¡°Hab¨ªa que acabar con los huevos, sean los del toro o los de Bardem¡±: el macho ib¨¦rico de ¡®Jam¨®n jam¨®n¡¯ se resiste a morir
La pel¨ªcula ya cl¨¢sica de Bigas Luna cumple tres d¨¦cadas protagonizando una exposici¨®n en la Seminci de Valladolid y su protagonista revivido -con matices- por estrellas de hoy como C. Tangana
Del Duelo a garrotazos de Goya al duelo a jamonazos de Bigas Luna en Jam¨®n jam¨®n (1992). Si la pintura del zaragozano enfrentaba a las dos Espa?as, entonces la de los absolutistas y la de los liberales del Trienio Liberal (1820-1823), el cl¨ªmax de la pel¨ªcula de Bigas Luna (1946-2013) se situaba en un contexto, aparentemente, muy distinto: 1992, el a?o de las luces y las maravillas. La Espa?a moderna, la que por fin hab¨ªa dejado atr¨¢s la dictadura, se presentaba ante el mundo con los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona, la Exposici¨®n Universal de Sevilla y la llegada de los trenes de Alta Velocidad. La tensi¨®n entre la Espa?a de siempre y la que emerg¨ªa en el nuevo contexto global estaba en el coraz¨®n del relato del director catal¨¢n, un tri¨¢ngulo amoroso (en realidad, varios) donde un Javier Bardem aspirante a torero y Jordi Moll¨¤ pijo que utiliza las chapas como anillo de compromiso luchan en Los Monegros por el amor de Pen¨¦lope Cruz. Tres actores que, parad¨®jicamente, han acabado como grandes embajadores culturales del pa¨ªs.
¡°Cuando la gente empez¨® a hablar de posmodernidad yo pensaba que me hab¨ªa tenido que perder algo, porque la modernidad no la vi, ?debimos de salt¨¢rnosla!¡±, ironiza ante ICON Javier Angulo, director de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) y autor de El poderoso influjo de Jam¨®n jam¨®n (2006), que reedita este a?o la Fundaci¨®n Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Valladolid, con ocasi¨®n del aniversario y de la inauguraci¨®n en la ciudad, el 22 de octubre, de la exposici¨®n Homenaje a Bigas Luna: 30 a?os de Jam¨®n jam¨®n, comisariada por Betty Bigas, hija del director, y Vicky Calavia.
Aunque en su narrativa se cuestiona de manera evidente la virilidad del personaje de Moll¨¤ en favor de la potencia f¨ªsica y sexual del interpretado por Bardem, Angulo descarta que Luna tratase de reivindicar el arquetipo que representa, el macho ib¨¦rico: ¡°Mostraba la realidad de lo que pasaba en Espa?a, que era un pa¨ªs que no se hab¨ªa quitado la caspa de encima. El macho ib¨¦rico era la Espa?a con la que hab¨ªa que acabar, lo que pasa es que tambi¨¦n ah¨ª hab¨ªa alg¨²n componente placentero y ¨¦l, al final, era un amante del pan con ajo, buen aceite, tomate y pernil. Hab¨ªa cari?o, pero sab¨ªa que hab¨ªa que acabar con los huevos, fueran del toro o de Javier Bardem¡±, dice, en referencia a la escena en la que Jordi Moll¨¤ arranca los test¨ªculos de la valla del toro de Osborne.
¡°El macho ib¨¦rico es un Quijote, un loco que en el fondo tiene buen coraz¨®n, pero es patoso, bruto y le falta sensibilidad¡±, opina Cuca Canals, coguionista de Jam¨®n jam¨®n. La tambi¨¦n escritora y pintora complet¨® con Bigas Luna una trilog¨ªa en torno al arquetipo, conocida como Retratos Ib¨¦ricos, con Huevos de oro (1993), donde repet¨ªa como protagonista Javier Bardem, y La teta y la luna (1994). ¡°En la primera [Jam¨®n jam¨®n] se trataba de hacer un retrato de la Espa?a profunda y del macho ib¨¦rico joven, en la segunda un retrato del macho ib¨¦rico en su madurez, mientras que en la tercera el retrato es del pa¨ªs donde Bigas creci¨®, Catalu?a¡±, desgrana Canals.
La fantas¨ªa de poder extra¨ªble del macho de la primera entrega se dilu¨ªa significativamente en Huevos de oro, s¨¢tira sobre un hortera metido en el mundo de la construcci¨®n al que, mientras pasa la pel¨ªcula agarr¨¢ndose el paquete, hablando de su genitalia, cantando a Julio Iglesias y luciendo sus dos Rolex (¡°Si tengo dos huevos, tengo dos Rolex, me gusta tener dos de todo¡±, argumenta), los problemas siempre le sobrepasan. El mundo que describe, de ostentaci¨®n, vedetes, ambici¨®n chabacana y poder inmobiliario en Benidorm, no resulta lejano a los a?os noventa de series documentales como El pionero, sobre el empresario y exalcalde de Marbella Jes¨²s Gil, o, en sus pasajes m¨¢s rocambolescos, Salvar al rey, acerca de los esc¨¢ndalos de Juan Carlos I, ambas de HBO. ¡°Debimos de hacerlo muy bien¡±, rememora Canals, ¡°porque Jes¨²s Gil vio la pel¨ªcula e invit¨® a Bigas al palco del Calder¨®n¡±.
Hasta en pol¨ªtica se puede ver cierta resistencia que alude al jam¨®n como s¨ªmbolo de una Espa?a que, para seg¨²n quien, era mejor que la de hoy. Pol¨ªticos de Vox suben fotos de jam¨®n a sus redes cada vez que quieren reivindicar cierta espa?olidad patri¨®tica o afean al ministro Alberto Garz¨®n el hecho de que lo coma en una feria, mientras Bert¨ªn Osborne, indudablemente un s¨ªmbolo tanto de la televisi¨®n como de la ideolog¨ªa, regala jamones a todo el p¨²blico de El Hormiguero (del mismo modo que el mencionado Gil regalaba una noche de hotel en Marbella a todo el p¨²blico de Cr¨®nicas marcianas a finales de los noventa). El jam¨®n como alimento no es de nadie, pero el jam¨®n como s¨ªmbolo atrae a cierto tipo de pol¨ªtico al que probablemente ese Bardem ficticio votar¨ªa hoy.
Una v¨ªctima de sus huevos
Santiago Fouz Hern¨¢ndez, catedr¨¢tico de Estudios Ib¨¦ricos y Cinematograf¨ªa en la Universidad de Durham (Reino Unido), se pregunta en su libro Cuerpos de cine. Masculinidades carnales en el cine y la cultura popular contempor¨¢neas (Bellaterra, 2013) hasta qu¨¦ punto la masculinidad es una performance, a prop¨®sito tanto del protagonista de Jam¨®n jam¨®n como del de Huevos de oro, y presenta el fracaso del segundo como el de una ¡°v¨ªctima del exceso de seguridad en s¨ª mismo que caracteriza a su estereotipado macho y que est¨¢ basado precisamente en un narcisismo y machismo desorbitados¡±.
Fouz es responsable, junto a Betty Bigas, del Bigas Luna Tribute, una retrospectiva itinerante que acumula m¨¢s de 100 proyecciones internacionales a lo largo de ocho a?os. Tambi¨¦n presenta y produce el podcast divulgativo El legado cinematogr¨¢fico de Bigas Luna, de mismo t¨ªtulo que el libro de autor¨ªa m¨²ltiple que edit¨® en Tirant lo Blanch en 2020.
¡°La trilog¨ªa de Retratos Ib¨¦ricos recupera el estereotipo del macho ib¨¦rico un tanto desfasado en la Espa?a de principios de los a?os noventa, pero situ¨¢ndolo en un contexto nuevo, en el que parece un tanto perdido¡±, reflexiona Fouz. ¡°Lejos de sugerir que el nuevo hombre espa?ol sea indistinguible del noreuropeo o metrosexual, revela, con humor, la necesidad de adaptarse a un contexto m¨¢s avanzado en todos los sentidos¡±.
Un antih¨¦roe frente a la globalizaci¨®n
Para Cuca Canals, el objetivo de Bigas Luna en la trilog¨ªa era complejo, puesto que se propon¨ªa hacer ¡°un retrato po¨¦tico de Espa?a¡± donde se mostrase al macho ib¨¦rico tambi¨¦n en su vulnerabilidad. ¡°Por una parte, los cojones, y por otra, todo muy sensible¡±, resuelve. Un diagn¨®stico en el que Fouz Hern¨¢ndez coincide: ¡°El macho ib¨¦rico desarrollado en la trilog¨ªa de Bigas Luna sugiere que tras una apariencia dura e impenetrable f¨¢cil de despreciar se esconde un ser complejo y muy vulnerable¡±.
En el caso de Jam¨®n jam¨®n, el acad¨¦mico reconoce que la posici¨®n del director con respecto a la figura que encarna Bardem es ambigua. ¡°No hay duda de que las pel¨ªculas presentan estos estereotipos del pasado con una cierta nostalgia, pero tambi¨¦n los presenta como desfasados y fuera de lugar en la Espa?a democr¨¢tica, cultural y econ¨®micamente globalizada y mucho m¨¢s avanzada de los a?os noventa. Desde mi punto de vista es una forma de recordar a las audiencias dom¨¦sticas de d¨®nde venimos y ralentizar de alguna forma la obsesi¨®n en presentar una imagen totalmente nueva de Espa?a que dominaba a tantas producciones culturales de aquellos a?os¡±.
Javier Angulo, director de la Seminci, recuerda que la s¨¢tira en torno a la crisis del macho ib¨¦rico ¡ªuna figura inicialmente emblem¨¢tica en el cine del destape, con el Alfredo Landa o Andr¨¦s Pajares¡ª, ha pervivido de manera mucho menos hedonista y sexual que la propuesta de Bigas Luna: se acerca m¨¢s a la sordidez de la saga Torrente, de Santiago Segura. Para Cuca Canals, sigue siendo una forma de hacer pol¨ªtica: ¡°Eso de hacer las cosas por cojones es muy de alg¨²n partido del que no quiero acordarme. Son hombres que piensan que por sus cojones las cosas son como son, como trogloditas¡±. Y del cuestionamiento a la reivindicaci¨®n del macho como gal¨¢n: C. Tangana no dud¨® en invocar al Javier Bardem de Jam¨®n jam¨®n hace pocos a?os, primero como foto de perfil de sus redes sociales y despu¨¦s con el v¨ªdeo de la canci¨®n Bien duro, para el que expl¨ªcitamente dijo haberse inspirado tanto en el actor como en la pel¨ªcula (¡°una pel¨ªcula magn¨ªfica de Espa?a¡±, declar¨® en una entrevista a Red Bull).
¡°Rosal¨ªa tambi¨¦n tiene la est¨¦tica de Yo soy la Juani [2006], solo que un poco m¨¢s sofisticada¡±, cree Angulo, en referencia a otro de los t¨ªtulos m¨¢s populares de Bigas Luna, que ya narraba una historia de evoluci¨®n y emancipaci¨®n femenina en un contexto de velocidad y tecnologizaci¨®n, dos d¨¦cadas antes de Motomami.
Pero fuera de la dial¨¦ctica de la adhesi¨®n o el rechazo, lo que parece evidente es que el macho ib¨¦rico, los estereotipos extremos y los pechos de Pen¨¦lope Cruz que saben ¡°a tortilla y jam¨®n¡± (como destacan los personajes de Bardem y Moll¨¤ en Jam¨®n jam¨®n) tienen en la trilog¨ªa de Bigas Luna un cierto sentido de autoafirmaci¨®n y singularidad; incluso en Huevos de oro, donde el protagonista, en parte, tambi¨¦n es castigado por su idealizaci¨®n del modo de vida extranjero. ¡°Era una forma de decir: podemos ser europeos sin perder nuestras se?as de identidad nacional, pero esa identidad, sin borrarse, ha evolucionado y debe evolucionar¡±, cree Santiago Fouz Hern¨¢ndez. ¡°Como dec¨ªa Bigas Luna en ruedas de prensa aquellos a?os: aunque el cartel est¨¦ patrocinado por Coca Cola, el s¨ªmbolo m¨¢s reconocible de la globalizaci¨®n, el local se puede seguir llamando Bar Pepe¡±.
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