Madrid se convierte en capital del Antiguo Egipto con dos grandes exposiciones que suman m¨¢s de medio millar de objetos de la civilizaci¨®n fara¨®nica
¡®Hijas del Nilo¡¯, en el Palacio de las Alhajas, y ¡®Momias, redescubriendo seis vidas¡¯, en CaixaForum, coinciden en un a?o cargado de celebraciones egiptol¨®gicas
Ni Menfis ni Tebas, Madrid es estos d¨ªas la capital del Antiguo Egipto gracias a la coincidencia de dos grandes exposiciones sobre la civilizaci¨®n fara¨®nica, a las que hay que a?adir que el pr¨®ximo d¨ªa 24 el teatro Real estrenar¨¢ una producci¨®n de la ¨®pera Aida (con la casualidad de que el director del coro se apellida Maspero, como el gran egipt¨®logo franc¨¦s), y sin olvidar las importantes colecciones egiptol¨®gicas que alberga el Museo Arqueol¨®gico Nacional, y la reciente visita en plan Radam¨¦s del ic¨®nico ex responsable de las antig¨¹edades egipcias Zahi Hawass.
Hijas del Nilo, dedicada a la mujer en tiempos de los faraones (en el Palacio de las Alhajas, hasta el d¨ªa el 31 de diciembre) y Momias, redescubriendo seis vidas, que consigue la maravilla de hacer hablar a seis difuntos embalsamados de una manera que envidiar¨ªa el mism¨ªsimo Imhotep de La momia si no el propio Osiris (CaixaForum Madrid, hasta el 26 de octubre, despu¨¦s recalar¨¢ en Barcelona), se exhiben adem¨¢s en un a?o cargado de celebraciones egiptol¨®gicas, con el centenario del descubrimiento de la tumba de Tutankam¨®n a la vuelta de la esquina (4 de noviembre), los 200 a?os del desciframiento de la escritura jerogl¨ªfica por Champollion (que se cumplieron en septiembre) y el 50 aniversario de la inauguraci¨®n del templo de Debod, tra¨ªdo de Nubia, en Madrid (18 de julio). En total, las dos exposiciones, suman m¨¢s de medio millar de objetos de la civilizaci¨®n fara¨®nica, una oportunidad ¨²nica (que el Nilo pase por el Manzanares) para zambullirse en una de las culturas m¨¢s apasionantes de la historia.
Hijas del Nilo, bajo el leit motiv de una frase del Himno de Isis del Papiro de Oxirrinco (¡°Hiciste el poder de la mujer igual que el del hombre¡±) y con piezas de 30 museos y colecciones privadas tanto nacionales como extranjeros, presenta sorpresas como la reconstrucci¨®n de un vestido de la reina Nefertari (la esposa principal de Rams¨¦s II) y ¡ªmediante un v¨ªdeo inmersivo¡ª de la c¨¢mara funeraria de su famosa y bell¨ªsima tumba en el Valle de las Reinas. Tambi¨¦n el que a lo mejor ves una momia moverse.
Lo advirti¨® durante un paseo por la exposici¨®n con este diario Nacho Ares, comisario con Esther Pons de la muestra. ¡°Tenemos una momia de la ¨¦poca de la dominaci¨®n romana de Egipto de una jovencita, procede del museo de la universidad de Aberdeen y nos han dicho que los cambios de temperatura pueden hacer que se produzca alg¨²n peque?o movimiento de la cabeza. Lo hemos avisado para que nadie se asuste si lo ve¡±. Ares, con aspecto de escriba aunque lleva camisa de cuadros de le?ador, explica que Hijas del Nilo, dividida en cinco secciones ¡ªla cotidianidad de la mujer, incluida la sexualidad; la mujer y la realeza, la religi¨®n y la muerte, y un apartado sobre egiptoman¨ªa¨D quiere difundir a un p¨²blico amplio la idea de que hab¨ªa una sorprendente igualdad de g¨¦nero en el Antiguo Egipto, al menos en comparaci¨®n con lo que se estilaba en las grandes civilizaciones de la Antig¨¹edad.
La mujer pod¨ªa tener propiedades, heredar, divorciarse, realizar numerosos oficios y ocupar altos cargos (incluso algunas llegaron a ostentar la m¨¢xima representaci¨®n del Estado). El comisario apunta que ¡°no hay que idealizar¡±, pero, aunque la posici¨®n del hombre fuera superior y la libertad y las prerrogativas de la mujer quedaran muy difuminadas m¨¢s all¨¢ de las clases altas, las diferencias con lo que ocurr¨ªa en el mundo griego o romano son muy notables.
El discurso de la exposici¨®n no es muy novedoso (ya en 1986 se present¨® en el Centro Cultural de La Caixa en Barcelona la recordada muestra sobre el tema Nofret la Bella y en 2004 el Museo Egipcio de la capital catalana organiz¨® Damas del Nilo, sobre la igualdad de la mujer), la calidad de las piezas (casi 300) que se exhiben es muy variada (con un punto a veces de batiburrillo) y algunas ambientaciones son discutibles (como los vestidos recreados por el televisivo Lorenzo Caprile, aunque le gustaron mucho a Hawass; o la reconstrucci¨®n-homenaje del despacho de Howard Carter). Pero no se puede negar que la muestra tiene atm¨®sfera (la iluminaci¨®n es evocadora y los m¨®dulos est¨¢n dise?ados a imagen del muro de entrada al complejo funerario de Djoser en Saqqara), y que hay obras muy interesantes que por s¨ª solas justifican la visita, como numerosas estatuillas preciosas (ah¨ª est¨¢ la pol¨ªcroma de Isis en actitud de duelo que da imagen a la muestra), un delicioso relieve de una reina ptolemaica, el sarc¨®fago y cartonaje de Kaipamau, el ata¨²d de Shepenun, varios talatat de Amarna¡ A destacar tambi¨¦n el interesant¨ªsimo cat¨¢logo, con textos de expertos como Hawass (sobre la mujer e, invitablemente, sobre Hawass), Joyce Tyldesley (Nefertiti) o Jos¨¦ Manuel Gal¨¢n (Hatshepsut).
Si la exposici¨®n del Palacio de las Alhajas es muy interesante, la de CaixaForum es simplemente extraordinaria. No s¨®lo por la idea central (resucitar a seis momias para conocer sus vidas) sino por la mezcla de ciencia moderna e historia y por la incre¨ªble calidad del material que se expone, desde las piezas centrales, las momias y sus ajuares, hasta el ¨²ltimo de los objetos que apoyan la muestra. La colecci¨®n reunida (260 piezas) y su valor dan una idea de la fabulosa riqueza egiptol¨®gica del British Museum de Londres que es de donde proceden las momias y todo lo dem¨¢s.
Comisariada por Marie Vandenbeusch y Daniel Antoine, ambos del departamento del Antiguo Egipto y Sud¨¢n del museo londinense, la exposici¨®n, fruto de un extenso acuerdo de colaboraci¨®n con la Fundaci¨®n La Caixa, es espectacular y tremendamente sugerente (se podr¨¢ ver en CaixaForum Barcelona en noviembre y en el de Sevilla en mayo de 2023). El visitante no puede contener un escalofr¨ªo de emoci¨®n ante el aviso a la entrada: ¡°Se dispone usted a conocer a seis momias egipcias¡±.
Esos seis personajes embalsamados se nos ir¨¢n revelando en sus respectivos espacios ¡ªes como si entr¨¢ramos en sus c¨¢maras funerarias¡ª, gracias a la ¨²ltima tecnolog¨ªa, que permite escudri?arlas sin desenrollarlas y sin perturbar su descanso de siglos. Mediante tomograf¨ªa computerizada se las ha examinado hasta sus ¨²ltimos recovecos y un software especial las revela con todos sus secretos. Junto a las momias f¨ªsicas (un letrero recalca que La Caixa se ha comprometido¡± a tratar los restos humanos con cuidado, respeto y dignidad¡±) se muestra en pantallas, con detalle sobrecogedor y fascinante, como los esc¨¢neres las desnudan virtualmente de vendas y carne momificada en un estriptis de ultratumba hasta dejarlas en los puros huesos.
En el proceso, descubrimos las t¨¦cnicas de momificaci¨®n empleadas (cortes, extracci¨®n o no de ¨®rganos, rellenos extra?os), las enfermedades y la causa de la muerte ¡ªcarcinoma metast¨¢sico, arteriosclerosis, lesi¨®n espinal¡ª, pistas sobre su vida, objetos inesperados (amuletos, algunos imprimidos en 3D para la exhibici¨®n; la hazuela de momificar, de madera, que se dej¨® un embalsamador en el cr¨¢neo de la momia de un joven al extraerle el cerebro) y jirones de la personalidad del difunto que complementan (o a veces contradicen) lo que sabemos por las inscripciones que figuran en el ata¨²d o en el vendaje.
Los personajes, el dramatis personae de la exposici¨®n, su mummy team, son Ameniryirt, un funcionario de Tebas de alrededor del 600 antes de Cristo; Nesperennub, un sacerdote de la misma ciudad del 800 a. C.; otro cl¨¦rigo, del norte, quiz¨¢ servidor de los dioses leones Bastet y Maahes en Taremu, en el delta (aunque fue embalsamado en Tebas, en el 700 a.C.), Penamunnebnesuttawy; una mujer casada de Tebas, Takhenemet, con el t¨ªtulo ¡°se?ora de la casa¡± y que luc¨ªa mo?o y unos perturbadores ojos azules (dos piedras), del 700 a. C.; un an¨®nimo ni?o peque?o de Hawara del periodo romano, con mechas de pelo hasta los hombros, cuatro objetos sobre el cuerpo que representan los pezones, el ombligo y los genitales, y momificado alrededor del 40-45 d. C); y un tambi¨¦n innominado joven de 17-18 a?os del Egipto grecorromano, de finales de la dinast¨ªa ptolemaica (100 a. C-100 d.C.), que fue embalsamado con una inconsolable cara de pena.
Entre los numeros¨ªsimos objetos sensacionales que acompa?an a la exposici¨®n figuran, adem¨¢s de los sarc¨®fagos, instrumentos de embalsamar, vasos can¨®picos, estelas, recipientes de cosm¨¦ticos, estatuas (una enorme, impresionante, de Sekhmet, en granodiorita)¡ A se?alar la emoci¨®n de ver un amuleto extra¨ªdo digitalmente de la momia de Nesperennub (el real sigue all¨ª dentro, sobre su pecho) e impreso en 3D que muestra la huella de los dedos del artesano que lo hizo. El Antiguo Egipto, tan cerca, y las momias habl¨¢ndote al o¨ªdo¡
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