Viena festeja los 200 a?os de la ¡®Novena sinfon¨ªa¡¯, la ¡°m¨¢s grandiosa y dif¨ªcil¡± de Beethoven
Cuatro conciertos de la Filarm¨®nica dirigidos por Riccardo Muti con grandes solistas y el excelente coro de la Gesellschaft der Musikfreunde y una sencilla exposici¨®n del aut¨®grafo del compositor celebran el bicentenario de la ic¨®nica composici¨®n
El bi¨®grafo y amigo de Ludwig van Beethoven, Anton Schindler, escrib¨ªa con letra nerviosa en el cuaderno de conversaciones del compositor hipoac¨²sico, el 7 de mayo de 1824, pocas horas antes del estreno de su Novena sinfon¨ªa: ¡°Le ruego me disculpe por se?alar que esta sinfon¨ªa es realmente una excepci¨®n respecto a todas las anteriores; es la m¨¢s grandiosa y dif¨ªcil¡±. Su estreno fue un evento lleno de dificultades, tal como explica Theodore Albrecht, en Beethoven¡¯s Ninth Symphony: Rehearsing and Performing its 1824 Premiere, que acaba de publicar Boydell Press.
No ten¨ªan m¨²sicos suficientes para rellenar la orquesta, los solistas vocales eran muy j¨®venes, costear el estreno con la taquilla era arriesgado, tuvo que buscar un director para la orquesta, los ensayos fueron insuficientes y su copista de confianza hab¨ªa fallecido recientemente. Pero Beethoven aparc¨® todas sus preocupaciones para irse a la peluquer¨ªa. Su aspecto fue impecable y no parece que su sordera le impidiese escuchar los aplausos. Albrecht aclara documentalmente muchos mitos de este famoso estreno, que este 7 de mayo cumple 200 a?os.
En la Viena actual resulta dif¨ªcil encontrar los vestigios materiales de aquel d¨ªa hist¨®rico. Para empezar, el lugar del K?rntnertortheater o Teatro de la Puerta Carintia, donde se celebr¨® el estreno, lo ocupa hoy el lujoso Hotel y Caf¨¦ Sacher, con su perenne fila de turistas para probar la famosa tarta. Pero la capital austriaca ha recuperado para el cumplea?os el aut¨®grafo de la sinfon¨ªa de Beethoven, que se custodia en la Biblioteca estatal de Berl¨ªn. Y ha organizado una exposici¨®n titulada, con cita a Schiller, Alegr¨ªa, hermosa chispa divina. La Novena de Beethoven en el original, abierta hasta el 1 de julio, en un lugar emblem¨¢tico para el compositor: la Sala Eroica del antiguo Palais Lobkowitz (hoy Theatermuseum).
All¨ª se celebr¨® la primera audici¨®n privada de la Tercera sinfon¨ªa con 32 m¨²sicos, el 10 de junio de 1804. Un evento que podemos evocar con la magn¨ªfica pel¨ªcula de Simon Cellan Jones, de 2003, para la BBC. Pero esta humilde muestra comisariada por la Filarm¨®nica de Viena incluye, en realidad, una peque?a parte del aut¨®grafo de la Novena beethoveniana. Me refiero a los fragmentos del primer y cuarto movimiento comprados por el editor vien¨¦s Domenico Artaria, en la subasta celebrada tras la muerte del compositor, que sus herederos vendieron en 1901 a la biblioteca berlinesa. El aut¨®grafo principal de la obra, que no ha venido a Viena, estaba en poder de Schindler, y lo cedi¨® a la referida biblioteca alemana, en 1846, a cambio de una renta vitalicia.
La exposici¨®n tambi¨¦n incluye un grabado del K?rntnertortheater, una copia del cartel del estreno junto a un retrato coet¨¢neo de Beethoven, atribuido a Ferdinand Georg Waldm¨¹ller y conservado en el Museo de Historia del Arte de Viena. Y se ha a?adido el ejemplar de la primera edici¨®n de la obra, de 1826, con todos los a?adidos del compositor posteriores al estreno y la dedicatoria a Federico Guillermo III de Prusia.
V¨ªnculo hist¨®rico con la Filarm¨®nica
Es una pena que la orquesta vienesa no haya desarrollado en la muestra su v¨ªnculo fundacional con esta obra de Beethoven ni su contribuci¨®n para que se consolidase en el repertorio. En una cartela se informa de que, entre los miembros fundadores de la Filarm¨®nica de Viena, en 1842, hubo varios m¨²sicos que participaron en este estreno, y se a?ade que la orquesta la convirti¨®, desde 1843, en una constante en sus conciertos de abono. Nada m¨¢s. La obra est¨¢ reservaba para directores con un v¨ªnculo especial con la Filarm¨®nica de Viena, como se aclara.
Y aqu¨ª entra el legendario maestro italiano Riccardo Muti, que lleva 53 a?os dirigiendo a esta orquesta (la mayor relaci¨®n de su historia). ?l ha sido el invitado para dirigir las cuatro interpretaciones de la Novena, entre el 4 y 7 de mayo, en la Sala Dorada del Musikverein. La muestra a?ade dos elementos relacionados con ¨¦l: un facs¨ªmil de la obra con la portada copiada de su mano y un v¨ªdeo de su ¨²ltima interpretaci¨®n con la orquesta vienesa, en el Festival de Salzburgo de 2020.
Muti recibi¨® a EL PA?S en su camerino del Musikverein, el pasado 5 de mayo, tras su segunda actuaci¨®n. Comenz¨® resumiendo su idea de la Novena sinfon¨ªa con una par¨¢frasis de la conclusi¨®n de Cr¨ªtica de la raz¨®n pr¨¢ctica, de Immanuel Kant: ¡°Hay dos cosas que me perturban e impresionan: el cielo estrellado sobre m¨ª y la conciencia moral dentro de m¨ª¡±. Y la m¨²sica de Beethoven se inicia con el cielo estrellado y culmina con la hermandad universal del coro basado en la Oda a la Alegr¨ªa, de Friedrich Schiller.
Tambi¨¦n nos habl¨® de los versos de Mija¨ªl L¨¦rmontov, que tiene copiados al principio de su partitura, y que reflejan idealmente el inicio de la Novena: ¡°Noche silenciosa, el desierto escucha a Dios / y una estrella habla a otra estrella¡±. Ese dif¨ªcil microcosmos inicial ha sido lo mejor de su interpretaci¨®n del primer movimiento, con ese deambular sin horizonte tonal entre las notas mi y la, que el maestro italiano relaciona con la referida ¡°conversaci¨®n entre estrellas¡±. Prosigui¨®, en el resto, con un discurso gran¨ªtico y puntilloso: ¡°Frente a Dios, los humanos somos como un desierto, una nada¡±, remarc¨®.
El scherzo son¨® fluido y c¨®modo, aunque no perdi¨® el poder¨ªo inicial con una excelente labor del timbalero Erwin Falk. El Adagio se elev¨® con el canto de los violines, liderados por Rainer Honeck, pero tambi¨¦n se visti¨® con la seda de la madera, del clarinete de Daniel Ottensamer, del oboe de Sebastian Brei y de la flauta de Luc Mangholz, a lo que Muti a?adi¨® un toque de luz mediterr¨¢nea.
Pero lo mejor de esta Novena bicentenaria, dirigida por alguien que insiste en pertenecer a la ¡°vieja escuela¡±, fue el memorable finale. Arranc¨® con una aterradora fanfarria inicial y culmin¨® en el abrazo universal sin perder un ¨¢pice de tensi¨®n dram¨¢tica. A destacar la cuerda grave carnosa y la plasticidad coral en todos los registros del excelente Singverein de la Gesellschaft der Musikfreunde. Entre los cuatro solistas, destac¨® la dulzura de la mezzo francesa Marianne Cr¨¦bassa y el tono oratorial del baritenor estadounidense Michael Spyres, por encima de la seguridad de la soprano alemana Julia Kleiter y la naturalidad del bajo austr¨ªaco G¨¹nther Groissb?ck.
Pero la Novena de este martes que dirigir¨¢ Muti en el Musikverein no ser¨¢ la ¨²nica en la ciudad. Tambi¨¦n sonar¨¢ en el Konzerthaus con la Sinf¨®nica de Viena bajo la direcci¨®n de su titular Petr Popelka (en sustituci¨®n de Joana Mallwitz). Y su finale podr¨¢ verse, a trav¨¦s del canal Arte, dentro de una curiosa iniciativa audiovisual que hermanar¨¢ Viena con Leipzig, Par¨ªs y Mil¨¢n. La Gewandhaus con Andris Nelsons, la Orquesta de Par¨ªs con Klaus M?kel? y la Orquesta del Teatro alla Scala con Riccardo Chailly interpretar¨¢n, desde sus respectivas sedes, los tres primeros movimientos de la obra.
Tampoco faltar¨¢n propuestas m¨¢s hist¨®ricamente informadas, como la reconstrucci¨®n del concierto del estreno, que propone la Beethoven-Haus de Bonn. Sin olvidar el toque de actualidad que aporta el documental del cineasta Larry Weinstein, tambi¨¦n en Arte, con una pregunta quiz¨¢ m¨¢s importante hoy que nunca: ?qu¨¦ hemos conseguido como humanidad en los doscientos a?os transcurridos desde el estreno de la Novena?
Babelia
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