Orlando Hern¨¢ndez, de Honduras, porque estaba a punto de ser arrestado y extraditado cuando lleg¨® Biden. El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, era el aliado m¨¢s obvio, pero su Gobierno tambi¨¦n tuvo much¨ªsima corrupci¨®n. Con Nayib Bukele ha empezado a pasar algo interesante. Aunque Biden ha criticado sus tendencias antidemocr¨¢ticas, ¨²ltimamente la preocupaci¨®n de Estados Unidos ha sido: ?c¨®mo mantenemos estable a la econom¨ªa salvadore?a para que no haya una migraci¨®n masiva desde all¨ª? Y cada vez son menos cr¨ªticos a sus tendencias antidemocr¨¢ticas.
P. ?Tener una pol¨ªtica progresista en migraci¨®n no da r¨¦ditos pol¨ªticos?
R. La posici¨®n m¨¢s progresista es la m¨¢s dif¨ªcil. Requerir¨ªa apelar a la raz¨®n y a la humanidad de la gente, y eso es un recurso escaso ¨²ltimamente. ?C¨®mo explicarle a la gente que fue gracias al trabajo de los migrantes que Estados Unidos evit¨® una recesi¨®n despu¨¦s del coronavirus? La administraci¨®n de Biden le teme al riesgo y les da tanto miedo decir algo incorrecto pol¨ªticamente que prefieren no decir nada. Ese vac¨ªo en el discurso lo llenan entonces los populistas antiinmigraci¨®n que est¨¢n en la derecha, como Trump. A m¨ª me sorprende que, de acuerdo a las encuestas, los ciudadanos conf¨ªan m¨¢s en la derecha que en la izquierda para lidiar con temas migratorios, incluso aunque el historial de la derecha haya sido horrible y cruel. Los dem¨®cratas no dominan el discurso de la migraci¨®n y quieren que el tema desaparezca, pero no se va a ir. La conversaci¨®n sobre migraci¨®n se movi¨® hacia la derecha y los dem¨®cratas est¨¢n desesperados.
P. Cuenta en el libro la historia de Kelly, una de las primeras madres a la que separaron de sus hijos en la frontera.
R. Luego fue una de las primeras madres que viajaron a Estados Unidos, durante la administraci¨®n de Biden, para reunirse de nuevo con su familia. A¨²n hay familias que siguen separadas, ya no miles, pero posiblemente cientos. No hemos hablado a¨²n de todo el da?o emocional y humano de esa pol¨ªtica. Algunas familias estuvieron separadas durante a?os.
P. ?Cree que Trump volver¨ªa a intentar algo as¨ª si vuelve a ser presidente?
R. S¨ª, creo que corremos el riesgo de que su segunda administraci¨®n sea peor, en formas que ni siquiera podemos imaginar a¨²n. Hay gente que lanza la idea por ah¨ª de que haya campos para internar a migrantes, o deportaciones masivas. Todo eso hay que analizarlo con calma porque muchas de esas propuestas populistas de la derecha son fantas¨ªas, imposibles legalmente. Pero no s¨¦ realmente qu¨¦ esperar de todo esto, me parece una posibilidad horrible.
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