Espa?a pag¨® el a?o pasado 2.600 millones por el gas de Argelia
Una ruptura en el comercio de este combustible tendr¨ªa un coste muy alto para ambos pa¨ªses y queda pr¨¢cticamente descartada por varios especialistas del sector energ¨¦tico
Argelia podr¨ªa sobrevivir a un cerrojazo total de las exportaciones de gas natural y petr¨®leo a Espa?a, pero no lo tendr¨ªa f¨¢cil. El a?o pasado, seg¨²n el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, el pa¨ªs norteafricano vendi¨® a Espa?a combustibles f¨®siles ¡ªgas natural, petr¨®leo y otros derivados¡ª por valor de 4.300 millones de euros. Solo el gas aport¨® ¡ªentre lo enviado por gasoducto y por barco¡ª 2.600 millones. Una cifra que convierte a Espa?a en el segundo mayor comprador de este combustible en Argelia, por detr¨¢s de Italia. En el caso del crudo, es el quinto, a la zaga de Francia, Reino Unido, Pa¨ªses Bajos y B¨¦lgica.
Ambos pa¨ªses saldr¨ªan perdiendo si Argel da rienda suelta a la escalada y lleva la crisis diplom¨¢tica del S¨¢hara al terreno econ¨®mico. Espa?a tendr¨ªa un problema no menor: el gas que llega de Argelia a trav¨¦s del Medgaz, el ¨²nico tubo operativo hoy (el gasoducto Magreb-Europa, GME, est¨¢ inactivo desde el 1 de noviembre por decisi¨®n argelina), es notablemente m¨¢s barato que el que se trae por mar desde otros pa¨ªses. Una interrupci¨®n del suministro, que hoy no se contempla ni de lejos, supondr¨ªa un encarecimiento sustancial del combustible.
Abdelmadjid Attar, antiguo ministro de Energ¨ªa argelino (2020-2021) y expresidente de la energ¨¦tica estatal Sonatrach, indica a este diario que las ventas se realizan mediante contratos firmes de media y de larga duraci¨®n. ¡°Ah¨ª se fijan todas las condiciones relativas a las cantidades de gas en venta. Y tambi¨¦n todo lo relativo al precio, que se establece seg¨²n varios par¨¢metros¡±. Y a?ade: ¡°Una cosa es segura: Sonatrach siempre ha respetado sus compromisos¡±.
Cuando se le pregunta si la econom¨ªa argelina soportar¨ªa renunciar a los ingresos de la venta del gas, responde: ¡°?Por qu¨¦ no se plantea usted, m¨¢s bien, si los clientes espa?oles podr¨ªan prescindir del gas argelino? Pero volviendo a su pregunta, dudo que esto pueda ocurrir en este momento de crisis energ¨¦tica, porque no beneficia a ninguna de las partes. Si esto ocurriera, habr¨ªa un impacto en los ingresos de Sonatrach y en el Tesoro argelino, pero eso ser¨ªa temporal¡±.
Francis Perrin, director de investigaci¨®n del Institut de R¨¦lations Internationales et Strat¨¦giques (IRIS), en Francia, coincide en que Argelia y Espa?a est¨¢n vinculadas por contratos que no pueden modificarse unilateralmente, ni en vol¨²menes exportados ni en precios. ¡°Si una parte no respeta un contrato, salvo en caso de fuerza mayor, se enfrenta a que la otra parte solicite importantes compensaciones financieras en los tribunales¡±.
Perrin subraya que el cese de la venta de gas a Espa?a tendr¨ªa, adem¨¢s, un impacto muy negativo en la reputaci¨®n de Argelia y Sonatrach como proveedores de la UE. ¡°Cuando el a?o pasado se rompieron las relaciones diplom¨¢ticas con Marruecos, Argelia cumpli¨® sus contratos hasta el final, es decir, hasta el 31 de octubre de 2021. No viol¨® los contratos, pero opt¨® por no renovarlos, lo que es muy diferente jur¨ªdicamente. Y eso a pesar de que las relaciones entre Argelia y Marruecos eran muy malas desde hac¨ªa mucho tiempo¡±.
Para Argelia, el cese del comercio de gas con Espa?a ser¨ªa muy costoso. Las ventas a Espa?a suponen cerca del 12% de sus exportaciones y son una fuente de divisas fundamental. Argel podr¨ªa buscar otros compradores, una tarea sencilla cuando todas las grandes potencias europeas y asi¨¢ticas est¨¢n ¨¢vidas por atraer m¨¢s barcos metaneros para rellenar las reservas ante el pr¨®ximo invierno. Pero ser¨ªa un camino plagado de espinas: en el mundo hay poco m¨¢s de 600 buques con capacidad de transportar gas licuado y la pugna por hacerse con un contrato de transporte es enorme. Incluso teniendo compradores, Argelia sufrir¨ªa para dar salida a su gas.
Un analista argelino que solicita el anonimato cree que la posible represalia no ser¨¢ a costa de cortar el gasoducto. ¡°Argel ya ha podido darse cuenta de que cortar el que pasaba por Marruecos no ha sido la mejor decisi¨®n. No nos ha fortalecido¡±. S¨ª ve posible, en cambio, que ¡°Argel colabore algo menos en el control de la emigraci¨®n¡±. Tambi¨¦n que ¡°deje de suscribir contratos de explotaci¨®n con las empresas petroleras espa?olas, hacerles la vida m¨¢s dif¨ªcil¡±.
La situaci¨®n econ¨®mica argelina ha mejorado en paralelo a la subida del petr¨®leo desde el oto?o pasado. ¡°Ahora¡±, se?ala el analista, ¡°el Estado acaba de eliminar unos impuestos para la importaci¨®n de productos inform¨¢ticos. Eso indica que ya no se necesita ese dinero. Tambi¨¦n han comenzado a relanzar obras p¨²blicas¡±. El Gobierno sigue subvencionando productos b¨¢sicos como el pan, el aceite y el az¨²car; y tanto la gasolina como la electricidad son muy baratas. ¡°Pero la inflaci¨®n est¨¢ muy alta: nosotros importamos casi todos los productos, como el forraje para el ganado¡±, reconoce. Y esas compras se pagan con divisas que llegan, sobre todo, con el dinero del petr¨®leo y del gas que se venden, entre otros pa¨ªses, a Espa?a.
Un movimiento que requiere mucho tino
Argelia podr¨ªa tambi¨¦n abordar una baza intermedia: renegociar los contratos de largo plazo e incorporar de una manera m¨¢s directa la fort¨ªsima escalada de precios del gas en los mercados internacionales desde el verano. Este movimiento, no obstante, tendr¨ªa que manejarse con mucho tino, dados los numerosos intereses comunes: la estatal argelina Sonatrach y la espa?ola Naturgy son, junto con el fondo de inversi¨®n estadounidense BlackRock, los due?os del gasoducto Medgaz. Y la propia Sonatrach es accionista de Naturgy, con un 4,1% del capital.
Si Argelia tensara demasiado la cuerda, Espa?a dispondr¨ªa de alternativas. A diferencia de muchos pa¨ªses de Europa Central y del Norte, que dependen ¨ªntegramente del gas ruso, Espa?a cuenta con la mayor red de plantas regasificadoras de Europa: de la veintena que hay en el continente, seis son espa?olas. Francia, por ejemplo, solo tiene cuatro, e Italia, tres. Esa tupida red le permite importar gas desde Estados Unidos a Nigeria, pasando por Trinidad y Tobago o Qatar. Argelia, en s¨ªntesis, es importante y la cercan¨ªa geogr¨¢fica aporta un plus, tanto en tiempo como en coste. Pero tambi¨¦n tiene otros competidores. Y eso le impide mover la aguja de los precios a su antojo.
Tras el cierre del Magreb-Europa, el tubo que conecta los yacimientos argelinos con Zahara de los Atunes (C¨¢diz) a trav¨¦s de Marruecos, en los dos ¨²ltimos meses de 2021, las llegadas de gas por tubo desde Argelia a Espa?a se redujeron m¨¢s de un 30% respecto a 2019 y m¨¢s de un 20% frente a 2020. Una parte se sustituy¨® con nuevas llegadas de metaneros procedentes de la misma Argelia, pero no todo: otros exportadores aprovecharon la oportunidad para cubrir el hueco dejado por la decisi¨®n de Argelia de cerrar el gasoducto como represalia a Marruecos en plena crisis diplom¨¢tica por el conflicto del S¨¢hara Occidental.
Espa?a lleva a?os reduciendo su dependencia del gas argelino. Hace un lustro, este pa¨ªs suministraba casi el 60% del gas consumido por Espa?a y ahora aporta poco m¨¢s del 40%. Durante 2019 y 2020, esa cifra lleg¨® a caer hasta el entorno del 30%. Tener a un suministrador del tama?o de Argelia a unos pocos centenares de kil¨®metros al sur es una oportunidad que Espa?a no puede desaprovechar en un contexto de m¨¢xima presi¨®n sobre el suministro. Pero Argelia tampoco puede romper unilateralmente esa relaci¨®n sin sufrir las consecuencias. El inter¨¦s com¨²n de ambos pa¨ªses est¨¢ en juego.
Un economista conocedor del Magreb indica, bajo anonimato, que ser¨ªa un error fijarse solo en el coste inmediato y aboga por mirar al largo plazo. ¡°Espa?a puede perder la oportunidad de convertirse en un punto de distribuci¨®n del gas para Europa. Si la UE pretende renunciar al gas de Rusia, tendr¨¢ que mirar hacia Argelia. Y ah¨ª el papel de Italia ser¨¢ clave, en detrimento de Espa?a¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.