El control del agua: la guerra econ¨®mica que se avecina
Las sequ¨ªas, los incendios y la mala gesti¨®n de este elemento esencial ponen en riesgo vidas y empresas. Fuente de desigualdad creciente, los derechos sobre su uso ya cotizan en Bolsa y los expertos piden racionalizar el consumo
El ser humano lleva 400.000 generaciones habitando este orbe de azul y tierra. Ha soportado semanas en las que parec¨ªa que nunca dejar¨ªa de llover y meses de un est¨ªo infinito. Conoce las consecuencias de la aridez. Los acadios desaparecieron hace 4.000 a?os, los mayas entre los siglos VIII y IX despu¨¦s de Cristo y los granjeros de las grandes planicies (Kansas, Colorado y Dakota) abandonaron sus pastos en los a?os treinta del siglo pasado. Todo era polvo e ira. La falta de agua ha acabado con civilizaciones enteras. La sequ¨ªa cuartea la tierra, como un caminante que atravesara Comala, de Juan Rulfo, y amenaza con convertirse en la pr¨®xima pandemia. Y nadie posee una vacuna. Las personas han estado conviviendo con sequ¨ªas durante 5.000 a?os, pero lo que vemos ahora es muy distinto. ¡°La escasez por satisfacer las necesidades b¨¢sicas de la poblaci¨®n es consecuencia, sobre todo, de una mala gesti¨®n de las prioridades ¨¦ticas, al anteponerse poderosos intereses en actividades productivas, o usos suntuarios, por encima de los derechos humanos y las necesidades vitales de los m¨¢s empobrecidos¡±, advierte Pedro Arrojo, relator especial de la ONU para los derechos humanos al agua potable y al saneamiento.
Quiz¨¢ porque es incolora e ins¨ªpida, ni siquiera los inversores, pese a ser indispensable para la vida, le han prestado atenci¨®n durante la crisis sanitaria. Tal vez porque en los pa¨ªses ricos resulta natural abrir el grifo y que se vierta agua de calidad. Es en este momento cuando aparecen los economistas. Las pr¨®ximas l¨ªneas podr¨ªan escribirse al igual que Cela redact¨® su Cristo versus Arizona, m¨¢s de 200 p¨¢ginas con un solo punto. Una di¨¢spora incesante de palabras. ?nicamente el 0,5% del agua del mundo es potable, cerca de 2.200 millones de personas no beben de forma segura y 4.200 millones carecen de infraestructura sanitaria. Una cuarta parte del planeta enfrenta un estr¨¦s h¨ªdrico m¨¢ximo y 800.000 hombres, mujeres y ni?os de pa¨ªses pobres mueren al a?o por falta de higiene y agua adecuada. El futuro ser¨¢ algo sin precedentes en 400.000 generaciones. En 2030 ¡ªacorde con la ONU¡ª la demanda de agua superar¨¢ en un 40% la oferta y obligar¨¢ a un gasto extra a los gobiernos de 136.000 millones de euros anuales. Mientras, la demograf¨ªa, imperturbable, proseguir¨¢ su destino. Con una poblaci¨®n que habr¨¢ aumentado durante 2050 entre un 22% y el 34%, cerca de 6.000 millones de seres humanos podr¨ªan sufrir escasez de este l¨ªquido b¨¢sico. Este es el posible ma?ana visto desde fuera del planeta. Queda esa frase de Van Gogh. ¡°Tengo¡ una terrible necesidad¡, ?dir¨¦ la palabra?¡, de religi¨®n. Entonces salgo por la noche y pinto las estrellas¡±. La respuesta ¡°no es extraer m¨¢s agua, sino recuperar, regenerar y reutilizar los acu¨ªferos¡±, defiende Pedro Arrojo. Si t¨² cuidas del suelo, el suelo cuida de ti. Es nuestra V¨ªa L¨¢ctea empedrada de estrellas.
Enormes p¨¦rdidas
Este peque?o planeta, arrinconado en la orilla de un oc¨¦ano c¨®smico, necesita asegurar su agua. El Banco Mundial calcula que la p¨¦rdida de este elemento vital en agricultura, salud, ingresos y propiedades puede reducir en 2050 hasta el 6% del PIB en algunas regiones del mundo. Urge cuidar los riachuelos, las torrenteras, el r¨ªo que nos ha llevado durante miles de a?os. ¡°Si analizamos las cuencas hidrogr¨¢ficas espa?olas [andan al 50% de su capacidad, 27.958 hm3; por hacerse una idea: un hect¨®metro c¨²bico es similar a un campo de f¨²tbol], vemos que no estamos mejor pero tampoco hemos ido a peor, sin embargo a¨²n hay que mejorar hacia una gesti¨®n m¨¢s sostenible del agua¡±, apunta Elena L¨®pez Gunn, responsable de la consultora Icatalist.
El Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica y el Reto Demogr¨¢fico acaba de presentar a consulta p¨²blica Los planes hidrol¨®gicos de cuenca 2022-2027, que atraviesan la adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico, los vertidos urbanos, la contaminaci¨®n difusa de la agricultura, la recuperaci¨®n de los m¨¢rgenes fluviales (restaurar 5.000 kil¨®metros de r¨ªos, arrollados por la especulaci¨®n urban¨ªstica) y la gesti¨®n sostenible de las aguas subterr¨¢neas. ¡°Esto ¨²ltimo me parece cr¨ªtico. Por fin habr¨¢ un Plan Nacional de Aguas Subterr¨¢neas. Hac¨ªa m¨¢s de 20 a?os que no se actualizaba el anterior. En general, el enfoque es bueno ya que se admite que resulta necesario reducir el uso¡±, refrenda Gunn. Quedan, en principio, fuera de la mesa, por primera vez, nuevas presas, desaladoras (sin energ¨ªas verdes son muy caras y generan una elevada huella de carbono) o trasvases. O sea, la propuesta de la Federaci¨®n Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore). ¡°Aumentar la regulaci¨®n h¨ªdrica en 16.000 hect¨®metros c¨²bicos mediante la construcci¨®n sostenible de obras de regulaci¨®n¡±, defienden. El ministerio ha puesto el objetivo en reducir la demanda, no en incrementar el caudal. En Espa?a, el agua siempre ha tenido un relato demasiado pol¨ªtico y quiz¨¢ haya que abrir la esclusa a una especie de cientificocracia l¨ªquida. Sobre todo, cuando el 79% se dirige a la agricultura y la ganader¨ªa.
El ser humano est¨¢ concebido para aprender y sabe que las puertas del cielo y del infierno son adyacentes e iguales. Todo depende de sus decisiones. ¡°El sector ha presentado a Europa planes de inversi¨®n p¨²blica y privada utilizando los fondos europeos por valor de 14.000 millones de euros¡±, resume el economista Jos¨¦ Carlos D¨ªez. Y a?ade: ¡°Es una gran oportunidad para crear empleo¡±. Proyectos que cursan palabras como ¡°digitalizaci¨®n de regad¨ªos¡±, ¡°drones¡±, ¡°sat¨¦lites¡± o ¡°gesti¨®n inteligente de acu¨ªferos¡±. T¨¦rminos nuevos en el diccionario ecol¨®gico espa?ol. Pero esa enumeraci¨®n de conceptos ha ense?ado que el agua arrastra a la vez las pesadillas y los sue?os del ser humano.
Porque el agua tambi¨¦n anega a los gigantes tecnol¨®gicos. Sin ella no existir¨ªan Tesla, Amazon, Facebook, Alphabet, Spotify o Netflix, pues el hardware que utilizan exige procesar enormes cantidades de esas mol¨¦culas de hidr¨®geno y ox¨ªgeno. Hoy no valdr¨ªan 5,7 billones de d¨®lares (4,8 billones de euros) en el parqu¨¦. El presente es un im¨¢n tan poderoso que repele el pasado, y sus ense?anzas. Hace pocos a?os ¡ª?describe The Economist¡ª Coca-Cola tuvo que cerrar plantas en la India por la sequ¨ªa. En 2019, las inundaciones causaron roturas de suministro de dos gigantes como Cargill y Tyson Food. Un trabajo de la oeneg¨¦ CDP encontr¨® que 783 grandes compa?¨ªas cotizadas en Bolsa sufrieron p¨¦rdidas conjuntas de 40.000 millones de d¨®lares en 2018 por el agua. Diez a?os antes, Barcelona se vio obligada a importarla de Francia. Mientras, TSMC, uno de los mayores fabricantes de semiconductores del mundo, que consume cerca de 156 millones de litros diarios, est¨¢ teniendo problemas con la producci¨®n debido a la fuerte sequ¨ªa que sufre Taiw¨¢n.
Otra de las preocupaciones de las empresas es que se dispare el precio. El mercado de este l¨ªquido no refleja ni los costes sociales ni los medioambientales. Ni siquiera las iron¨ªas. A la industria del agua embotellada le cuesta seis o siete litros ¡ªacorde con Barclays¡ª producir una botella de un litro (incluido el embalaje) de agua. La firma de an¨¢lisis de datos S&P Global Trucost ha descubierto que si las compa?¨ªas del ¨ªndice Fortune 500 pagaran el verdadero precio del agua sus m¨¢rgenes disminuir¨ªan en una d¨¦cima parte. Y las lindes para sectores como el de bebidas, comida y tabaco (su producci¨®n mundial consume 22.000 millones de toneladas de agua al a?o. Dicho de otra forma, una persona que fuma un paquete de 20 cigarros diarios durante 50 a?os malgasta 1,4 millones de litros) podr¨ªan desplomarse un 75%.
Llueven los n¨²meros, y no escampa. ¡°Las empresas actuales utilizan unas 700 veces m¨¢s agua dulce al a?o que petr¨®leo. Al precio actual del crudo ¡ªalrededor de 70 d¨®lares el barril¡ª, esto significa que si las organizaciones se vieran obligadas a desembolsar 0,10 d¨®lares, o una cantidad superior, por barril de agua, les costar¨ªa tanto o m¨¢s que el oro negro¡±, calcula Toby Messier, consejero delegado de Aquantix, una firma canadiense que emplea inteligencia artificial para analizar los riesgos de este l¨ªquido. ¡°Tenemos que ir a un precio que refleje las externalidades. Y las tensiones geopol¨ªticas regionales ser¨¢n un conflicto constante¡±, augura Roberto Scholtes, director de estrategia de UBS en Espa?a. En principio, el agua es un bien com¨²n y de uso p¨²blico en casi todas las legislaciones del planeta. Lo que blinda su comercio. Sin embargo, desde el 7 de diciembre de 2020 los derechos (futuros) sobre su utilizaci¨®n (no el agua en s¨ª) cotizan en Wall Street ante su creciente escasez. En un solo a?o, se ha duplicado el precio en California.
Todo esto se escucha en Palencia (Espa?a) como si el orvallo cayese sobre un tejado muy lejano. Jeromo Aguado deber¨ªa estar jubilado. Es agricultor y ganadero. ¡°En ecol¨®gico¡±, aclara, orgulloso. Ganader¨ªa viva, pollos, corderos. Ha visto encadenarse las estaciones. Conoce el sol, el cierzo y esas nubes que pasan cargadas de agua pero que jam¨¢s descargan. ¡°Este a?o no ha sido de los peores¡±, reconoce. Aunque se moja. ¡°El agua de riego se est¨¢ utilizando para un modelo de agricultura intensiva, que piensa en los productos de forma especulativa con el fin de colocarlos en los mercados internacionales¡±, critica. Quiz¨¢ ignore la inmensidad de los intereses y la geograf¨ªa del dinero. En pleno centro de la escalada de la crisis del agua, el negocio planetario de la comida y el sector agroalimentario manejan cinco billones de d¨®lares (4,24 billones de euros). Y al menos ¡ªseg¨²n Barclays¡ª unos 415.000 millones en ingresos podr¨ªan estar en riesgo por la falta de agua para regar los campos y abrevar el ganado. Adem¨¢s, otros 248.000 millones de d¨®lares viven bajo el peligro de los cambios de los patrones de lluvia y su efecto sobre la reducci¨®n de las cosechas.
El peligro ya es sol, llamas y humo. El oeste de Estados Unidos afronta una sequ¨ªa sin precedentes en 1.200 a?os. El peri¨®dico The New York Times cuenta la inquietante historia de un productor californiano de arroz de alta calidad para sushi que lleg¨® a la conclusi¨®n de que era mejor negocio vender el agua que habr¨ªa usado para cultivar el cereal que cultivarlo. El nivel de los dep¨®sitos est¨¢ bajando mucho y las redes el¨¦ctricas corren el peligro de dejar de funcionar si las presas hidroel¨¦ctricas no captan el agua suficiente para generar energ¨ªa. California no queda tan lejos. La pluviosidad en el arco mediterr¨¢neo ha descendido un 20% en las tres ¨²ltimas d¨¦cadas. ¡°La sequ¨ªa es el tema que m¨¢s preocupa en el suroeste¡±, observa Bruce Babbitt, antiguo gobernador de Arizona y secretario del Interior durante la Administraci¨®n de Clinton. Y alerta: ¡°Los cient¨ªficos predicen que continuar¨¢ durante muchos a?os y debemos hacer grandes reducciones en su consumo. M¨¢s del 80% va a regad¨ªo y habr¨¢ que ir, poco a poco, eliminando esas tierras. Ser¨¢ dif¨ªcil, pero esencial¡±; ser¨¢ el clima versus Arizona.
Cada sequ¨ªa es un aviso de nuestro futuro clim¨¢tico. Los estadounidenses tienen la fe de que los mercados y el dinero suelen arreglar los problemas. El presidente Biden ha creado el American Rescue Plan Act 2021 destinado al agua y sus infraestructuras. El proyecto de ley prev¨¦ invertir 500 millones de d¨®lares para el acceso al agua a familias con bajos ingresos y unos 30.000 millones dirigidos a ayudar a propietarios y arrendatarios. Adem¨¢s, los Estados pueden utilizar los 350.000 millones del Coronavirus Relief Fund (Fondo de Ayuda del Coronavirus) en inversiones imprescindibles en agua, alcantarillado o infraestructura de banda ancha. ¡°La mayor¨ªa de los americanos tienen la suerte de abrir los grifos y tener lo que parece un suministro ilimitado de agua limpia para beber. A medida que cambia el clima, tambi¨¦n lo hace su disponibilidad y algunas partes del pa¨ªs est¨¢n soportando periodos de escasez que jam¨¢s hab¨ªan visto. Es cr¨ªtico aqu¨ª, y en el resto del planeta, entender y anticiparse a esas transformaciones¡±, alerta Kevin S. Minoli, exabogado de la Agencia de Protecci¨®n Ambiental (EPA, por sus siglas inglesas).
Tecnolog¨ªa obsoleta
La luz penetra donde no brilla el sol. El agua ha estado alejada de la innovaci¨®n. Como una marea que nunca hubiera alcanzado la orilla. ¡°Utilizamos tecnolog¨ªa del siglo XIX para construir infraestructuras del XX, pero ahora tenemos retos del XXI¡±, enlaza James Eklund, uno de los arquitectos del Plan de Contingencia contra la Sequ¨ªa de Colorado. ¡°El agua requiere lo mejor del ingenio humano, porque los riesgos son muy elevados, y afectan a la salud, la seguridad humana, la justicia social, la equidad y el medio ambiente¡±. Solo en Estados Unidos, unos 162 millones de personas es probable que experimenten mayor calor y tengan menos agua. La Fundaci¨®n First Street ha descubierto que existe un 70% m¨¢s de edificios vulnerables a las inundaciones de lo que se pensaba. ¡°El reto es tan grande y existencial que requiere de una fuerte participaci¨®n del sector privado. Los gobiernos deben incentivarla para que innove en agua y clima a la misma escala que provoc¨® la revoluci¨®n digital¡±, asume Eklund.
La presidenta de la Uni¨®n Europea, Ursula von der Leyen, ha asegurado que ¡°el agua est¨¢ literalmente en todas partes del Pacto Verde Europeo¡±. No es un bien financiero, es un derecho humano. Pero se escapa al igual que a trav¨¦s de un hisopo. ¡°Resulta necesario dise?ar instrumentos econ¨®micos que permitan reconocer su valor, es decir, asignar correctamente un precio, para estimular a los consumidores, la industria, la agricultura a mejorar su ¡®productividad¡¯, pero tendr¨¢n que ser justos e igualitarios¡±, analiza M¨¢ximo Torero, economista jefe de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO), y esto supondr¨¢ encarecer algunos productos, que no est¨¢n pagando un precio correcto seg¨²n su consumo de l¨ªquido. Recuerda al En¨±ma Eli?, un poema babil¨®nico que narra el origen del planeta: ¡°En los huertos de los dioses, contempla los canales¡±.
El hombre, que se cree un peque?o dios, lleva d¨¦cadas fiando su destino a la oferta y la demanda. Esa pareja malavenida. ¡°En teor¨ªa, los mercados penalizar¨¢n el desperdicio y recompensar¨¢n la conservaci¨®n a medida que el agua se vuelva m¨¢s valiosa¡±, comenta Jesse Keenan, un urbanista formado en Harvard y que hoy es profesor en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Tulane (Nueva Orleans). Pero la participaci¨®n de la iniciativa privada resulta tan peque?a que solo entra en juego para aprovechar los precios extremadamente altos que se dan en tiempos de escasez. As¨ª que miran el negocio al igual que un espejismo. Si invierten es persiguiendo grandes vol¨²menes de agua. Por lo que si las sequ¨ªas se vuelven extremas resultar¨¢ muy probable que los ¡°peque?os agricultores no tengan acceso a ella¡±, avisa el experto. Su escasez deber¨ªa ser una prioridad de los inversores. ¡°Sin embargo, el agua es un tema bastante m¨¢s concreto que, por ejemplo, el cambio clim¨¢tico, y no est¨¢ claro, siempre, hasta qu¨¦ punto una empresa en la que se puede invertir corre el riesgo de sufrir escasez¡±, valora Andy Howard, director global de Inversi¨®n Sostenible en Schroders. Existen unas 300.000 compa?¨ªas ¡ªdestaca la gestora Pictet¡ª relacionadas con el agua, pero solo 850 cotizan en Bolsa. Existe desinter¨¦s.
Sin embargo, la aurora ilumina las parcelas m¨¢s yermas. Queda esperanza. Al igual que con la emergencia clim¨¢tica. Urge cambiar las formas en las que se consume el agua, para eso hay que introducir innovaci¨®n y educaci¨®n en su uso. Heineken puso en marcha en 2017 un programa destinado a recuperar tres lagos degradados cerca de su f¨¢brica sevillana. Consigui¨® devolver 420.000 metros c¨²bicos cada a?o. La biotecnol¨®gica Chr. Hansen (con sede en Tres Cantos, Madrid) produce un coagulante (Chy-Max) con el que son necesarias 2.000 toneladas menos de leche para producir 200.000 toneladas de queso. Y Danone quiere contar con un plan de restauraci¨®n o preservaci¨®n para las 55 cuencas hidrogr¨¢ficas con gran estr¨¦s h¨ªdrico donde opera de aqu¨ª a 2030.
Mientras, el mundo desperdicia 1.300 millones de toneladas de alimentos al a?o. ?Cu¨¢nta agua se tira? ¡°La estamos malgastando. Y no es la responsabilidad solo de un pa¨ªs, exige un compromiso de coordinaci¨®n multilateral¡±, alerta Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales (AFI). De hecho, ¡°dos de los grandes retos de las pr¨®ximas d¨¦cadas ser¨¢n reforzar la cooperaci¨®n transfronteriza y garantizar que se gestiona el agua de forma sostenible¡±, prev¨¦ Virginijus Sinkevi?ius, comisario europeo de Medio Ambiente, Oc¨¦anos y Pesca.
Si queremos sobrevivir en este rec¨®ndito espinazo de estrellas y noche necesitaremos una enorme cooperaci¨®n internacional, innovaci¨®n y sacrificio. En su libro, Un para¨ªso construido en el infierno (Capit¨¢n Swing), la escritora Rebecca Solnit detalla c¨®mo la gente se une tras las grandes tragedias. El Blitz alem¨¢n sobre Londres, el hurac¨¢n Katrina, el 11-S en Nueva York. ¡°En un mundo de dolor cotidiano, este es el ¨²nico para¨ªso posible, y nunca existir¨¢ entero, estable y completo. Siempre habr¨¢ que dar respuesta a problemas y sufrimiento: construir el para¨ªso es el trabajo que estamos destinados a hacer¡±, escribe. Pero un Ed¨¦n sin agua es un desierto de arena.
El grifo de la desigualdad gotea
El famoso economista griego y antiguo ministro de Finanzas Yanis Varoufakis est¨¢ de vacaciones. ¡°Bien merecidas¡±, bromea. Acaba de publicar un libro, Otra realidad. ?C¨®mo ser¨ªa un mundo justo y una sociedad igualitaria? (Deusto). La respuesta a esa pregunta discurre por la inequidad y el agua. Juntas. Ni siquiera paralelas. En este tiempo de ocio, saca algo de espacio para reflexionar sobre dos temas de los que depende nuestra existencia. ¡°La escasez de agua ya abre una brecha entre ricos y pobres, poderosos e impotentes, opresores y oprimidos¡±, cuenta. ¡°Y eso se agravar¨¢ a medida que el cambio clim¨¢tico ampl¨ªe la fractura entre los ricos totalmente hidratados y quienes no tienen acceso al agua o se ahogan peri¨®dicamente en ella¡±. Los n¨²meros le dan la raz¨®n. Un trabajo de febrero de The Guardian descubri¨® que las ¨¢reas latinas de Estados Unidos beben el doble de agua que no cumple los est¨¢ndares de seguridad que otras poblaciones del pa¨ªs. Algo que ya hemos visto en el asentamiento de la Ca?ada Real en Madrid.
Un futuro b¨¦lico ¡ªdicen¡ª amenaza a Europa. ¡°Las personas mayores tendr¨¢n que hacer sacrificios en la lucha contra el cambio clim¨¢tico o los ni?os de hoy se enfrentar¨¢n a un futuro de guerras por el agua y los alimentos¡±, ha advertido Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisi¨®n Europea. Est¨¢ en el pasado del Viejo Continente y en otras tierras. ¡°Hay una larga historia de conflictos por el agua y la Uni¨®n Europea condena firmemente su uso como arma de guerra. Nuestro compromiso diplom¨¢tico es que sea un elemento de paz, seguridad y estabilidad. El agua puede ser una fuente de inestabilidad, pero tambi¨¦n de creaci¨®n de instituciones y de cambios sist¨¦micos, positivos y duraderos¡±, desgrana Virginijus Sinkevi?ius, comisario europeo de Medio Ambiente, Oc¨¦anos y Pesca.
Es una vereda complicada de calcular. Incluso los anillos de los abedules blancos enga?an con sus c¨ªrculos. Martin Wolf, jefe de Opini¨®n Econ¨®mica del diario brit¨¢nico Financial Times, camina bajo sus sombras. ¡°Hay escasez f¨ªsica de agua, en el sentido de sequ¨ªas y falta de almacenamiento. Luego est¨¢ la carencia de agua potable apta para beber (que es un peque?o subconjunto de toda la que utilizamos). Despu¨¦s vemos la ausencia de un sistema de distribuci¨®n universal para esa agua limpia. Es decir, tuber¨ªas inadecuadas destinadas a la entrada y salida del agua sucia, y finalmente est¨¢ su precio¡±, reflexiona. ¡°Si la escasez f¨ªsica se vuelve extrema, entonces otras formas de escasez resultan m¨¢s probables. Las sequ¨ªas pueden crear falta de agua dirigida a fines agr¨ªcolas. Tambi¨¦n podr¨ªan manifestarse en altos precios para destinos esenciales, sobre todo, beber, cocinar y limpiar, aunque la ausencia de inversi¨®n en estos suministros puede ser incluso m¨¢s importante que las sequ¨ªas¡±, concluye Wolf.
Las finanzas son el interruptor de la desigualdad. El capitalismo tiende a empaquetar como activo comercializable todo lo escaso. Sea lo que sea. Y surgen voces preocupadas. ¡°El agua es un bien b¨¢sico para la vida y por tanto un derecho humano, no un activo de mercado. Su propiedad, dotaci¨®n, gesti¨®n y asignaci¨®n deben quedar en manos p¨²blicas y fuera del ¨¢mbito de la especulaci¨®n, como ya est¨¢ empezando a suceder¡±, critica Carlos Mart¨ªn, director del Gabinete Econ¨®mico de Comisiones Obreras.
¡°La iniciativa privada no tiene incentivos para proveer un bien b¨¢sico y reducido de manera universal y al precio m¨¢s barato posible, sino que, por el contrario, intentar¨¢ elevarlo concentrando el mercado, capturando al regulador o, simplemente, atendiendo solo a la demanda con m¨¢s poder adquisitivo y exigiendo compensaciones al contribuyente para atender a la poblaci¨®n ¡°no rentable¡±. Nada de eso es lo que el mundo quiere cuando abre el grifo.
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