Superado el debate del m¨®vil, las familias inician una nueva guerra para vetar el uso de las tabletas en la escuela
El movimiento por una Escuela Off pide a las autoridades que en cada curso se ofrezca una li?nea ¡°sin pantallas¡±. Organismos como la Unesco han pedido a los Gobiernos que revisen sus planes de digitalizaci¨®n en los centros educativos y eval¨²en la pertinencia del uso de dispositivos
Unos meses antes de que acabase el curso, M¨®nica (43 a?os) recibi¨® un burofax de la escuela de sus dos hijos en el que la direcci¨®n le comunicaba que en septiembre no habr¨ªa plaza para ellos por ¡°diferencias insalvables en torno a la tecnolog¨ªa¡±. Ella, que ha hecho todos los esfuerzos posibles para que en su casa no se consuman pantallas, se mosque¨® cuando sus hijos (menores de siete a?os) llegaban a casa y le contaban que hab¨ªan aprendido con v¨ªdeos en el cole. M¨®nica inici¨® conversaciones con el director del centro, un privado de Madrid, para tratar de entender la raz¨®n pedag¨®gica de ese visionado. No la encontr¨®. Esa tensi¨®n se dispar¨® cuando se enter¨® de que les hab¨ªan creado cuentas en gmail sin su consentimiento expreso. Fue cuando decidi¨® recurrir a la Agencia Espa?ola de Protecci¨®n de Datos, que tiene el caso en estudio. ¡°Cuando se enteraron, me mandaron el burofax y alegaron que hab¨ªamos incumplido el reglamento del colegio, ?de verdad una madre no puede defender los derechos de sus hijos?¡±, cuenta desanimada en una cafeter¨ªa de Madrid.
Ella, que como muchas otras familias consultadas para este reportaje prefiere mantenerse en el anonimato por temor a nuevas represalias de los centros contra sus hijos, es una de las 1.500 firmantes de la carta por una Escuela Off, un escrito que desde comienzos de septiembre circula entre grupos de familias de diferentes autonom¨ªas y que reclama que los manuales escolares este?n siempre disponibles en formato papel, eliminar las pantallas en educacio?n infantil y usarlas excepcionalmente en educacio?n Primaria, que se garantice la posibilidad de realizar los deberes sin estar conectado, y que se ofrezca una li?nea ¡°sin pantallas¡± en cada curso que respete el derecho a la desconexio?n de los menores. Una vez superado el debate de los m¨®viles ¡ªtodas las autonom¨ªas han prohibido el uso y lo han limitado a fines pedag¨®gicos, excepto Pa¨ªs Vasco, donde depende de la decisi¨®n de cada centro¡ª, la nueva lucha es contra las tabletas.
A Diego Hidalgo, impulsor de la campa?a y autor de Anestesiados. La humanidad bajo el imperio de la tecnolog¨ªa (Catarata), le resulta sorprendente que el despliegue tecnol¨®gico que se ha hecho en la educaci¨®n no sea objeto de debate cuando ya empieza a haber evidencia cient¨ªfica de que el uso de tabletas no mejora el aprendizaje. Sin embargo, desde la pandemia (2020), el Gobierno ha adquirido 800.000 tabletas para 17.000 centros escolares (de un total de 22.000), as¨ª como pizarras digitales para todos ellos y ordenadores para controlarlas, seg¨²n datos del INTEF.
¡°Tiene que prevalecer el principio de precaucio?n tanto en te?rminos de beneficios como de riesgos¡±, expone Hidalgo, tambi¨¦n coordinador de la comisi¨®n de impacto de la Fundaci¨®n Hermes, dedicada a la defensa de los derechos digitales. Otro de los puntos que critica la carta es la disonancia entre el mensaje que reciben los menores de pasar menos tiempo con dispositivos y la obligacio?n de conectarse promovida por los centros, el l¨ªmite ¡°borroso¡± entre el uso educativo y recreativo, y el riesgo de explotacio?n de los datos de los jo?venes sin garanti?as suficientes por parte de las plataformas tecnol¨®gicas.
La digitalizaci¨®n masiva de las escuelas se aceler¨® a partir de 2020 como consecuencia de la pandemia, el confinamiento y la urgencia de dotar al alumnado de dispositivos para poder seguir las clases desde casa. Al presupuesto del Estado se sumaron los pr¨¦stamos a fondo perdido de la Uni¨®n Europea, los Next Generation, destinados a ese mismo fin. El Gobierno destin¨® 260 millones de euros a la compra de 500.000 tabletas y ordenadores para prestar a los alumnos en situaci¨®n de vulnerabilidad ¡ªse calcul¨® que hab¨ªa 800.000 menores sin dispositivos en casa¡ª. En ese momento, el 50% de las aulas espa?olas no ten¨ªan ning¨²n equipamiento digital. A esa cantidad, se sumaron 827 millones de los fondos europeos que se destinaron a la compra de otras 300.000 tabletas, as¨ª como pizarras digitales y ordenadores, entre otros aparatos. ¡°Vimos la oportunidad de digitalizar la escuela¡±, cuenta Julio Albalad, director del Instituto Nacional de Tecnolog¨ªas Educativas y Formaci¨®n del Profesorado (INTEF), dependiente del Ministerio de Educaci¨®n.
?Qu¨¦ estipula la ley educativa sobre la digitalizaci¨®n? Siguiendo la normativa europea, la Lomloe (aprobada por el PSOE en diciembre de 2020) contempla la competencia digital y establece los hitos que los alumnos deber¨¢n haber adquirido al finalizar las diferentes etapas. En el caso de Primaria, los alumnos tienen que haber aprendido a realizar b¨²squedas guiadas en internet, a crear contenidos digitales en distintos formatos (texto, tabla, imagen, audio, v¨ªdeo...), entre otros. En el caso de Secundaria, se incluye el desarrollo de ¡°aplicaciones inform¨¢ticas sencillas¡±, entre otras. Adem¨¢s, es obligatorio que los alumnos entre 1? y 3? de la ESO cursen durante un a?o la asignatura Tecnolog¨ªa y Digitalizaci¨®n. Sobre la utilizaci¨®n de los dispositivos digitales, la ley no contiene ninguna orientaci¨®n, ya que son las autonom¨ªas las que tienen la competencia y las que dise?an los curr¨ªculos, as¨ª como los propios docentes en sus programaciones did¨¢cticas.
Durante la presidencia espa?ola del Consejo de la Uni¨®n Europea ¡ªdel 1 de julio al 31 de diciembre de 2023¡ª, se aprobaron, entre otras recomendaciones, las ¡°actividades desconectadas¡± y ¡°sin pantallas¡± en Infantil y adaptadas a la edad en Primaria (la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa aconseja un consumo cero para los menores de tres a?os, menos de una hora al d¨ªa entre los tres y los cinco a?os, y a partir de esa edad no superar las dos horas al d¨ªa). ¡°En Ceuta y Melilla, que es donde tenemos la competencia en educaci¨®n, se siguen usando los libros de texto como material principal, no se han sustituido por las tabletas¡±, indica Albalad.
Ese es precisamente uno de los problemas que m¨¢s est¨¢n combatiendo las familias, la sustituci¨®n de los libros de texto por tabletas a partir, generalmente, de 5? de Primaria. Hay historias de ¨¦xito como la de un colegio p¨²blico de Las Rozas (Madrid) donde un padre ha conseguido que la direcci¨®n ceda y a partir de este curso los alumnos de 5? y 6? de Primaria ¡ªque en este centro usan la tableta en todas las asignaturas¡ª puedan utilizar libros de texto para hacer los deberes en casa. ¡°Hemos abierto esa posibilidad por la insistencia de ese padre, pero no vamos a retroceder en nuestro proyecto de digitalizaci¨®n, estamos muy contentos con los resultados y no quiero volver a o¨ªr hablar del tema¡±, zanja la directora del colegio por tel¨¦fono, que pide que no aparezca el nombre. Como en otros p¨²blicos, son las familias las que costean la compra de las tabletas.
Murcia (PP) es, por el momento, la ¨²nica autonom¨ªa que ha anunciado en firme que a partir del curso 2025-2026 no se emplear¨¢n dispositivos digitales en la ense?anza de la lectura, escritura y Matem¨¢ticas en las aulas hasta 5? de Primaria (cuando los alumnos tienen 10 a?os) y, a partir de ese curso, se utilizar¨¢n solo cuando ¡°aporten valor a?adido al aprendizaje¡±, seg¨²n dijo el presidente Fernando L¨®pez Miras.
Madrid fue la primera en anunciar el pasado diciembre la creaci¨®n de un ¡°sello sin pantallas¡± para aquellos centros que se quieran adherir de forma voluntaria, pero a¨²n no se ha concretado nada m¨¢s. Hace unas semanas, la presidenta Isabel D¨ªaz Ayuso se sum¨® a la apuesta de Murcia sobre la prohibici¨®n en Infantil y Primaria (en lectura, escritura y Matem¨¢ticas), pero no se ha concretado cu¨¢ndo se pondr¨¢ en marcha.
Centros que vuelven a lo anal¨®gico
Dentro de esta ola antitecnol¨®gica en la escuela, hay centros que apostaron por la ense?anza con tabletas y que ahora est¨¢n dando marcha atr¨¢s. ¡°Ya no nos vendemos como centro digital, eso ya no funciona¡±, cuenta Ana (59 a?os), profesora de Lengua y Literatura en un instituto p¨²blico de Albacete, que despu¨¦s de cuatro a?os dentro del proyecto Carmenta ¡ªimpulsado por Castilla-La Mancha desde 2018 para el uso de licencias digitales en asignaturas troncales desde 3? de Primaria y al que se han sumado casi 300 centros¡ª, est¨¢n volviendo al soporte de papel. ¡°Al principio, ve¨ªamos a los alumnos muy callados y aparentemente concentrados, fuimos comprobando que estaban a otras cosas en sus pantallas, saben puentear los controles, se descargan juegos o miran otras cosas¡±, a?ade la docente.
Lo m¨¢s grave para Laura (48 a?os), compa?era de trabajo de Ana y profesora de Formaci¨®n Profesional, es que con las pantallas ha disminuido la capacidad de atenci¨®n en clase. Cuenta que de un curso para otro, cinco familias sacaron a sus hijos del centro y el claustro actu¨®. ¡°La consejer¨ªa ha dejado que cada departamento decida si libro o tableta, en mi centro ninguno ha querido mantenerlas... se nos vendi¨® como la soluci¨®n a los problemas de peso en la mochila de los chavales y ha resultado un desacierto¡±.
Preguntado por esta cuesti¨®n, el director general de Innovaci¨®n y Centros de Castilla-La Mancha, Lucio Calleja (PSOE), explica que la decisi¨®n corresponde a los centros, pero que ¡°la digitalizaci¨®n nos envuelve¡± y ¡°el acierto est¨¢ en un t¨¦rmino medio¡±. En la pr¨¢ctica, los centros tienen que elegir entre los libros de texto o las licencias digitales para las tabletas, y en caso de decantarse por esta ¨²ltima, tienen que asumir el compromiso de mantener esa metodolog¨ªa durante cuatro a?os. No existe una opci¨®n h¨ªbrida en cuanto a los materiales. ¡°La Administraci¨®n no lo puede costear todo¡±, justifica Calleja.
La evidencia cient¨ªfica
En su informe GEM 2023: Tecnolog¨ªa en la educaci¨®n, ?una herramienta en los t¨¦rminos de qui¨¦n?, la Unesco puso sobre la mesa que ¡°no existen pruebas s¨®lidas¡± sobre el valor a?adido de la tecnolog¨ªa digital en la educaci¨®n, y urgi¨® a los Estados a supervisar las pol¨ªticas de digitalizaci¨®n de los centros y a crear ¨®rganos para llevar a cabo estudios imparciales e independientes a fin de lograr que las decisiones pol¨ªticas sobre el uso de la tecnolog¨ªa en la educaci¨®n est¨¦n basadas en evidencia. Seg¨²n el texto, en el Reino Unido, el 7% de las empresas de tecnolog¨ªa educativa hab¨ªan llevado a cabo ensayos controlados aleatorizados, mientras que el 12% hab¨ªa recurrido a certificaci¨®n de terceros. Seg¨²n una encuesta realizada entre docentes y administradores de 17 estados de los EE UU, solo el 11% hab¨ªa solicitado pruebas sometidas a revisi¨®n externa antes del uso en los centros.
En el campo de la investigaci¨®n, el informe PISA 2018 ¡ªque mide la competencia de los alumnos de 15 a?os en matem¨¢ticas, ciencias y comprensi¨®n lectora de los pa¨ªses de la OCDE¡ª arroj¨® que leer en papel permite un mejor rendimiento en esa actividad que hacerlo en una pantalla. Algunos de los experimentos realizados, como uno conducido por el investigador en lectura digital de la Universidad de Valencia Pablo Delgado, mostraron que los que le¨ªan en formato papel ten¨ªan menos pensamientos ajenos a la lectura que los que lo hac¨ªan en la pantalla del ordenador.
En este sentido, una revisi¨®n de seis metan¨¢lisis publicada el pasado noviembre por el Instituto Nacional de Salud P¨²blica de Quebec, concluy¨® que no existe un beneficio sobre el aprendizaje al tomar notas en un dispositivo digital, y se explicaba que ¡°el estudiante que escribe sus notas usando un teclado tiende reproducir la informaci¨®n escuchada palabra por palabra en lugar de manipularla¡±, mientras que la toma de notas escritas a mano favorece la interpretaci¨®n, la reformulaci¨®n y el resumen. ¡°Los movimientos de las manos realizados para formar cada una de las letras proporciona una codificaci¨®n motora adicional de informaci¨®n¡±, se?ala el estudio. Por ello, los investigadores consideraron importante ¡°planificar la integraci¨®n de dispositivos digitales individuales en el aula cuestionando el valor a?adido que aportan al aprendizaje¡±.
Javier Zarzuela, autor de Stop TIC infancia: por qu¨¦ desdigitalizar la escuela (C¨ªrculo Rojo) y miembro del comit¨¦ de 50 expertos creado por el Gobierno para dise?ar un plan que proteja a los menores de los riesgos de la tecnolog¨ªa, considera que es perfectamente compatible lo que exige la Lomloe en cuanto a competencia digital con el retraso del uso de dispositivos hasta los ¨²ltimos cursos de Primaria, y est¨¢ dise?ando un documento con esas especificaciones. ¡°La Administraci¨®n se est¨¢ encontrando con datos cada vez m¨¢s inc¨®modos, entre ellos, el efecto distractor de las pantallas, y van a tener que tomar cartas en el asunto¡±, se?ala.
Zarzuela, maestro durante m¨¢s de 37 a?os, cita como referente el informe publicado el pasado mayo por encargo del presidente Emmanuele Macron a un grupo de 10 expertos sobre la ¡°hiperconexi¨®n involuntaria¡± de los menores. Entre las conclusiones, recomendaron reconsiderar las dotaciones digitales a la escuela; eliminar las pantallas en Infantil y los equipos individuales en Primaria; no emplear juegos educativos que impliquen recompensa, o contar con una experimentaci¨®n previa desde el campo cient¨ªfico para evaluar la contribuci¨®n pedag¨®gica y los riesgos antes de introducir una herramienta digital en la escuela.
Otro de los movimientos surgidos en Espa?a para cuestionar el uso de tabletas es la plataforma Desempantallados, en la que ya hay involucradas m¨¢s de 6.000 familias, y cuyas actuaciones se han realizado en cerca de 200 centros educativos de diferente titularidad. ¡°En muchos casos hemos conseguido la vuelta completa al papel, pero nos encontramos con que muchos colegios se niegan porque tienen las licencias digitales compradas por periodos m¨ªnimos de dos a?os¡±, explica Gil Mar¨ªa Campos, presidente de la asociaci¨®n, que arranc¨® su actividad en 2020 impulsada por familias con hijos escolarizados en colegios concertados de congregaciones religiosas como Agustinos, Jes¨²s-Mar¨ªa y Escolapias.
A la espera de que las administraciones act¨²en, algunas familias se decantan por centros privados sin pantallas. Es el caso de Isabel Parada, miembro del equipo de trabajo de por una Escuela Off. ¡°Soy una privilegiada, tengo medios para llevar a mis hijos, pero muchas familias no pueden costearlo y est¨¢n desprotegidas¡±, lanza.
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