C¨®mo llegar al ¡®follower¡¯ 100

Elisardo Bastiaga (99 followers en Instagram) estaba leyendo la entrevista de la contra de EL PAIS, concretamente el momento en que el chef Quique Dacosta recuerda que en Jap¨®n no es una falta de respeto dormirse en las reuniones, cuando record¨® que Espa?a sigue sin gobierno. ¡°Todo est¨¢ en la p¨¢gina menos pensada¡±, dijo.

Bastiaga se alojaba en el piso de sus padres de Sanxenxo, con ellos dentro, y a¨²n no se hab¨ªa hecho una sola foto para Instagram porque, dijo, esperaba ¡°el momento¡±. Bastiaga aguardaba a que el mundo le ofreciese las condiciones de su selfi como un surfista mirando al horizonte espera la gran ola.

El d¨ªa en que decidi¨® subir su primera foto en vacaciones, Bastiaga parec¨ªa haber bajado a la playa tras ver tutoriales en Youtube de c¨®mo se bajaba en Sanxenxo a la playa en 1987. Una camiseta apretada de Fido Dido, un ba?ador Mistral estampado y la toalla amarilla y negra de Cacaolat, estrechita, perfectamente doblada sobre el hombro derecho. ¡°Perd¨®n por hacerte esperar, estaba hablando con Carmen Calvo¡±, dijo. Tras leer el peri¨®dico y hacer sus observaciones (¡°Lo del PSOE y Podemos es tensi¨®n sexual no resuelta. ?Sabes c¨®mo se estropea la maravillosa tensi¨®n sexual no resuelta? Resolvi¨¦ndola. As¨ª que habr¨¢ elecciones. Porque sin sexo hay tensi¨®n y con sexo, guerra), sac¨® el m¨®vil del bolsillo como una espada l¨¢ser: tocaba actualizar Instagram.

Hab¨ªa estudiado las mareas, los vientos (ese d¨ªa, componente este), el encuadre de la foto (Bastiaga hac¨ªa un cuadrado con las manos y lo mov¨ªa por el aire como si fuese una c¨¢mara; a veces se hac¨ªa un l¨ªo con los dedos y parec¨ªa un aliado por el pueblo adelante) y la mejor hora de sol, la luz que le dar¨ªa el brillo suficiente, eterno, para conseguir el follower 100. Supuse que habr¨ªa pasado la noche sac¨¢ndole brillo a sus palos selfi como?Bj?rn Borg midiendo la presi¨®n de sus raquetas y eligiendo, sin fortuna ninguna, su vestuario. Ojal¨¢ su madre, de 82 a?os, le hubiese dejado la ropa instagramera lista como me dejaba a m¨ª mi madre de peque?o la del d¨ªa siguiente para ir al cole, ojal¨¢, de verdad os lo digo, porque si no lo hizo, desde luego lo pareci¨®.

Bajamos a la playa petada con una solemnidad espectacular, como quien entra en un estadio y una vez en la arena se puso a saludar exageradamente a izquierda y derecha, no s¨®lo agitando las manos, que bastar¨ªa, sino a los gritos, tanto que tard¨¦ veinte minutos en comprender que no saludaba a ni Dios, s¨®lo estaba generando hype sobre ¨¦l. En ese momento seguro que ya ten¨ªa 96 followers. Una vez encontrado un sitio en donde dejar la toalla, tras numerosos estudios sociol¨®gicos y topogr¨¢ficos, se sent¨® y dijo que la mejor hora de sol para hacerse la foto eran las 21.16 y, seg¨²n la aplicaci¨®n WhenToPost, la mejor hora para colgarla era a las 21.10. ¡°Vamos a tener que hacerlo a toda hostia¡±, dijo. ¡°Son pocos minutos, igual basta meter el pie en un agujero negro¡±, coment¨¦. ¡°A toda hostia¡±, insisti¨® sin hacerme caso. Ya estaba en trance de influencer.