Dormir en la sede original de Nintendo y otras pistas para ver un Kioto diferente, moderno y cautivador
M¨¢s all¨¢ de los cl¨¢sicos santuarios y templos, la antigua capital imperial de Jap¨®n ofrece un recorrido por lo mejor de la arquitectura contempor¨¢nea: de la Estaci¨®n Central al irresistible aire brutalista del ROHM Theatre, del maestro Kunio Maekawa
Durante m¨¢s de mil a?os y hasta 1868 Kioto fue la capital imperial de Jap¨®n, por lo que sigue siendo la cuna de la cultura nipona. Tuvo la suerte de no ser bombardeada en la II Guerra Mundial y conservar intactos edificios determinantes como pueden ser templos, santuarios, castillos o barrios de viviendas antiguas por cuyas calles todav¨ªa pasean parejas de j¨®venes vestidas con kimono de camino a su particular ceremonia del t¨¦ (matcha, por supuesto).
Es evidente que una visita a esta ciudad ¨Dirresistible desde cualquier punto de vista¨D debe incluir una ruta por templos y santuarios cl¨¢sicos como Kinkaku-ji (cuya historia narr¨® Yukio Mishima en la novela El Pabell¨®n de Oro); Kiyomizu-Dera; Fushimi-Inari y, sobre todo, el templo de Ryoan-ji, con su narc¨®tico y extraordinario jard¨ªn de piedras. No obstante, y a pesar de que todo ello haga inevitable que pueda aparentar poco cosmopolita e innovadora, existe tambi¨¦n una Kioto arquitect¨®nicamente moderna y cautivadora que nos ayuda a conocer la ciudad m¨¢s all¨¢ de los t¨®picos.
Estaci¨®n Central de Kioto
Cuando uno llega en tren a la Kyoto Station no puede estar m¨¢s de acuerdo con esa opini¨®n generalizada que dice que las estaciones son como mapamundis en miniatura con vida propia y en relieve, porque verdaderamente pone el pie en otro mundo. Bajo ning¨²n concepto se deber¨ªa de hacer, pero uno podr¨ªa no salir de la estaci¨®n en tres d¨ªas y decir que ha estado en Jap¨®n. No es una estaci¨®n al uso, es una ciudad vertical en la que no falta de nada. Consta de 15 plantas en las que se hallan un hotel, un centro comercial ¨Datenci¨®n a las tiendas dedicadas al t¨¦ matcha en todas sus versiones como corresponde a la prefectura de Kioto¨D, un cine, jardines, terrazas, obras de arte que configuran un museo al aire libre, algunos de los mejores restaurantes de ramen de la ciudad ¨Dla cantidad de establecimientos en la ¨²ltima planta es un bullicioso callej¨®n digno de novela de Haruki Murakami¨D, escaleras iluminadas como neones y, claro, andenes para m¨²ltiples l¨ªneas ferroviarias, desde el Shinkansen que va a Tokio hasta el regional que va a la vecina y maravillosa ciudad de Nara. Adem¨¢s, tiene las mejores vistas de la famosa Torre de Kioto, de 131 metros de altura, en pleno barrio de Shimogy¨-ku, en cuyo dise?o particip¨® el arquitecto Mamoru Yamada y que desde su inauguraci¨®n en diciembre de 1964 (el mismo a?o que el tren bala) es uno de los emblemas de la ciudad.
Esta monumental estaci¨®n, obra del arquitecto Hiroshi Hara e inaugurada en 1997, llam¨® la atenci¨®n del videobloguero de arquitectura Martin van der Linden, que, como parte de su contribuci¨®n al Virtual Design Festival promovido por la revista especializada Dezeen, grab¨® un v¨ªdeo que es una lecci¨®n sobre la misteriosa urbanidad contempor¨¢nea y en el que recuerda que todo lo que se ve fue dise?ado por Hara: ¡°Creo que esta atenci¨®n al detalle, y esta enorme complejidad dentro de un principio de dise?o muy simple, funciona muy bien en esta estaci¨®n, concebida como valle geogr¨¢fico que observamos desde el vest¨ªbulo con aire de caverna hasta los extremos m¨¢s elevados a los que subimos por escaleras mec¨¢nicas o senderos monta?osos, seg¨²n se mire¡±.
Todo fluye en un edificio que genera continua circulaci¨®n y en el que no cuesta orientarse. Hay que pasear por el pasillo lateral que une las dos cumbres y entregarse a la ciudad milenaria desplegada que se extiende inabarcable a nuestros pies. De hecho, este edificio de cristal y acero se encarg¨® para celebrar el 1.200? aniversario de la fundaci¨®n de Kioto. No cabe duda de que el dise?o de Hara, inspirado en el deconstructivismo, result¨® controvertido, y m¨¢s de uno y m¨¢s de dos de los que ahora se pasean encantados por sus alturas pensaron que estaba fuera de contexto con la ciudad antigua.
El hotel Marufukuro
El lugar de nacimiento de la multinacional de videojuegos Nintendo, una de las marcas japonesas m¨¢s famosas de la historia, ha sido reconvertido en el hotel boutique Marufukuro por el gran arquitecto japon¨¦s Tadao Ando (premio Pritzker 1995). En esta esquina del silencioso barrio de Higashiyama creci¨® una compa?¨ªa que fabricaba juegos de cartas en 1889, un edificio del que se han conservado elementos originales para lograr una fusi¨®n entre lo tradicional y lo moderno sin renunciar a la esencia japonesa.
Si uno no se aloja, obviamente no puede acceder a las habitaciones, pero s¨ª a una prodigiosa biblioteca con iluminaci¨®n espiritual (tan de Ando) y que encarna la historia y la cultura de Nintendo. Adem¨¢s, en la entrada vale la pena tomar un caf¨¦, comprar una camiseta o consultar libros de arquitectura en ese sal¨®n que aporta un ambiente se?orial de anta?o atravesado por un soplo de modernidad representada en el mobiliario seleccionado por el arquitecto.
Su restaurante se llama, no por casualidad, Carta. En las paredes se observan las primeras cartas de juego (naipes llamados hanafuda) producidas por Fusajiro Yamauchi, el fundador de Nintendo. Marufukuro es, por tanto, el lugar ideal donde pernoctar si se quiere vivir una experiencia de otra ¨¦poca y conocer la historia y la cultura del videojuego que podemos resumir as¨ª: Nintendo se fund¨® en el a?o 1889, cuando Fusajiro Yamauchi abri¨® una peque?a tienda en la que vend¨ªa naipes hanafuda de estilo japon¨¦s. Posteriormente devino en el primer fabricante japon¨¦s de naipes modernos, y creci¨® hasta convertirse en una compa?¨ªa de videojuegos de alcance mundial.
Muy cerca, para quien guste del caf¨¦ ¨Ds¨ª, en Jap¨®n se toma mucho caf¨¦¨D, atenci¨®n a la cafeter¨ªa y tienda Kaikado. M¨¢s all¨¢ de la elegancia y el refinamiento que desprenden el exterior y el interior, conviene saber que este es el lugar donde se venden los que probablemente sean los recipientes m¨¢s perfectos para conservar el caf¨¦. Una tentaci¨®n a la que cuesta resistirse.
Ace Hotel
Si Marufukuro representa un viaje al pasado desde una perspectiva contempor¨¢nea, el Ace Hotel Kyoto es un viaje al presente que conecta con la cultura nipona m¨¢s actual de la mano del arquitecto Kengo Kuma, tan conocido por trabajar la madera o el vidrio en busca de ligereza y transparencia como por haber proyectado el nuevo estadio ol¨ªmpico de Tokio.
Esta nueva virguer¨ªa interior de Kuma se ubica cerca del mercado Nishiki, del extraordinario Museo Internacional del Manga y del Kyoto Art Center, en un edificio hist¨®rico de ladrillo rojo que data de 1926 ¨Dentonces proyectado por Tetsuro Yoshida, uno de los mayores arquitectos modernos japoneses¨D y que fue la sede de la compa?¨ªa telef¨®nica central. ¡°La idea fue crear un hotel conectado con Kioto y abierto hacia su entorno. Para empezar, la proposici¨®n fue crear un jard¨ªn denso donde las comunidades, as¨ª como el pasado y el presente, se conectan a esta tierra venerable con sus varios jardines que han existido desde el periodo Heian (entre los a?os 794 y 1185)¡±, declaraba Kengo Kuma en la rueda de prensa de presentaci¨®n del alojamiento. As¨ª, el arquitecto quiso crear un di¨¢logo entre dos edificios (reunidos por el patio central) y favorecer la avenencia gracias a un sistema de rejilla de vigas de madera que filtran la luz y el viento. Seg¨²n Kuma: ¡°Cada detalle y cada material fue pensado para conectar el edificio, la tierra y la historia¡±.
El hotel homenajea al esp¨ªritu creativo de Kioto, lugar de inspiraci¨®n para dise?adores, m¨²sicos, directores de cine y escritores. Las habitaciones han sido decoradas por Atelier Ace, en colaboraci¨®n con Commune Design, combinando est¨¦tica japonesa con dise?o europeo y estadounidense (detalles de Charlotte Perriand y de Frank Lloyd Wright). Es agradable venir a trabajar o a tomar un caf¨¦ en el vest¨ªbulo, donde se genera un ambiente de centro cultural con espacios flexibles como la cafeter¨ªa Stumptown Coffee Roasters. M¨¢s caf¨¦, ?lo ves como va en serio?
Tienda Issey Miyake
Issey Miyake fue, sin ninguna duda, uno de los mayores genios que ha dado la moda en el siglo XX, de los primeros dise?adores japoneses en triunfar en Par¨ªs. Gracias a sus Pleats please (plisados, por favor) ha pasado a la historia como un visionario que supo detectar la importancia de crear moda ¡°habitable¡±. La tienda que lleva su firma en Kioto es un peque?o templo para fans, no solo por la ropa que se vende, sino porque se ubica en una casa tradicional de m¨¢s de 130 a?os de antig¨¹edad que fue redise?ada por Naoto Fukasawa, creador de de los mejores dise?os de productos para Muji. Cada d¨ªa, a las once menos cinco de la ma?ana, se ve a alg¨²n despistado que trata de detectar la puerta de madera corredera de esta machiya (casa tradicional japonesa) que hasta las 11.00 permanece cubierta por una delicada cortina blanca en la calle Tsuchiyacho, 89. La discreci¨®n hecha tienda en el maravilloso barrio de Nakagy¨-ku, en el que abundan esas calles sin acera tan caracter¨ªsticas, con los postes y los cables de luz a la vista, y que tanta adicci¨®n generan, combinadas con avenidas como Shijo-dori, en la que reina la pulcritud y cuyo silencio solo se ve roto por la m¨²sica cl¨¢sica que suena por el hilo musical.
Este tipo de casa machiya fue muy com¨²n en su momento, pero hoy escasea. En la renovaci¨®n que llev¨® a cabo Fukasawa, este busc¨® crear un ¡°ambiente relajado y elegante, fusionando tradici¨®n e innovaci¨®n¡±. De este modo, dej¨® intacto el exterior e intervino en un interior di¨¢fano por el que se exhiben las colecciones en dos pisos sin paredes interiores, que respetan la original estructura de madera y en los que todo resulta artesanalmente emocional. ¡°Nace un nuevo espacio, donde el machiya hist¨®rico de Kioto y el esp¨ªritu de Issey Miyake de hacer las cosas est¨¢n bellamente coordinados (...) El yeso gris carb¨®n crea una atm¨®sfera tranquila y elegante, donde la belleza de la tradici¨®n y la innovaci¨®n se encuentran y se convierten en una sola¡±. La tienda incluye un kura (una especie de almac¨¦n m¨¢s all¨¢ del jard¨ªn) que ejerce de galer¨ªa de arte.
Kyoto Concert Hall
Junto al jard¨ªn bot¨¢nico y al impresionante Jard¨ªn de las Bellas Artes de Tadao Ando ¡ªun paseo al aire libre por rampas de hormig¨®n desnudas de artificios embellecido por el sonido del agua del r¨ªo Kamo que crea un paisaje sonoro en di¨¢logo con el paisaje arquitect¨®nico y durante el que se observan reproducciones de obras fundamentales de la historia del arte¡ª, se halla el Kyoto Concert Hall. Este auditorio ha dinamizado la vida musical del norte de la ciudad, siendo el hogar de la orquesta sinf¨®nica de Kioto y ofreciendo un variado calendario de m¨²sica cl¨¢sica nacional e internacional. Se termin¨® de construir en 1995 como parte ¨Dal igual que la estaci¨®n de tren¨D de las celebraciones del 1.200? aniversario de la fundaci¨®n de Kioto como capital de Jap¨®n en el a?o 794. Arata Isozaki (premio pritzker 2019, art¨ªfice, entre muchas otras obras, del Palau Sant Jordi de Barcelona), fue un arquitecto que pas¨® de reivindicar el brutalismo a representar del posmodernismo japon¨¦s apostando por b¨®vedas, esferas y otros elementos geom¨¦tricos. Esta sala de conciertos combina un dise?o sencillo con una funci¨®n elevada. Carece de ornamentaci¨®n y destaca por su matem¨¢tica modulaci¨®n, el juego volum¨¦trico y su din¨¢mica espacial. Sus fachadas desnudas reflejan esa sencillez de su lenguaje. Se recomienda acercarse un domingo por la ma?ana y disfrutar de un concierto en la sala principal o en la peque?a.
Kyocera Museum of Art
Para concluir la inmersi¨®n en el Kioto contempor¨¢neo no se debe descuidar una visita a las inmediaciones del famoso templo de Heian-jingu (al que siempre se acaba yendo), porque en apenas cuatro manzanas se concentran reclamos de primer nivel. Para empezar el ROHM Theatre, con su irresistible aire brutalista a cargo del maestro Kunio Maekawa que, como queda claro, trabaj¨® en el estudio de Le Corbusier en Par¨ªs a finales de los a?os veinte (de hecho particip¨® en proyectos emblem¨¢ticos como la Villa Savoye) y posteriormente en el estudio japon¨¦s del racionalista checo Antonin Raymond. Maekawa fusion¨® el movimiento moderno con la tradici¨®n japonesa. De ello habla la eterna juventud de un edificio imbatible como este.
Enfrente se encuentra el Museo de Artesan¨ªa y Dise?o de Kioto, una escuela ¨²nica de la cultura japonesa en la que aprender la importancia de la ceremonia del t¨¦, de las m¨¢scaras y sus diferentes tipos, de los paraguas de bamb¨², de los arreglos florales y de los teatros Noh, Kyogen y Kabuki, y de tantos tejidos que se han originado y florecido en Kioto a lo largo de sus 1.200 a?os de historia. Ya se sabe que el dise?o explica una civilizaci¨®n. El alto nivel de la artesan¨ªa y los conocimientos de Kioto desempe?aron un papel importante al extenderse por todo el pa¨ªs y dar forma a la cultura japonesa. Desde su inauguraci¨®n en 1977, este sensacional museo reivindica las industrias tradicionales a trav¨¦s de la artesan¨ªa.
A apenas cincuenta metros se hallan dos museos capitales frente a frente: por un lado el Museo Nacional de Arte Moderno, MoMAK, ubicado en un edificio de Fumihiko Maki (premio Pritzker 1993), y el segundo, y fundamental, el llamado Kyocera, el museo municipal de arte de Kioto, en un edificio que ejemplifica bien lo que fue el eclecticismo occidental y japon¨¦s de los a?os treinta. Fundado en 1933 y reabierto en 2020 tras una extraordinaria renovaci¨®n de su interior, ofrece un recorrido que va desde el periodo moderno al presente, cubriendo todos los campos art¨ªsticos: pintura, escultura, caligraf¨ªa... As¨ª, alberga colecciones de pintura desde el periodo Meiji (1868-1912) al final de la era Showa (1945-1989). Entre medias, no faltan las alucinantes pinturas del periodo Showa temprano (1926-1945), que justifican de sobras la fascinaci¨®n general por el estilo Nihonga (literalmente, pinturas de estilo japon¨¦s) y, por supuesto, esta visita que resulta transformadora.
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