25 canciones que se deber¨ªan borrar de la historia del rock o del pop
Un grupo de periodistas especializados entra en el juego de elegir temas irritantes de iconos de la m¨²sica
El cr¨ªtico musical de The New Yorker y autor del superventas El ruido eterno, Alex Ross, se puso hace unos a?os a indagar qui¨¦n era el autor del aforismo: ¡°Solo hay dos tipos de m¨²sica, la buena y la mala¡±. Concluy¨® que lo dijeron dos titanes del jazz, Duke Ellington y Louis Armstrong. Pero el hilo del que tir¨® le llev¨® al compositor italiano Gioachino Rossini (1792-1868), al que se le adjudica esta frase: ¡°No existe la distinci¨®n entre la m¨²sica italiana, francesa y alemana; solo hay dos tipos de m¨²sica, buena y mala¡±. No existen g¨¦neros malignos, sino piezas detestables. Todos sabemos cu¨¢ndo una canci¨®n no cumple un m¨ªnimo de calidad. Pero qu¨¦ pasa con algunos temas creados por artistas talentosos con millones de seguidores y peso en la historia del pop y el rock. Nosotros hemos propuesto un juego: qu¨¦ canciones se podr¨ªan eliminar que fueron creadas por m¨²sicos de fuste. ?Las razones? Porque se han quemado de tanto escucharlas, porque el tiempo las ha devaluado, porque crearon una tendencia que fue nefasta o porque su mensaje hoy chirr¨ªa. Sin pontificaciones, pero moj¨¢ndonos, esta es la elecci¨®n de 25 especialistas. No se enfaden m¨¢s de la cuenta: es solo una travesura.
- ¡®Hotel California¡¯, Eagles (1976)
??igo L¨®pez Palaci¨®s (ICON): ¡°Odio a los putos Eagles, t¨ªo¡¯, dec¨ªa El Nota, protagonista de la m¨ªtica pel¨ªcula El Gran Lebowski, dirigida por los hermanos Coen. Ir¨®nicamente, la pel¨ªcula inclu¨ªa una versi¨®n de Hotel California ejecutada por Gipsy Kings que produjo el en¨¦simo renacimiento del tema de 1976, que nunca se ha ido del todo: en 2014 un informe de la consultora Nielsen dec¨ªa que en las emisoras estadounidenses sonaba Hotel California, el himno fl¨¢cido del rock de Laurel Canyon de los setenta, una vez cada once minutos. Como con American Pie, de Don McLean, parece que no hay forma de librarse de ¨¦l. Si hay algo que resulta profundamente odioso en la m¨²sica son esos grupos que llegan tarde a todo y que precisamente por eso se llevan todo el ¨¦xito que les falt¨® a los pioneros. Los Eagles, mitad hippies de palo, mitad cowboys de pacotilla, eran exactamente eso. Y nada lo representa mejor que la meliflua y blandengue Hotel California¡±.
- ¡®All For Love¡¯, Bryan Adams (1993)
Gregorio Belinch¨®n (EL PA?S): ¡°El ¨¦bola de las canciones para bandas sonoras, interpretado por tres cantantes que juntos provocaban m¨¢s miedo que el tr¨ªo de las Azores. En 1991, Bryan Adams hab¨ªa plantado la semilla del mal: la canci¨®n (Everything I Do) I Do It for You para la banda sonora de Robin Hood: el pr¨ªncipe de los ladrones. La capacidad del tema de Adams de ahogar en alm¨ªbar la historia del ladronzuelo de Sherwood no pas¨® inadvertida para alg¨²n ejecutivo de Hollywood, que haciendo honor a su cargo, ejecut¨®: le encarg¨® a ¨¦l y a su equipo de compositores otro tema para otra pel¨ªcula de aventuras: Los tres mosqueteros. Pero claro, siendo tres espadachines hac¨ªan falta dos cantantes sin prejuicios que acompa?aran al canadiense: Sting y Rod Stewart remataron ese engendro. Antes de que reinaran los algoritmos ya hab¨ªa productos predecibles como esta All For Love (1993), en la que encima Adams, Sting y Stewart se lanzan a jacarandosos juegos vocales y a ripios como ¡°cuando es amor lo que das, lo haremos todo por uno y todo por amor¡±. Alejandro Dumas vomitar¨ªa. Con todo, lo peor no fue su lanzamiento, sino su influencia en los a?os noventa, donde todas las pel¨ªculas de Hollywood contuvieron en su interior baladas similares, hasta llegar a My Heart Will Go On, de C¨¦line Dion, para Titanic. Imposible superar esta guinda de pastelaco¡±.
- ¡®Lady Madonna¡¯, The Beatles (1968)
Alfred Crespo (Ruta 66): ¡°Simplemente irritante. ?C¨®mo puedes confesar haber robado un riff de piano del bueno de Fats Domino, aunque lo disfraces de inspiraci¨®n subconsciente, para acabar estrope¨¢ndolo de ese modo? El culpable principal fue Paul McCartney, ya que Lennon la firm¨® a medias pese a no aportar pr¨¢cticamente nada. Esperemos que no fueran idea suya ni los desquiciantes coros ni esos arreglos de viento de feria de pacotilla, y eso que ten¨ªan al gran de Roonie Scott y su saxof¨®n en el estudio¡¡±.
- ¡®Beautiful Day¡¯, U2 (2000)
David Gallardo (Infolibre y Mercadeo Pop): ¡°Despu¨¦s de alcanzar cotas de excelencia en los a?os noventa, U2 encaraba el nuevo milenio anunciando una vuelta a las ra¨ªces m¨¢s b¨¢sicas. Algo que, en esencia, significaba el fin de la audacia creativa y la actitud desafiante. Puede que Beautiful Day sea algo as¨ª como un cl¨¢sico tard¨ªo en una discograf¨ªa que ya no volver¨ªa a conocer la excelencia pero, precisamente por eso, en un disco titulado All That You Can¡¯t Leave Behind (Todo lo que no puedes dejar atr¨¢s), este bonito d¨ªa resume, en realidad, todo lo que la banda irlandesa nunca debi¨® dejar atr¨¢s¡±.
- ¡®Smoke On the Water¡¯, Deep Purple (1972)
David Esquitino (periodista musical, responsable de Redhardnheavy.com): ¡±?Cu¨¢ntas veces puede un ser humano escuchar una canci¨®n hasta hartarse? ?Cu¨¢ntas veces podemos tener la misma canci¨®n en el mismo repertorio de una banda, de otra, de sus artistas sat¨¦lite, de sus hijos putativos (Glenn Hughes, Joe Lynn Turner, el propio Richie Blackmore y sus Rainbow¡ ?incluso Dio!)? Y encima siempre al final como esperado e inevitable fin de fiesta. A ver, que es una canci¨®n fant¨¢stica, pegadiza, sencilla pero efectiva como ninguna, el riff perfecto y por antonomasia santo y se?a del rock¡ Pero no, no podemos escucharla m¨¢s. No puede sonar en m¨¢s programas de radio, en m¨¢s emisoras generalistas, en m¨¢s anuncios, en m¨¢s conciertos¡ Con la de canciones maravillosas, conocidas y desconocidas, que tienen Deep Purple en m¨¢s de 50 a?os de historia, ?y siempre tiene que ser Smoke On the Water? C¨®mo dec¨ªan en aquella famosa pel¨ªcula, pero cambiando el argumento, cuando entr¨¦is a probar alguna guitarra en una tienda pod¨¦is tocar Stairway to Heaven, pero otra vez el principio de Smoke On the Water, no. Madre m¨ªa cu¨¢nto se ha estirado el chicle del incendio aquel en Montreux¡¡±.
- ¡®Lemon¡¯, U2 (1993)
Miguel ?ngel Bargue?o (periodista musical y autor libros musicales como Enrique Urquijo. Adi¨®s tristeza): ¡°Por m¨¢s vueltas que le doy (desde 1993 no pienso en otra cosa), no consigo averiguar por qu¨¦ la canci¨®n Otro d¨ªa m¨¢s sin verte, de Jon Secada (1992), cal¨® tanto en U2 como para que el grupo irland¨¦s decidiera grabar un a?o despu¨¦s Lemon, cuya base r¨ªtmica es calcada. Aderezado, por si fuera poco, con un falsete a cargo de Bono que invita a salir corriendo y varios intentos de estribillo, el mejor de los cuales consiste en un difuso ¡®uuuuh¡ aaaah¡' sobre un colch¨®n de piano. Se entiende que todas las bandas de rock deban sacar los pies del tiesto al menos una vez en su carrera para luego poder vender la tan manida ¡®vuelta a los or¨ªgenes¡¯, pero aqu¨ª demostraron una vez m¨¢s que el mezclar lim¨®n con cualquier otra cosa siempre es una mala idea. Para colmo, Joaqu¨ªn Reyes hizo suyo el Lemon y hoy resulta imposible escucharlo sin troncharse¡±.
- ¡®Pesadilla en el parque de atracciones¡¯, Los Planetas (2002)
Ana Marcos (EL PA?S): ¡°Me cuesta elegir una sola canci¨®n del indie espa?ol. Eliminar¨ªa todas aquellas que durante dos d¨¦cadas me hicieron enamorarme una y otra vez del mismo tipo: ese rebelde sin causa, disfrazado de mod, canalla, cr¨¢pula, intenso, ese gran genio que deambulaba por las calles de Malasa?a. Si tengo que elegir, mi venganza es contra Pesadilla en el parque de atracciones, de Los Planetas. Por decir alguna de esta banda, porque hay varios ejemplos. Cuando la ¨²ltima ola feminista se convirti¨® en tsunami, por fin me di cuenta de que durante demasiado tiempo la cultura de este pa¨ªs premi¨® a m¨²sicos, escritores y cineastas para los que las mujeres solo fuimos musas o villanas. Porque o ¨¦ramos esa fuente de inspiraci¨®n sin derechos de autor¨ªa o esas malas que no aguant¨¢bamos que un genio es ese que puede drogarse hasta el amanecer, enrollarse con no s¨¦ cu¨¢ntas y tener el derecho a volver a casa a pasar la resaca en el regazo de su novia. Y encima todo envuelto en la da?ina etiqueta del amor rom¨¢ntico¡±.
- ¡®Still Loving You¡¯, Scorpions (1984)
Pablo Mayoral (Corsarios del Metal, en Radio Enlace):¡°Still Loving You no fue la primera balada del heavy metal que triunf¨® a nivel de masas, pero s¨ª que es la que dio pie a la odiosa frase: ¡®No me gusta el heavy metal, salvo las baladas¡¯; la sentencia de cu?ado por antonomasia en cuanto a heavy se refiere. Lo anterior ya ser¨ªa raz¨®n suficiente para borrarla del mapa, pero adem¨¢s su ¨¦xito eclips¨® toda la producci¨®n musical de Scorpions, anterior y posterior. ?Lo peor? Que la historia se repiti¨® con Wind of Change¡±.
- ¡®Run for Your Life¡¯, The Beatles (1965)
Ricardo de Querol (EL PA?S): ¡°Cuesta creer que en Rubber Soul (1965), el ¨¢lbum de madurez de unos Beatles empapados de influencias americanas, que empiezan a escribir letras m¨¢s ambiciosas inspirados por Dylan, se les hubiera colado esta apolog¨ªa del crimen machista. Compuesta por Lennon (firmada, como siempre, con McCartney), su primera estrofa es atroz: ¡®Preferir¨ªa verte muerta, chiquilla, que con otro hombre¡¯. Esa frase no era original de John: la hab¨ªa tomado de un tema que cantaba Elvis Presley en 1959, Baby, Let¡¯s Play House, que inclu¨ªa el detestable mensaje. Pero en la letra que desarrolla Lennon no hay atenuante alguno, porque no deja de dar vueltas en esa idea de un (falso) amor posesivo y amenazante. ¡®Nena, estoy decidido y prefiero verte muerta. Ser¨¢ mejor que corras para salvar tu vida¡¯. Quiz¨¢ como revancha feminista, Nancy Sinatra la version¨® al a?o siguiente cambiando el sexo de la v¨ªctima: ¡®Run for your life, little boy¡¯. Lennon reconocer¨ªa a?os despu¨¦s que era su canci¨®n ¡®menos favorita¡¯ de los Beatles. Y coment¨® que sobre todo le gustaba a Harrison, que se luce con la guitarra. Para quien no entendiera la letra, pasar¨ªa por una buena canci¨®n de los Beatles. Para cualquiera que la entienda no puede serlo¡±.
- ¡®Clavado en un bar¡¯, Man¨¢ (1997)
Blanca Lacasa (especialista en m¨²sica y escritora). ¡°Esta canci¨®n se merece estar en esta lista. Por llevar m¨¢s de dos d¨¦cadas taladr¨¢ndome la cabeza, por detentar uno de los peores t¨ªtulos de la historia, por responder a todos y cada uno de los clich¨¦s del rock de manual (ese inicio de reggae facil¨®n, ese solo de guitarra, esa paradita estrat¨¦gica, esas subidas y bajadas perfectamente estudiadas, esa cosa tan aburrida del alcohol como refugio del desenga?o amoroso¡), pero, sobre todo, por tener la melod¨ªa m¨¢s pegajosa imaginable. La misma que a usted se le acaba de aparecer y que le est¨¢ haciendo cantar, muy bajito pero con cierta ¨¦pica: ¡®Estoy clavado, estoy herido, estoy ahogado en un bar, desesperado en el olvido amor¡¯. Reconozcamos el maligno m¨¦rito de alumbrar una canci¨®n que, a la primera escucha, se cuela en el hipocampo para siempre jam¨¢s¡±.
- ¡®Don¡¯t Worry, Be Happy¡¯, Bobby McFerrin (1988)
Alex Vicente (Babelia): ¡°?Los ¨²ltimos coletazos de la Guerra Fr¨ªa, la cat¨¢strofe de Chern¨®bil, los estragos del neoliberalismo, la epidemia del sida, la guerra de ocho a?os entre Irak e Ir¨¢n? Nada de eso ten¨ªa importancia para Bobby McFerrin, que cantaba con falso acento jamaicano (o latino, como asegur¨® ¨¦l luego, como si fuera menos ofensivo) que bastaba con olvidarlo todo y ser feliz. Por supuesto, esta oda a la placidez impostada conquist¨® el mundo. ?Tu mujer te ha dejado? ?Tienes problemas para pagar el alquiler? Silba un rato y se te pasar¨¢. Su ligereza pudo tener su gracia en los amorales ochenta ¡ªgan¨® los tres principales premios Grammy de 1988¡ª, pero hoy resulta nauseabunda. Encima, abri¨® camino a otros irritantes himnos a la euforia sobreactuada, como Happy, de Pharrell Williams, o Can¡¯t Stop The Feeling, de Justin Timberlake. Haciendo un poco de arqueolog¨ªa, descubrimos que George Bush la us¨® en la campa?a que lo condujo a la Casa Blanca. Y que McFerrin, respetado m¨²sico de jazz, se puso a hacer m¨²sica comercial cuando salt¨® a la fama al interpretar a cappella la sinton¨ªa de La hora de Bill Cosby. Es decir, que la culpa fue de Bush y de Cosby. Y, de repente, todo tiene sentido¡±.
- ¡®Bohemian Rhapsody¡¯, Queen (1975)
David Saavedra (Rockdelux): ¡°Vale que Freddie Mercury era un gran frontman y vocalista, eso est¨¢ fuera de toda duda; pero musicalmente, las aportaciones de Queen a la historia del rock han sido m¨¢s perniciosas que positivas. Bohemian Rhapsody, su canci¨®n m¨¢s emblem¨¢tica, es una tabarra pretenciosa en forma de rock oper¨ªstico, y una demostraci¨®n de que no siempre el camino del exceso conduce al palacio de la sabidur¨ªa. Es grotesca, camp y, al tiempo, grandilocuente. Puro artificio onanista sin ning¨²n contenido. Pero lo peor es lo que vino despu¨¦s: decenas de imitadores m¨¢s pesados todav¨ªa (Muse, My Chemical Romance, etc), bandas tributo por doquier, extravaganzas de teatro musical y legiones de fans que, mir¨¢ndote con superioridad cu?adista, identifican a Queen con el ep¨ªtome de buena m¨²sica¡±.
- ¡®Coraz¨®n part¨ªo¡¯, Alejandro Sanz (1997)
Xavi Sancho (EL PA?S): ¡°Fue un ¨¦xito descomunal, apabullante, convirti¨® a su creador en estrella global y son¨® tanto, en tantos sitios y durante tantos a?os, que resulta casi imposible mirar hacia atr¨¢s y no encontrar un momento en la vida de uno en que no pensara justo lo contrario que cre¨ªa las primeras veces que la escuch¨®: que tampoco estaba tan mal. Al final, casi terminaba uno convencido de que aquello de bajar la luna ¡®para que juguemos¡¯ era hasta po¨¦tico, y no lo que en realidad era y es, el concepto precursor del ¡®se te ha ca¨ªdo una sonrisa¡¯ y de los hilos en Twitter del tipo aquel que lleva pinzas en el pelo y que cada vez que lo ves deseas que est¨¦n electrificadas y t¨² cerca de un enchufe. Coraz¨®n part¨ªo, pues, es el Stairway to Heaven de los fans de Sensaci¨®n de vivir, El diario de Patricia o la primera edici¨®n de OT. Un tema para una generaci¨®n que igual creci¨® algo acomplejada por la asertividad cultural de sus mayores (intente usted debatir con un fan de Springsteen o Scorsese), pero que con el ¨¦xito de Estirando el chicle o ?lite se sinti¨® emancipada y se volvi¨® tan plasta y resabiada como las anteriores¡±.
- ¡®Blue Monday¡¯, New Order (1983)
Dario Prieto (El Mundo): ¡°Mi colega granadino Bol¨ªvar (del grupo Enrique VIII) tiene una frase: ¡®DJ que pincha el Blue Monday, DJ al que se le corta la mano¡¯. Estando totalmente en contra de cualquier castigo f¨ªsico (y muy a favor de New Order y de esta maravilla de canci¨®n), no me queda m¨¢s remedio que darle la raz¨®n. Estoy dispuesto a que el tema de marras desaparezca de la faz de la Tierra (y que solo suene en mi cabeza, como en Fahrenheit 451) con tal de no volver a o¨ªrlo en ninguna discoteca indie ni nada parecido¡±.
- ¡®When Love Takes Over¡¯, David Guetta (2009)
Sergio C. Fanjul (EL PA?S): ¡°Esta canci¨®n podr¨ªa ser el ep¨ªtome de la degeneraci¨®n de la m¨²sica electr¨®nica en eso que se dio en llamar EDM (Electronic Dance Music). Es decir, del paso de los ritmos maquiniles de los clubes oscuros y percusivos a, tomados por la gran industria, llenar estadios para todos los p¨²blicos, democratizando el gusto por las drogas recreativas y rebajando el octanaje y la complejidad para acercarse al pop de baile. David Guetta es el dj exitoso, sonriente e inofensivo, cuyos ritmos y melod¨ªas siempre alegran el coraz¨®n, tanto de las clases medias en esos atascos de radiof¨®rmula, como de las ¨¦lites ibicencas de parranda instagrameable. Es cierto que hoy casi todo es electr¨®nica, pero Cuando el amor toma el control, cantada, o cantadita, por Kelly Rowland, utilizada ad nauseam en anuncios televisivos, es ejemplo de esa electr¨®nica masificada, brutota y descerebrada, de gominola mojada en polvillos, hedonista premium para un mundo en sus ¨²ltimos estertores¡±.
- ¡®Imagine¡¯, John Lennon (1971)
Fernando Navarro (EL PA?S): ¡°Hay canciones que no son malas pero que tienen algo irritante. Algo que molesta en su manera de ser, en su propia naturaleza. Nada m¨¢s y nada menos. ?Qu¨¦ tiene que tener una canci¨®n para que sea maravillosa e irrepetible? No se sabe. ?Qu¨¦ tiene que tener para que saque de quicio aun siendo buena? Tampoco se sabe. Imagine de John Lennon es una de esas canciones bonitas y aparentemente apta para todos los o¨ªdos; pero tambi¨¦n el dulce es aparentemente apto para todos los paladares y puede llegar a crear empachos, digestiones chungas y subidones nocivos de az¨²car. Esta canci¨®n es una balada al piano sin pirotecnia ni grandes acrobacias, pero en su sencillez est¨¢ parte de su problema. ?Por qu¨¦?
Porque Lennon quiere ser Paul McCartney, el maestro de las baladas pop, y termina derrapando en ?o?er¨ªa y exceso de az¨²car con una letra como de acampada de instituto o retiro espiritual a 1.000 pavos la noche. Apoyado por esas cuerdas t¨ªmidas y bienintencionadas, Lennon, adem¨¢s, parece son¨¢mbulo en su interpretaci¨®n, como ese amigo intenso que cierra algo los ojos al hablar creyendo que as¨ª es m¨¢s interesante. Es una composici¨®n que est¨¢ tan estudiada en su karma et¨¦reo que termina rechazando al oyente que no cree que las nubes son de algod¨®n. Enoja porque ni siquiera tiene iron¨ªa o, ya puestos, una intensidad descomunal como de sentimientos a flor de piel, lo que se suele pedir a este tipo de baladas. Y eso sin hablar del videoclip con un Lennon y una Yoko Ono que dan ganas de pagarles en ese a?o 1971 que se public¨® la canci¨®n un billete a Detroit para que conozcan a The Stooges¡±.
- ¡®Old MacDonald¡¯, Elvis Presley (1967)
C¨¦sar Mart¨ªn (Popular 1): ¡°Siempre me ha parecido una de las canciones m¨¢s irritantes de todos los tiempos, y es inc¨®modo escuchar a Elvis cantando este horror en su desastrosa pel¨ªcula Double Trouble. El tema, por supuesto, se incluy¨® en el disco de la banda sonora. Curiosamente, otro de mis grandes h¨¦roes personales, Frank Sinatra, grab¨® tambi¨¦n la dichosa Ol¡¯ MacDonald Had a Farm, y fue a?adida posteriormente como bonus extra a uno de sus discos cl¨¢sicos de los sesenta, Sinatra¡¯s Swingin¡¯ Session!!! ?Esa condenada canci¨®n me persigue!¡±.
- ¡®Someone Like You¡¯, Adele (2011)
Silvia Hernando (Babelia): ¡°El consejo para participar en esta lista era la de no mencionar ninguna canci¨®n demasiado obviamente irritante, tipo Macarena o Baby Shark. Pero, quepa aqu¨ª la inquietud: ?no es la m¨²sica de Adele un poquitito transparentemente molesta? A tenor de los millones de ¨¢lbumes que ha despachado, las multitudes dir¨¢n que no. Pero¡ ?alguien que se levante para denunciar de una vez por todas que sus canciones suenan siempre a la misma canci¨®n? Empalagosas, intensitas, quejicosas, sobreactuadas. Agotadoras a la par que narcol¨¦pticas. En concreto, Someone Like You, es todo eso y algo peor: una soser¨ªa solemne. Menos personalidad que una patata con dos ojos pintados. ?Que la cantante tiene un vozarr¨®n portentoso? Evidente. Pero no estamos hablando de eso, hablamos de que alguien tiene que darle la noticia, al menos de cara a futuras entregas: Adele, vale ya de dar dentera, los se?ores por los que te lamentas no se lo merecen. Y, la verdad, nosotros tampoco¡±.
- ¡®Sweet Child O¡¯ Mine¡¯, Guns N¡¯ Roses (1987)
Santi Carrillo (Rockdelux): ¡°Escojo esta pieza de resistencia de Guns N¡¯ Roses, grupo que tan buenas cr¨ªticas ha obtenido con su reciente concierto de regreso de tres horas y media (toma ya poder¨ªo) en Madrid. ?Por qu¨¦? La verdad es que nunca he soportado el rockismo vetusto y caricaturesco de la banda angelina. Esos tah¨²res del rock que hicieron de los topicazos una marca de f¨¢brica con la que, supuestamente, emparentarse con el look bohemio (entre poshippie y un poco gypsy) de los Rolling Stones canallas de los a?os setenta o, antes, de un Jimi Hendrix pinturero. No soporto los gorgoritos de Axl Rose retorciendo su voz para vend¨¦rnosla blues e intentando darle sentimiento a una letra simplona sobre la idealizaci¨®n de su amor por su entonces novia y despu¨¦s esposa Erin Everly (la hija de Don Everly, de los Everly Brothers); una sonrisa que transporta a Axl a la infancia: cu¨¢nta pureza en un grupo de malvados rockeros (parad¨®jico).
Aunque lo mejor de todo es la idea primigenia para el v¨ªdeo ¡ªy, obviamente, no aceptada¡ª: delirante cr¨ªtica al narcotr¨¢fico con una mujer asi¨¢tica en un pa¨ªs extranjero que, atenci¨®n, porta un beb¨¦ relleno de hero¨ªna que, como no pod¨ªa ser de otra manera, fallece. Bien, chicos. He de decir, no obstante, que el solo de Slash es de nivel superior dentro de la categor¨ªa de hard rock vagamente sentimentaloide y que es el portentoso aval de todos los premios, reconocimientos, tributos y apariciones en bandas sonoras de la (fofa) canci¨®n de marras, que se pone tremenda (de terrible) con los malditos ¡®whoa, yeah, whoa, oh oh oh¡¯ de Axl¡±.
- ¡® Wonderwall¡¯, Oasis (1995)
Laura Fern¨¢ndez (periodista y escritora): ¡°S¨ª, fue un himno de los 90, pero uno que resultaba insustancialmente insoportable. Hay algo de machaconamente altivo ¡ªprobablemente, el exceso de ego de los hermanos Gallagher¡ª impregnando la canci¨®n que hoy ostenta el t¨ªtulo de ¡°hit a su pesar¡±, o aspira a uno de los m¨¢s Odiosos Supuestos Hits de la Historia, en general, y del brit pop en particular. El que resulte odioso incluso para los Gallagher que, al escuchar la versi¨®n ¡ªpreciosa y profunda, con infinidad de matices¡ª que hizo Ryan Adams en su imprescindible Love Is Hell, quedaron fascinados y le pidieron que, por favor, se la quedara, da una enorme pista al respecto. Nadie la quiso en realidad nunca, y quiz¨¢ por eso se volvi¨® insoportable¡±.
- ¡®Womanizer¡¯, Britney Spears (2008)
Nerea Basterra (EL PA?S): ¡°Si las canciones est¨¢n destinadas a acompa?arnos, a formar por elecci¨®n propia nuestro ¨¢lbum musical de recuerdos, Womanizer (incluida en el disco Circus) no deber¨ªa perdurar. Fue necesario que naciera, seguro, porque supuso el reencuentro con la Princesa del Pop tras el a?o m¨¢s preocupante de su vida, por los muchos cierres de discoteca que amablemente nos procur¨® esta canci¨®n, porque nos abri¨® el apetito para saborear a¨²n m¨¢s las verdaderas joyas del disco (Circus, retadora; If U Seek Amy, potent¨ªsima; Kill the Lights, necesaria). Pero no, no hace falta que perviva, podemos olvidar esos 3:44 de base convulsiva, de incontables e injustificados womanizer y, sobre todo, de una Britney impersonal que en realidad no nos cuenta nada ni lo intenta. Para hablar de tipos indeseables ya lo clav¨® con Toxic¡±.
- ¡®With or Without You¡¯, U2 (1987)
Jos¨¦ Fajardo (Gladys Palmera): ¡°With or Without You? ¡°?Conmigo no cuentes, Bono! Este atentado contra el buen gusto ha ejercido una influencia nefasta, fatal para nuestros t¨ªmpanos, es culpable de lo peor del rock que vendr¨ªa: de los gorgoritos m¨¢s irrisorios de Chris Martin, de todas esas bandas anglosajonas grandilocuentes y pesti?o que durante d¨¦cadas inundaron la m¨²sica que escuch¨® la juventud espa?ola y, al fin, de todos esos indies de pacotilla intensos y sufridos que nos venden su compromiso primermundista como algo genuino. Esos coros ¨¦picos insoportables, la letra de preescolar, los arreglos sonoros in crescendo que han arruinado nuestras vidas tras ser imitados por publicistas despiadados... Y detr¨¢s del engendro est¨¢ Bono, guardi¨¢n de la moral de Occidente, candidato al premio a Mr. Perezas cada a?o sin fallo¡±.
- ¡®Love the Way You Lie¡¯, Eminem y Rihanna (2010)
Bea G. Aranda (periodista musical): ¡°Siempre me interesa escuchar lo que un m¨²sico relevante y con influencia tiene que decir sobre la naturaleza de la violencia o de las relaciones entre nosotros, especialmente si es Eminem, un rapero que gan¨® un ?scar y es poco dado a esconder sus traumas: en sus letras no solo habla de armas, billetes y mujeres asi¨¢ticas sentadas en la limo. Pero cuando sali¨® Love the Way You Lie la decepci¨®n fue may¨²scula. Todo daba mal rollo, especialmente porque m¨¢s bien parec¨ªa sensacionalismo barato sobre la sonora pelea entre Chris Brown y Rihanna de un a?o antes. Versos como ¡®si alguna vez trata de salir de nuevo, voy a atarla a la cama y...¡¯ no romantizan los abusos como s¨ª se podr¨ªa interpretar en algunos temas pop de, por ejemplo, Lana del Rey, pero tampoco dejan ninguna reflexi¨®n a la vista. A todo esto, la producci¨®n de Alex da Kid (guitarra, piano y hardcore rap, todo a la batidora), ha envejecido muy mal y solo ayuda a que el tema musicalmente sea una secuencia de parches unidos por el morbo de quienes cantan¡±.
- ¡®Human¡¯, The Killers (2008)
Fernando Neira (Cadena SER, EL PA?S y undiscoaldia.com): ¡°The Killers es un grupo a ratos apreciable y otras veces tirando a rancio y ultraconservador. No se me ocurren lemas tan absurdos como ese de ¡®somos humanos o somos bailar¨ªn¡¯ (sic), que repiten una y otra vez, m¨¢s all¨¢ de que no exista profesor de ingl¨¦s en todo el mundo capaz de descifrar por qu¨¦ Brendan Flowers decidi¨® cantar ¡®dancer¡¯, en singular, y no ¡®dancers¡¯. La canci¨®n es manifiestamente hortera y facilona, pero sin gracia. Y encima incluye, ya puestos a confesarlo todo, un movimiento arm¨®nico que siempre me pareci¨® horripilante. Buscadlo en el 2¡ä40¡å: es una patada al o¨ªdo¡±.
- ¡®Nothing Else Matters¡¯, Metallica (1991)
Carlos Marcos (EL PA?S): ¡°Existen varios memes sobre la (posible) p¨¦rdida de autenticidad de Metallica, sobre su traici¨®n-al-aut¨¦ntico-heavy-metal. ?Cu¨¢ndo se vendi¨® el grupo californiano? Esa es la cuesti¨®n. En una de esas bromas se lee: ¡°Metallica se vendieron cuando se formaron. Las bandas de verdad nunca se forman¡±. A ver qui¨¦n rebate este argumento. Sin llegar a esos extremos si se podr¨ªa decir que algo perdi¨® el grupo cuando pas¨® de d¨¦cada y encar¨® los noventa. Editaron el llamado ?lbum negro, producido por Bob Rock, un especialista en rock para la MTV (M?tley Cr¨¹e, David Lee Roth). Metallica ya hab¨ªa grabado algunos temas lentos en sus anteriores trabajos. Pero Nothing Else Matters era una balada, ?una balada heavy!, al estilo de... ?Scorpions? Algo se rompi¨® en el coraz¨®n metalero de los aficionados duros: probablemente encontrarse con seguidores poperos que acud¨ªan a los conciertos de Metallica solo para cantar este tema. Nothing Else Matters son Metallica sin m¨²sculo, fl¨¢cidos, para todos los p¨²blicos. Han seguido conservando el tema en sus directos y, como comprobamos el a?o pasado en Mad Cool de Madrid, efectivamente al tema cada vez se le va poniendo m¨¢s cara de Still Loving You¡±.