50 a?os de ¡®Playgirl¡¯: porno suave para mujeres (y gais) fuertes
En 1973, la cabecera cambi¨® las reglas del juego sobre qui¨¦n ve¨ªa y qui¨¦n era visto, abriendo una ventana a la apropiaci¨®n femenina de la mirada masculina. ¡°El pene sigue siendo algo prohibido para la gente y para el algoritmo de Instagram¡±, lamenta el autor del libro ¡®Playgirl: The Official History of a Cult Magazine¡¯, que celebra el medio siglo de la publicaci¨®n
Playgirl, la primera revista que desnud¨® a los hombres para el goce de las mujeres, tuvo un gatillazo en su debut. En el primer n¨²mero, publicado en junio de 1973, no hubo ni un solo desnudo frontal masculino, ni un solo pene. El fundador de Playgirl, Douglas Lambert, un empresario de la noche de Los ?ngeles que so?aba con un Playboy femenino y feminista para mujeres ¡°independientes, seguras de s¨ª mismas, sensuales, informadas, implicadas, ambiciosas, sensibles, cari?osas, generosas, vivas, liberadas y libres¡±, consider¨® que las lectoras no quer¨ªan verlo todo, ni sentirlo todo, ni experimentarlo todo.
Pese al chasco, el primer n¨²mero se agot¨®. En cuatro d¨ªas se vendieron m¨¢s de 600.000 ejemplares. A las lectoras les gust¨® ver a un modelo llamado Eldon posando con las piernas cruzadas y la entrepierna oculta en sombras. Pero quer¨ªan m¨¢s y alzaron su voz enviando cartas de reclamaci¨®n. ¡°Compramos con entusiasmo nuestro primer n¨²mero de NUESTRA revista. Debemos admitir que est¨¢ muy bien hecha. Muchos de los art¨ªculos son interesantes y algunos son muy divertidos. Pero queremos dar voz a nuestra queja un¨¢nime: queremos EXPOSICI?N en las p¨¢ginas centrales y en las otras im¨¢genes. Asumimos y esperamos que se corrija este error¡±, manifestaron las empleadas de Parke, Davis & Co. Laboratories, una compa?¨ªa farmac¨¦utica de Michigan. ¡°La ¨²nica queja que tengo es que estos tipos guapos posan de manera demasiado modesta. No hay nada obsceno en el cuerpo desnudo de un hombre... Te doy las gracias, Playgirl, pero por favor, danos m¨¢s¡±, escribi¨® Midge Carlisle, un ama de casa y madre de tres ni?os.
Lambert, que aspiraba a convertirse en un nuevo Hugh Hefner, escuch¨® a esas mujeres y a su propia esposa y rectific¨®. En el segundo n¨²mero, el de julio, la cabecera ense?¨® al actor George Maharis, protagonista de la serie televisiva Ruta 66, en todo su esplendor, sin trampa ni cart¨®n. De repente, Playgirl cambi¨® las reglas del juego sobre qui¨¦n ve¨ªa y qui¨¦n era visto, abriendo una ventana a la apropiaci¨®n femenina de la mirada masculina, a las fantas¨ªas heteronormativas de las mujeres, al empoderamiento sexual femenino y, por qu¨¦ no, a la cosificaci¨®n del cuerpo masculino. Como dice el escritor e icono queer Bruce LaBruce, Playgirl fue ¡°un correctivo feminista¡± a cabeceras machistas como Playboy, Penthouse y Hustler.
El porno suave dispar¨® las ventas. En 1974, Playgirl ya vend¨ªa m¨¢s de 1,7 millones de ejemplares mensuales en EE UU, Canad¨¢ y Europa, y acariciaba un readership de 14 millones de lectores. Bajo el lema de ¡°Entretenimiento para las mujeres¡±, se convirti¨® r¨¢pidamente en un icono de la liberaci¨®n femenina, pero tambi¨¦n de la lucha de los gais. El a?o de su lanzamiento, 1973, fue el mismo en el que la Corte Suprema de EE UU legaliz¨® el aborto y la American Psychiatric Association concluy¨® que la homosexualidad no era una enfermedad mental. La cabecera de Lambert representaba un lugar seguro para esos dos colectivos, hist¨®ricamente discriminados y maltratados por los hombres heterosexuales.
Ahora, Playgirl celebra medio siglo de vida en un momento de avance del trumpismo y de retroceso de los derechos de las mujeres y el colectivo LGTBIQ+. La Corte Suprema ha derogado el derecho al aborto y Estados como Florida est¨¢n restringiendo la discusi¨®n en las aulas sobre la orientaci¨®n sexual o la identidad de g¨¦nero. ¡°Espero que no volvamos a una edad oscura¡±, dice Daniel McKernan, director general de Playgirl, en conversaci¨®n telef¨®nica con EL PA?S. McKernan es tambi¨¦n el autor de Playgirl: The Official History of a Cult Magazine (Abrams Books), un libro de 240 p¨¢ginas que recorre los 50 a?os de la publicaci¨®n. El periodista intenta ser optimista, pero reconoce que hay se?ales de regresi¨®n. ¡°Estamos teniendo muchos problemas en redes sociales como Instagram. Ah¨ª todo lo vinculado con Playgirl est¨¢ mal posicionado. Recibimos muchas quejas y denuncias. En la portada del libro se ve el pelo p¨²bico de un hombre. ?Eso es obsceno? No lo creo. Es rid¨ªculo. No es pornograf¨ªa, es arte. El cuerpo masculino sigue siendo tab¨². El pene sigue siendo algo prohibido para la gente y para el algoritmo de Instagram. Las personas detr¨¢s de los bots que nos denuncian son seres humanos que viven en pa¨ªses como la India, gente realmente conservadora¡±, se queja.
A McKernan, que trabaja en la revista desde 2007, se le ocurri¨® la idea de hacer este libro durante la pandemia. En el verano de 2020, en plena eclosi¨®n del teletrabajo, comenz¨® a digitalizar el archivo de Playgirl. El 50% ya est¨¢ escaneado. ¡°Pero es una tarea inmensa. Va a llevar varios a?os concluirlo¡±, reconoce. ¡°Nadie sabe d¨®nde est¨¢n las fotos originales o los negativos. No hay hemeroteca. Cada vez que la revista cambiaba de due?o se tiraba todo a la basura. Solo nos quedan los ejemplares viejos¡±, explica. ¡°Por eso considero que es importante salvar este legado. Forma parte de la historia de Am¨¦rica y de la cultura pop¡±.
Playgirl se ha ganado un lugar en la cultura popular porque ha sido mucho m¨¢s que porno soft. Las p¨¢ginas de Playgirl: The Official History of a Cult Magazine recogen las fotos fabulosas, pero tambi¨¦n las columnas tronchantes y atrevidas de referentes feministas como Ana?s Nin y Maya Angelou y las discusiones abiertas sobre sexualidad y pol¨ªtica. Tambi¨¦n se rescatan algunas de las mejores piezas de periodismo de investigaci¨®n, como Anatom¨ªa de un show de sexo en vivo, de 1974, o Yo dorm¨ª con un prostituto, de 1981; y reportajes muy adelantados como Voyerismo como juego previo, de 1980, o Ambos lados de la bisexualidad, de 1987.
Las entrevistas a iconos femenistas y gais siempre fueron otro de los platos fuertes de la revista. En 1985, Grace Jones anunci¨® en Playgirl el fin de los roles sexuales. ¡°?Siente que es hombre y mujer?¡±, le preguntaron. ¡°No, eso no es un sentimiento. Es un hecho¡±, respondi¨® tajante la artista. En el a?o 2000, Anne Rice, autora de Entrevista con el vampiro, tambi¨¦n habl¨® del fin del g¨¦nero. ¡°Todos mis personajes trascienden el g¨¦nero. No creo que el g¨¦nero sea importante¡±, dijo. La cantante Sandra Bernhard record¨® c¨®mo perdi¨® su virginidad y la actriz Jane Fonda habl¨® sobre su preferencia por la monogamia, mientras que, en 1988, Cher ya reconoc¨ªa su debilidad por los hombres m¨¢s j¨®venes. ¡°Me gusta jugar, salir a bailar e ir a conciertos de rock and roll. A la mayor¨ªa de los hombres mayores eso no les interesa, son vejestorios aburridos que se quedan dormidos despu¨¦s de un d¨ªa duro en la oficina. No quiero eso¡±, explicaba en sus p¨¢ginas.
Gloria Steinem, Joyce Carol Oates, Sally Field, Joan Collins, Liza Minnelli, Goldie Hawn, Meryl Streep, Jamie Lee Curtis, Bette Midler o Joan Rivers tambi¨¦n hablaron sobre sexo y feminismo en Playgirl. En 1981, Dolly Parton admiti¨® sus propios prejuicios sobre los desnudos masculinos. ¡°Me da m¨¢s verg¨¹enza ver la foto de un hombre desnudo que ver a una mujer sin ropa¡±, dijo la leyenda de la m¨²sica country. ¡°Me parece natural que las mujeres posen y quieran ser guapas, pero me parece un poco torpe ver a un hombre haciendo poses sexis. Amo a los hombres, amo la piel, pero no puedo tomarme eso en serio¡±.
En la d¨¦cada de 1980, con la ¡°guerra de las galaxias¡± de Ronald Regan como trasfondo, los penes erectos aterrizaron en la revista y dispararon todav¨ªa m¨¢s las ventas. Esa fue su respuesta al rancio conservadurismo de la ¨¦poca. En los noventa, en pleno bum de la serie Sexo en Nueva York, el sexo de Playgirl se volvi¨® m¨¢s expl¨ªcito¡ y m¨¢s gay. A McKernan le preguntan constantemente si Playgirl es una revista para mujeres o para hombres homosexuales. ?l siempre responde lo mismo: ¡°Es una revista para mujeres, pero los gais siempre est¨¢n m¨¢s cachondos¡±. Muchos de los correos que recibe son de hombres y muchos compradores de su libro tambi¨¦n lo son. ¡°Acabamos de hacer un evento en Palm Springs. Todos eran gais de avanzada edad¡±, cuenta el director general.
Los hombres famosos llevan medio siglo resisti¨¦ndose a ense?ar piel en Playgirl. Hubo grandes excepciones, como Christopher Atkins, protagonista de El lago azul; Tom Selleck, estrella de la serie Magnum, P.I.; o Lorenzo Lamas, el Reno Raines de Renegade. Hoy, a los galanes del cine y los ¨ªdolos de la m¨²sica les sigue costando mostrarse sin ropa. ¡°Les aterra verse asociados al porno. Nunca vamos a tener a Timoth¨¦e Chalamet en nuestra revista si sacamos a actores porno. Por eso buscamos a modelos, a los hombres m¨¢s bellos del mundo¡±, explica McKernan. ¡°Todos los modelos con los que trabajamos son heterosexuales. Eso es como encontrar una aguja en un pajar. ?T¨² sabes lo dif¨ªcil que es encontrar un chico guapo de Nebraska que quiera ense?ar su pene?¡±.
En los 2000, coincidiendo con el auge de internet y las redes sociales, las ventas y la publicidad de la revista se desplomaron. Playgirl cambi¨® varias veces de propietario. En 2015 cerr¨® y en 2020 fue relanzada por Jack Lindley Kuhns, miembro de la familia Meyer, due?os de The Washington Post hasta que lo vendieron a Jeff Bezos, en 2013. El primer n¨²mero impreso, en el que aparec¨ªa la actriz Chlo? Sevigny desnuda y muy embarazada con la frase de portada ¡°A partir de aqu¨ª nos encargamos nosotras¡±, se agot¨®.
Tambi¨¦n han lanzado nueva web, Playgirlplus.com, que ofrece entrevistas exclusivas a famosos, desnudos masculinos, ficci¨®n er¨®tica y acceso a los archivos. La suscripci¨®n mensual cuesta 12,95 d¨®lares (poco m¨¢s de 12 euros, al cambio actual). ¡°La esencia feminista de la revista es la misma. Tenemos nuevas colaboradoras y estamos volviendo a las ra¨ªces: entrevistas y portadas con famosos. Estamos trabajando en varias portadas que creemos que van a petar internet¡±, anuncia McKernan.
El aniversario y el libro han reavivado el fuego de la nostalgia por el porno suave de anta?o. Los coleccionistas pagan grandes sumas por algunos ejemplares antiguos. El n¨²mero de agosto de 1995, en el que aparece el ya fallecido Peter Steele, l¨ªder de la banda metal g¨®tico Type O Negative, es uno de los m¨¢s raros de encontrar y est¨¢ a la venta en eBay por 5.000 d¨®lares.
Playgirl sigue siendo una rareza, la ¨²nica revista que se ha atrevido a apropiarse de la mirada masculina. ?Por qu¨¦ no hay m¨¢s cabeceras como esta? ¡°Es una buena pregunta. No lo s¨¦¡±, responde su director general. ?A las mujeres les interesa ver a hombres desnudos? ¡°Es otra buena pregunta, pero yo no soy mujer¡±, contesta. ?Qu¨¦ sentido tiene Playgirl en la era del porno gratis y de OnlyFans? ¡°Bueno, es que Playgirl nunca fue sobre porno o solo sobre porno. Siempre ha sido mucho m¨¢s¡±.