Kit de supervivencia cultural para el encierro (d¨ªa 36)
¡®Babelia¡¯ recomienda los mejores libros, discos, pel¨ªculas, series, c¨®mics y videojuegos para disfrutar en casa
Babelia propone un libro, un disco, una pel¨ªcula, una serie, un c¨®mic y un videojuego cada d¨ªa, mientras dure el confinamiento en los hogares y la par¨¢lisis del sector del ocio, para poder disfrutar de la cultura desde casa.
UN LIBRO: Capitalismo y democracia, de Josep Fontana
La crisis de 2008 demostr¨® lo lejos que pueden llegar las finanzas en su voracidad si la pol¨ªtica se desentiende de ellas. Por eso, Nicolas Sarkozy pronunci¨® en caliente una frase antol¨®gica que el tiempo fue enfriando: ¡°Hay que refundar el capitalismo¡±. Slavoj Zizek sostiene que el coronavirus podr¨ªa dar el golpe de gracia al capitalismo depredador, pero dado que ese fin parece lejano, resulta muy ¨²til volver al principio. Y de eso trata este libro p¨®stumo de Josep Fontana (1931-2018). Aparecido meses despu¨¦s de la muerte del historiador y maestro de historiadores barcelon¨¦s, Capitalismo y democracia lleva en su t¨ªtulo dos cifras y un subt¨ªtulo. Las cifras (1796-1848) son el arco temporal que va desde el inicio de la Guerra de los Siete a?os ¨Cla verdadera primera guerra mundial seg¨²n Winston Churchill¨C hasta la revoluci¨®n que coincidi¨® con la publicaci¨®n del Manifiesto comunista de Marx y Engels.
El subt¨ªtulo es de batalla ¨CC¨®mo empez¨® este enga?o¨C, pero se refiere sobre todo al relato historiogr¨¢fico que, en nombre de las libertades individuales, separa el triunfo del mercado de la intervenci¨®n del Estado y lo vincula a la clarividencia ¨¦pica de los pioneros de la revoluci¨®n industrial. Fontana desmonta ambas tesis relatando los tejemanejes territoriales del Congreso de Viena y demostrando la importancia que para el desarrollo de la industria en Europa tuvieron dos factores. El primero, la venta a particulares de las tierras comunales que garantizaban la subsistencia de los campesinos, a los que no qued¨® m¨¢s remedio que emigrar a las ciudades y trabajar en las f¨¢bricas. El segundo, los enormes beneficios derivados de la esclavitud transatl¨¢ntica. Elogiemos ahora a los emprendedores famosos. Javier Rodr¨ªguez Marcos
Capitalismo y democracia. Josep Fontana. Traducci¨®n de Silvia Furi¨®. Cr¨ªtica, 2019. Disponible como pr¨¦stamo gratuito en las bibliotecas p¨²blicas (eBiblio) y en Todos tus libros, Libelista, Amazon y Fnac.
UN DISCO: To Pimp a Butterfly, de Kendrick Lamar
Uno de los elementos en que se distingui¨® en t¨¦rminos musicales y conceptuales la segunda d¨¦cada de este siglo XXI, en comparaci¨®n las dos anteriores, fue el esfuerzo de un n¨²mero considerable de artistas no solo por intentar convencernos de que estaban fabricando la mejor m¨²sica de la historia, sino para, en m¨¢s de una ocasi¨®n, lograrlo. Esa fue una d¨¦cada soberbia y desacomplejada, y la m¨²sica que importa siempre se ha sustentado sobre estas dos formas de transitar por la vida. En marzo de 2015 se lanzaba este disco, que si no es el mejor de aquel decenio, poco le falta. El segundo largo para un gran sello de Kendrick Lamar, rapero nacido en Compton (California), suena a artista convencido de que por fin tiene las herramientas para convencer. El disco arranca con los aires jazz-funk de Wesley¡¯s Theory, tema en el que, con la ayuda de George Clinton y Thundercat, b¨¢sicamente orina sobre todos aquellos que han estado reivindicando los a?os ochenta sin tener ni idea de lo que aquel infausto decenio termin¨® haciendo sobre la irracional forma que tenemos hoy de entender qu¨¦ demonios hacemos aqu¨ª. Acaba con Mortal Man, que es el sonido de un se?or rapeando sobre el campo despu¨¦s de otra batalla perdida. ¡°La pr¨®xima vez habr¨¢ disturbios, una verdadero ba?o de sangre¡±, se oye decir al final a 2Pac, en un sampleado de una entrevista que concedi¨® el rapero antes de ser asesinado. Por el camino, la sensacional King Kunta, la decadente How Much a Dollar Cost, la fiesta en el piso de protecci¨®n oficial de i o esa lecci¨®n sobre c¨®mo ser seis rapeando a la vez en una misma canci¨®n que da en la incre¨ªble Alright.
To Pimp a Butterfly contiene elementos de jazz, de funk, de soul o de slam poetry. Ecos de Gil Scott-Heron, de Sun Ra, de Spike Lee o incluso de Martin Lurther King. Est¨¢ escrito y grabado sin miedo, pero con respeto. Y as¨ª, entre la conciencia pol¨ªtica de Public Enemy o Dead Prez y las lecciones musicales de The Roots o Common, Kendrick Lamar fabric¨® el disco que le convirti¨® en el m¨²sico m¨¢s relevante de una d¨¦cada y, en cualquier otro momento, tambi¨¦n en el mejor rapero del mundo. Pero en 2015 ya no val¨ªa solo con eso ¨Cnos est¨¢bamos todos viniendo muy arriba¨C, por lo que Kendrick se erigi¨® en el mejor rapero de la historia. Y lo hizo gracias a este ¨¢lbum, armado con elementos de lo mejor de la historia de la m¨²sica y de lo peor de la historia de la pol¨ªtica. Cuando salgamos a la calle, tendremos que ponernos a buscar estas dos cosas. Esperemos solo que si las encontramos, como Kendrick en este largo, sepamos qu¨¦ hacer con ellas. Xavi Sancho
To Pimp a Butterfly. Kendrick Lamar. Aftermath/Interscope, 2015. El disco est¨¢ disponible en Spotify y otras plataformas.
UNA PEL?CULA: El padrino, de Francis Ford Coppola
¡°I believe in America. America has made my fortune¡±. La primera secuencia muestra un rostro compungido, rabioso. La c¨¢mara se aleja poco a poco de esa cara, la de alguien que viene a pedir ayuda, probablemente tambi¨¦n consuelo, a un hombre con poder, y a quien le cuenta una desgracia ocurrida a su hija. Rodeados de oscuridad y silencio. Y por primera vez se oye a quien le recibe: ¡°?Por qu¨¦ acudiste a la polic¨ªa? ?Por qu¨¦ no viniste a verme primero?¡±. Y despu¨¦s, el acabose. Hasta su secuencia final, en la que la c¨¢mara tambi¨¦n se aleja de un rostro. Esta vez es el de un hombre satisfecho, apoyado en la mesa de su despacho. Su esposa mira desde el otro de la puerta. En la distancia, ve c¨®mo otros felicitan a su marido. Tambi¨¦n hay silencio espeso. Y oscuridad. Alguien susurra ¡°Don Corleone¡±... Un guardaespaldas cierra lentamente la puerta, y la mujer entiende que ha perdido a su marido, deglutido primero por un alud de villan¨ªa y convertido ahora en el motor del mal.
Entre medias, un rodaje infernal, una demostraci¨®n de lo que es capaz de hacer el ser humano cuando se le pone entre la espada y la pared. Tanto en el rodaje, con Francis Ford Coppola cuestionado cada d¨ªa, como en la pantalla, cuando Michael Corleone es empujado a tomar las riendas de su familia y no acaben devorados por los otros clanes de la Cosa Nostra (nunca se pronuncia la palabra mafia) que aprovechan la ausencia forzada de su padre, un hombre recto, genial estratega, que a?ora de forma a veces melanc¨®lica tiempos pasados en los que no exist¨ªan tantos matices de grises. Pacino, Brando, las naranjas, la oferta que no se pudo rechazar¡?El padrino, ?para qu¨¦ m¨¢s? Gregorio Belinch¨®n
El padrino. Francis Ford Coppola. 1974. La pel¨ªcula est¨¢ disponible en Netflix, Rakuten TV y Amazon Prime Video.
UNA SERIE: Fleabag
Desconocemos el nombre propio de la protagonista de Fleabag (literalmente, saco de pulgas, se usa para referirse a alguien desagradable o antip¨¢tico), la comedia que triunf¨® en los pasados premios Emmy y rob¨® el protagonismo a la mism¨ªsima Juego de tronos. Pero el nombre de su creadora y protagonista, la londinense de 34 a?os Phoebe Waller-Bridge, se ha convertido en uno de los m¨¢s venerados y codiciados del audiovisual. La actriz y guionista transform¨® en serie un mon¨®logo de mismo nombre con el que gan¨® el Fringe Festival de Edimburgo en 2013. La comedia dram¨¢tica debut¨® en 2016 en el canal online de la televisi¨®n p¨²blica brit¨¢nica BBC Three y viaj¨® por el mundo poco despu¨¦s con la plataforma de streaming de Amazon. El efecto boca a boca hizo su trabajo y, para cuando en 2019 se estren¨® la segunda temporada, Fleabag ya hab¨ªa superado el fen¨®meno de culto dirigido a un p¨²blico juvenil para pasar a emitirse en el primer canal de la BBC y, por tanto, ser una de las grandes apuestas de la cadena.
Su deslenguada protagonista cuenta directamente al espectador sus andanzas familiares (su hermana, cu?ado, padre y madrastra son para echar de comer aparte) y sexuales, rompiendo una y otra vez la cuarta pared para hacer c¨®mplice de sus pensamientos a quien observa al otro lado de la pantalla. Su humor ¨¢cido y su sarcasmo se acompa?an de un drama profundo que se asoma poco a poco. La maravillosa segunda entrega logra dar una inteligente vuelta de tuerca a la comedia rom¨¢ntica y al uso de la cuarta pared, adem¨¢s de recuperar y refrescar la figura del cura sexy con un Andrew Scott impecable en una temporada para enmarcar que cierra una serie imprescindible. Natalia Marcos
Fleabag. Phoebe Waller-Bridge. BBC, 2016. Las dos temporadas de la serie se pueden ver en Amazon Prime Video.
UN C?MIC: Rojo
El c¨®mic es un arte que tiene en su gen¨¦tica la reproductibilidad, la pertenencia al mundo de la imprenta. El olor a tinta y el tacto del papel forman parte indisoluble de la experiencia lectora de un c¨®mic, pero las limitaciones propias del proceso de edici¨®n han marcado un car¨¢cter de constante investigaci¨®n y b¨²squeda, una insatisfacci¨®n permanente hacia las estrecheces del continente que han hecho que el lenguaje del c¨®mic viva en mutaci¨®n continua, interaccionando con su continente para crear objetos indisolubles, donde la lectura tradicional deja paso a una experiencia sensorial global, rompiendo toda idea preconcebida. El c¨®mic se convierte en objeto, en lo que acertadamente Thierry Groensteen defin¨ªa como un "O.C.N.I.", un fascinante?Objeto Cultural No Identificado que no respeta fronteras impuestas y perdiendo lectores para ganar c¨®mplices de vivencias sensoriales. Una opci¨®n creativa que se ha consolidado en Francia a trav¨¦s de editoriales como ?ditions Polystyr¨¨ne, pero que en nuestro pa¨ªs parece de momento limitado a la autoedici¨®n y el fanzinismo.
Por suerte, existe alguna excepci¨®n, como la propuesta de cajas de minic¨®mics que la editorial Autsaider propuso hace ahora ocho a?os. Peque?os objetos de cart¨®n con 16 min¨²sculos c¨®mics que repasaban lo m¨¢s granado del c¨®mic patrio, juntando a los vanguardistas m¨¢s estilizados con los underground m¨¢s rabiosos, los veteranos y los j¨®venes, los consagrados y los debutantes, creando lo que la editorial defin¨ªa acertadamente con un ¡°esguince visual para dilatadas pupilas¡±. Peque?as dosis de asombro que impactaban en la retina con la fuerza de un martillo pil¨®n, escondidos tras un precioso envoltorio de fetichismo coleccionista. Es posible que en su paso a la lectura digital la experiencia, pero poder disfrutar en Rojo de las miniobras de Miguel ?ngel Mart¨ªn, Paco Alc¨¢zar, Furillo, Nacho Garc¨ªa, Jos¨¦ Tom¨¢s, Roger, Joan Cornell¨¢, Le Ra¨²l, Abarrots, Ata, Nono Kad¨¢ver, Juarma, Dar¨ªo Adanti, Langer, Molg H y Molina sigue siendo una experiencia ¨²nica. ?lvaro Pons
Rojo. Varios autores. Autsaider, 2012. El c¨®mic se puede leer gratis en la web de la editorial Autsaider.
UN VIDEOJUEGO: Batman: Arkham City
A los videojuegos les pasa con los superh¨¦roes lo que a las pel¨ªculas con los videojuegos: las adaptaciones parecen tan sencillas que normalmente suelen naufragar. Tan habituados estaban los jugadores a juegos discutibles (cuando no directamente nefastos) sobre Superman, Los Cuatro Fant¨¢sticos o Catwoman que, cuando en 2009 apareci¨® Batman: Arkham Asylum, muchos no lo pod¨ªan creer: un juego que por fin se tomaba en serio as¨ª mismo, que en lo narrativo no tomaba al jugador por tonto y que en lo jugable mezclaba combate, exploraci¨®n y sigilo de forma magistral. Pero la sorpresa fue todav¨ªa mayor cuando sali¨® su secuela: Batman: Arkham City (2011), un juego que mejoraba todo lo bueno que hac¨ªa su predecesor, expand¨ªa el mapa por el que nos mov¨ªamos a toda la ciudad de Gotham y ampliaba la mitolog¨ªa del Caballero Oscuro. Los jugadores pudieron, por fin, sentir lo que era ponerse la capa negra y salir a patrullar con el Batmovil. Jorge Morla
Batman: Arkham City. Rocksteady Studios, 2011. El juego est¨¢ disponible para PS3, Xbox 360, Windows, Wii U, Mac OS X, PS4 y Xbox One.
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