Yo, Zuckerberg
Su evoluci¨®n encaja con estos tiempos de cambio cultural, y resuena con un mundo tecnol¨®gico e hipermasculino que busca l¨ªderes fuertes y ricos
Es periodista y escritora especializada en la relaci¨®n entre tecnolog¨ªa, medios y sociedad. Fund¨® Verne, la web de cultura digital de EL PA?S, y fue subdirectora de 'La Vanguardia'. En 2013 public¨® 'Memecracia', ensayo que adelant¨® la influencia del fen¨®meno de la viralidad. Su newsletter personal se llama 'Leer, escribir, internet'.
Su evoluci¨®n encaja con estos tiempos de cambio cultural, y resuena con un mundo tecnol¨®gico e hipermasculino que busca l¨ªderes fuertes y ricos
Una nube t¨®xica nos envuelve, confundi¨¦ndonos. Es nuestro propio sistema cultural e informativo, envenen¨¢ndose a la vez que el medio ambiente
Deber¨ªamos exigir que nos alarmen mejor, como a adultos capaces de entender que la normalidad lo es porque a veces se rompe
Las redes sociales desbordan una violencia que no acaba de ser contenida por las empresas porque hacerlo va contra el negocio, y los menores son las principales?v¨ªctimas
Hubo un tiempo en el que internet era un lugar f¨ªsico donde ibas a sentarte y no un dios omnipresente al que rendir cuentas desde la cama, el ba?o o el autob¨²s
A esas tierras lleg¨® antes la luz que el agua corriente. S¨¦ de alguien que compr¨® una lavadora sin tenerla a¨²n: hab¨ªa ganas, fueron siglos de helarse las manos haciendo la colada
La adicci¨®n al m¨®vil no es un pecado personal. ?Cu¨¢ntas veces hemos escuchado que un problema social o econ¨®mico se debe a los fallos morales de un colectivo?
Para elaborar ¡®Aqua Viperarum¡¯ hay que calentar en un alambique ocho serpientes vivas reci¨¦n cogidas, pero con cuidado, porque estar¨¢n muy furiosas
Jam¨¢s tuvimos tantos datos sobre nosotros mismos, pero ?qu¨¦ nos pasa?
De vez en cuando, alguien defiende la lectura como acto in¨²til, la forma ¨²ltima de proteger nuestro tiempo contra el mundo. Pero hay algo a¨²n m¨¢s libre y valiente
Lo peor de volver a casa despu¨¦s de las vacaciones y hacer el inventario de las cosas que te han robado es darte cuenta de que no tienes nada de valor
C¨®mo no sentirnos identificados con esa especie de peque?os ingenieros cuando todo ha podido irse al garete por muy poco
En esta derechita meridional hay memes futboleros, cosquillas de hermandad ib¨¦rica y grecolatina y fotos de templos
El silencio suena m¨¢s agudo al amanecer y en la noche. Pero una cosa es la compa?¨ªa que proporcionan las ondas y otra, la del m¨®vil
Lunes. Nuestra hero¨ªna recibe un correo de LinkedIn: ¡°Este puesto encaja al 100% con tu perfil¡±. Y tanto, pens¨®, como que es mi puesto. La iban a echar
El tr¨¢fico basado en el miedo inmobiliario aumenta. ?C¨®mo lo s¨¦? Porque veo a sus depredadores volar en c¨ªrculos
La responsabilidad sobre lo que decimos y sus consecuencias es despu¨¦s de internet un l¨ªo verde y pringoso que no sabemos arreglar
Los contenidos para ellos tienden a la recuperaci¨®n de valores masculinos tradicionales: dinero, fuerza, liderazgo
Me levanto tarde y cansada, con dolor de cabeza y ganas de caf¨¦. Antes confesar¨ªa aqu¨ª la direcci¨®n de mi casa que las horas que pas¨¦ conectada
?Por qu¨¦ se comportan como lemmings empe?ados en despe?arse las empresas m¨¢s capaces del mundo?
En nombre de la IA se las aleja del gran negocio, convirti¨¦ndolas en v¨ªctimas. Scarlett Johansson es un s¨ªmbolo de la violencia digital, que lleva tiempo sufriendo
Las pel¨ªculas que predicen el futuro crean unas expectativas sociales a las que no son ajenos quienes las recogen y devuelven al inconsciente colectivo
Los estudiantes estadounidenses que protestan por Palestina prefieren no hablar con los medios para protegerse de la viralidad y sus consecuencias
La tentaci¨®n de la desinformaci¨®n es grande porque el premio tambi¨¦n lo es: quien controla la atenci¨®n controla el voto, el consumo, el poder, el dinero, los medios
Clasificaba cientos de v¨ªdeos extremos al d¨ªa. A lo peor del ser humano lo llamaban ¡°ticket¡±
El instinto nos pide proteger lo que amamos de la Red y de los depredadores que llegan con ¨¦l
?Qu¨¦ le gusta al algoritmo en 2024? Humanos-mensaje con personalidad y sin verg¨¹enza de quienes aprender una visi¨®n del mundo
Internet es fr¨¢gil y a la desaparici¨®n de la memoria digital se a?aden ahora otros peligros
Durante muchos a?os, la defensa de la pirater¨ªa ¡ªo de las libertades en internet, seg¨²n a qui¨¦n se pregunte¡ª vertebr¨® Espa?a; o al menos, buena parte del discurso y los movimientos digitales
Las redes y los medios digitales est¨¢n tan rotos que no es necesario sumergirse de forma deliberada en una espiral de teor¨ªas desquiciadas, solo entrar a internet
Es inevitable sentir ira, miedo, curiosidad o alegr¨ªa con las noticias; volver a un dispositivo f¨ªsico como escudo para controlar cu¨¢ndo, c¨®mo, d¨®nde y durante cu¨¢nto tiempo lo vamos a hacer es una soluci¨®n tan parcial e imperfecta como interesante
Con la subida de las criptomonedas y las acciones de Nvidia vuelve la fiebre del oro tecnol¨®gica. Nos llegar¨¢n sus consecuencias, pero no los dividendos
Algunos de los abusos m¨¢s incomprendidos suceden en mundos que respiran una fuerte ¨¦pica, un patr¨®n que puede estar repiti¨¦ndose en los nuevos entornos digitales
La falta de calidad de la IA generativa, que supone un freno en otros ¨¢mbitos, parece no serlo en los contenidos digitales a los que se dirige Sora, la nueva herramienta de v¨ªdeos de OpenAI
Necesitamos personas imperfectas y cercanas que nos saquen del aburrimiento, pero cuando llegan alto les exigimos que sean prodigios de mesura y sentido com¨²n
Como saben cineastas y adolescentes creadores de contenidos, la m¨²sica y la luz en movimiento son capaces de transformar en heroico cualquier martes
Pronto tampoco ser¨¢ necesario sentarse en el ordenador a clasificar notas. Si les dejamos, los dispositivos f¨ªsicos de IA, grabar¨¢n y documentar¨¢n nuestra vida. La misma tecnolog¨ªa que nos sepultar¨¢ en datos tambi¨¦n se ofrece a rescatarnos
Elegir carrera en estos tiempos se parece a tomar decisiones sobre el futuro mirando estrellas que murieron hace miles de a?os
?Qu¨¦ es real y qu¨¦ es fantas¨ªa en un mundo dominado por la imagen? La moda se enfrenta a su eterna pregunta a trav¨¦s de la tecnolog¨ªa.
La Red, ese prodigioso invento que cambi¨® el mundo, ha descarrilado. Pero algunos pioneros planean un aut¨¦ntico renacimiento, una vuelta a las esencias. Luchan por un espacio abierto, gratuito, neutral, seguro y construido entre todos