Ivan Ferreiro: ¡°Los que organizan los festivales son los mismos que los de los pisos tur¨ªsticos, se quedan con todo poco a poco¡±
El m¨²sico gallego act¨²a con su banda a un paso de la playa, en M¨¢laga, donde charla sobre redes sociales, festivales, popularidad, la ultraderecha o la pasividad de los futbolistas ante las pol¨¦micas
Gafas de pasta. Ropa negra y zapatillas blancas, como su barba de varios d¨ªas. Faltan apenas unos minutos para que arranque el concierto e Iv¨¢n Ferreiro posa con calma para unas fotos y saluda sin prisas a quienes esperan para verle. Muestra una sonrisa de reci¨¦n casado tras una boda que le ha llevado a salir en la revista ?Hola! Camino de sus 54 a?os, este gallego se fue a vivir al monte hace rato y all¨ª ha encontrado ese equilibrio que a veces parece imposible. ¡°He sacado el mejor disco que he hecho en mi vida, la gira va mejor que nunca, me dejan grabar lo que me da la gana. No me puedo quejar¡±, asegura feliz mientras disfruta de la brisa marina mediterr¨¢nea en El Balneario, en M¨¢laga, donde este domingo tocaba junto a su banda en el ciclo de los Atardeceres Larios 2024.
¡°Vaya temperatura ten¨¦is aqu¨ª¡±, celebra antes de adentrarse en una conversaci¨®n sobre f¨²tbol, redes sociales, pisos tur¨ªsticos, festivales, popularidad o el ascenso de la ultraderecha. Y donde salen nombres como los de Borja Iglesias, Rafa Nadal o Alvise P¨¦rez. La cosa promete.
Ferreiro est¨¢ inmerso en el segundo a?o de gira de Trinchera pop, ¨¢lbum publicado en 2023 y con el que conf¨ªa en seguir girando en 2025. El viernes hab¨ªa actuado en Madrid, el s¨¢bado en Ja¨¦n y el domingo era el turno de M¨¢laga. ¡°Tengo el verano petado¡±, reconoce con ganas de recorrer la geograf¨ªa espa?ola. Participa en ciclos, conciertos en solitario y numerosos festivales, citas que ya monopolizan la escena musical en pr¨¢cticamente todos los rincones de Espa?a. ¡°Se parecen unos a otros de la misma manera que han sustituido a los conciertos de los pueblos, las fiestas populares, las ferias. Antes en todas las ciudades tocaban los mismos y ahora pasa igual. Pero es normal: quien organiza un festival lo que quiere es vender entradas. Y si ahora es Arde Bogot¨¢ quien las vende, pues quieren tenerlo en el cartel. En su d¨ªa fueron Lori Meyers, Vetusta Morla o yo mismo. Ahora tambi¨¦n La oreja de Van Gogh, que est¨¢n haciendo cosas chul¨ªsimas¡±, subraya.
¡°Hay mucho hater de festival¡±, insiste, ¡°pero es que no son una ONG¡±. ¡°Detr¨¢s hay se?ores que quieren ganar dinero igual que en El Corte Ingl¨¦s o el BBVA. Quiz¨¢ la diferencia es que antes conoc¨ªas el nombre y apellidos de quien lo organizaba y ahora igual es un fondo de inversi¨®n. Son los mismos que tienen los pisos tur¨ªsticos y se van quedando con todo poco a poco¡±, se?ala. El m¨²sico entra ah¨ª justo en un tema muy de actualidad en M¨¢laga (?d¨®nde no?), ciudad donde m¨¢s de 15.000 personas se manifestaron el pasado s¨¢bado ante los efectos nocivos de la masificaci¨®n tur¨ªstica y la escasez de vivienda mientras los pisos vacacionales se multiplican. ¡°Os est¨¢n jodiendo las ciudades¡±, se?ala. ¡°Como lo de vivir en un bajo comercial. Eso es una broma, pero nos hacen creer que somos neoyorquinos¡±, apunta. ¡°El turismo se nos ha ido de las manos desde hace mucho rato y luego sale la gente diciendo que se est¨¢ demonizando al sector. Es la misma gente que se enriquece en las pandemias. Y no es cosa de derechas o izquierdas, en Vigo tenemos a Abel Caballero con las luces: vete de compras en Navidad y ver¨¢s el puto infierno que es aquello¡±.
¡°No soy de masificaciones¡±
Mucho m¨¢s cerca del cielo estuvo el p¨²blico que llen¨® a rebosar el recinto de El Balneario para su concierto del pasado domingo. El sol ca¨ªa, las olas romp¨ªan contra los muros y la brisa refrescaba el intenso calor malague?o. La m¨²sica de los Ferreiro ¡ªtambi¨¦n su hermano, Amaro, estaba sobre el escenario junto a Ricky Falkner, Emil S¨¢ez y Xavi Mole¡ª pon¨ªa en pie a buena parte de sus seguidores. Lo hac¨ªan sus grandes hits ¡ªM, Turnedo, A?os 80, El dormil¨®n, Como conoc¨ª a vuestra madre¡ª pero tambi¨¦n los temas del ¨²ltimo disco, al que dio un buen repaso rodeado de cacharros y cachivaches electr¨®nicos. Otros asistentes, como el m¨²sico Sr. Chinarro, prefer¨ªan saborear sentado el concierto. ¡°En sitios as¨ª, peque?os, ¨ªntimos, cuando veo que la gente disfruta, yo tambi¨¦n lo hago much¨ªsimo. En lugares m¨¢s grandes es emocionante ver a muchas personas cantando a la vez, pero no soy de masificaciones, prefiero salas de 2.000 personas o as¨ª¡±, reconoce el exl¨ªder de Los Piratas.
¡°No ha habido un exitazo que me d¨¦ una hostia. Lo he visto en otros compa?eros, que en uno o dos veranos han cambiado radicalmente de vida. Entiendo que a los 20 a?os eso te pase y te haga dormir mal, te genere problemas, te mande al psic¨®logo¡±
No falt¨® nadie a la cita a pesar de que el concierto coincid¨ªa en fecha y hora con el partido de octavos de final de Espa?a en la Eurocopa. El m¨²sico se arranc¨® a cantar pr¨¢cticamente a la misma hora que Robin Le Normand marcaba, sin querer, el gol de los georgianos. ¡°A m¨ª el f¨²tbol ya me la sopla. Hace mucho que estoy enfadado con el f¨²tbol. Yo jugaba de peque?o porque si no el s¨¢bado te tocaba estar solo, aunque lo dej¨¦ cuando empezaron a poner La bola de cristal. Como deporte es una cosa muy potente, mueve muchas emociones, pero el negocio que lo maneja es probablemente de lo peor que est¨¢ pasando en este pa¨ªs¡±, sostiene el m¨²sico, que se desespera al ver c¨®mo los futbolistas pasan de puntillas por cualquier tema pol¨¦mico y apenas se movilizan ante nada. Se?ala las palabras de Unai Sim¨®n tras lo que cont¨® Mbapp¨¦ sobre la importancia de frenar a la ultraderecha en Francia: ¡°Excepto Borja Iglesias y un par m¨¢s, el resto son una pandilla de ratas que cobran su dinero y nos dicen que no podemos opinar. Salvo Iglesias, los dem¨¢s cerraron la boca cuando lo de Jenni Hermoso. Tampoco dicen nada cuando juegan en Arabia¡±.
?Y no teme meterse en charcos con sus opiniones? Ferreiro asegura que siempre que da su opini¨®n en redes sociales hay alguien que le responde dici¨¦ndole que no lo haga, que le gusta su m¨²sica pero no que diga unas u otras cosas. Ya lo sufri¨® cuando dijo en una entrevista en Esquire que no entend¨ªa por qu¨¦ Rafa Nadal acud¨ªa en mal estado ¡ªf¨ªsico y psicol¨®gico¡ª a jugar un torneo y que eso daba mal ejemplo en un momento en el que, por fin, la salud mental ha ganado visibilidad: ¡°Yo dec¨ªa una cosa y la gente se empe?¨® en que dec¨ªa otra. Me cayeron hostias por todos lados¡±. Por eso ahora usa las redes sociales, sobre todo, como promoci¨®n. Dice que prefiere no discutir con perfiles de check azul que lo ¨²nico que quieren son muchos comentarios para ganar dinero. ¡°No tengo miedo a decir lo que pienso, pero es que creo que no logro absolutamente nada. Si alguien dice: ¡®no sabemos de qu¨¦ lado est¨¢ Iv¨¢n en el conflicto de Israel y Palestina¡¯ pues es que no hace falta que lo diga, oyendo mi m¨²sica sabes de qu¨¦ lado estoy y no tengo que repetirlo todo el rato¡±.
Entonces se viene arriba. ¡°Cre¨ªamos que internet nos iba a liberar, pero entraron los hijos de puta. La llegada de la ultraderecha en el mundo de las redes y de las noticias falsas ha embarrado todo de una manera muy bestia. Lo que est¨¢n consiguiendo es que los que somos medio moderados no queramos ni entrar. Creo que los radicales de un lado son mucho m¨¢s radicales que los del otro: los de la izquierda son mucho m¨¢s razonables que los de la derecha, pero los fachas han descubierto una manera de utilizar las noticias, los medios, Telegram y de decir que nos enga?an a todos¡±, explica. Sigue. ¡°Estamos sufriendo una serie de acosos desde un sitio determinado que busca que la gente se calle, que las noticias sean las que ellos quieren y se las inventan. Alvise acaba de conseguir 800.000 votos cuando miente todos los d¨ªas, tiene condenas y se dedica a acosar, pero al momento te dir¨¢ que es Ana Pastor la que le acosa a ¨¦l [aunque el Tribunal Supremo ha condenado al pol¨ªtico recientemente por intromisi¨®n en la imagen de la periodista]. Entre esos, Quiles, el de m¨¢s all¨¢¡ Est¨¢n consiguiendo que no queramos opinar¡±, insiste.
¡°Y lo que m¨¢s me molesta es esa frase de ¡®y ese qui¨¦n es¡¯. Hace poco hab¨ªa una entrevista alucinante a El Drogas, que es un ser de luz, una persona cult¨ªsima, uno de los grandes pensadores de este pa¨ªs. ?l dice cosas que no le gustan a mucha gente, como a esos trabajadores fachas, algo que me vuela la cabeza. Entonces sale alguien y dice: ¡®?Y ese qui¨¦n es?¡¯. Como no s¨¦ qui¨¦n es esa persona, decido que tengo raz¨®n. Tu propia ignorancia es lo que justifica que tienes raz¨®n. Es el triunfo de la ignorancia¡±, remata. ¡°Estamos en un momento bastante mierda¡±, dice a modo de conclusi¨®n. ¡°Estamos viendo cosas horribles en el telediario y nos hemos anestesiado. Si hubiera una serie de requisitos para ir al cielo, de cosas que no debas hacer, probablemente las estemos haciendo todas. Nos vamos a ir todos al infierno, seguro¡±, sentencia.
Entonces se relaja, toma aire y mira al mar. Recupera el tono al repasar la carrera musical que empez¨® a finales de los ochenta con Los Piratas y continu¨® en los 2000, ya en solitario. Una trayectoria que, dice, le ha permitido viajar mirando el paisaje, porque ha sido un camino de ascenso labrado a fuego lento. Ha estado plagado de ¨¦xitos ¡ª¡±y algunos bajones¡±¡ª pero sin un momento clave que le haya trastocado demasiado la vida. ¡°Siempre he sentido que voy subiendo. Ahora estoy mejor que hace diez a?os, estoy m¨¢s asentado. No ha habido un exitazo que me d¨¦ una hostia. Lo he visto en otros compa?eros, que en uno o dos veranos han cambiado radicalmente de vida. Entiendo que a los 20 a?os eso te pase y te haga dormir mal, te genere problemas, te mande al psic¨®logo. La popularidad es una cosa horrible. La exposici¨®n no es agradable y la gente la lleva como puede. Tiene m¨¢s cosas buenas que malas, pero si pudiera hacer que solo me conocieran cuando toco, lo firmaba ahora mismo¡±. Lo que firma momentos despu¨¦s, sin embargo, fue un aut¨®grafo. Luego se llev¨® una ovaci¨®n, Espa?a remont¨® su partido y la playa se vaci¨® antes de que ¨¦l volviera a casa.
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