Correr m¨¢s que el mosquito
Ghana lanza un insecticida para combatir la resistencia de los transmisores de malaria. Es el primer producto innovador para fumigar interiores recomendado por la OMS en 40 a?os
El distrito de Obuasi (Ghana), predio del hist¨®rico imperio ashanti, tiene tres rasgos distintivos: dep¨®sitos de oro, cultivos de cacao y mosquitos transmisores de la malaria. Son insectos que, en esta y otras zonas del mundo, han desarrollado resistencia a todos los insecticidas utilizados en las ¨²ltimas d¨¦cadas para la fumigaci¨®n de interiores. Es decir, los productos que se aplican en las paredes, y, durante nueve meses, eliminan a los Anopheles que se posan en ellas. Para manejar este fen¨®meno se deben aplicar los diversos productos de forma rotativa, pero cuando ninguno es efectivo, los programas nacionales de control del paludismo como el de Ghana se quedan sin opciones.
Ahora, por primera vez en a?os, el pa¨ªs africano podr¨¢ alternar de forma pionera dos insecticidas de tercera generaci¨®n para volver a ganar terreno a la malaria: un producto agroqu¨ªmico reformulado (Actellic 300CS, de Syngenta) lanzado en 2016 y el reci¨¦n creado Sumishield 5WG, desarrollado por la japonesa Sumitomo Chemicals. Este ¨²ltimo se considera un hito en salud global por ser el primer compuesto innovador para fumigaci¨®n de interiores con efecto residual (IRS en ingl¨¦s) recomendado por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) en 40 a?os. En los pr¨®ximos 24 meses, se espera poder combinarlos con otros dos compuestos que est¨¢n en fase avanzada de desarrollo.
La l¨®gica es la siguiente: cuantos m¨¢s insecticidas se alternan, m¨¢s lento es el desarrollo de resistencias y m¨¢s se alarga la vida de los compuestos existentes. En otras palabras, se trata de invertir hoy para salvar vidas (y recursos) ma?ana. ¡°El paludismo es la principal causa de enfermedad y mortalidad entre los menores de cinco a?os y, en 2006, se estima que las empresas [en Ghana] perdieron unos seis millones de d¨®lares a causa de las bajas laborales por malaria¡±, se?al¨® la directora del Programa Nacional de Control de Malaria de Ghana, Keziah Malm, durante la presentaci¨®n de Sumishield 5WG en Accra este mes.
Productos de hoy a precios de ma?ana
Ghana ha emprendido el mayor piloto de Sumishield hasta la fecha, del que este a?o se beneficiar¨¢n 400.000 hogares en tres de sus regiones en el marco del proyecto Next-Generation IRS (NgenIRS). En cuatro a?os (2016-2020) y con los 65,1 millones de d¨®lares aportados por Unitaid, esta iniciativa liderada por Innovative Vector Control Consortium (IVCC) en 12 pa¨ªses de ?frica subsahariana se propone reducir el precio de los dos ¨²nicos insecticidas modernos a la venta y apoyar el lanzamiento de otro par. ¡°El objetivo es crear un mercado sostenible para productos IRS de nueva generaci¨®n a precios asequibles¡±, resume el director de NgenIRS, David McGuire.
En 2006, se estima que las empresas en Ghana perdieron unos seis millones de d¨®lares a causa de las bajas laborales por malaria
Para lograrlo, el proyecto realiza cada a?o una previsi¨®n de los vol¨²menes de compra de insecticida para negociar los precios con la industria. Entonces, Unitaid aporta un copago equivalente a la diferencia entre el precio que se fija y los d¨®lares que deber¨ªa costar el insecticida cuando el mercado haya madurado. De este modo, los implementadores de IRS en cada pa¨ªs pueden comprar estos productos innovadores al precio reducido que tendr¨¢n en un futuro.
En el caso de Ghana, la implementaci¨®n del IRS recae en dos organizaciones que act¨²an de forma concertada con el Gobierno: Vector Link PMI, liderado por USAID, y Agamal, el programa de control de la malaria de la empresa minera Anglo Gold Ashanti que est¨¢ apoyado por el Fondo Global de lucha contra el Sida, la tuberculosis y la malaria.
Aguja en un pajar
Poco se imagina Dina Konado (27 a?os), sentada bajo una acacia en la comunidad rural de Domeabra, lo que ha supuesto lanzar el insecticida que proteger¨¢ su vivienda ¡ªuna habitaci¨®n verdiazul y desconchada¡ª durante los pr¨®ximos meses. ¡°Desde 2005, IVCC y la industria agroqu¨ªmica han colaborado para analizar cuatro millones de compuestos qu¨ªmicos¡±, explica McGuire. En total, se han identificado nueve principios activos que dar¨¢n lugar a una bater¨ªa de nuevos insecticidas.
¡°La fumigaci¨®n de interiores con efecto residual (IRS) no es la ¨²nica herramienta para combatir la malaria, pero ning¨²n pa¨ªs que haya eliminado esta enfermedad lo ha logrado sin IRS¡±, afirma el director de NGenIRS. Como muestra del impacto local de la intervenci¨®n, el hospital de Agamal en Obuasi, un distrito con 200.000 habitantes. Al inicio de la intervenci¨®n en 2006, registraba m¨¢s de 6.000 casos confirmados de malaria al mes, frente a los 110 actuales. Lo confirman autoridades tradicionales de la comunidad de Adansi-Odumasi como Nana Atta Asare II, que no ha sido hospitalizado por malaria desde el inicio de la campa?a de IRS.
Barreras cient¨ªficas, comerciales, legales, log¨ªsticas¡ El camino de la innovaci¨®n est¨¢ plagado de obst¨¢culos, incluyendo la falta de datos y de voluntad pol¨ªtica en algunos de los pa¨ªses que deber¨ªan beneficiarse de las intervenciones. ¡°En entornos con pocos recursos, hace falta una aut¨¦ntica visi¨®n de futuro para comprometerse con inversiones a largo plazo¡± como la lucha contra la malaria, destaca la responsable t¨¦cnica para malaria de Unitaid, Alexandra Cameron, en referencia al compromiso de Ghana.
Seg¨²n destaca la experta, este pa¨ªs ofreci¨® los primeros datos p¨²blicos sobre el impacto que podr¨ªa tener el desarrollo de productos de tercera generaci¨®n. Adem¨¢s, ¡°recaba informaci¨®n sobre el desarrollo de resistencia a insecticidas, algo que no se da en todos los pa¨ªses pero que es, justamente, lo que apoya la necesidad de invertir en nuevos compuestos¡±. En paralelo, Ghana se est¨¢ preparando para acoger este a?o el piloto de la primera vacuna contra el paludismo, junto con Kenia y Malaui.
Puerta a puerta
¡°En teor¨ªa, teor¨ªa y pr¨¢ctica son lo mismo; en la pr¨¢ctica, no lo son¡±, reza el dicho. Lo saben bien los implementadores de IRS, que en su campa?a anual de fumigaci¨®n deben enfrentarse a las vicisitudes del terreno. El primer reto es f¨ªsico: a pesar del bochorno en Obuasi, los operarios de Agamal se enfundan trajes ¨¢speros y acartonados de manga larga, botas negras de piel con punta de acero y m¨¢scaras. El asesor t¨¦cnico de Sumitomo, Samuel Ajuzambey, reconoce el desaf¨ªo: ¡°Tenemos que salir de los hogares de vez en cuando para respirar libremente y refrescarnos¡± ¡ªtodo lo que pueda refrescar un entorno tropical con una temperatura y humedad propias de un ba?o de vapor¡ª.
Descansar es imperativo porque aplicar el insecticida requiere una gran concentraci¨®n. Bajo el sol ecuatorial, los operarios deben rellenar botellas de diez litros con la concentraci¨®n precisa de insecticida; dar con la presi¨®n adecuada y fumigar paredes y techos desde una distancia determinada y a un ritmo constante. ¡°Algunos programas de IRS les ense?an canciones durante las actividades de formaci¨®n para ayudarles a mantener el ritmo¡±, se?ala Marlize Coleman, experta en salud global y gesti¨®n de conocimientos de IVCC. Y todo ello, sin dejar de agitar la botella cada pocos minutos, lo que supone balancear el torso vigorosamente adelante y atr¨¢s.
¡°Esta precisi¨®n es vital¡±, remarca el especialista de Sumitomo Chemicals. ¡°Si se realiza desde demasiado lejos o demasiado r¨¢pido, la concentraci¨®n de insecticida no ser¨¢ suficiente para matar a todos los mosquitos y acelerar¨¢ el desarrollo de la resistencia¡±.
A pesar de todo, lo m¨¢s dif¨ªcil para el operario Adam Smith (32 a?os) es enfrentarse al rechazo ocasional de algunos moradores. Lo explica entre las gallinas, ¨¢rboles de papaya y casonas de cemento de New Doyinka, que acoge una poblaci¨®n reubicada desde una zona minera. ¡°Algunos se quejan del olor de los insecticidas y otros creen que les han llenado la casa de bichos, cuando en realidad los insectos salen de sus escondrijos para morir¡±, detalla Smith, que cuando no trabaja en IRS ejerce de profesor de Primaria.
McGuire, de IVCC, confirma el reto de comunicar la intervenci¨®n de IRS a los habitantes. ¡°Algunas personas creen que, si el insecticida huele, es porque debe ser muy efectivo, mientras que a otros les molesta, de modo que tenemos que adaptar continuamente nuestros mensajes¡±. Sumishield 5WG, por ejemplo, es incoloro e inodoro.
Ghana se est¨¢ preparando para acoger este a?o el piloto de la primera vacuna contra el paludismo, junto con Kenia y Malaui
Antes de utilizar un insecticida, la intervenci¨®n debe contar con la complicidad de las comunidades y sus l¨ªderes, subraya el responsable de Agamal Samuel Asiedu. ¡°Convocamos reuniones bajo ¨¢rboles de mango, difundimos mensajes por radio, vamos puerta a puerta... Hacemos un esfuerzo de movilizaci¨®n muy intenso. A pesar de ello, el d¨ªa a d¨ªa est¨¢ lleno de imprevistos, como personas que no pueden salir de sus hogares porque han ca¨ªdo enfermas. ¡°No es tan sencillo como llamar una puerta¡±, concluye McGuire.
Un paso por delante
Cecilia Pokia, de 43 a?os, admite que la malaria era un problema constante para su familia antes de mudarse a New Doyinka y aceptar el IRS. Siendo viuda, apenas pod¨ªa permitirse llevar a sus cuatro hijos al hospital, pero se negaba a que fumigasen su hogar porque le disgustaba el olor del insecticida. ¡°Antes del programa de IRS, no sab¨ªa que unos mosquitos transmit¨ªan la malaria. Pensaba que enfermaba porque caminaba muchas horas bajo el sol¡±.
Hace cuatro siglos, a un emprendedor japon¨¦s se le ocurri¨® utilizar el gas que emanaba de las minas de cobre como fertilizante agr¨ªcola. Dif¨ªcilmente habr¨ªa imaginado por aquel entonces el se?or Sumitomo que, 400 a?os m¨¢s tarde, un producto con su nombre ayudar¨ªa a Cecilia a ¡°dormir tranquila¡±.
¡°La emergencia de resistencias a insecticidas y a f¨¢rmacos no es una cuesti¨®n de si, sino de cuando¡±, dice McGuire en referencia a la capacidad de los seres vivos de adaptarse para sobrevivir. El mosquito Anopheles corre, pero con ingenio y perseverancia, la comunidad global puede ser m¨¢s r¨¢pida que ¨¦l.
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