Eduardo Labarca, bi¨®grafo de Allende: ¡°Todos los seres humanos somos santos y demonios a la vez¡±
El autor de ¡®Salvador Allende. Biograf¨ªa sentimental¡¯ publica a sus 86 a?os ¡®P¨¦sima memoria, antes de antes y despu¨¦s del despu¨¦s¡¯, una autobiograf¨ªa at¨ªpica


Pocos personajes chilenos relatan historias como las del escritor y periodista Eduardo Labarca (Santiago, 1938), quien conoci¨® a Salvador Allende cuando ¨¦l era adolescente y el socialista un pol¨ªtico cuarent¨®n; vivi¨® parte el exilio en la Uni¨®n Sovi¨¦tica trabajando en el programa Escucha Chile de Radio Mosc¨² y entrevist¨® a antiguos lanzas chilenos internacionales, que robaban billeteras en el metro en Europa. Eso, por contar solo algunos pasajes de su vida. Y aunque su ¨²ltimo libro se titula P¨¦sima memoria, antes de antes y despu¨¦s del despu¨¦s (Catalonia) ¡ªuna autobiograf¨ªa at¨ªpica en la que recorre sin un orden cronol¨®gico Chile y el mundo¡ª, Labarca est¨¢ lejos de ser alguien que recuerde poco. Al contrario.
Labarca naci¨® en Chile, pero por el trabajo de su padre, quien era muy amigo de Allende y sol¨ªa redactar minutas para sus discursos, vivi¨® de ni?o en Argentina y Francia. En Santiago, cuando militaba en el Partido Comunista (PC) ¡ªdice que dej¨® el PC en 1991 cuando Gladys Mar¨ªn ¡°apoy¨® el golpe contra Gorbachov¡±¡ª estudi¨® derecho en la Universidad de Chile, donde postul¨®, sin suerte, para presidir la federaci¨®n estudiantes, junto otro alumno que aspiraba a la vicepresidencia, Ricardo Lagos, quien presidi¨® Chile entre el 2000 y 2006. Su profesor de derecho administrativo era entonces un joven parlamentario: Patricio Aylwin, quien lider¨® La Moneda entre 1990 y 1994. ¡°En clases, Aylwin me dec¨ªa ¡®se?or Labarca¡¯, muy formal, pero cuando yo llegaba al Senado [para reportear para El Siglo, diario del PC], nos trat¨¢bamos de t¨². Todo con respeto¡±, recuerda.
Labarca conoci¨® a Allende cuando era senador y ¨¦l ten¨ªa 14 a?os. Lo llamaba t¨ªo e iba seguido a su casa. ¡°Allende era maceteado, ancho de cogote, de cabeza cuadrada. La gente dec¨ªa que era bajo, pero no era as¨ª: era corpulento porque hab¨ªa hecho mucha nataci¨®n y boxeo¡±. ¡°Era muy agradable, con mucho sentido del humor. Le hac¨ªa bromas a sus amigos. Los llamaba por tel¨¦fono haci¨¦ndose pasar por otra persona. Y no ten¨ªa odios: ¨¦l ten¨ªa rivales pol¨ªticos, pero no consideraba a nadie sus enemigos. Lo que s¨ª, es que ten¨ªa pololas¡±.
De ni?o particip¨® en las campa?as de Allende. Se reencontr¨® con ¨¦l en La Moneda, cuando Labarca era reportero de la radio Portales, ¡°que quiso tener a un ?ato [un tipo] de izquierda¡±, y luego en el programa de televisi¨®n A esta hora se improvisa. Tras el golpe de Estado de 1973 Labarca sali¨® al exilio: vivi¨® en la Uni¨®n Sovi¨¦tica durante ocho a?os, donde estuvo en Escucha Chile, un espacio ¡°contra Pinochet¡± con el que ¡°salvamos muchas vidas¡±, rememora. Luego parti¨® a Francia y despu¨¦s a Austria, y fue traductor para Naciones Unidas. A Chile volvi¨® 40 a?os despu¨¦s, en 2013, a vivir a Las Cruces, un balneario a unos 120 kil¨®metros de Santiago.

Su primer libro, Chile invadido, rompi¨® r¨¦cords de venta en 1968, pues destap¨®, recuerda, la conspiraci¨®n extranjera que despu¨¦s se devel¨® en el derrocamiento de Allende. En 1971 public¨® Chile al rojo y en 1972 Corval¨¢n 27 horas, basado en conversaciones con Luis Corval¨¢n, secretario general del PC. Labarca transit¨® de la escritura period¨ªstica a la ficci¨®n, con las novelas Butamal¨®n. El origen sangriento de Chile en 1995 y Cad¨¢ver tuerto en 2005. En 2007 irrumpi¨® con Salvador Allende. Biograf¨ªa sentimental, un superventas que le cost¨® las cr¨ªticas de varios conspicuos personajes de la izquierda chilena pues abord¨® al l¨ªder de la Unidad Popular mucho m¨¢s all¨¢ de su faceta pol¨ªtica. ¡°Allende ten¨ªa su esposa, la Tencha, pero en cada etapa de su vida tuvo un affaire extramarital, pero no secreto. ?l ten¨ªa amores, relaciones sentimentales. Ten¨ªa mucho cari?o por la Tencha, una relaci¨®n especial en la que ella convivi¨® con esto. Pero ¨¦l se iba al norte, y en su comitiva iba la favorita del momento, generalmente eran mujeres inteligentes, cultas y, en algunos casos, las incorporaba al comando; en otros, viajaba con ellas¡±, dice.
P¨¦sima memoria ser¨¢ su ¨²ltimo libro. ¡°Con este, yo me despido. Seguramente, voy a seguir escribiendo art¨ªculos, pero no otro libro¡±, dice. Lo antecedieron otros tres: Lanza internacional en 2014; Los 50 del lanza y La rebeli¨®n de la Chora, novelas basadas en historias de ladrones chilenos, conocidos como lanzas por su rapidez para robar, que conoci¨® mientras viv¨ªa en Europa y los visit¨® en la c¨¢rcel. ¡°Los vi [en el metro] y los cach¨¦ [detect¨¦] altiro [de inmediato]¡±, cuenta. ¡°Eran totalmente pac¨ªficos y no ten¨ªan nada m¨¢s que habilidad para robar. Pero los que andan ahora, que son sus nietos o bisnietos, esos s¨ª andan con pistola¡±. ¡°Los lanzas chilenos, los antiguos, eran gente de puro ingenio: robaban billeteras, carteras, pero no mataban a nadie. Tampoco se emborrachaban, porque si alguno lo hac¨ªa, no lo dejaban en el grupo. Ten¨ªan que estar impeque [impecables], bien vestidos. Por ejemplo, la Yuyito [Ruth Galdames] le rob¨® [en los 70] en el metro de Nueva York la billetera a un alto funcionario del FBI. Esos eran nuestros lanzas¡±.
Cuando termin¨® estas tres novelas pas¨® al siguiente libro, P¨¦sima memoria, del que sus primeros apuntes fueron en ¡°papelitos y servilletas¡±. ¡°Sent¨ª que quer¨ªa hacer un balance, pero no me interesa en absoluto dejar una imagen simp¨¢tica de m¨ª, ni algo lleno de adornos. Porque este no es un libro sobre mi vida, sino sobre lo que yo he aprendido del mundo¡±.
Pregunta. ?Y qu¨¦ ha aprendido?
Respuesta. Que los seres humanos somos genios. Pertenecemos a los tres grandes simios: el gorila, el orangut¨¢n y el Homo sapiens. Geniales desde que salimos de la selva, del desierto o las grutas, pero desde ese momento, generaci¨®n tras generaci¨®n, hemos ido apoder¨¢ndonos de este planeta. Hemos creado maravillas, pero junto con eso, hemos sido de una criminalidad espantosa. El ser humano, desde que tuvo una piedra para matar una ovejita y no morirse de hambre, despu¨¦s le dio con esa piedra al vecino en la cabeza. Y todos los pasos y adelantos han sido para atacar a otros.
Y agrega, a sus 86 a?os: ¡°Este libro no es para irse a la cama, leer cuatro paginitas y dormir bien. Es para dormir mal. Porque en los seres humanos, junto con la creatividad, est¨¢ la guerra. Yo, por ejemplo, no duermo por la guerra de Ucrania o por Gaza. Yo creo que cuando se dice ¡®el hombre es el lobo del hombre¡¯, se est¨¢ calumniando al lobo, pero no al hombre. Porque cuando se dice que algo es inhumano, la guerra, el exterminio, es lo m¨¢s humano que hay. Todos los seres humanos somos santos y demonios a la vez, y esa es mi manera de ver el mundo y es lo que quiero transmitir en este libro¡±.
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