De Baracoa a La Habana, con parada en Cienfuegos y Trinidad, 10 escenarios para enamorarse de Cuba
A pesar de las carencias y necesidades del pa¨ªs, la isla caribe?a atrae por sus playas, senderos, reservas naturales, ciudades coloniales o un archipi¨¦lago remoto
Cayos, playas infinitas, arrecifes de coral, ciudades coloniales fant¨¢sticas, espacios naturales como los de Pinar del R¨ªo, la deliciosa cocina criolla, daiquiris, mojitos, son y guaracha. A pesar de las carencias y necesidades del pa¨ªs, gobernado por un r¨¦gimen que hace escasos avances en materia de derechos humanos y democratizaci¨®n, la isla atrae a los visitantes por muchas razones. Estas son 10 de ellas.
1. Baracoa, pura esencia cubana
Sobre las colinas, aislada, en el extremo m¨¢s oriental de la provincia de Guant¨¢namo, se encuentra la ciudad de Baracoa, la primera villa fundada en Cuba el 15 de agosto de 1511 por Diego Vel¨¢zquez, entonces con el nombre de Nuestra Se?ora de la Asunci¨®n de Baracoa. Un lugar peque?o, pero de importante pasado, inusual por su caprichoso clima atl¨¢ntico, su animada poblaci¨®n y un deseo de ser diferente. Aqu¨ª se puede ver a los lugare?os subir a los cocoteros, escuchar a las bandas tocar neng¨®n y kirib¨¢ (versiones locales del son cubano) y disfrutar de su gastronom¨ªa, especiada y creativa.
Más información en la guía Lonely Planet de Cuba y en lonelyplanet.es.
Encantadora, extravagante y surrealista, Baracoa puede llegar a ser adictiva. En la lluviosa y ventosa ladera de la reserva de la biosfera Cuchillas del Toa, la ciudad m¨¢s antigua y aislada de la isla tiene un ambiente muy original. La vista se extiende sobre una vegetaci¨®n densa, sorprendente tras la aridez de la costa sur de Guant¨¢namo. Su museo m¨¢s impresionante consiste en una serie de grutas que anta?o fueron c¨¢maras funerarias ta¨ªnas: el museo arqueol¨®gico Cueva del Para¨ªso. Se exhiben m¨¢s de 2.000 piezas de la cultura ind¨ªgena, que incluyen petroglifos de hace 3.000 a?os, esqueletos, cer¨¢mica¡ En este remoto extremo del pa¨ªs est¨¢ el parque nacional Alejandro de Humboldt, bautizado en honor del explorador alem¨¢n, que visit¨® el lugar por vez primera en 1801. Una zona declarada reserva de la biosfera y patrimonio mundial por la Unesco.
2. Pico Turquino, en la cima
Con tantas playas y encantos urbanos por descubrir en la isla, no hay muchos viajeros que se animen a emprender caminatas fuera de ruta, pero hay lugares que merecen especialmente la pena. Uno de ellos es ascender a la cima del pico Turquino, el punto m¨¢s alto de la isla de Cuba (1.974 metros). Es arduo, as¨ª que no es apto para todos, pero la excursi¨®n tiene muchas recompensas. Es preciso ir acompa?ado por gu¨ªas locales y la caminata es dura, dos o tres d¨ªas por los bosques empinados de Sierra Maestra. Es a la vez una lecci¨®n de historia, un sendero natural y un espectacular enclave de observaci¨®n de aves. En la ruta se puede hacer un desv¨ªo al que fuera cuartel general de Fidel Castro en la selva de Sierra Maestra durante la Revoluci¨®n Cubana. La ascensi¨®n suele comenzar en Las Cuevas, en la remota carretera litoral, 130 kil¨®metros al oeste de Santiago, o desde el otro punto de la ruta, Santo Domingo, desde donde la subida es m¨¢s r¨¢pida, c¨®moda y con mejores comunicaciones con el resto de la isla.
3. Pen¨ªnsula de Guanahacabibes, coraz¨®n ind¨ªgena
Son muchos los que opinan que Las Tumbas es la mejor playa de Cuba, por encima de playa Sirena (demasiados turistas), en Cayo Largo, y de playa Pilar, en Cayo Guillermo. Es una de las m¨¢s remotas del pa¨ªs, ya que est¨¢ en el extremo occidental de la isla, a 60 kil¨®metros de la poblaci¨®n m¨¢s cercana, y solo tiene un tranquilo hotel de 10 habitaciones. Pertenece a la reserva de la biosfera de Guanahacabibes, una regi¨®n con un rico patrimonio ecol¨®gico que anta?o alberg¨® a los primeros pobladores de la isla. A dos horas de viaje desde Pinar del R¨ªo, la pen¨ªnsula de Guanahacabibes carece de grandes infraestructuras tur¨ªsticas, lo que hace que parezca m¨¢s aislada de lo que en realidad est¨¢. Si alguien quiere ver Cuba como la debi¨® de encontrar Crist¨®bal Col¨®n en 1492, hay que ir a esta franja de tierra llana y muy estrecha que apunta hacia M¨¦xico. Toda la pen¨ªnsula de Guanahacabibes es un para¨ªso para submarinistas, ecoturistas, conservacionistas y observadores de aves. Aqu¨ª se encuentra el centro internacional de buceo Mar¨ªa la Gorda, y en verano, por la noche, las tortugas marinas salen del mar a desovar.
4. Trinidad, la ciudad de az¨²car
Trinidad sigue teniendo un aire inequ¨ªvocamente espa?ol y, si no fuera por los turistas que la visitan, parecer¨ªa que el tiempo se hubiera detenido en 1850, momento ¨¢lgido de la industria azucarera, cuando se amasaron enormes fortunas. Se ve en las ilustres mansiones y en la elegancia de sus calles. La ciudad es como un museo al aire libre, pero no hay que olvidar que tambi¨¦n est¨¢ rodeada de maravillas naturales; desde playas incre¨ªbles, como la de Anc¨®n, hasta sierras, como la del Escambray, un verde territorio de aventura. Su desventajada rival, la m¨¢s desmoronada ciudad de Sancti Sp¨ªritus, tiene un encanto m¨¢s intangible. Para empaparse de la historia y el paisaje se puede hacer una excursi¨®n a caballo de varios d¨ªas por el valle de los Ingenios, ubicado a ocho kil¨®metros al este de Trinidad. All¨ª se mantienen las ruinas de numerosos complejos azucareros del siglo XIX, que incluyen almacenes, maquinaria, barracones de esclavos, casas se?oriales y hasta un tren de vapor en funcionamiento.
5. Cienfuegos, la ciudad m¨¢s francesa
Si hay un Par¨ªs en Cuba, ese es Cienfuegos. Situada en la bah¨ªa natural m¨¢s espectacular del pa¨ªs, es una ciudad de mar fundada en abril de 1819 por emigrantes franceses, de elegantes edificios que en el 2005 le valieron la incorporaci¨®n a la lista del patrimonio mundial de la Unesco.
La elegante ciudad costera presume de su armoniosa arquitectura neocl¨¢sica. Con sus amplias y empedradas calles dispuestas en una cuadricula casi perfecta, los colonizadores ilustrados del siglo XIX buscaron terminar con los barrios pobres, promocionar la limpieza y aprovechar al m¨¢ximo el espacio p¨²blico utilizando un plan urban¨ªstico que ser¨ªa m¨¢s tarde adoptado por el bar¨®n Haussmann en Par¨ªs. Los porches, los pilares y las columnas son las caracter¨ªsticas arquitect¨®nicas m¨¢s llamativas de la ciudad, con un amplio bulevar de estilo parisiense que la recorre de norte a sur a lo largo de tres kil¨®metros.
Cienfuegos se asienta en la sombra de la sierra del Escambray. Dejando la ciudad atr¨¢s, se encuentra una costa sorprendentemente poco explotada, de verdes esmeralda y azules iridiscentes, punteada por calas, grutas y arrecifes de coral. Y la gran atracci¨®n de la provincia de Cienfuegos est¨¢ a poca distancia de la costa, en el parque de El Nicho, posiblemente el lugar m¨¢s m¨¢gico de la sierra del Escambray.
6. Jobo Rosado, un rinc¨®n desconocido
Al norte de la provincia de Sancti Sp¨ªritus, se encuentra esta reserva poco explorada a la que se llega desde la ciudad de Yaguajay. Hay senderos y excursiones guiadas para grupos entre r¨ªos, bosques y una ins¨®lita topograf¨ªa k¨¢rstica, pero son pocos los viajeros independientes que todav¨ªa se animan a llegar hasta aqu¨ª. Destacan el sendero Solapas de Genaro, una excursi¨®n de un kil¨®metro a trav¨¦s de sabana tropical hasta una serie de cascadas y pozas naturales, y el de Cueva de Vald¨¦s, de algo menos de un kil¨®metro, que atraviesa un bosque hasta una gruta.
La zona act¨²a de barrera y dificulta el acceso a la reserva de la biosfera Bah¨ªa de Buenavista. Tambi¨¦n, al igual que en Sierra Maestra, la historia se entrelaza con la ecolog¨ªa. Esta fue una zona de combates en la guerra hispano-estadounidense de 1898, y tambi¨¦n se estableci¨® all¨ª, en 1958, el ej¨¦rcito revolucionario de Camilo Cienfuegos.
7. Playas de Camag¨¹ey
En medio de la isla, Camag¨¹ey es una regi¨®n de paso para habaneros y santiagueros y su capital es ciudad de antiguos piratas, calles laber¨ªnticas, iglesias y casas de colores. Pero m¨¢s all¨¢ de la ciudad, est¨¢n las playas del norte, como Santa Luc¨ªa, con 20 kil¨®metros de arena dorada, que compite con Varadero por el t¨ªtulo de playa m¨¢s larga de Cuba. Los viajeros suelen acidor para hacer submarinismo al arrecife de coral m¨¢s accesible de la costa norte, a pocos kil¨®metros de la arena. Hay 35 puntos para practicar inmersiones, con pecios y abundante fauna marina. Pero la propia playa es un para¨ªso tropical id¨ªlico y no hace falta mucho m¨¢s.
Otro de los arenales, cada vez m¨¢s conocid, es el de Los Cocos, en la boca de la bah¨ªa de Nuevitas, otra belleza de arena dorada y blanca y aguas color jade. A veces pueden verse bandadas de flamencos rosas en la laguna El Real, detr¨¢s de la playa. Y si queremos nadar, podemos hacerlo con vistas al faro de Col¨®n en Cayo Sabinal.
8. Entre corales en los Jardines de la Reina
Uno de los lugares m¨¢s sorprendentes de Cuba son los Jardines de la Reina, una gran extensi¨®n de baj¨ªos de arena, arrecifes y manglares, de m¨¢s de 100 kil¨®metros de longitud, formada por m¨¢s de 250 islas y cayos. Es uno de los mejores lugares de todo el Caribe para practicar submarinismo, pero solo est¨¢ permitido un peque?o n¨²mero de visitantes al a?o. Como no hay poblaci¨®n permanente en la zona, los visitantes deben alojarse en el hotel Flotante Tortuga, un barco de dos pisos y siete dormitorios, o entrar por el puerto de Embarcadero de J¨²caro. Dentro del agua la principal atracci¨®n son los tiburones (tanto los ballena como los martillo), que junto con los corales atraen a submarinistas de todo el mundo.
Llegar a este archipi¨¦lago no es f¨¢cil ni barato. Hay excursiones organizadas que incluyen el equipo, el alojamiento, la licencia del parque y las inmersiones. Otra opci¨®n es navegar desde Cienfuegos.
9. Santiago de Cuba, coraz¨®n africano
Apasionada y bulliciosa, Santiago es la ciudad m¨¢s caribe?a de Cuba, y la m¨¢s musical, con sus muchas influencias haitianas, jamaicanas y africanas, con un animad¨ªsimo carnaval de estilo antillano y m¨²sica por todas partes, no en vano es la cuna de la trova, el bolero y el son.
Uno de sus barrios emblem¨¢ticos es el del T¨ªvoli, de largas calles empinadas y casitas con vistas al mar. La imagen m¨¢s famosa es la de las famosas Escaleras del Padre Pico: subir hasta arriba no es f¨¢cil, pero la recompensa son las vistas de un atardecer de pel¨ªcula. Y basta con conducir unos 20 kil¨®metros por la costa, en una u otra direcci¨®n desde la capital de la provincia, para adentrarse en una tierra accidentada de calas, bravo oleaje, cafetales hist¨®ricos y colinas esmeraldas.
10. De La Habana, el Malec¨®n
Pero entre tantas bellezas naturales, no hay escenario m¨¢s rom¨¢ntico en Cuba que el famoso Malec¨®n habanero, lleno de parejas al atardecer. El evocador paseo mar¨ªtimo de la capital del pa¨ªs, con sus siete kil¨®metros de largo, representa la quintaesencia cubana. Tradicional punto de reuni¨®n de amantes, fil¨®sofos, poetas, trovadores n¨®madas, pescadores y melanc¨®licos que miran hacia Florida (EE UU), el ambiente del Malec¨®n de La Habana es especialmente intenso al atardecer, cuando la d¨¦bil luz amarilla procedente del barrio de Vedado se filtra como una tenue antorcha hacia los edificios de Centro Habana. El Malec¨®n fue dise?ado a principios del siglo XX como paseo mar¨ªtimo para recreo de las clases medias y se expandi¨® durante la primera d¨¦cada del siglo XX, combinando el estilo neocl¨¢sico con el caprichoso estilo modernista. Y, por supuesto, resulta especialmente bello cuando las enormes olas se estrellan en el rompeolas para saltar por encima.
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