Yousef al Otaiba, el hombre que pas¨® el mensaje a Israel
Ma?ana se sella el pacto entre Israel y Emiratos ?rabes. Lo propici¨® el embajador del pa¨ªs ¨¢rabe en Washington: advirti¨® de que la anexi¨®n de territorios palestinos cerrar¨ªa la puerta a la normalizaci¨®n
Cuando a mediados de agosto el presidente norteamericano, Donald Trump, anunci¨® que Israel y Emiratos ?rabes Unidos (EAU) hab¨ªan decidido establecer relaciones diplom¨¢ticas (ambos pa¨ªses sellan su pacto el pr¨®ximo martes en la Casa Blanca), los observadores atentos de la pol¨ªtica regional recordaron el art¨ªculo publicado dos meses antes por un embajador emirat¨ª en el diario israel¨ª Yedioth Ahronoth. ¡°O anexi¨®n, o normalizaci¨®n¡±, titulaba Yousef al Otaiba el inusual mensaje en hebreo a la opini¨®n p¨²blica de un Estado al que su pa¨ªs no reconoc¨ªa. Result¨® premonitorio. Aunque una decisi¨®n de esa envergadura se toma a m¨¢s alto nivel, el detalle revela el importante papel de mensajero que ha ejercido el enviado de Emiratos ?rabes en EE. UU.
Al Otaiba no es un embajador m¨¢s. En v¨ªsperas de su nombramiento en 2008, el encargado de negocios estadounidense en EAU lo describi¨® como ¡°mano derecha del pr¨ªncipe heredero de Abu Dhabi Mohamed Bin Zayed (MBZ)¡±, el gobernante de facto del pa¨ªs debido a la precaria salud de su hermano mayor, el jeque Jalifa. Desde entonces, se ha convertido adem¨¢s en uno de los diplom¨¢ticos m¨¢s influyentes en Washington, con excelentes contactos en la Administraci¨®n, el Congreso y la prensa. Sus interlocutores entienden que transmite las opiniones del l¨ªder emirat¨ª.
El evidente respaldo de MBZ y un generoso presupuesto para contratar relaciones p¨²blicas y grupos de presi¨®n han contribuido sin duda a ese palmar¨¦s. Tambi¨¦n su personalidad. ¡°Es un hombre que no s¨®lo cuida la gran estrategia, sino los peque?os detalles¡±, conf¨ªa un embajador occidental que conoce a Al Otaiba y lo describe como ¡°exigente y muy listo¡±. La misma fuente estima que su formaci¨®n h¨ªbrida (¡°se siente igual de c¨®modo con un traje occidental que con la t¨²nica ¨¢rabe¡±) ha influido en su ascenso tanto o m¨¢s que su genealog¨ªa.
Al Otaiba, nacido en Abu Dhabi en 1974, es hijo de uno de los hombres clave -fuera de la familia real- que ayudaron al jeque Zayed al Nahyan a establecer la federaci¨®n de Emiratos ?rabes y de una de sus cuatro esposas. Se crio en El Cairo con su madre egipcia y asisti¨® al Colegio Americano. All¨ª conoci¨® al entonces embajador de EE. UU., quien le orient¨® para que se matriculara en Georgetown, donde estudi¨® Relaciones Internacionales.
Sin embargo, tras una breve experiencia en la empresa familiar, fue un curso en la Universidad Nacional de Defensa de Washington lo que, a los 26 a?os, le abri¨® las puertas del equipo de MBZ, entonces jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas. En ese entorno eminentemente militar, se granje¨® la confianza del general destinado a ser el pr¨®ximo presidente de Emiratos. Como director de asuntos internacionales serv¨ªa de contacto con otros gobiernos para asuntos de seguridad, terrorismo y defensa, que tanto interesan al jeque Mohamed.
En gran medida esos han sido los principales dosieres sobre los que ha seguido trabajando en Estados Unidos. La biograf¨ªa oficial que figura en la web de la Embajada de EAU subraya que desde su llegada el comercio bilateral ha aumentado por encima del 70% y que tuvo un papel crucial en el Acuerdo para la Cooperaci¨®n Pac¨ªfica Civil en Energ¨ªa Nuclear que ha hecho de Emiratos el primer pa¨ªs ¨¢rabe con una central at¨®mica comercial. Pero sobre todo ha promovido la l¨ªnea dura de MBZ hacia Ir¨¢n, los islamistas y otras cuestiones regionales entre quienes toman las decisiones en Washington. Su excelente ingl¨¦s y su carisma tambi¨¦n le han ayudado a defender la intervenci¨®n militar en Yemen o el pol¨¦mico embargo a Qatar.
Ni siquiera el jaqueo en 2017 de su correo electr¨®nico parece haber hecho mella en su mete¨®rica carrera diplom¨¢tica. M¨¢s all¨¢ de confirmar que usaba lobbies para comprar influencia, destaparon su afici¨®n a prostitutas caras. Pero las sonrojantes revelaciones se refieren a su ¨¦poca de soltero, antes de su nombramiento como embajador y su matrimonio con Abeer Shoukry, una ingeniera egipcia con la que tiene dos hijos. De hecho, un a?o despu¨¦s fue elevado al rango de ministro de Estado, el ¨²nico diplom¨¢tico emirat¨ª con ese estatuto.
De ah¨ª el peso de sus palabras. A trav¨¦s su art¨ªculo en el Yedioth Ahronoth, EAU estaba diciendo a los israel¨ªes ¡°si ustedes no se anexionan [nuevos territorios], normalizaremos relaciones¡±. Despu¨¦s de dos d¨¦cadas de contactos no tan secretos, los gobernantes emirat¨ªes ten¨ªan canales directos para enviar su mensaje. Pero si quer¨ªan llegar a la opini¨®n p¨²blica, Al Otaiba era la persona ideal. Como embajador, ha colaborado en y alentado el acercamiento.
Israel y EAU iniciaron sus primeros escarceos en Washington tras la invasi¨®n estadounidense de Irak en 2003 y los elevaron a coordinaci¨®n estrat¨¦gica durante la Administraci¨®n Obama (2008-2016). Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca todo se aceler¨®. Tanto MBZ como Al Otaiba han desarrollado estos a?os una gran relaci¨®n con Jared Kushner, yerno de Trump y arquitecto de su controvertido plan para Oriente Pr¨®ximo. Al Otaiba fue uno de s¨®lo tres embajadores ¨¢rabes que asistieron a la presentaci¨®n de este en la Casa Blanca. No era la primera vez que el emirat¨ª se cruzaba con el primer ministro israel¨ª, Bibi Netanyahu.
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