?Por qu¨¦ nadie habla de limitar la cantidad de coches?
La energ¨ªa y las buenas pr¨¢cticas en materia de movilidad deben combinarse para lograr la descarbonizaci¨®n del sector del transporte
El transporte es el principal responsable de la generaci¨®n de gases de efecto invernadero (GEI) en Europa tras el sector energ¨¦tico, al estar detr¨¢s de un 20% de las emisiones totales. Pero ni las obligaciones que acarrean la firma de los tratados internacionales ni los compromisos voluntarios van demasiado lejos a la hora de alcanzar la descarbonizaci¨®n del sector.?
Los pa¨ªses del G20 son los responsables de la mayor parte de la torta mundial del consumo de combustibles para veh¨ªculos y de la emisi¨®n de gases de efecto invernadero relacionada con el transporte. El consumo no para de crecer y casi se ha duplicado entre 1990 (fecha de referencia de los acuerdos de cambio clim¨¢tico) y 2014. Consumen y emiten dos veces y media m¨¢s que el resto de los pa¨ªses del mundo, encabezados por Estados Unidos, al que siguen China, India y Brasil.
Las ciudades europeas insisten en las recomendaciones, adquieren unidades el¨¦ctricas de transporte p¨²blico, refuerzan sus parques con bicicletas y establecen algunas restricciones de tr¨¢fico, pero la industria automotriz sigue produciendo a toda m¨¢quina y la poblaci¨®n compra. Las curvas de CO2 de otros sectores han ido a la baja a partir del Protocolo de Kioto y en el transporte solo se not¨® un descenso con la crisis de 2007. Pero la curva ascendente ha remontado y sigue.
Por poner un ejemplo, un pa¨ªs como Alemania, con 80 millones de habitantes, cuenta con 40 millones de coches (uno cada dos personas), lo cual parece una monstruosidad si se tiene en cuenta la ambiciosa meta de la descarbonizaci¨®n del sector en para el a?o 2050. Los analistas sostienen que la industria automotriz est¨¢ ¡°demasiado¡± protegida, incluso despu¨¦s del esc¨¢ndalo de las trampas de VW para aprobar los ex¨¢menes de emisiones. ¡°El transporte en Alemania es el sector que m¨¢s energ¨ªa consume y el segundo que m¨¢s gases emite, despu¨¦s del carb¨®n¡±, sostiene Wolfgang Aichinger, experto en movilidad.
Sabemos desde hace mucho que el transporte necesita m¨¢s atenci¨®n, pero en las conversaciones de cambio clim¨¢tico siempre queda a un lado Wolfgang Aichinger, experto en movilidad
Aichinger es uno de los especialistas del think tank alem¨¢n Agora Verkehrswende, que trabaja en un proyecto de transformaci¨®n del transporte, con la clara misi¨®n de ¡°elaborar escenarios, discursos y estrategias para la descarbonizaci¨®n del transporte¡±. Agora es un laboratorio de ideas que surgi¨® de una iniciativa conjunta de la Fundaci¨®n Mercator y la European Climate Change Foundation y que pone el foco en el transporte dentro del gigante alem¨¢n, sin perder de vista el contexto europeo.
Aichinger, que ha trabajado en escenarios de transporte alternativo en ciudades de Am¨¦rica Latina y de Europa, sostiene que la energ¨ªa y la movilidad deben combinarse para lograr la descarbonizaci¨®n del sector: ¡°En el transporte p¨²blico se han hecho cosas; se usan energ¨ªas limpias en los trenes, tambi¨¦n los tranv¨ªas son el¨¦ctricos. Sabemos desde hace tiempo que el transporte necesita m¨¢s atenci¨®n, pero en las conversaciones de cambio clim¨¢tico siempre queda a un lado¡±.
¡°Hay muchos avances en cuanto a energ¨ªas renovables, pero no en transporte, que es una nueva meta para 2030. Para llegar a la descarbonizaci¨®n es necesario plantear una estrategia con buenas pr¨¢cticas que contemplen la disminuci¨®n de la emisi¨®n de gases de efecto invernadero¡±, seg¨²n Aichinger. Y propone una sencilla serie de preguntas a formularse desde cualquier instancia: cu¨¢n intensivo es el combustible; cu¨¢nto se emite y cu¨¢ntos kil¨®metros viajamos.
La primera respuesta es muy sencilla: ¡°Si caminamos o vamos en bicicleta, no necesitamos combustible¡±. La segunda consabida verdad es que ¡°el transporte p¨²blico emite per c¨¢pita menos que un coche particular¡± y a la tercera habr¨ªa que oponerle una propuesta: jam¨¢s desplazarse en coche en trayectos de menos de dos kil¨®metros.
Para el experto, estos asuntos pueden alimentar el debate sobre la movilidad sostenible:
Un s¨ªmbolo de estatus. El problema del coche es que, adem¨¢s de ser un medio de transporte, es un s¨ªmbolo. ¡°Todo el mundo tiene una raz¨®n por poseer uno, pero sucede tambi¨¦n que hay demasiadas facilidades, lo que hace que resulte muy c¨®modo ir en coche a todos lados¡±, alerta Aichinger.
El mercado no va a ocuparse del CO2 en la flota. ¡°?C¨®mo llevar objetivos ambiciosos a escala europea para que los fabricantes de coches tengan que respetar esas regulaciones? Deber¨ªamos conseguir metas m¨¢s estrictas, como un 70% menos CO2 para 2020 o 2030, lo cual significa que tendr¨ªamos que tener una flota totalmente diferente para conseguirlo¡±, apunta.
M¨¢s firmeza en la monitorizaci¨®n. Es un gran desaf¨ªo pol¨ªtico encarar el tema del transporte y es indispensable trabajar tambi¨¦n con empresas de autom¨®viles. Hay que tomar medidas para eliminar todos los viajes innecesarios en coche, como los viajes cortos. Seg¨²n Agora, el 50% de los viajes en Alemania son de menos de 10 kil¨®metros y el 26% son de menos de dos kil¨®metros.
Las ciudades est¨¢n orientadas al coche. El sistema cuenta con un aparato de marketing inmenso que favorece el deseo del auto. ?Qui¨¦n financiar¨ªa el discurso contrario? La movilizaci¨®n urbana tambi¨¦n ayuda a conseguir nuevas reglamentaciones.
La comodidad de aparcar. Las ciudades est¨¢n enfrentando desaf¨ªos, no solo en materia de GEI, sino tambi¨¦n en cuanto al territorio consumido. Uno de los primeros pasos en este sentido ser¨ªa cambiar el uso del espacio p¨²blico en las ciudades, eliminando todos los aparcamientos en la calle.
Planeamiento urbano. Al espacio consumido se suma la contaminaci¨®n ac¨²stica y la calidad de vida, en general. Mejor, entonces, una ciudad policentral (las alemanas son un ejemplo) que una orientada al coche, con periferias lejanas, que requieren construcci¨®n de autopistas y largos desplazamientos. Adem¨¢s, hay que establecer horarios diferenciados en los turnos de las empresas, para evitar que se produzcan horas punta a diario. Las bicis el¨¦ctricas son una buena alternativa y cada d¨ªa m¨¢s populares.
Grandes ciudades que son ejemplares. Las ciudades son las responsables de un cuarto de todas las emisiones de gases de efecto invernadero en Alemania. Por eso es tan importante llevar los objetivos de reducci¨®n de emisiones a escala local. ¡°Ya hay ciudades que se plantean ser neutras en carb¨®n en las pr¨®ximas d¨¦cadas (Copenhague y Par¨ªs, por ejemplo), o Viena, que tiene un objetivo muy cercano (2020-2025). Quieren reducir la cantidad de coches en la relaci¨®n con los otros sistemas de transporte al 20 por ciento y que todo el resto sea transporte p¨²blico, bicicletas, etc¨¦tera¡±, explica.
Alternativas sostenibles. Las nuevas tecnolog¨ªas de energ¨ªas limpias llegan mejor al transporte p¨²blico urbano porque se piensa m¨¢s a largo plazo y las administraciones pueden gastar m¨¢s que los particulares. Seg¨²n el experto, se puede alentar la idea de los taxis compartidos o los viajes combinados con el transporte de alta capacidad de pasajeros. E invertir en campa?as de car-sharing para quienes ya tienen coche.
Coche el¨¦ctrico. ¡°El tr¨¢fico actual debe volverse el¨¦ctrico¡±, asevera Aichinger. Sin embargo, la apuesta de las grandes automotrices alemanas es bastante t¨ªmida: de una planta como la de Volkswagen en Wolfsburg salen alrededor de 500 coches vendidos por d¨ªa y del Golf el¨¦ctrico se venden unas 25 unidades por mes (cuesta unos 30.000 euros).
La ¨²ltima recomendaci¨®n de Aichinger est¨¢ al alcance de casi todos: ¡°Hay que caminar y andar en bicicleta un 80% m¨¢s¡±.
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