La nueva edad de oro del cobre y la soja da ox¨ªgeno a Am¨¦rica del Sur
Chile, Per¨², Brasil y Argentina se perfilan como los grandes beneficiados de la subida en el precio de minerales y alimentos, pero los expertos descartan un superciclo como el de principios de siglo
Al fin una buena noticia, algo medianamente s¨®lido a lo que asirse. La pandemia se ha cobrado un peaje especialmente caro en Am¨¦rica Latina: en lo sanitario, con uno de los ratios de fallecimientos por poblaci¨®n total m¨¢s altos del mundo; y en lo econ¨®mico, con una de las recesiones m¨¢s duras y una de las recuperaciones m¨¢s lentas. Hoy, sin embargo, el sur de la regi¨®n tiene ante s¨ª una sorpresa positiva en lontananza: un ramillete cada vez m¨¢s amplio de materias primas, entre ellos el cobre y la soja, ha superado en las ¨²ltimas semanas los valores prepandemia, abriendo una inesperada v¨ªa de escape a la crisis. Los retos son enormes pero las cosas, en fin, lucen algo mejor que hace unos meses.
El r¨¢pido regreso a la vida de la actividad en China y el rebote estadounidense a rebufo de los est¨ªmulos desplegados por la Administraci¨®n Biden han sacudido el pesimismo global. Los may¨²sculos planes de infraestructuras han elevado sustancialmente las expectativas de consumo de alimentos y metales. Y los cuellos de botella en las cadenas de suministro de estos productos, asediadas por dos tormentas de envergadura en un corto periodo de tiempo ¡ªprimero fueron los confinamientos, pero la puntilla ha sido el reciente colapso del canal de Suez¡ª han cuadrado el c¨ªrculo, desatando una escalada inflacionista en las materias primas in¨¦dita en la ¨²ltima d¨¦cada.
¡°Es un claro elemento de optimismo¡±, valora la secretaria general Iberoamericana, Rebeca Grynspan, que augura una revisi¨®n al alza en las previsiones de crecimiento en toda Am¨¦rica Latina y, muy particularmente, en su franja sur. ¡°Sin embargo, el punto de partida es mucho peor que en el superciclo de hace 10 a?os: la pobreza ha subido, los d¨¦ficits fiscales son m¨¢s altos y el endeudamiento, mayor¡±, advierte. Los datos son n¨ªtidos: el coronavirus ha llevado la pobreza en la enorme lengua de tierra entre el r¨ªo Bravo y Ushuaia a valores de hace 12 a?os, mientras que la carest¨ªa extrema ha retrocedido a niveles de hace dos d¨¦cadas. Y el Fondo Monetario Internacional (FMI) cree que la renta por habitante no regresar¨¢ a los niveles precrisis hasta ¡ªcomo pronto¡ª 2024. Con o sin el impulso de las materias primas.
De la dependencia como lastre a capitalizar la subida
El descenso de los precios de los productos b¨¢sicos a los abismos en lo m¨¢s duro de la pandemia fue la gota que colm¨® el vaso de unas econom¨ªas, las sudamericanas, paralizadas por las restricciones para frenar la expansi¨®n del virus. El petr¨®leo, aut¨¦ntico mascar¨®n de proa, lleg¨® a cotizar en negativo ¡ªen corto: los inversores pagaban por deshacerse de los barriles ante la imposibilidad de almacenar m¨¢s en unos dep¨®sitos atestados¡ª; los metales ca¨ªan a plomo por el frenazo en seco de la demanda; y solo los alimentos aguantaban el tipo por su condici¨®n de productos de primera necesidad.
Un a?o despu¨¦s todo aquello suena lejano, remoto, casi pret¨¦rito. Las econom¨ªas de la regi¨®n a¨²n sufren las consecuencias del par¨®n, pero el mercado de materias primas ¡ªcomo las Bolsas o los bonos¡ª ha dado un giro de 180 grados. Y, con ¨¦l, las expectativas de los pa¨ªses sudamericanos m¨¢s dependientes: Chile, Per¨² y Bolivia, aupados por el cobre y el litio; y Brasil y Argentina, titanes globales de los agronegocios.
Toda Am¨¦rica Latina, pero muy especialmente el Cono Sur, lleva a?os tratando de sacudirse ¡ªsin mucho ¨¦xito¡ª su sempiterna supeditaci¨®n a las commodities y la progresiva reprimarizaci¨®n de sus econom¨ªas. Sin embargo, cuando como ahora el viento sopla a favor, la maldici¨®n se convierte en bendici¨®n: la soja, de largo el producto m¨¢s exportado por las dos mayores econom¨ªas sudamericanas, casi ha duplicado su precio en los ¨²ltimos 12 meses al calor de la mayor demanda asi¨¢tica y de choques puntuales de oferta, como las sequ¨ªas. El cobre cabalga en zona de m¨¢ximos hist¨®ricos. Y el hierro, la segunda mayor fuente de ingresos brasile?a, acaba de rebasarlos.
Los a?os dorados: sin rastro del superciclo
Ha pasado solo algo m¨¢s de una d¨¦cada desde aquellos a?os dorados en los que el petr¨®leo cotizaba a triple d¨ªgito, la soja triplicaba su valor en solo un lustro y el cobre lo quintuplicaba en tiempo r¨¦cord. De ah¨ª que el paralelismo entre el reciente estir¨®n de los materiales b¨¢sicos y aquel sea tentador. Tanto como poco realista: solo uno de entre la decena de economistas consultados por EL PA?S se atreve a hablar de un superciclo como el que llev¨® en volandas a la econom¨ªa sudamericana y permiti¨® la mayor mejora en los indicadores sociales desde que hay registros. El auge de hoy, apostillan, tiene m¨¢s visos de transitorio que de estructural.
¡°No lo esper¨¢bamos, y es muy positivo. Pero hay tanta incertidumbre sobre si se va a sostener o no en el tiempo que creo que hay que optar por una mirada prudente. No se puede hablar de superciclo¡±, sentencia por tel¨¦fono Mart¨ªn Castellano, economista jefe del Instituto de Finanzas Internacionales para Latinoam¨¦rica. ¡°Me da la impresi¨®n de que pesan, sobre todo, factores coyunturales como la b¨²squeda de protecci¨®n frente a la inflaci¨®n por parte de muchos inversores. Antes compraban oro y ahora han puesto su inter¨¦s hacia otras materias primas¡±, completa Jos¨¦ Luis Machinea, expresidente del Banco Central de la Rep¨²blica y exministro de Econom¨ªa de Argentina.
Entre el superciclo, el ciclo y el miniciclo, las apuestas apuntan m¨¢s a lo tercero. ¡°Pasados dos o tres a?os, va a ser muy dif¨ªcil que sigan subiendo porque el PIB mundial no crecer¨¢ como en los a?os 2000, cuando China se convirti¨® en la potencia que es hoy¡±, dice Marcos Casarin, responsable de an¨¢lisis para el bloque de la consultora Oxford Economics. Tampoco el jefe del FMI para el Hemisferio Occidental, Alejandro Werner, ve se?ales de una subida duradera de las commodities. ¡°Ser¨ªa demasiado optimista pensar lo contrario, y eso impedir¨¢ un impacto sobre el crecimiento como el que vimos entre 2003 y 2014¡±, dice Werner. Seg¨²n sus c¨¢lculos, por cada 10% de mejora en los t¨¦rminos de intercambio, las econom¨ªas sudamericanas crecer¨¢n entre uno y dos puntos m¨¢s a tres a?os vista.
Los minerales ¡®verdes¡¯ toman el relevo del crudo
El petr¨®leo fue el factor clave en el ¨²ltimo ciclo alcista de las materias primas. Esta vez, en cambio, la historia parece bien distinta: desde el abismo de abril, su recuperaci¨®n ha sido m¨¢s r¨¢pida de lo esperado pero incomparable con la de aquel entonces. ¡°La gran diferencia entre ambos episodios es el crudo, que no est¨¢ acompa?ando el aumento de precios de algunos minerales y alimentos. Y eso impedir¨¢ a los pa¨ªses petroleros compartir el impulso¡±, explica Werner.
Los tiempos han cambiado. Con los coches de combusti¨®n lastrados por el giro verde de los Gobiernos para cumplir los objetivos clim¨¢ticos, el petr¨®leo ha ca¨ªdo en desgracia, apenas sostenido por los recortes de oferta de la OPEP. A¨²n le quedan unos a?os m¨¢s de dominio en la matriz energ¨¦tica global, pero cada d¨ªa que pasa es uno menos hacia el ansiado mundo pospetrolero.
Ese cambio de era ya est¨¢ dejando huella en el mapa geoecon¨®mico latinoamericano: los grandes exportadores de crudo ¡ªVenezuela, M¨¦xico, Colombia, Ecuador¡ª, que vivieron d¨ªas de vino y rosas con el barril por encima de los 100 d¨®lares, apenas podr¨¢n sacar r¨¦dito del regreso a la vida de las commodities.
La otra cara de la moneda son el cobre y el litio. El primero es esencial en la industria de placas solares y para el ensamblaje de autom¨®viles el¨¦ctricos, entre otros. El segundo, fundamental para las bater¨ªas. Y la oferta mundial de ambos pasa, en gran medida, por cuatro pa¨ªses sudamericanos, que tienen las de ganar en un escenario de subida de precios como el actual: Chile, Per¨² y, en menor medida, Bolivia y Argentina.
Chile: ?lecci¨®n aprendida?
El aumento previsto en el consumo global de cobre supera por mucho la expectativa de aumento de la oferta. Un d¨¦ficit que va camino de ser estructural y que es miel sobre hojuelas para los intereses chilenos, un pa¨ªs que aporta por s¨ª solo casi una de cada tres toneladas consumidas cada a?o en todo el mundo.
Pero Chile tambi¨¦n es, casi con total seguridad, la naci¨®n m¨¢s consciente de Am¨¦rica Latina de lo ef¨ªmeros que pueden ser estos procesos: tras el ¨²ltimo gran estir¨®n en el precio de cobre, 15 a?os atr¨¢s, las decisiones de inversi¨®n se tomaron a luz de las proyecciones de precios de corto plazo y la oleada de nuevos proyectos extractivos termin¨® por matar temporalmente la gallina de los huevos de oro. Cuando la cotizaci¨®n empez¨® a bajar, en 2014, la industria cupr¨ªfera chilena tuvo que lidiar con la peor ecuaci¨®n posible: proyectos en construcci¨®n sobredimensionados, con altos costes aparejados, y precios bajos de venta.
Esa es la ense?anza que dejaron aquellos a?os en los que, por momentos, la fiesta del sector extractivo aparent¨® no tener fin. Y parece bien aprendida. Las empresas productoras est¨¢n apostando por la cautela en sus decisiones de inversi¨®n y los nuevos proyectos solo ver¨¢n la luz si se cumplen dos requisitos: que se demuestren competitivos en costes y que haya claridad sobre la orientaci¨®n de los precios a largo plazo.
El peligro de la inflaci¨®n
La escalada de las materias primas permitir¨¢ ¡°un aterrizaje menos duro en lo fiscal y en la deuda¡±, dice Nora Lustig, profesora de la Universidad de Tulane (Nueva Orleans, EE UU) y presidenta em¨¦rita de la Asociaci¨®n de Econom¨ªa de Am¨¦rica Latina y el Caribe (Lacea). ¡°Dar¨¢ m¨¢s margen de maniobra para mantener una pol¨ªtica fiscal menos restrictiva, y eso es muy importante en plena salida de la pandemia¡±, explica. Con las arcas p¨²blicas bajo enorme presi¨®n, los pa¨ªses del bloque se disponen antes que nada a suturar la brecha. ¡°Hay una cosa segura: va a entrar m¨¢s dinero de lo esperado en las arcas p¨²blicas y los Gobiernos van a ganar tiempo antes de tener que hacer ajustes¡±, completa Casarin, de Oxford Economics.
La contracara es la inflaci¨®n. El petr¨®leo, el componente que m¨¢s afecta a los precios, ha subido menos que el resto. Pero ha subido. Y los alimentos, la otra partida clave ¡ªmuy especialmente en las cestas de consumo de las capas m¨¢s pobres de la poblaci¨®n, las m¨¢s baqueteadas por la crisis¡ª, se han disparado. La escalada de la tortilla de ma¨ªz, el alimento por antonomasia en M¨¦xico y varios pa¨ªses de Am¨¦rica Central ¡ªque apenas est¨¢n obteniendo r¨¦ditos de la mejora en los t¨¦rminos de intercambio¡ª, es el mejor ejemplo de c¨®mo este fen¨®meno puede lastrar el bolsillo de los m¨¢s pobres.
Centroam¨¦rica y el Caribe, fuera de la fiesta
La l¨ªnea divisoria de este nuevo bum de los productos b¨¢sicos es Panam¨¢: buenas noticias al sur, mucho menos buenas al norte. Todos los pa¨ªses sudamericanos ¡ª¡±sin excepci¨®n¡±, enfatiza Alicia B¨¢rcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, el brazo de la ONU para el desarrollo de Latinoam¨¦rica y el Caribe¡ª son exportadores netos y les viene de perlas que se encarezcan. Lo contrario ocurre en Am¨¦rica Central, importadora neta de productos primarios salvo un pu?ado de excepciones: Costa Rica, Honduras, Nicaragua, Panam¨¢. Para esa subregi¨®n, el viento de cola llega de un factor completamente ajeno a las materias primas: la mejora econ¨®mica en EE UU, que impulsar¨¢ las remesas.
El encarecimiento de alimentos y minerales tambi¨¦n ser¨¢ malo para el Caribe, una de las zonas m¨¢s afectadas del mundo por el par¨®n del turismo. ¡°Se ver¨¢ afectado negativamente en sus t¨¦rminos de intercambio¡±, detalla B¨¢rcena. Las excepciones a esa regla se cuentan con los dedos de una mano: Guyana (protagonista del ¨²ltimo milagro petrolero en el mundo), Surinam (rico en oro) y Trinidad y Tobago (que exporta gas y crudo), los tres ¨²nicos vendedores netos de bienes primarios.
En M¨¦xico, ya en Am¨¦rica del Norte, el rebote econ¨®mico se ver¨¢ m¨¢s sustentado por su conexi¨®n industrial con la primera potencia mundial que por el rebote de los productos b¨¢sicos. Pero la subida del petr¨®leo y de los minerales, lejos de restar, sumar¨¢.
Fiesta en la Bolsa de Rosario
Es el producto estrella de Argentina, responsable de uno de cuatro d¨®lares que ingresa por exportaciones. Para el tercer productor mundial de soja, con el 16% del mercado tras Brasil (35%) y EE UU (33%), su encarecimiento es una buena noticia sin paliativos. Al filo de los 590 d¨®lares por tonelada, su mayor valor en ocho a?os y medio y casi el doble de los 300 d¨®lares que mostraban las pizarras del parqu¨¦ de Chicago en mayo del a?o pasado, y con el ma¨ªz -en segundo lugar en la tabla de exportaciones argentina-, que tambi¨¦n duplic¨® su cotizaci¨®n, Argentina exportar¨¢ este a?o granos por 34.400 millones de d¨®lares, 8.100 millones m¨¢s que en la campa?a anterior, seg¨²n la Fundaci¨®n Mediterr¨¢nea.
La Bolsa de cereales de Rosario, el mayor conglomerado agroexportador del planeta, inform¨® del ingreso de 5.000 millones de d¨®lares entre enero y marzo solo por venta de harina, aceite y porotos de soja. Como cada a?o, China se hizo con el 90% de la producci¨®n nacional y si los ingresos en d¨®lares no acaban siendo a¨²n mayores ser¨¢ ¨²nicamente por culpa de la sequ¨ªa. Un factor que golpea por el lado de vol¨²menes pero impulsa los precios: parte de la reciente subida tiene que ver con la escasez de lluvias en Buenos Aires, Santa Fe y sur de C¨®rdoba, las regiones que concentran el grueso de los cultivos.
La segunda econom¨ªa sudamericana necesita imperiosamente la entrada de divisas. Sin cr¨¦dito internacional, el Gobierno de Alberto Fern¨¢ndez cubre el rojo fiscal, que en 2020 se dispar¨® al 8,5% del PIB, imprimiendo moneda. Esa expansi¨®n monetaria han vuelto est¨¦riles los esfuerzos por contener la inflaci¨®n, y la coyuntura deja a las exportaciones como ¨²nica alternativa posible para enderezar el rumbo.
Una ¨²ltima derivada argentina del alza en los precios de las materias primas: cada subida provoca un recrudecimiento de las tensiones entre el Gobierno y los productores, porque el Estado se queda con el 37% de los ingresos por exportaci¨®n de soja, una cifra que el campo considera excesiva.
El agronegocio brasile?o vuelve a pitar
El repunte de las commodities ha cobrado un protagonismo especial en los an¨¢lisis de los especialistas financieros que orientan v¨ªa YouTube a millones de peque?os inversores que prueban suerte en Bolsa. El analista jefe de Austin Rating, Alex Agostini, es uno de los pocos que cree que estamos en el inicio de un nuevo superciclo de materias primas a la luz de c¨®mo se han disparado los precios: ¡°Es una locura¡±.
En Brasil, potencia exportadora y el primer vendedor de soja del mundo, las expectativas son grandes. Con estos nuevos precios (gracias tambi¨¦n a un real muy devaluado), los grandes traders del sector est¨¢n vigilando con abogados y drones a los productores brasile?os para asegurarse de que cumplen los contratos sellados un a?o atr¨¢s.
Felippe Serigati, de la Fundaci¨®n Get¨²lio Vargas, se inclina ¡ªcomo la mayor¨ªa¡ª por que este bum no ser¨¢ tan intenso ni prolongado como el de la primera d¨¦cada de los 2000. ¡°La actual subida se explica porque los stocks mundiales de ma¨ªz, soja o trigo est¨¢n muy bajos, pero no tanto como ve¨ªamos en 2007-2008: solo la soja est¨¢ a aquellos niveles¡±. Tampoco est¨¢ presente un factor que entonces contribuy¨® a decantar la balanza: la entrada de China en la OMC. ¡°Vemos demanda adicional de actores ya instalados, no la entrada de uno nuevo, como entonces, que impact¨® como un meteorito en el comercio mundial¡±.
Agostini pronostica que el auge actual beneficiar¨¢ a sectores como el agronegocio o la miner¨ªa, muy importantes en el entramado econ¨®mico brasile?o. Pero esa bonanza, explica Serigati, apenas se extender¨¢ a la poblaci¨®n general. Los tiempos de super¨¢vit, subsidios y cr¨¦ditos a mansalva acabaron. Estos, como en el resto de la regi¨®n, siguen marcados por las estrecheces fiscales y el desempleo.
Con informaci¨®n de Naiara Galarraga Gort¨¢zar (S?o Paulo), Federico Rivas Molina (Buenos Aires) y Roc¨ªo Montes (Santiago de Chile).
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