Una casa para Walter Benjamin en Portbou
La localidad catalana se prepara para homenajear al escritor jud¨ªo con la proyectada inauguraci¨®n de un centro cultural
¡°En una situaci¨®n sin salida no tengo m¨¢s opci¨®n que ponerle fin. Ser¨¢ en un peque?o pueblo de los Pirineos en el que nadie me conoce donde mi vida se acabar¨¢¡±. Era el primer p¨¢rrafo de la nota que Walter Benjamin redact¨® en Portbou el 26 de septiembre de 1940. Se la entreg¨® a Henry Gurland y en el segundo p¨¢rrafo Benjamin le ped¨ªa que informase de su decisi¨®n a un amigo: el fil¨®sofo Theodor Adorno. Estaba alojado en una habitaci¨®n de La Fonda de Francia. En ese espacio se desarrolla la primera escena de la ¨®pera Benjamin at Portbou. El libreto lo escribi¨® Anthony C. Madigan y Antoni Ros Marb¨¤ acab¨® de componerla en septiembre de 2016, pero a¨²n no se ha escenificado. La ¨²ltima promesa es estrenarla en el Gran Teatre del Liceu durante la temporada 2023-2024. Por entonces, si todo va seg¨²n lo previsto, ya estar¨¢ muy avanzada la instalaci¨®n de la Casa Walter Benjamin en el antiguo ayuntamiento de Portbou.
A finales del pasado mes de abril, el Ministro de Cultura Miquel Iceta visit¨® la exposici¨®n Una casa per a Walter Benjamin en la sede barcelonesa de la Fundaci¨® Llu¨ªs Coromina. All¨ª pudo ver el proyecto de reforma y rehabilitaci¨®n del antiguo ayuntamiento. Es obra de los arquitectos Jordi Pigem y Joan Falgueras. Lo realizaron gracias al apoyo de Ferrocarrils de la Generalitat y surge del impulso de la Fundaci¨® Angelus Novus que preside Pilar Parcerisas. Desde entonces Iceta lo tuvo claro: apost¨® por que el proyecto, cuyo coste global asciende a tres millones de euros, fuese expuesto en el marco de la presencia espa?ola como invitado de honor de la Feria del Libro de Frankfurt. El pasado martes d¨ªa 18, durante el encuentro del Ministro con su hom¨®nima alemana ¡ªClaudia Roth, miembro de Alianza 90/Los Verdes¡ª, tres administraciones ¡ªla tercera es la catalana¡ª se comprometieron a reactivar y financiar una idea interrumpida por dos veces.
Cuando en Frankfurt le presentaron a la Ministra de Cultura alemana, seg¨²n confirman a EL PA?S muchos de los presentes, la Reina Letizia le dio la mano y pronunci¨® una frase en ingl¨¦s: ¡°Tenemos un acuerdo¡±.
Los dos lugares de memoria del pensador en Portbou son el cementerio y el inquietante Memorial Walter Benjamin realizado por el escultor y artista pl¨¢stico israel¨ª Dani Karavan. Entrar en ese espacio met¨¢lico y descender las escaleras que sit¨²an al paseante frente al mar que es el morir invita a transitar por el magnetismo del abismo que precede a la desaparici¨®n. La desaparici¨®n de un humanista de la modernidad cuya muerte simboliza la agon¨ªa de una civilizaci¨®n ¡ªla di¨¢spora intelectual jud¨ªa por la Europa que muere con la Segunda Guerra Mundial, la que subir¨¢ al escenario cuando se represente la ¨®pera de Ros Marb¨¤¡ª. Tambi¨¦n, la desaparici¨®n de una ciudad ¡ªPortbou¡ª dos veces borrada de la historia y al fin olvidada porque la memoria de lo que fue ha ido difumin¨¢ndose entre el paso del tiempo y la incuria institucional.
Bombardeos nazis
Durante el ¨²ltimo tercio del siglo XIX la ciudad fronteriza se consolid¨® en torno al s¨ªmbolo de la modernidad industrial: una estaci¨®n de tren en cuyas v¨ªas Espa?a conectaba con Europa. El motor del desarrollo de la localidad era la aduana y el tr¨¢nsito de mercanc¨ªas, una fuente de riqueza que mal que bien resisti¨® hasta la entrada de Espa?a en la Comunidad Econ¨®mica Europea. El m¨¢ximo esplendor de Portbou hab¨ªa transcurrido durante el primer tercio del siglo XX. A la iglesia neog¨®tica se le sum¨® la arquitectura civil modernista. En 1930 la localidad rozaba los 4.000 habitantes. De ese momento quedan ruinas y vestigios. Porque esa ciudad empez¨® a terminar un d¨ªa concreto. A las seis de la ma?ana del 15 de febrero de 1937. Seis aviones Junker del ej¨¦rcito del aire nazi bombardean Portbou siguiendo ¨®rdenes del ej¨¦rcito franquista. Ser¨¢ el primero de 52 bombardeos por aire y por mar, seg¨²n ha contabilizado el historiador local Luis Castell¨®. El objetivo de los ataques era cortar las comunicaciones terrestres entre Francia y la Espa?a republicana. Esa es la ciudad de la guerra y la posguerra. Es el Portbou de casetas de la Guardia Civil y tanquetas en el monte, b¨²nkeres en la playa, pasillos secretos bajo las v¨ªas para huir.
A esa ciudad, que tambi¨¦n ha desaparecido, lleg¨® Benjamin huyendo de los nazis. Ese viaje ser¨¢ museizado. En la proyectada Casa Walter Benjamin, en el cuerpo central del edificio, la exposici¨®n permanente se dedicar¨¢ a esa ¨²ltima traves¨ªa.
La historia ha sido contada en diversas ocasiones. El 14 de junio de 1940 huye de Par¨ªs tras la ocupaci¨®n alemana. Mientras la democracia colapsa en el continente, ¨¦l carga su maleta y la enfermedad en direcci¨®n al sur. La ciudad portuaria de Marsella era uno de los n¨²cleos claves para los refugiados que quer¨ªan huir de Europa y llegar a Am¨¦rica. Uno de los alfiles de esas operaciones era el norteamericano Var¨ªan Fry. Obten¨ªa documentaci¨®n oficial en su consulado para cruzar la frontera, estableci¨® contacto con gentes diversas para disponer de rutas de escape. A su organizaci¨®n se vincul¨® el matrimonio antifascista alem¨¢n formado por Hans y Lisa Fitkko, establecidos en el pueblo costero de Banyuls-sur-Mer tras haber escapado de un campo. Ellos organizaron traves¨ªas a pie. Es un largo viaje. Llegar a Portbou y, desde Espa?a, llegar a Portugal y desde all¨ª cruzar el Atl¨¢ntico. En uno de esos grupos que cruzaban a pie los montes estaba aquel hombre de 48 a?os cansado y enfermo, cargando una maleta que imaginamos repleta de iluminaciones.
Presuntos suicidios
A diferencia de lo ocurrido con anterioridad, de entrada, las autoridades espa?olas amenazaron al grupo de refugiados con devolverles a Francia. Durante unas horas est¨¢n atrapados en ese espacio oscuro que siempre son las fronteras para quienes se han quedado sin patria. Pasaba entonces. Pasa hoy. Cerca de Portbou lo est¨¢ viviendo Nasser Ali Rahmani y a su familia. Este rector de una universidad de Kabul, amenazado de muerte por los talibanes, lleg¨® a La Jonquera y sobrevive en una especie de limbo legal y profesional. Benjamin no se sinti¨® en el limbo. Peor. Se sabe condenado por la historia en el purgatorio que puede ser una frontera. No le espera el para¨ªso. El ¨¢ngel lo ha abandonado. Atisba el infierno. Decide suicidarse.
As¨ª se deduc¨ªa del certificado que el doctor firm¨® a las diez de la noche del 26 de septiembre de 1940. Esa versi¨®n acaba de ser seriamente problematizada por Santi Vancells en la novela de no ficci¨®n Una veritat dif¨ªcil. Su hip¨®tesis es que no se suicid¨®. Lo razona a partir de la documentaci¨®n de La Fonda de Francia, donde constan cuatro visitas de un m¨¦dico. Listan que administr¨® inyecciones, tom¨® la presi¨®n arterial y realiz¨® dos sangr¨ªas. El tratamiento farmac¨¦utico cost¨® 13 pesetas y los honorarios del Doctor Vila ascendieron a 75 pesetas. Sostiene Vancells que la sangr¨ªa no obtuvo el efecto deseado y entonces se le habr¨ªa administrado morfina para intentar apaciguar dificultades respiratorias. Y tampoco funcion¨®. Tras ese tratamiento parece poco probable que la causa de la muerte fuese una hemorragia cerebral, seg¨²n ¨¦l, pero as¨ª lo certific¨®. Nadie es culpable, el ¨²nico responsable de la muerte era Benjamin. Caso resuelto. Suicidio.
La publicaci¨®n de Una veritat dif¨ªcil ha coincidido en el tiempo con la problematizaci¨®n de otro presunto suicidio que sacudi¨® Portbou. A primera hora del 4 de septiembre de 1990 se descubri¨® el cuerpo de una joven colgada en la rama de un ¨¢rbol. La investigaci¨®n concluy¨® que se hab¨ªa suicidado. Nadie supo identificarla. Hasta que una investigaci¨®n de Crims ¡ªun exitoso proyecto period¨ªstico dedicado al true crime¡ª descubri¨® su identidad. El pasado 13 de junio se emiti¨® en TV3 el primero de los dos programas sobre La noia de Portbou, un reportaje de Anna Puns¨ª y Marta Freixanet que se acaba de convertir en libro. Se distribuy¨® este jueves. Durante la investigaci¨®n estas periodistas obtuvieron copia de unas fotograf¨ªas tomadas esa ma?ana de hace 32 a?os. Han permitido la identificaci¨®n de Evi Anna Rauter ¡ªitaliana del Tirol del Sur¡ª. Al mostrar las fotos al forense, este concluy¨® que lo m¨¢s probable es que esa mujer de veinte a?os no se hubiese suicidado.
El reportaje televisivo tuvo tanto impacto que Portbou se convirti¨® en un im¨¢n durante las semanas siguientes a la emisi¨®n. Buscaban el ¨¢rbol, lo fotografiaban, colgaban la imagen en sus redes sociales. El periodista Ramon Iglesias, que en su d¨ªa vio el cuerpo en la rama del pino, ha publicado una cr¨®nica sobre esa reacci¨®n morbosa en el ¨²ltimo n¨²mero de La maleta de Portbou ¡ªla revista creada y dirigida por Josep Ramoneda, identificada desde el t¨ªtulo con lo que Benjamin simboliza¡ª. ¡°?Tanoturismo o curiosidad? En Portbou hay opiniones para todos los gustos. Desde quien pide que todo turista sea bienvenido, hasta quien considera una falta de respeto a Evi y su familia convertir el pueblo en un lugar de periodismo negro¡±. En el art¨ªculo describe una situaci¨®n vivida este verano, signo de nuestros tiempos. Uno de estos turistas pregunt¨® a una vecina del pueblo d¨®nde estaba el ¨¢rbol. Lo encontrar¨ªa justo antes del Memorial Walter Benjamin, le respondi¨®. ¡°?Un memorial? ?Benjamin? ?Qui¨¦n es Walter Benjamin?¡±.
Como el suicidio de Stefan Zweig en Brasil, despu¨¦s de haber mandado por carta el manuscrito de El mundo de ayer para la posteridad, la muerte de Benjamin huyendo del horror representa el fin de una era. La geograf¨ªa agreste de Portbou y su ensombrecida decadencia parecen haber preservado ese esp¨ªritu desaparecido. El pueblo perd¨ªa poblaci¨®n. Pasaban los lustros. Cuando la frontera dej¨® de tener sentido, la droga y el alcohol destruyeron a una generaci¨®n. Nada encarnaba ese misterio que sobreviv¨ªa como un espectro. Hasta el memorial Passatges de Karavan estaba integrado perfectamente en el paisaje. En 1993 se inaugur¨® su Calle de los Derechos Humanos en Nuremberg. En 1994 su memorial de homenaje a Benjamin en Portbou. A pesar del vandalismo que ha sufrido en alguna ocasi¨®n, no ha dejado de irradiar memoria. Memoria del fin de una civilizaci¨®n. Memoria democr¨¢tica. ¡°La frontera puede ser pensada como una forma de puente y no como un muro¡±, le dijo una ma?ana Claudio Magris al profesor Xavier Pla ante el Memorial.
?ngel de la historia
Muchas han sido las personas que han ido desbrozando el camino para que Portbou logre capitalizar ese legado, para reconstruir el puente con el pasado.
En agosto de 2002 el arquitecto Norman Foster estuvo en Portbou para visitar el antiguo ayuntamiento. Mil metros cuadrados distribuidos en dos alas laterales, tres plantas y un gran altillo, pegado al antiguo colegio. Foster acept¨® el encargo de rehabilitarlo para que el edificio fuese la sede de la Fundaci¨®n Walter Benjamin. Ese primer proyecto, avalado desde la Generalitat del ¨²ltimo mandato de Jordi Pujol, entr¨® pronto en v¨ªa muerta. Le sucedi¨® otro, este ya en tiempos del Tripartit de Jos¨¦ Montilla, cuando el gobierno catalanista y progresista ten¨ªa la memoria hist¨®rica en su agenda ideol¨®gica. Al tiempo que se creaba el Memorial Democr¨¤tic o el Museu Memorial de La Jonquera, en junio de 2007 se se?aliz¨® la ruta entre Banyuls y Portbou. En septiembre de 2008 se hizo una rueda de prensa para presentar el anteproyecto Espai de Mem¨°ria Walter Benjamin. Aunque empezaron las obras, las pol¨ªticas de austeridad en tiempos de Artur Mas enterraron la idea de nuevo. Por entonces la Universitat de Girona ya hab¨ªa constituido la C¨¤tedra Walter Benjamin. Hoy la dirige el historiador Maximiliano Fuentes Codera. A trav¨¦s de seminarios y publicaciones sigue produciendo conocimiento sobre Benjamin y los temas sobre los que Benjamin reflexion¨®.
Al fin, en 2014, se constituy¨® la asociaci¨®n Passatges. Era la primera colocada por la cr¨ªtica de arte Pilar Parcerisas para ir avanzando paso a paso en la institucionalizaci¨®n de Benjamin y Portbou. Parcerisas, que tiempo atr¨¢s realiz¨® una investigaci¨®n para localizar la fosa com¨²n donde fue enterrado el pensador, ha logrado liderar este proceso. Ha llamado a todas las puertas para obtener financiaci¨®n, ha activado una red de contactos internacionales a trav¨¦s de la Escola d¡¯Estiu Walter Benjamin y ha conseguido la donaci¨®n de dos bibliotecas particulares ¡ªlas del traductor Philippe Ivernel y Gian-Luigi Ponzano¡ª con materiales sobre Benjamin y la filosof¨ªa de su tiempo que constituyen el coraz¨®n del proyecto actual. La mayor¨ªa de los libros est¨¢n empaquetados en cajas en el Ayuntamiento de Portbou. En pocos meses, gracias a una peque?a obra financiada por el Ayuntamiento y la Diputaci¨® de Girona, podr¨¢n trasladarse a la Casa. Una patrona de la Fundaci¨®n Angelus Novus ha asumido el coste de los estantes. En otra de las salas se mostrar¨¢ la vinculaci¨®n que Karavan estableci¨® con Benjamin. Entre otros documentos, se visionar¨¢ la conversaci¨®n que el artista mantuvo con el cineasta Wim Wenders en Portbou.
Puede que alg¨²n d¨ªa podamos visitar la Casa Walter Benjamin de Portbou para redescubrir el misterio de esa ciudad, asediada por el ¨¢ngel de la historia y que espera su resurrecci¨®n. Despu¨¦s de la Feria del Libro de Frankfurt es m¨¢s probable. Tenemos un acuerdo. Y puede que no tardemos en escuchar a un tenor interpretando el papel protagonista de la ¨®pera Benjamin at Portbou. Lo escucharemos declamar un final. ¡°No more suffering in the dark / of an old dream. / Only pathways, passages, / roadways towards¡/ everything¡±. (¡°No m¨¢s sufrimiento en la oscuridad / de un viejo sue?o. / Solo senderos, pasajes, / caminos hacia.../ todo¡±).
Babelia
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