La democracia y la verdad
La estrategia pol¨ªtica de los actuales maquinadores de bulos no necesita el prestigio de ninguna teor¨ªa
La estrategia pol¨ªtica de los actuales maquinadores de bulos no necesita el prestigio de ninguna teor¨ªa
Cuanto m¨¢s tiempo pierdan las ¨¦lites liberales en lamentar la irracionalidad de los votantes, menos comprender¨¢n las causas de su malestar
Si hay violencia, racismo y exclusi¨®n en las fronteras de Europa, tambi¨¦n los habr¨¢ dentro de ellas
Que los bancos centrales sean independientes del ciclo pol¨ªtico no significa que deban ser neutrales en relaci¨®n con los objetivos que la sociedad se propone
Solo somos libres e individuos plenos viviendo en sociedad y siguiendo unas pautas que algunos niegan en nombre de la libertad individual
La convocatoria de elecciones y la designaci¨®n de Barnier como primer ministro son decisiones coherentes
La crisis actual de los sistemas democr¨¢ticos deriva de la falta de autocr¨ªtica de su modelo liberal
Vivimos una creciente sustituci¨®n de la pol¨ªtica por el Derecho, una estrategia para sustraer cada vez m¨¢s asuntos de su desarrollo democr¨¢tico
La retirada de la candidatura de Biden puede ser un golpe de la fortuna que los dem¨®cratas deben saber aprovechar
Ciertos poderes, en la judicatura y la polic¨ªa, se han convertido en militantes que creen haberse quedado solos en la defensa de la naci¨®n
En estas elecciones nos jugamos la continuidad de la creciente influencia que la extrema derecha ha tenido los ¨²ltimos a?os en las pol¨ªticas europeas
Defender la democracia no pasa hoy por intensificar el combate entre izquierda y derecha, sino por acudir en ayuda de la derecha cl¨¢sica
Es preciso liberar la pol¨ªtica de la excesiva personalizaci¨®n y del dramatismo apocal¨ªptico
Las contraposiciones ideol¨®gicas percibidas o sentidas son m¨¢s fuertes que las reales. Incluso en sociedades con debates especialmente intensos, la centralidad no desaparece
La vida pol¨ªtica se ha degradado hoy hasta el punto de que, a falta de una esperanza cre¨ªble y movilizadora, resulta m¨¢s f¨¢cil agitar el temor a los otros, una de las maniobras m¨¢s torpes
Si queremos comprender a los ultras hay que reconocerles una coherencia ideol¨®gica mayor de lo que solemos suponer y hacerse cargo de c¨®mo piensan. Han logrado traducir sufrimientos de origen socioecon¨®mico en la gram¨¢tica de la inseguridad cultural y nacional
La ausencia de un horizonte claro para el sistema provoca la nostalgia del pasado en la derecha y una actitud conservadora en la izquierda, mientras se persigue el bienestar privado ignorando que no se puede sobrevivir sin un compromiso con lo p¨²blico
Quienes anuncian los posibles problemas futuros de la inteligencia artificial, coqueteando a veces con la idea del fin del mundo, parecen menos interesados por sus problemas reales en el presente
La hiperconectividad se ha convertido en una infraestructura universal de la vida contempor¨¢nea pero, como la globalizaci¨®n, tambi¨¦n tiene sus perdedores y representa un fen¨®meno que no est¨¢ exento de ambivalencias
La petici¨®n de paralizar el desarrollo de la inteligencia artificial es alarmista sobre sus capacidades actuales y poco realista, pero contribuye a que el p¨²blico sea consciente de la necesidad de un mayor debate, supervisi¨®n y regulaci¨®n
Dejarse marcar el paso por los m¨¢s ideologizados entre los propios sirve para mantener unida a la tribu, pero no permite ampliar los apoyos electorales o las posibilidades de construir mayor¨ªas parlamentarias y sociales con otros agentes pol¨ªticos
Resulta l¨®gico que, junto con el respeto hacia la autonom¨ªa de unos saberes complejos, aumenten tambi¨¦n los controles p¨²blicos hacia una actividad que no puede ser juzgada ¨²nicamente por quienes la hacen
Ataques como los de Brasilia y Washington no ser¨ªan posibles si no se hubiera producido una perversi¨®n de los conceptos y del discurso pol¨ªtico
El gozo del que el progresismo hace bien en desconfiar es aquel vinculado al abuso, a la ausencia de l¨ªmites, seg¨²n la definici¨®n cl¨¢sica de la propiedad que otorga al propietario el derecho de hacer lo que quiera con ella
Buena parte de las disputas pol¨ªticas son ya acerca de los derechos y las obligaciones resultantes de nuestra condici¨®n corporal, una ocasi¨®n de repensar conceptos como la libertad, el poder o la representaci¨®n
La idea de crisis de la democracia no explica lo que nos pasa, que es una suerte de afianzamiento mediocre que consolida un sistema pol¨ªtico en el que hay m¨¢s rechazo que elecci¨®n, m¨¢s descarte que preferencia
Ning¨²n dispositivo tecnol¨®gico puede ahorrarnos el trabajo de discusi¨®n democr¨¢tica en torno a los fines, aunque pueda facilitarnos la tarea de implementar los objetivos que hemos decidido perseguir
Ante la saturaci¨®n de informaci¨®n que nos distrae y obliga a decidir r¨¢pidamente, es f¨¢cil aceptar las ideas falsas. Solo entendiendo a los desconfiados se puede entender la sociedad en la que vivimos. ¡®Ideas¡¯ adelanta un extracto de ¡®La sociedad del desconocimiento¡¯, de Daniel Innerarity
El soci¨®logo polaco procur¨® reducir al m¨¢ximo la distancia entre el pensador y el p¨²blico lector
Venimos de una civilizaci¨®n que se ha construido en el dualismo de naturaleza y cultura. La primera es inmodificable, mientras que la segunda ser¨ªa el reino de la libertad. Estos grandes imaginarios parecen haberse invertido
Las democracias tienen dificultades pr¨¢cticas para la gesti¨®n de los conflictos, pero no porque sean democr¨¢ticas, sino porque est¨¢n dise?adas para un mundo que en buena parte ya no existe
Los sistemas autom¨¢ticos de decisi¨®n no tienen capacidad para resolver los conflictos propiamente pol¨ªticos, es decir aquellos en los que se ponen en cuesti¨®n los marcos, los fines o los valores
?La tecnolog¨ªa y un sistema pol¨ªtico se parecen? Nuestra relaci¨®n con ambos depende de conceptos como control y delegaci¨®n, supervisi¨®n y confianza.
Debemos seguir intentando inventar procedimientos e instituciones que funcionen en la nueva constelaci¨®n digital, al igual que lo han hecho nuestros antepasados en otros momentos de la historia
Los entusiastas del ¡®data¨ªsmo¡¯ y de la exactitud creen que caminamos hacia una ideolog¨ªa m¨¢s all¨¢ de cualquier ideolog¨ªa
Hay un antagonismo que no tiene que ver con el cl¨¢sico izquierda-derecha al que conviene prestar atenci¨®n y tiene que ver con la actual situaci¨®n, el papel de la ciencia y quienes lo niegan todo
Propongo un pacto para dejar de prestar atenci¨®n a quienes est¨¢n todo el d¨ªa extendiendo certificados de virginidad ideol¨®gica, autenticidad en la representaci¨®n del pueblo o integridad pol¨ªtica
El debate partidista se ha convertido en un ¡®re?idero¡¯. En pa¨ªses pr¨®speros, la inquina y la hostilidad son un sustitutivo de la violencia, que se da m¨¢s en naciones pobres
La sociedad de los datos est¨¢ viviendo la primera enfermedad a escala global, pero la salida exige un cambio en nuestra concepci¨®n de las cifras y adoptar una l¨®gica de colectivo y no de mayor¨ªa
Al celebrar la implantaci¨®n del teletrabajo o la educaci¨®n ¡®online¡¯ no hay que olvidar c¨®mo los espacios f¨ªsicos comunes y p¨²blicos nos igualan