Criptomonedas: la revoluci¨®n del dinero que (de momento) es solo especulaci¨®n
Las divisas digitales est¨¢n a¨²n lejos de volverse masivas y convertirse en un medio de pago com¨²n. La mayor¨ªa de inversores acude a ellas en busca de r¨¢pidas rentabilidades
La ma?ana del 16 de febrero Madrid amaneci¨® con centenares de carteles repartidos por algunos de sus lugares m¨¢s emblem¨¢ticos. Su lema principal: ¡°La revoluci¨®n acaba de empezar. Bienvenidos a bitcoin¡±, parte de una campa?a publicitaria de la plataforma de trading Bit2Me para atraer clientes, se vio junto a enclaves de la capital como el Banco de Espa?a, las cinco torres del distrito financiero o el Paseo del Prado. El despliegue tuvo algo de ritual inici¨¢tico: las criptomonedas sal¨ªan de su guarida digital para dejarse ver por primera vez en las calles de una gran ciudad espa?ola. Y habla de su creciente popularidad, incluso fuera de los c¨ªrculos inversores m¨¢s especializados, algo que no siempre es garant¨ªa de ¨¦xito: la leyenda atribuye unas veces al magnate John Rockefeller y otras a Joseph Kennedy, padre del que fuera presidente de Estados Unidos, la decisi¨®n de vender sus acciones cuando escuch¨® a su limpiabotas opinar sobre el comportamiento de los mercados. Lo consider¨® una se?al inequ¨ªvoca de que se estaba gestando una burbuja. Poco despu¨¦s, Wall Street se resquebrajaba en el crac de 1929.
Pese a los habituales sustos por su extrema volatilidad y las continuas advertencias de los bancos centrales sobre su riesgo, no hay indicios de que las criptomonedas se encuentren al borde del abismo. Ya hay m¨¢s de diez mil en el mercado, y su n¨²mero no deja de crecer. Una de las plataformas m¨¢s populares para realizar transacciones con ellas, Coinbase, empez¨® a cotizar en Wall Street recientemente, fusionando dos mundos hasta entonces independientes. Inversores institucionales y entidades financieras han dado t¨ªmidos pasos para integrarlas en sus operaciones. Y el bitcoin, la mayor de las divisas digitales junto a ether, es comparado cada vez m¨¢s con el oro, con el que, dicen sus partidarios, aspira a competir como valor refugio ante futuras crisis y picos inflacionarios en medio de la celeridad con que los bancos centrales imprimen billetes para estimular la recuperaci¨®n.
Que su supervivencia no parezca en riesgo a medio plazo no significa tampoco que las criptomonedas hayan logrado convertirse en indispensables. Para Alberto S¨¢nchez, director del programa de Blockchain del Instituto de Estudios Burs¨¢tiles (IEB), el valor del bitcoin ¡ªunos 600.000 millones de euros¡ª descuenta que va a ser un activo monetario refugio, pero una gran parte de su precio corresponde a expectativas. Y las ilusiones no siempre se cumplen. ¡°Si hubiera seguridad sobre su rol cada bitcoin valdr¨ªa 300.000 d¨®lares y no los 40.000 de ahora. Hacer una valoraci¨®n es muy complicado, no es como con una cotizada en la que puedas usar el PER [el n¨²mero de veces que el beneficio de una firma est¨¢ contenido en el precio de una acci¨®n]. Aqu¨ª hablas de expectativas¡±, aclara en conversaci¨®n telef¨®nica. Sin ingresos que reportar, los movimientos en el precio de las criptomonedas responden a un impulso arbitrario y simple, comparable al del inversor en obras de arte: la creencia del comprador de que un producto valdr¨¢ ma?ana m¨¢s que hoy.
Doce a?os despu¨¦s del enigm¨¢tico nacimiento del bitcoin, creado por un tal Satoshi Nakamoto, el seud¨®nimo de alguien completamente desconocido para el gran p¨²blico, no hay consenso sobre cu¨¢l ser¨¢ su papel y el del resto de criptomonedas en el mundo futuro. ?Han venido para descentralizar la emisi¨®n de dinero y despojar a los bancos centrales de ese poder omn¨ªmodo? ?Son solo el ¨²ltimo juguete del capitalismo para hacer dinero que acabar¨¢ estallando en las manos de los especuladores como sucediera con los tulipanes holandeses hace casi 400 a?os? ?Ni lo uno ni lo otro?
En un informe sobre el futuro del dinero, el banco norteamericano Citigroup concluye que las criptomonedas no est¨¢n cumpliendo sus objetivos primigenios. ¡°El bitcoin fue originalmente dise?ado como efectivo digital, pero esa narrativa sigue siendo d¨¦bil, dadas las cuestiones de adaptabilidad y eficiencia y su precio en aumento¡±, dice el texto. Para Gr¨¦gory Claeys, investigador del laboratorio de ideas Bruegel, con sede en Bruselas, la gran sustituci¨®n de las monedas actuales por parte de las digitales de nueva generaci¨®n est¨¢ lejos de hacerse realidad. ¡°Soy esc¨¦ptico. Para ser una moneda hacen falta dos cualidades esenciales: estabilidad para que la gente pueda usarla para ahorrar, y que su uso est¨¦ muy extendido. De momento, las criptomonedas no tienen esas propiedades. Alternan fuertes subidas con desplomes, no puedes comprar un caf¨¦ con ellas, y si lo comparas solo con el efectivo circulando en euros su uso es ¨ªnfimo¡±.
Algunos de sus m¨¢s fervientes defensores tampoco ven viable ese paso. Es el caso de la abogada Cristina Carrascosa, una de las voces m¨¢s respetadas en Espa?a en el universo de los criptoactivos. ¡°Nunca podr¨¢n reemplazar al dinero fiduciario salvo que la regulaci¨®n acepte que tienen categor¨ªa legal de dinero, algo que ya sabemos que no va a pasar porque directivas como la de prevenci¨®n de blanqueo de capitales dejan claro que son medios de cambio y no de pago. Deber¨¢n convivir, como ya lo hacen, con el dinero, y representar simplemente activos de inversi¨®n que pueden hacer las veces de medio de cambio con el que pagar bienes y servicios¡±.
Uno de esos bienes pioneros en poder ser comprados con bitcoins eran los coches el¨¦ctricos de Tesla. Pero su fundador, Elon Musk, dio marcha atr¨¢s en tiempo r¨¦cord alegando que las criptomonedas son excesivamente contaminantes por el enorme gasto energ¨¦tico que suponen, buena parte del cual se lleva a cabo en China utilizando carb¨®n. El cambio de opini¨®n de uno de los hombres m¨¢s ricos del planeta ha sido criticado por sospechoso. ?Desconoc¨ªa Musk su impacto ambiental cuanto autoriz¨® las compras 50 d¨ªas antes? ?Demuestra el bitcoin ser vulnerable si los tuits del jefe de Tesla son suficientes para hundir su valor? Carrascosa opina que el problema no es de la criptomoneda, sino de las emociones que mueven el mercado. ¡°Antes de criticar al bitcoin, Elon Musk lo alab¨®. Y as¨ª influy¨® en que muchas personas sin formaci¨®n invirtieran solo porque Elon Musk habl¨® de ello. En mi opini¨®n no se trata de que el bitcoin sea vulnerable, lo que es vulnerable es la predisposici¨®n de la gente a dejarse llevar por lo que dice una persona famosa¡±.
No hay datos que recojan con fiabilidad cu¨¢ntos espa?oles tienen criptomonedas. Seg¨²n una encuesta de Statista son el 9%, y otra de ING sit¨²a esa cota en el 10%. A simple vista, esas cifras se antojan demasiado altas, dado que sumar¨ªan m¨¢s de cuatro millones de inversores, pero en cualquier caso sit¨²an a Espa?a entre los pa¨ªses europeos con mayor penetraci¨®n de estos activos. Ese hecho ha multiplicado el trabajo de los asesores fiscales para la declaraci¨®n de la renta ¡ªun 300% m¨¢s de clientes en el caso de Carrascosa¡ª.
El d¨¦ficit de especialistas en la materia ha llevado a algunos incluso a dejar de aceptar clientes. Jos¨¦ Antonio Bravo, economista tributario, es uno de los que no da abasto. Hay que pagar impuestos por los intercambios entre criptomonedas y por las ganancias generadas al venderlas y pasarlas a euros, y el aumento de las operaciones est¨¢ obligando a las autoridades a extremar la vigilancia. ¡°El riesgo de que haya contribuyentes que no declaren sus beneficios es m¨¢s alto que en otros activos, dado que la informaci¨®n intermedia de compraventas de criptomonedas no suele ser conocida por la Agencia Tributaria. Sin embargo, desde el Ministerio de Hacienda ya se ha previsto crear nuevas obligaciones de informaci¨®n por parte de los exchanges y empresas de custodia¡±, explica Bravo.
Otra de las consecuencias del auge de las criptomonedas ha sido la carrera entre Estados por desarrollar sus propias divisas digitales, en la que China marcha con ventaja. El mencionado estudio de Citigroup apunta que el pa¨ªs asi¨¢tico va muy por delante de sus principales pares en el desarrollo de dinero digital emitido por el banco central, y ya se encuentra en medio de una extensa prueba piloto. ¡°Dado el impulso del pa¨ªs para convertirse en una sociedad sin efectivo, esperamos una r¨¢pida adopci¨®n durante los pr¨®ximos cinco a?os¡±, augura el texto.
Europa, donde el valor de las transacciones efectuadas en efectivo en la zona euro pasaron del 54% de 2016 al 48% de 2019, seg¨²n los datos del BCE, un porcentaje que ha ca¨ªdo con la pandemia, el debate sobre el futuro del dinero resuena cada vez m¨¢s, aunque el proyecto de euro digital se encuentra en una fase m¨¢s inicial. En abril, el BCE present¨® las conclusiones de la consulta p¨²blica sobre el tema, y en los pr¨®ximos meses debe decidir si da el paso hacia la fase de investigaci¨®n.
Gr¨¦gory Claeys, de Bruegel, cree que la intenci¨®n de Facebook de lanzar su propia moneda digital, primero llamada libra y ahora rebautizada como Diem ¡ªseg¨²n la CNBC lanzar¨¢ su versi¨®n de prueba a finales de este a?o¡ª ha sido el detonante que ha empujado a los bancos centrales a mover ficha. La red social cuenta con miles de millones de usuarios entre Facebook, Instagram y WhatsApp, y su intenci¨®n es lanzar una divisa estable, lo que significa que su valor no variar¨¢ seg¨²n el inter¨¦s de los usuarios sino que estar¨¢ ligado al d¨®lar. Para Claeys, esa decisi¨®n identifica el gran problema de las criptomonedas ¡ªla volatilidad¡ª y lo resuelve. El peligro, a su juicio, estriba en que ¡°es una compa?¨ªa privada que puede manipular la moneda por un objetivo mercantil, de beneficios¡±.
El potencial del ¡®blockchain¡¯
Hay quien teme que la mala fama de las criptomonedas, se?aladas por las autoridades por facilitar el blanqueo de capitales, la financiaci¨®n del terrorismo y la evasi¨®n fiscal ¡ªsus defensores recuerdan que eso tambi¨¦n sucede con d¨®lares o euros¡ª, acabe salpicando al blockchain, la tecnolog¨ªa que utilizan todas ellas. Un informe del Parlamento Europeo advierte contra esa posibilidad alabando su potencial. ¡°El blockchain tiene numerosas aplicaciones en toda la econom¨ªa legal. No ser¨ªa prudente desanimar futuras innovaciones en este campo simplemente porque una de sus aplicaciones, las criptomonedas, son utilizadas por algunos il¨ªcitamente¡±.
?Pero qu¨¦ es exactamente el blockchain? A grandes rasgos, Alberto S¨¢nchez Torres, que ense?a sobre ello en el IEB, lo describe como una base de datos distribuida, descentralizada e inmutable. Un inmenso registro contable con potencial para permitir rastrear de d¨®nde viene, por ejemplo, el jam¨®n que est¨¢s comiendo, automatizar decisiones de los seguros sin intermediaci¨®n humana ¡ªlos llamados smart contracts¡ª o certificar la autenticidad de un curr¨ªculum o del DNI ¡ªS¨¢nchez cree incluso que servir¨¢ para poder votar a distancia en elecciones con garant¨ªas¡ª am¨¦n de m¨²ltiples aplicaciones en el sector financiero, el transporte. los derechos de autor y otros, como evitar la reventa de entradas de espect¨¢culos deportivos o musicales al obligar a que las transacciones sean aprobadas antes. ¡°Tenemos claro que ha llegado para quedarse¡±, dice convencido.
Menos despejado parece el futuro de las criptomonedas. El Banco Central Europeo ha rescatado c¨¦lebres episodios hist¨®ricos para encontrar casos parecidos: lo compara con la fiebre de los tulipanes en Holanda y la burbuja de los Mares del Sur, protagonizada por la compa?¨ªa brit¨¢nica de dicho nombre que en el siglo XVIII logr¨® el monopolio del comercio con las colonias espa?olas y acabar¨ªa colapsando tras ver el precio de sus acciones tocar el cielo.
No es descabellado atisbar un destino similar para algunas criptomonedas. Una de las m¨¢s c¨¦lebres, el dogecoin, basada en el meme de un perro, naci¨® como una broma en 2013, pero fue subiendo entre comentario y comentario de los multimillonarios Elon Musk y Mark Cuban. Hoy, sin valor intr¨ªnseco alguno que lo respalde, vale m¨¢s de 40.000 millones de d¨®lares, tanto como el segundo banco espa?ol, el BBVA.
En el universo acad¨¦mico tambi¨¦n hay voces muy cr¨ªticas. Economistas de prestigio como Nouriel Roubini defienden con rotundidad que su valor es cero. Premios Nobel como Paul Krugman reprochan que no desempe?an casi ninguna funci¨®n en la actividad econ¨®mica. El exsecretario del Tesoro italiano, Lorenzo Codogno, ahora profesor en la prestigiosa London School of Economics, se expresa a este diario en t¨¦rminos similares. ¡°Creo que es el mayor esquema Ponzi de la historia financiera¡±, declara por correo electr¨®nico.
?Se equivocan? Carrascosa cree que s¨ª. Ve a todos ellos como parte de una ¨¦lite encorsetada en paradigmas del pasado. ¡°Debe de ser bastante complicado a la par que humillante tener que desaprender todo lo que te ha servido para conseguir un Nobel de Econom¨ªa, y abrazar un activo que ni siquiera cuenta con el respaldo de un Gobierno. Es totalmente comprensible la actitud de todo este sector que adem¨¢s vive de dar conferencias, clases, vender libros y asesorar a los reguladores¡±, contraataca.
Las predicciones son tan abundantes como su volatilidad. Sus partidarios ven en las criptomonedas una innovaci¨®n capaz de propiciar un cambio de era donde la emisi¨®n de dinero pasar¨¢ a estar descentralizada, y estiman que las cr¨ªticas provienen precisamente de ese temor de poderosas instituciones a perder un privilegio sin igual: el de controlar el dinero. Los gur¨²s de las criptomonedas insisten en que esto no ha hecho m¨¢s que empezar, las revalorizaciones futuras har¨¢n palidecer las actuales, y la tecnolog¨ªa blockchain se convertir¨¢ en un acontecimiento tan trascendente como el nacimiento de Internet. ¡°Ahorrar en bitcoins es como ganar la loter¨ªa a c¨¢mara lenta¡±, dice uno de sus adeptos.
China, decisiva
China tiene mucho que decir en su devenir. Se podr¨ªa decir que si los ni?os vienen de Par¨ªs y los coches de Alemania, los bitcoins vienen de China. Y eso hace que cada decisi¨®n de las autoridades sobre su regulaci¨®n impacte su precio con especial virulencia. M¨¢s del 70% de la miner¨ªa de bitcoin se realiza all¨ª, un hecho que, seg¨²n Ra¨²l L¨®pez, responsable en Espa?a del br¨®ker finland¨¦s de compra y venta de criptomonedas Coinmotion, se debe a que la energ¨ªa es m¨¢s barata y fabrican m¨¢s aparatos electr¨®nicos necesarios para esta labor, para la que se utilizan equipos inform¨¢ticos cada vez m¨¢s potentes. Est¨¢n dise?ados para verificar las transacciones de monedas virtuales, lo que supone un ingente gasto energ¨¦tico.
Si abril fue el mes de la euforia, con muchas criptomonedas tocando m¨¢ximos hist¨®ricos gracias a la decisi¨®n de Musk de permitir las compras de coches Tesla, mayo ha sido para olvidar. Las ca¨ªdas han sido superiores al 30%, y se han comido buena parte del pastel de ganancias de 2021. La culpa del desplome no es solo achacable a la marcha atr¨¢s de Musk, tan impredecible como entregado al entretenimiento de hinchar y desinflar cotizaciones con simples mensajes en redes sociales ¡ªahora mantiene reuniones con los jefes de algunas mineras de bitcoin para tratar el espinoso asunto ambiental, y pocos descartan, dado su car¨¢cter voluble, que vuelva a cambiar de opini¨®n¡ª. Si hay una amenaza existencial, esa es la acci¨®n decidida de los Gobiernos contra las criptomonedas. Y ah¨ª se han acumulado los problemas en los ¨²ltimos d¨ªas, con un recado del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, que ha advertido de que plantean riesgos para la estabilidad financiera y ha abierto la puerta a una mayor regulaci¨®n. Y sobre todo, con los mensajes que llegan desde China.
Pek¨ªn, cuyo objetivo es alcanzar la neutralidad de carbono en 2060 ¡ªuna d¨¦cada despu¨¦s que la UE¡ª, est¨¢ tomando conciencia del problema ambiental que supone el minado, con aparatos trabajando a su m¨¢xima capacidad 24 horas al d¨ªa, siete d¨ªas a la semana. Y ya ha actuado. As¨ª lo explica Ra¨²l Marcos, consejero delegado de carbono.com, dedicada a la inversi¨®n en criptomonedas. ¡°El problema con China es que han anunciado restricciones, parece que parciales, a la miner¨ªa que usa energ¨ªa proveniente del carb¨®n, lo cual a corto plazo significa que puede caer el precio, y a largo que se mueve hacia energ¨ªas renovables, que es lo que queremos todos¡±. Seg¨²n un estudio de la revista Nature publicado en abril, el consumo de energ¨ªa atribuido a las criptomonedas en China alcanzar¨¢ su pico en 2024 con 297 teravatios/ahora, m¨¢s que todo el consumo de energ¨ªa de Italia en 2016.
Los problemas a los que se enfrentan las criptomonedas para prosperar, por tanto, no se atisban menores. Tanto que ni siquiera Citigroup se atreve a profetizar si su porvenir ser¨¢ una boyante historia de ¨¦xito o un fracaso estrepitoso que dejar¨¢ por el camino un reguero de maltrechas cuentas corrientes. ¡°El futuro es incierto¡±, asegura en su informe. En la disyuntiva no deja lugar al t¨¦rmino medio. Reduce las opciones a dos: la aceptaci¨®n generalizada o la implosi¨®n especulativa. Para sus poseedores, una apuesta arriesgada que puede ser tan lucrativa como ruinosa.
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