De la mazorca a las palomitas
La urbanizaci¨®n y la modernizaci¨®n de las dietas es un factor determinante para el aumento de la obesidad en ?frica. ?C¨®mo actuar?
Si bien el ma¨ªz es uno de los cultivos b¨¢sicos del continente, las familias han pasado de la mazorca a las palomitas en muy pocos a?os. Y no es solo una forma de hablar. El sistema alimentario y la nutrici¨®n est¨¢n experimentando una r¨¢pida transformaci¨®n en ?frica, especialmente entre la poblaci¨®n urbana. Nuevos estudios aseguran que la urbanizaci¨®n es un factor?importante para el aumento de la prevalencia de la obesidad en todo el continente.
Los residentes urbanos de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo son cada vez m¨¢s susceptibles con la urbanizaci¨®n, la globalizaci¨®n y la industrializaci¨®n del suministro de alimentos. Mientras las tasas de obesidad en el ?frica subsahariana se disparan m¨¢s r¨¢pido que en cualquier otro lugar del mundo, los expertos alertan sobre la crisis de salud p¨²blica que esto puede provocar.?
El aumento de supermercados y establecimientos de comida r¨¢pida en centros comerciales situados en las zonas m¨¢s urbanizadas, hace que la venta de alimentos altamente procesados est¨¢n disparando las tasas de sobrepeso y obesidad en todo el espectro de centros urbanos, desde las ciudades secundarias m¨¢s peque?as hasta las capitales m¨¢s grandes. Sin embargo, la comprensi¨®n de la urbanizaci¨®n africana como un motor de transformaci¨®n en el consumo de alimentos sigue siendo limitada. Y con datos que estiman que la poblaci¨®n de ?frica se duplicar¨¢ para 2050, con niveles de urbanizaci¨®n que cambian de un tercio a m¨¢s de la mitad, la urgencia de investigaciones que ayuden a elaborar pol¨ªticas de salud adecuadas se hace imperante.
Comprar comida en los supermercados aumenta el ¨ªndice de masa corporal en adultos en 0.64 kg/m2
Un reciente estudio conjunto del Instituto Internacional de Investigaci¨®n de Pol¨ªticas Alimentarias de Washington y de la Universidad de Goettingen, que se ha centrado en el caso particular de Kenia, asegura que comprar comida en los supermercados aumenta el ¨ªndice de masa corporal en adultos en 0.64 kg/m2, y que a consecuencia, contribuye al avance de enfermedades como la diabetes, la hipertensi¨®n o algunas formas de c¨¢ncer.
Es evidente que existen diferencias notables entre los patrones de alimentaci¨®n en ¨¢reas urbanas y rurales. En las ciudades, la gente tiende a comer comida r¨¢pida, bebidas azucaradas, pollo frito y pan blanco. Una comida t¨ªpica en Nairobi, pero tambi¨¦n en Dakar o Lom¨¦, consiste principalmente en harinas, pan o arroz, con muy poca prote¨ªna animal o vegetales para proporcionar nutrientes. Por ello, el estudio advierte que se puede esperar que los problemas de salud relacionados con la dieta se extiendan a las ¨¢reas menos urbanizadas.
El consumo de frutas y verduras frescas ha disminuido en pro de un aumento significativo en el consumo de productos l¨¢cteos, aceites vegetales, productos c¨¢rnicos procesados como salchichas y alimentos altamente procesados como el pan, la pasta o los refrescos.
Tal como argumentan los investigadores, el consumo de frutas y verduras frescas ha disminuido en pro de un aumento significativo en el consumo de productos l¨¢cteos, aceites vegetales, productos c¨¢rnicos procesados como salchichas y alimentos altamente procesados como el pan, la pasta o los refrescos. De esta forma, el az¨²car, las grasas y la sal, se han convertido r¨¢pidamente en los principales sustitutos de micronutrientes y fibras diet¨¦ticas, imprescindibles para una buena salud. A esto, dice el informe, hay que sumarle que en general, las personas que residen en las ¨¢reas urbanas tambi¨¦n tienden a ser menos activas que aquellas en ¨¢reas rurales, debido a la naturaleza de sus trabajos.?
Para llegar a estas conclusiones, los expertos han utilizado datos recopilados en diferentes zonas urbanas de Kenia entre 2012 y 2015 ¡ªuno de los pa¨ªses del ?frica subsahariana donde el sector de los supermercados es m¨¢s pr¨®spero¡ª y han analizado los efectos de las compras en supermercados sobre el IMC y la composici¨®n diet¨¦tica de los adultos kenianos.
Pero estas din¨¢micas existen en todo el continente. En otro pa¨ªs de la regi¨®n, en Sud¨¢frica ¡ªdonde alrededor del 64% de la poblaci¨®n reside actualmente en ¨¢reas urbanas y se espera que en 2050 ya sea el 77%¡ª, la urbanizaci¨®n tambi¨¦n est¨¢ creando condiciones para el aumento de la obesidad. Otro estudio realizado por el grupo de expertos en agricultura Malabo Montpellier Panel asegura que el responsable de estos datos es la creciente clase media existente en los pa¨ªses m¨¢s desarrollados de ?frica, que mayormente residen en ciudades.
El desarrollo y los retos de la desnutrici¨®n
Hambre y obesidad son dos formas de desnutrici¨®n que van de la mano.
De los 41 millones de ni?os menores de cinco a?os que viven con sobrepeso u obesidad, el 25% vive en ?frica seg¨²n datos de 2017 de Unicef, el Banco Mundial y la Organizaci¨®n Mundial de la Salud.?Se estima que el n¨²mero de ni?os africanos de 7 a 11 a?os con sobrepeso aument¨® del 4% en 1990 al 7% en 2011, y se espera que para 2025, alcance el 11%. Aunque, a la vez, alrededor de 60 millones de ni?os y ni?as africanas menores de 5 a?os tienen problemas de crecimiento debido a la desnutrici¨®n. Hambre y obesidad son dos formas de desnutrici¨®n que van de la mano, pues la coexistencia de pobreza, hambre y obesidad es ya un fen¨®meno global.
Esto es lo que revela otro estudio, el ¨²ltimo informe de Nutrici¨®n Global, publicado por la Oficina Regional para ?frica de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud ¡ªel primero de este tipo realizado por la OMS en la regi¨®n de ?frica¡ª, que se?ala que el sobrepeso, incluida la obesidad, afecta a aproximadamente una de cada tres mujeres del continente, con tasas de m¨¢s del 40 por ciento en pa¨ªses como Gab¨®n, Ghana o Lesotho.
El estudio, que se presenta como pionero en el tema, se muestra cr¨ªtico con los datos existentes sobre salud en ?frica Subsahariana y alerta de que la informaci¨®n nutricional disponible para la mayor¨ªa de los pa¨ªses tiene m¨¢s de cinco a?os y es extremadamente limitada. Algo que, puntualiza, deber¨ªa remediarse, no solo para poder trazar mejores pol¨ªticas de salud, sino tambi¨¦n porque estas afectan directamente a las tasas de desarrollo del continente, por su evidente impacto en el crecimiento econ¨®mico ¡ªen todo el mundo, entre el?1.9 y el 16 por ciento del PIB se pierde anualmente debido a retrasos del crecimiento, aseguran¡ª.
As¨ª, se dice que los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo podr¨ªan enfermar antes que desarrollarse.
Posibles soluciones
No existe una ¨²nica?soluci¨®n para la obesidad y los problemas de nutrici¨®n. Se trata de un tema complejo que requiere de un enfoque hol¨ªstico. Los responsables de la formulaci¨®n de pol¨ªticas, los gobiernos estatales y locales, las empresas, los profesionales de la salud, las escuelas y los propios consumidores, forman parte de un mismo engranaje con el que hay que trabajar de forma paralela si se quiere frenar esta epidemia que afecta mayormente a las ciudades.
Siguiendo las recomendaciones de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud y su estudio sobre el impacto de los impuestos en ciertos alimentos y bebidas para reducir la incidencia de c¨¢ncer y otras enfermedades cr¨®nicas, algunos gobiernos, como los de Estados Unidos o Tailandia, ya han aplicado c¨¢nones a ciertos productos. En el Reino Unido, las leyes sobre publicidad proh¨ªben la comercializaci¨®n de alimentos con alto contenido de grasas, sal y az¨²car a ni?os menores de 16 a?os. De la misma forma, en abril de este a?o, Sud¨¢frica implement¨® una tasa sobre los productos azucarados.
Y es que tanto legislaciones como impuestos, se han revelado de gran relevancia para influir en el consumo de alimentos y bebidas no saludables. Por lo que la mayor¨ªa de expertos coincide en reconocer que los gobiernos necesitan colocar la nutrici¨®n en el epicentro de sus esfuerzos para terminar con la pobreza, frenar enfermedades, mejorar los niveles de educaci¨®n o poner freno al cambio clim¨¢tico.
Por otro lado, el dise?o urbano posee un gran poder para remodelar los patrones de estilo de vida y de salud p¨²blica.
Es necesario redise?ar las ciudades para potenciar una mayor actividad f¨ªsica en entornos urbanos mediante la transformaci¨®n de espacios p¨²blicos que promuevan estilos de vida f¨ªsicamente activos.
Tal como reconoce la OMS, es necesario redise?ar las ciudades para potenciar una mayor actividad f¨ªsica en entornos urbanos mediante la transformaci¨®n de espacios p¨²blicos que promuevan estilos de vida f¨ªsicamente activos. Ya hay muchos ejemplos en el continente. El proyecto Open Streets en Ciudad del Cabo, ha demostrado que la "transitabilidad" de los vecindarios y la calidad de la infraestructura ciclista pueden sacar a los residentes de sus autom¨®viles y sof¨¢s, y contribuir enormemente a su salud.?
Para ello ONU-H¨¢bitat est¨¢ recopilando experiencias para confeccionar un documento con Directrices para mejorar el conocimiento y la creaci¨®n de capacidades t¨¦cnicas de actores y responsables de la toma de decisiones en el uso de la planificaci¨®n urbana y territorial como herramienta para hacer que las ciudades se conviertan en centros saludables.?
Tambi¨¦n los programas de educaci¨®n han mostrado que pueden mejorar los niveles de salud de la poblaci¨®n integrando la educaci¨®n nutricional en las escuelas. Intervenciones escolares como las que promueven meriendas saludables con frutas en lugar de dulces han demostrado ser eficaces en muchos pa¨ªses.?
Una mejor comprensi¨®n de los efectos nutricionales de la modernizaci¨®n puede ayudar a redise?ar pol¨ªticas de salud destinadas a reducir los efectos negativos del cambio en la dieta, y la concientizaci¨®n del consumidor para que adquiera alimentos m¨¢s saludables ser¨¢ crucial para que los supermercados puedan tener efectos positivos en la nutrici¨®n.
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