Futuro, a?o cero
Tras meses fuera de ¨®rbita, en 2021 toca poner los pies en el suelo. ?Emprenderemos la recuperaci¨®n de la crisis sanitaria y econ¨®mica? ?Lucharemos seriamente contra el cambio clim¨¢tico? ?Se reforzar¨¢n las fronteras y se beneficiar¨¢n los demagogos? Especialistas de la econom¨ªa, el pensamiento o la geopol¨ªtica hacen sus apuestas
Puede ser un aterrizaje suave o forzoso. Despu¨¦s de un 2020 de muerte y enfermedad, de confinamientos y de recesi¨®n en el que el mundo flot¨® en una extra?a irrealidad, el a?o 2021 arranca entre la promesa de las vacunas que pongan fin a todo y la angustia por nuevas olas que nos devuelvan a la casilla de salida. La humanidad lleva un a?o fuera de ¨®rbita y se acerca el momento de poner los pies en el suelo.
¡°Las cosas no volver¨¢n a ser como antes. Empezamos a ser conscientes de que es la civilizaci¨®n la que ha creado el virus y lo ha propagado: los aviones y los coches, las congregaciones multitudinarias y los estadios de f¨²tbol¡±, dice el neuropsiquiatra Boris Cyrulnik, una de las 10 personas consultadas ¡ªtodas especialistas en terrenos que van de la historia al pensamiento, de la econom¨ªa a la geopol¨ªtica¡ª para preparar este art¨ªculo. ¡°Si restablecemos las mismas condiciones de consumo y de transporte, en dos o tres a?os habr¨¢ otro virus y habr¨¢ que recomenzar¡±.
Nada est¨¢ escrito. El a?o 2021 puede ser el momento de decisiones ¡ªsobre la organizaci¨®n de las relaciones internacionales, sobre la econom¨ªa, sobre el medio ambiente, sobre los valores democr¨¢ticos¡ª que marquen las pr¨®ximas d¨¦cadas. Un a?o cero.
¡°La historia siempre est¨¢ radicalmente abierta. Siempre puede ir de un lado o de otro. La creencia en que habr¨¢ un progreso simplemente porque queremos que triunfe el bien es un error¡±, precisa la historiadora Anne Applebaum, autora de El ocaso de la democracia, un ensayo que la editorial Debate publicar¨¢ este a?o en castellano y que relata en primera persona la pugna en el mundo occidental entre liberales y autoritarios. ¡°Tambi¨¦n es un error creer que inevitablemente fracasaremos. No soy declinista, pero tampoco pienso que todo saldr¨¢ bien sin hacer nada para lograrlo¡±.
El historiador marxista Eric Hobsbawm hablaba de un siglo XX corto entre 1914, a?o del estallido de la Primera Guerra Mundial, y 1991, a?o del fin de la Guerra Fr¨ªa con la desaparici¨®n de la URSS. ?Y si hubiese, tambi¨¦n, un siglo XXI corto? ?Y si su fecha inaugural no hubiesen sido los atentados del 11 de septiembre, ni el derrumbe del banco Lehman Brothers en septiembre de 2008, sino la aparici¨®n del virus SARS-CoV-2 en la ciudad china de Wuhan a finales de 2019? ?O, mejor, la esperada derrota del virus en 2021 o 2022, del mismo modo que 1991 supuso la victoria del campo occidental contra el bloque sovi¨¦tico?
El momento en el que se proclama que una pandemia ha terminado es arbitrario¡±, avisa Laura Spinney, autora de El jinete p¨¢lido. 1918: la epidemia que cambi¨® el mundo (Cr¨ªtica), libro de referencia sobre la mal llamada gripe espa?ola que mat¨® entre 50 y 100 millones de personas entre 1918 y 1920. ¡°Supongo que eso ocurrir¨¢ cuando los Gobiernos, de manera escalonada por el mundo, levanten las restricciones cuando la gente tenga un certificado que atestig¨¹e que est¨¢ vacunada y sienta confianza para volver a su vida anterior¡±.
Spinney se?ala que la diferencia entre ahora y la gripe de 1918 es la existencia de una vacuna. ¡°Hasta hace unos d¨ªas, afront¨¢bamos la pandemia como se ha hecho a lo largo de la historia, con las viejas t¨¦cnicas de la distancia social: alejarnos unos de otros, cerrar espacios p¨²blicos, impedir encuentros masivos, llevar mascarillas. Luch¨¢bamos con armas antiguas y ahora luchamos con el arma m¨¢s moderna posible¡±.
El interrogante es qu¨¦ ocurrir¨¢ despu¨¦s de la victoria, si esta llega. ¡°Imaginemos que en verano las vacunas permiten acabar con la distancia social. Pasaremos una buena parte del resto del a?o acostumbr¨¢ndonos a vivir en el nuevo mundo, que no ser¨¢ el mismo que el antiguo¡±, dice George Friedman, presidente de la empresa de prospectiva Geopolitical Futures. ¡°La cuesti¨®n es superar con ¨¦xito la transici¨®n de una realidad, una econom¨ªa y una sociedad basadas en la covid-19 hacia algo m¨¢s estable¡±.
Friedman, que vive en Texas, cree que la situaci¨®n actual es insostenible, y no solo por razones econ¨®micas. Pone el ejemplo de su nieto de cuatro a?os, y la posibilidad de que, si las vacunas no funcionasen, no vaya a la escuela en un futuro pr¨®ximo. ¡°?A qu¨¦ vas a la escuela? ?A aprender? No. A pelearte. A discutir. A entenderte con otros ni?os¡±, dice. El peligro es que la excepcionalidad de 2020 se acabe prolongando, algo que ¨¦l descarta. ¡°Tendr¨ªamos una generaci¨®n deformada. Esto no es la realidad¡±, dice. Hay que aterrizar, y cuanto antes, mejor.
El fil¨®sofo Bruno Latour, autor de un ensayo titulado precisamente ?D¨®nde aterrizar? (Taurus), sostiene, al contrario que Friedman, que la pandemia ha supuesto un ba?o de realidad, una toma de conciencia de nuestros l¨ªmites y nuestra dependencia respecto a la naturaleza, desde el clima hasta los microbios. ¡°Vivimos un cambio cosmol¨®gico o cosmogr¨¢fico que tiene la misma importancia que los grandes cambios del siglo XVI. Entonces se descubri¨® lo infinito del mundo. Ahora pasamos de un mundo que cre¨ªamos global y universal a un mundo relocalizado, en el que hay que prestar atenci¨®n a cada gesto, a cada soplo que damos¡±, asegura. Al pensar en lo que depara 2021, Latour habla del cambio clim¨¢tico ¡ªla ¡°mutaci¨®n ecol¨®gica¡±, dice¡ª, ¡°tan pr¨®xima que sabemos que pasaremos de una crisis a otra, de un confinamiento a otro¡±. Con la diferencia de que el futuro confinamiento no ser¨¢ en casa, sino en una tierra convulsa.
¡°De 2021 espero que sea el a?o del regreso a la normalidad, pero a una normalidad con consciencia colectiva renovada que permita avanzar en materia ambiental¡±, dice la economista Mar Reguant, profesora a la Northwestern University en Illinois y codirectora del grupo de trabajo sobre el cambio clim¨¢tico en el grupo de expertos del presidente franc¨¦s Emmanuel Macron para preparar la econom¨ªa poscovid-19. ¡°En el frente pesimista, ser¨¢ un a?o de nuevos desastres ecol¨®gicos y humanos en los que el cambio clim¨¢tico se har¨¢ evidente con m¨¢s fuerza¡±, predice Reguant. Pero tambi¨¦n expresa el deseo de que el fondo de recuperaci¨®n europeo, aprobado el pasado verano, ¡°se dedique a transformar un modelo econ¨®mico y energ¨¦tico obsoleto¡±; que el nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, cumpla sus promesas para combatir el cambio clim¨¢tico, y que las empresas petroleras ¡°entiendan que no tendr¨¢n su lugar en un futuro pr¨®ximo si no se reinventan¡±.
Otra crisis potencial es la de la desigualdad. Durante 2020, los trabajadores con menos ingresos se han empobrecido, debido a los cierres forzados por los confinamientos en sectores como la restauraci¨®n o el turismo y a la reducci¨®n de los salarios. Las personas con m¨¢s ingresos, en cambio, han gastado menos y han ahorrado m¨¢s. ¡°Hay una brecha que ya existe y que no va a desaparecer en cuanto llegue la vacuna y se levanten las restricciones¡±, dice el economista Marc Morgan, miembro del Laboratorio Mundial de la Desigualdad, que codirige Thomas Pi?ketty. ¡°El papel del gasto gubernamental va a ser muy importante para que se vuelva a crear empleo despu¨¦s de la llegada de la vacuna¡±.
¡°Lo que considero absolutamente urgente es que con la crisis del coronavirus ¡ªpero no solo, tambi¨¦n con la crisis clim¨¢tica y la alimentaria que siempre se olvida, y la gran inestabilidad econ¨®mica¡ª se modifiquen nuestras instituciones internacionales y nuestras actitudes, y se coloque la seguridad global al frente de nuestras preocupaciones¡±, subraya Bertrand Badie, profesor em¨¦rito del Instituto de Ciencias Pol¨ªticas en Par¨ªs. ¡°La seguridad global es la que afecta al conjunto de la humanidad y no solo a una naci¨®n u otra. Esto es lo que hace que el virus sea m¨¢s amenazador para Europa que los tanques rusos¡±.
Badie, sin embargo, a?ade: ¡°Lo que puede ocurrir es todo lo contrario: que la crisis, en vez de llevar a un refuerzo de la gobernanza global, favorezca una crispaci¨®n neonacionalista por todo el mundo. La elecci¨®n de noviembre en Estados Unidos mostr¨® una incre¨ªble resistencia del nacionalismo. Que 74 millones de personas hayan votado por Donald Trump, visto su balance, es la prueba de que el neonacionalismo es ya un componente fundamental de los comportamientos pol¨ªticos en el mundo actual¡±.
¡°En algunos lugares¡±, completa Anne Applebaum, ¡°la pandemia ha reforzado a los autoritarios. Cuando la gente tiene miedo, est¨¢ dispuesta a aceptar cosas ante las que, en tiempos normales, pondr¨ªa objeciones. No hablo de la cosa superficial de los confinamientos: todo el mundo entiende para qu¨¦ sirven¡±. ¡°Al mismo tiempo¡±, contin¨²a, ¡°la pandemia ha sido una prueba del valor de la ciencia y de la cooperaci¨®n internacional. Finalmente saldremos gracias a las vacunas. ?Y de d¨®nde vienen las vacunas? Las crean consorcios internacionales, la cooperaci¨®n germano-americana, factor¨ªas en B¨¦lgica que exportan a toda Europa. Todas las soluciones al problema implican cooperaci¨®n internacional, cooperaci¨®n cient¨ªfica y cooperaci¨®n comercial. Deber¨ªa ser una lecci¨®n para los nacionalistas¡±.
Un riesgo con las vacunas es el conspiracionismo que ha proliferado durante la pandemia y que les atribuye todo tipo de males. No es raro que una pandemia ¡ªen la que al miedo a lo desconocido se suma el desconcierto de los gobernantes que adoptan medidas confusas y contradictorias¡ª sea el campo abonado para teor¨ªas disparatadas, algunas con tufo antisemita, que ven una trama para instalar un Gobierno mundial.
¡°La ret¨®rica antivacunas ha tomado mucha fuerza. Como la palabra oficial ¡ªla de los medios, la pol¨ªtica, el mundo m¨¦dico¡ª est¨¢ desacreditada, muchas personas no querr¨¢n dejarse vacunar¡±, dice la historiadora Marie Peltier, autora de Obsesi¨®n. En la trastienda del relato conspiracionista (no publicado en espa?ol). ¡°Se ha subestimado el conspiracionismo y su impacto en la realidad. Para acabar con una pandemia hace falta una vacunaci¨®n masiva. El problema no ser¨¢ solo pol¨ªtico, sino tambi¨¦n sanitario¡±.
Sin las vacunas no podr¨¢ reducirse la distancia f¨ªsica ni retomar del todo la actividad. En su libro El capitalismo, sometido a la prueba de la pandemia (no publicado en castellano), el veterano economista Robert Boyer avisa de que cuanto m¨¢s se prolonguen las medidas profil¨¢cticas, m¨¢s dif¨ªcil ser¨¢ restaurar la econom¨ªa: ¡°Pese a las ayudas masivas, las quiebras reducir¨¢n la capacidad de producci¨®n y de empleo, empobrecer¨¢n a los m¨¢s desfavorecidos, los j¨®venes dif¨ªcilmente se integrar¨¢n en la vida activa y corren el riesgo de verse penalizados de forma duradera, sin olvidar que la ca¨ªda de las inversiones hipoteca el crecimiento futuro¡±.
¡°La tarea prioritaria de los Gobiernos¡±, dice por tel¨¦fono Boyer, ¡°es restaurar la confianza del cara a cara en diciembre de 2021. La seguridad sanitaria es la precondici¨®n de un reinicio del crecimiento. Y esto suceder¨¢ despu¨¦s de acontecimientos que pueden ser dram¨¢ticos: mortalidad, incerteza, protestas por la libertad¡±. Y a?ade: ¡°Un tercera ola tendr¨ªa efectos devastadores para la credibilidad de los gobernantes¡±.
No sabemos qu¨¦ encontraremos en el desembarco. En uno de los escenarios posibles, lentamente dejaremos atr¨¢s la pandemia, que ya ha matado a m¨¢s de 1,7 millones de personas y contagiado a 78 millones. La econom¨ªa se pondr¨¢ en marcha despu¨¦s de la peor recesi¨®n en d¨¦cadas. Las democracias, despu¨¦s de gestionar muchas de ellas p¨¦simamente la covid-19, resistir¨¢n a los embates de las potencias autoritarias. Tras el repliegue en las fronteras nacionales cuando el virus amenaza con m¨¢s fuerza, las grandes potencias y bloques econ¨®micos buscar¨¢n nuevas formas de cooperaci¨®n ¡ªuna globalizaci¨®n con rostro humano¡ª y, escaldados por el impacto que un fen¨®meno natural puede tener en el planeta, redoblar¨¢n las medidas contra el cambio clim¨¢tico. La derrota de Trump en las elecciones estadounidenses del pasado noviembre anunciar¨¢ el inicio del fin del nacionalismo populista, de su ret¨®rica incendiaria y sus teor¨ªas de la conspiraci¨®n.
Es un escenario posible, pero no el ¨²nico. En el caso opuesto, las campa?as de vacunaci¨®n ser¨¢n tan ca¨®ticas como fue la distribuci¨®n de mascarillas en la primavera y la organizaci¨®n de los sistemas de rastreo y test en verano. Una vez los Gobiernos retiren las millonarias ayudas para los trabajadores y los sectores m¨¢s golpeados por la crisis, las empresas quebrar¨¢n, el desempleo aumentar¨¢ y las desigualdades se disparar¨¢n. El regreso de las fronteras para frenar la expansi¨®n del virus se har¨¢ permanente. Los demagogos sabr¨¢n aprovechar el descontento y dar¨¢n las respuestas que las democracias, convertidas en s¨ªmbolo de mal gobierno y polarizaci¨®n, no habr¨¢n sabido ofrecer. La respuesta a la pandemia por parte de China erigir¨¢ a las tecnocracias dictatoriales como modelo de eficacia.
?Aterrizaje forzoso? ?O suave? El a?o 2021 dif¨ªcilmente reproducir¨¢ al pie de la letra uno de los dos escenarios mencionados; es m¨¢s probable que se mueva en una zona gris en la que ninguna de las dos tendencias se imponga.
Boris Cyrulnik, hijo de jud¨ªos asesinados en las campos de exterminio nazis, lleva d¨¦cadas estudiando el concepto de resiliencia, la capacidad de superar la adversidad. Es posible, explica, que la salida de la pandemia signifique un regreso al business as usual, como si nada hubiese cambiado. O que en las ruinas de la devastaci¨®n sanitaria y econ¨®mica surja un salvador, un dictador que agite los resentimientos. Ha sucedido en otras ¨¦pocas de miedo y caos. Pero hay otra salida, dice el neuropsiquiatra, autor, entre otros, de Escrib¨ª soles de noche (Gedisa).
¡°El sprint, la carrera constante, provocan estr¨¦s¡±, dice Cyrulnik. ¡°Hay que redescubrir el placer de la lentitud, porque la lentitud protege, ofrece el placer de vivir en paz¡±.
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