El gran festival de la cultura de Graz seduce con el desprecio a la patria en plena victoria de la ultraderecha en Austria
Bajo el lema ¡®Horror Patriae¡¯ y cuestionando el mito ultra de la naci¨®n, la 57 edici¨®n del hist¨®rico Steirischer Herbst celebra cerca de 400 eventos en menos de un mes
Cuando toda Austria sabe que la ultraderecha prorrusa ha logrado una victoria hist¨®rica en las elecciones generales, un cartel electoral ficticio permanece en pie en el centro de Graz, la segunda urbe del pa¨ªs. La obra, creada por el artista japon¨¦s Yoshinori Niwa para el festival Steirischer Herbst, que se celebra hasta el 13 de octubre en la ciudad, fue cubierta en un primer momento por la polic¨ªa porque parec¨ªa sospechosa de violar la ley austriaca que combate el nazismo. El falso candidato promete tolerancia cero con una salchicha en la mano y reproduce un eslogan calcado al lema ¡°A cada uno lo que se merece¡±, forjado en la puerta de hierro del campo de concentraci¨®n de Buchenwald. Su est¨¦tica imita al ultraderechista Partido de la Libertad (FP?), archienemigo del festival de vanguardia, que ha exigido la suspensi¨®n de su financiaci¨®n p¨²blica.
La fiscal¨ªa archiv¨® pronto el caso y la polic¨ªa volvi¨® a destapar el cartel. El Steirischer Herbst (Oto?o estirio) naci¨® en 1968 con un marcado acento pol¨ªtico y ha estrenado obras originales de autores como Samuel Beckett, Julio Cort¨¢zar, Peter Handke o Elfriede Jelinek. La performance de Niwa inclu¨ªa el lavado diario del cartel para que llegara descolorido, blanco, vac¨ªo de contenido, a la jornada electoral. Y ah¨ª seguir¨¢ todo el certamen.
El festival est¨¢ dirigido por una exiliada rusa, Ekaterina Degot (Mosc¨², 1958), que prosper¨® como historiadora del arte en los a?os duros de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y dirigi¨® la galer¨ªa estatal Tretjakow en Mosc¨² en los 80, durante la Perestroika. Opositora feroz del r¨¦gimen de Putin, recientemente afirm¨® que a?oraba la Guerra Fr¨ªa. Abandon¨® Rusia en 2014 para dirigir la Academia de las Artes del Mundo en Colonia y en 2018 asumi¨® la direcci¨®n en Graz. ¡°El trabajo sat¨ªrico de Yoshinori Niwa es un ejemplo de c¨®mo puede responder la cultura a las pol¨ªticas de extrema derecha¡±, dice Degot en la puerta de la Neue Galerie Graz, que tambi¨¦n ejerce como comisaria jefe y agente provocador: ¡°?Que qu¨¦ me pasar¨ªa si regreso a Mosc¨²? ?Ha le¨ªdo la prensa, sigue las noticias? ?Cree que me atacar¨ªa un oso? El r¨¦gimen de Putin me meter¨ªa en la c¨¢rcel¡±.
La exposici¨®n principal que vertebra y da t¨ªtulo a la 57 edici¨®n del festival es Horror Patriae (hasta el 16 de febrero de 2025). La muestra construye en la Neue Galerie Graz un museo ficticio que se befa de los mitos que romantizan la historia nacional. Todos los estados-naci¨®n son una invenci¨®n y sus museos, tambi¨¦n. En este se exhiben obras encargadas a 17 artistas contempor¨¢neos y piezas prestadas por el Universalmuseum Joanneum, fundado en 1811.
El artista multidisciplinar, cineasta y escritor Roee Rosen (1963, Rehovot, Israel) ha viajado desde Tel Aviv para presentar Tatuajes de la guerra de Gaza, una serie fotogr¨¢fica de cuerpos maquillados con tatuajes, entre ellos, uno donde se lee Total victory, la divisa que repite Netanyahu en cada operaci¨®n en Gaza. Un tatuaje es un estigma tanto para los colonos jud¨ªos ultraortodoxos como para los milicianos de Ham¨¢s. ¡°No puedo hacer arte sobre lo que est¨¢ pasando en Gaza¡±, respondi¨® Rosen a la petici¨®n inicial de los comisarios. El artista sab¨ªa que ser¨ªa atacado desde todos los prismas: ¡°La cr¨ªtica a Israel me marca como un traidor para algunos sionistas, si bien la obra puede ser acusada de lavar la imagen de los cr¨ªmenes de Israel, de capitalizar los horrores de la guerra o incluso de apropiarse del dolor palestino¡±.
¡°Israel cambi¨® ontol¨®gicamente tras el horrendo ataque terrorista del 7 octubre de 2023¡å, afirma en Graz. ¡°La guerra actual no es solo una matanza mucho m¨¢s sist¨¦mica y masiva, con m¨¢s de 40.000 muertos, sino tambi¨¦n una destrucci¨®n sin precedentes, bombardeos de hospitales y universidades, expulsiones, privaci¨®n de alimentos (as¨ª como la intensificaci¨®n de la limpieza ¨¦tnica en Cisjordania y actos de terrorismo de estado en el L¨ªbano). Tal vez el mapa pol¨ªtico no refleja la voluntad del electorado israel¨ª, pero, sin embargo, presenta a un terrorista mesi¨¢nico convicto como ministro del Interior. Es decir, un criminal a cargo de la ley¡±.
Rosen se decidi¨® a expresar ese giro ontol¨®gico, el cambio de lo que significa ser israel¨ª, mediante su serie de tatuajes. Uno de ellos, El terrible Dreidel, un poema hist¨®rico militar, ¡°es un poema escrito con los nombres que el ej¨¦rcito israel¨ª dio a sus operaciones de asalto en Gaza en el siglo actual. Muestra la incre¨ªble corrupci¨®n del lenguaje: ataques de destrucci¨®n y asesinatos bajo nombres pastorales, algunos incluso extra¨ªdos de canciones infantiles¡±.
De los 17 artistas que han participado en Horror Patriae, tres son ucranianos: Nikolay Karabinovych, que vive en Amberes y ha rodado el filme en formato 4K de 21 minutos La ¨²ltima obra de arte sobre la guerra. Alina Kleytman, que vive en Tur¨ªn y exhibe el filme en 4K El lugar que debes ver antes de morir, una parodia de ¡°realismo hist¨¦rico¡± de la destrucci¨®n del ej¨¦rcito ruso de su ciudad natal, J¨¢rkov, mostrada entre ruinas con una voz en off que promociona un espacio tur¨ªstico. Y el artista multimedia Sergey Bratkov, que tambi¨¦n trabaja el v¨ªdeo en HD en Wiepersdorf (para amigos artistas). Tras la invasi¨®n rusa de Ucrania, Bratkov abandon¨® Mosc¨², donde era docente en la Rodchenko Art School, y se mud¨® a Berl¨ªn con la ayuda del programa Artists at Risk (Artistas en riesgo).
En la ¡°C¨¢mara de los Patriotas Improbables¡± del museo ficticio se rescatan las fotos reales que Hertha Hurnaus tom¨® de la finca en Alta Austria de Thomas Bernhard, en principio lo opuesto a un patriota, el escritor que nunca se cans¨® de desollar el lado oscuro de su pa¨ªs hasta alzarse como enemigo p¨²blico n¨²mero uno. Tras su muerte, se supo que hab¨ªa transformado su residencia en una exc¨¦ntrica y obsesiva reproducci¨®n a escala de Austria, propia del arquetipo de se?or rural austriaco ¡ªincluidos los rifles de caza¡ª. ¡°?Era su ira en realidad una forma de patriotismo?¡±, se preguntan en el museo.
Adem¨¢s de la exposici¨®n estrella, el festival ha programado hasta el 13 de octubre teatro, m¨²sica y debates en Graz, la segunda ciudad de Austria, gobernada por el Partido Comunista desde 2021.
El m¨²sico y compositor franc¨¦s Augustin Maurs defendi¨® el recital Desafinado: canciones favoritas de dictadores y l¨ªderes pol¨ªticos con un repertorio que ¡°trata sobre el amor¡±. Maurs subraya la melancol¨ªa en una parodia musical mordaz que logra que imaginemos al l¨ªder norcoreano Kim Jong-un bailando Brother Louie, de Modern Talking, o al serbio Slobodan Milosevic escuchando repetidamente en su walkman My Way, de Frank Sinatra, mientras era juzgado por genocidio y cr¨ªmenes de guerra por el Tribunal Penal Internacional de La Haya. Acompa?ado de piano y bater¨ªa, la atm¨®sfera que concibe es de cabaret, pero ante una interpretaci¨®n hermos¨ªsima de Blutrote Rosen, de Austin Egen, la canci¨®n favorita de Hitler, el p¨²blico del Orpheum de Graz no aplaude. No porque no le guste, sino por la tensa incertidumbre, que se prolonga unos instantes, de considerarlo apropiado.
A estos mandatarios hay que reconocerles el buen gusto. Y a Maurs, el virtuosismo de sus arreglos y la capacidad para capturar y exhibir la faceta m¨¢s sentimental ¡ªpor momentos vulnerable¡ª de un elenco consagrado de tiranos.
El colectivo La Fleur, dirigido por Monika Gintersdorfer, estren¨® El fantasma de la Opereta, que sigue el rastro del compositor h¨²ngaro Emmerich K¨¢lm¨¢n, de origen jud¨ªo, uno de los m¨²sicos m¨¢s estimados por Hitler. Algunas de sus operetas se representaron en Viena en m¨¢s de treinta mil funciones. Tras el Anschluss, fue tentado para convertirse en ario honorario, pero opt¨® por escapar e instalarse en Broadway.
¡°La Fleur encarna todo lo que no le gusta a la ultraderecha, somos su pesadilla¡±, dice Gintersdorfer en los camerinos del auditorio Helmut List Halle tras la funci¨®n. ¡°No representamos una ¨²nica cultura nacional. Hablamos diferentes lenguas en el escenario. Hemos presentado una nueva opereta transnacional mix. En el fondo, hay similitudes con K¨¢lm¨¢n. Cuando llegaron los nazis, su conexi¨®n con Josephine Baker y el jazz desapareci¨® de escena¡±. Y advierte: ¡°Estamos en un momento pol¨ªtico muy peligroso en Europa. En el teatro y los festivales culturales a¨²n no se ve, porque el personal que nos est¨¢ contratando a¨²n sigue en su puesto, pero si la tendencia sigue su curso lo veremos en dos o tres a?os¡±.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.