Errores, ciencia y batallas pol¨ªticas: el mundo mira con lupa a la OMS
La Organizaci¨®n Mundial de la Salud, criticada durante la pandemia, ya fall¨® en la crisis de la gripe H1N1 (2009) y en la del ¨¦bola (2014). Pero los expertos se?alan que es un pilar irreemplazable para la salud y la estabilidad global. Esta semana agit¨® el debate pidiendo transparencia a China y rapidez a Europa en la vacunaci¨®n

Hay estatuas que conmemoran guerras, h¨¦roes o generales. La erigida frente a la sede en Ginebra de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), casi vac¨ªa desde que hace poco m¨¢s de un a?o estall¨® la pandemia del coronavirus, es distinta, pero tanto o m¨¢s heroica que las otras. El monumento consta de cuatro figuras: un hombre, una mujer y un ni?o que recibe una vacuna de un m¨¦dico o enfermero. Conmemora uno de los mayores ¨¦xitos en la historia de la salud global: la eliminaci¨®n a finales de los a?os setenta de la viruela, que solo en el siglo XX caus¨® 300 millones de muertes, seg¨²n las estimaciones.
1. Un ¨¦xito contra la viruela
La viruela es la ¨²nica enfermedad infecciosa que se ha erradicado en la historia de la humanidad. La gesta fue el momento estelar de la OMS, jam¨¢s repetido, fruto de la cooperaci¨®n entre las potencias mundiales en un periodo de enfrentamiento internacional, y ejemplo de la eficacia de las instituciones multilaterales cuando sus miembros se unen en un prop¨®sito com¨²n. ¡°Ocurri¨® cuando hab¨ªa unas tensiones geopol¨ªticas muy similares a las actuales: era plena Guerra Fr¨ªa, pero rusos y estadounidenses trabajaron codo a codo en el terreno, colaboraron¡±, dice David Heymann, que en los a?os setenta trabaj¨® en la India como epidemi¨®logo en el programa de la OMS para erradicar la viruela. D¨¦cadas despu¨¦s, Heymann desempe?ar¨ªa en la instituci¨®n cargos de responsabilidad en momentos cr¨ªticos. ¡°La lecci¨®n¡±, a?ade, ¡°es que se pueden hacer cosas pese a que haya tensiones geopol¨ªticas en lo m¨¢s alto¡±.
Ser¨¢ dif¨ªcil que un d¨ªa se levante un monumento a la erradicaci¨®n de la covid-19. Aunque la pandemia acabe bajo control, es poco probable que, como al final de una guerra, se proclame la victoria total como ocurri¨® el 8 de mayo de 1980, cuando la Asamblea Mundial de la Salud ¡ªel parlamento de la OMS, en el que se sientan representantes de sus 194 miembros¡ª declar¨®: ¡°El mundo y sus habitantes se han liberado de la viruela¡±. Aquel momento sigue siendo un patr¨®n oro de la cooperaci¨®n internacional, no solo en materia de salud. Porque la OMS, como insisten quienes trabajan en ella, no es una instituci¨®n pol¨ªtica, sino t¨¦cnica, pero que, a lo largo de sus m¨¢s de 70 a?os de existencia, ha influido, pese a sus muy escasos poderes, en la evoluci¨®n sanitaria y social de la humanidad. En ella se han proyectado las grandes batallas pol¨ªticas e ideol¨®gicas del siglo XX y principios del XXI.

2. Miedo al otro y soberan¨ªa
Hace poco m¨¢s de un a?o, el 11 de marzo de 2020, el director general de la OMS, el et¨ªope Tedros Adhanom Ghebreyesus, conocido como doctor Tedros, declar¨® en una rueda de prensa: ¡°Hemos evaluado que la covid-19 puede caracterizarse como una pandemia¡±. Hoy esa pandemia ya ha dejado m¨¢s de 2,8 millones de muertos en el mundo y ha forzado confinamientos y otras restricciones a la libertad de movimientos. Y ha precipitado una recesi¨®n global.
Lo que hace medio siglo era el choque entre Estados Unidos y la URSS, hoy son el ascenso de China, el repliegue nacionalista y populista, y la crisis del multilateralismo, que tiene en la OMS ¡ªdonde casi todos los pa¨ªses del mundo discuten y negocian sin renunciar a su soberan¨ªa¡ª una de sus instituciones centrales. Esta crisis ha colocado bajo presi¨®n este sistema y muchosla ven como un anticipo de otras ¡ªsanitarias o medioambientales¡ª ante las que la humanidad y sus instituciones no est¨¢n preparadas. ¡°Necesitamos una acci¨®n colectiva ante la covid-19 y ante el cambio clim¨¢tico¡±, se?ala la antrop¨®loga biol¨®gica Jennifer Cole, de la Universidad de Londres. ¡°Somos m¨¢s fuertes cuando trabajamos juntos. Pero, en estos momentos, somos unos enemigos de otros¡±.
El miedo al otro, el apego a la soberan¨ªa y, al mismo tiempo, la conciencia de que sin una m¨ªnima cooperaci¨®n es ilusorio contener los virus: todo esto ya estaba en la prehistoria de la OMS. ¡°Desde el siglo XIX hay intentos de establecer acuerdos sanitarios entre pa¨ªses. Desde comienzos del siglo XX hay agencias, muy fr¨¢giles al principio, que pretenden ser multilaterales¡±, dice Marcos Cueto, profesor en Fiocruz, el principal instituto biom¨¦dico de Brasil, y coautor de The World Health Organization. A History, la historia de referencia de la OMS, publicada en 2019 por Cambridge University Press.
Las primeras conferencias sanitarias internacionales, celebradas a partir de 1851, buscaban proteger la Europa occidental del c¨®lera procedente de Oriente. Se trataba de crear un sistema de cuarentena mar¨ªtima para frenar la entrada de la enfermedad en el continente y de establecer un sistema de intercambio de informaciones y alertas. Los Estados se daban cuenta de que de nada serv¨ªa bloquear el c¨®lera en un pa¨ªs si la enfermedad pod¨ªa entrar por el vecino, pero a la vez se aferraban a sus prerrogativas nacionales.
Despu¨¦s de la Primera Guerra Mundial, cuatro instituciones cohabitaban en la coordinaci¨®n de la salud global: la Oficina Internacional de Higiene P¨²blica (OIHP), con sede en Par¨ªs; la Organizaci¨®n de la Salud de la Liga de las Naciones (LNHO, por sus siglas inglesas); la Oficina Sanitaria Panamericana y el Instituto de Desarrollo de la Salud de la Fundaci¨®n Rockefeller. Algunos rasgos del actual sistema sanitario global estaban ah¨ª en estado embrionario: la regionalizaci¨®n de los organismos de salud internacional, la multiplicidad de instancias que se ocupan de la cuesti¨®n y la influencia poderosa del sector privado y filantr¨®pico. Entonces, la Fundaci¨®n Rockefeller; hoy, la Fundaci¨®n Bill y Melinda Gates, que despu¨¦s de Estados Unidos es el primer contribuyente al presupuesto de la OMS.
De las cenizas de la Segunda Guerra Mundial naci¨® una arquitectura institucional que pervive, con entidades como la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas (ONU), el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI). La OMS, que es una agencia de la ONU, proclamaba en el pre¨¢mbulo de su constituci¨®n que ¡°la salud de todas las personas es fundamental para alcanzar la paz y la seguridad¡± y que este objetivo ¡°depende de la plena cooperaci¨®n entre individuos y entre Estados¡±. La nueva organizaci¨®n constar¨ªa de tres ¨®rganos. Un secretariado dirigido por el director general. Un consejo ejecutivo integrado por 34 t¨¦cnicos designados a los Estados en funci¨®n de las regiones que componen la OMS. Y la Asamblea Mundial de la Salud, el ¨®rgano decisorio, que se re¨²ne una vez al a?o.
3. Stalin y la Guerra Fr¨ªa
¡°En un primer momento hubo un consenso entre las dos superpotencias, que ten¨ªa que ver con que acababan de derrotar a la Alemania nazi, y ese consenso permiti¨® crear la OMS¡±, resume el profesor Cueto. ¡°En los a?os cincuenta y a principios de los sesenta, la organizaci¨®n se acerca mucho m¨¢s a la pol¨ªtica exterior norteamericana, con campa?as de salud al estilo de la Fundaci¨®n Rockefeller. Y la Uni¨®n Sovi¨¦tica se retira de la organizaci¨®n¡±.
La salida de la URSS de Josef Stalin de la OMS junto a nueve pa¨ªses del bloque sovi¨¦tico, en 1949, es un antecedente de la salida de EE UU, anunciada en julio de 2020, en plena pandemia de coronavirus, con el entonces presidente Donald Trump en la Casa Blanca. Los sovi¨¦ticos reprochaban a Washington que los pa¨ªses de Europa oriental no hubiesen recibido fondos del Plan Marshall. Y consideraban que la organizaci¨®n estaba sometida a una influencia excesiva de EE UU, del mismo modo que Trump ech¨® el portazo el a?o pasado acusando a la OMS de estar bajo el dominio de Pek¨ªn. Los sovi¨¦ticos no regresar¨ªan hasta 1956, despu¨¦s de la muerte de Stalin y de la llegada al poder de Nikita Kruschev.
La OMS se hab¨ªa convertido en un campo de batalla de la Guerra Fr¨ªa. La salud era un arma que conced¨ªa altura moral y aura humanitaria. No era tan distinta de los esfuerzos de China y Rusia por exportar sus vacunas a los pa¨ªses pobres y realzar el perfil de potencias protectoras. Enviar m¨¦dicos y expertos a zonas en v¨ªas de desarrollo, contribuir a reducir la mortalidad y construir sistemas de salud pod¨ªa ser m¨¢s eficiente que las operaciones de espionaje, los golpes de Estado o las guerras de guerrillas para conseguir que un pa¨ªs pasase al ¨¢rea de influencia de una u otra potencia.
A mediados de los a?os cincuenta, un congresista estadounidense citado en The World Health Organization. A History dec¨ªa: ¡°La enfermedad engendra pobreza y la pobreza engendra enfermedad. El comunismo prospera en ambos terrenos¡±. En la misma ¨¦poca, el Departamento de Estado de EE UU hac¨ªa una analog¨ªa entre la malaria y el comunismo, ¡°enfermedades¡± que ¡°esclavizaban¡± a los pa¨ªses en desarrollo y que era necesario erradicar. Es f¨¢cil imaginarse una novela de esp¨ªas al estilo de Graham Greene, ambientada en un pa¨ªs subtropical con esp¨ªas camuflados de m¨¦dicos estadounidenses y sovi¨¦ticos, turbias tramas para conquistar, con insecticidas y vacunas, ¡°los corazones y las mentes¡± de los locales.
Al fracaso de la campa?a de erradicaci¨®n de la malaria en los a?os cincuenta, liderada por Washington, sigui¨® el plan conjunto ¡ªiniciado por la URSS y al que se sum¨® EE UU¡ª contra la viruela, que desemboc¨® en su eliminaci¨®n en 1980.
La historia de la OMS fue durante las primeras d¨¦cadas la historia de la Guerra Fr¨ªa, pero tambi¨¦n ha sido ¡ªdesde las instituciones de su prehistoria y hasta ahora¡ª la historia de la pugna entre dos visiones de la salud. La primera contempla ¡°intervenciones puntuales para controlar brotes epid¨¦micos o problemas de salud solamente con tecnolog¨ªa moderna¡±, seg¨²n Cueto. Es lo que este profesor peruano y los autores de The World Health Organization. A History llaman la visi¨®n ¡°biotecnol¨®gica¡±: un problema, una soluci¨®n. A esta visi¨®n se opone la que podr¨ªa llamarse social, seg¨²n la cual ¡°la salud internacional es un medio para mejorar las condiciones de vida de las personas, la infraestructura b¨¢sica y crear sistemas de salud nacionales que no estuvieran ¨²nicamente concentrados en enfermedades espec¨ªficas¡±.

4. Del SARS a la covid-19
No se entienden las tensiones que rodean a la OMS y a su respuesta al coronavirus sin las experiencias en las crisis de los primeros a?os del siglo XXI. En 2003, el estadounidense David Heymann, que en los a?os setenta hab¨ªa sido un soldado en la primera l¨ªnea de la erradicaci¨®n de la viruela, era el director ejecutivo de la OMS para enfermedades transmisibles. La directora general era entonces una pol¨ªtica experimentada y respetada, la ex primera ministra noruega Gro Harlem Brundtland.
En febrero de aquel a?o se descubri¨® en China un brote del s¨ªndrome respiratorio agudo severo (SARS). Este se expandi¨® a otros pa¨ªses y caus¨® 813 muertes. El episodio, recuerda Heymann, fue importante porque, por primera vez, la OMS pudo recolectar informaci¨®n en tiempo real y difundirla en internet. Tambi¨¦n fue un episodio memorable porque Brundtland critic¨® en p¨²blico a China por no proveer informaci¨®n sobre el brote. ¡°La pr¨®xima vez que ocurra algo extra?o y nuevo en el mundo, d¨¦jennos venir cuanto antes¡±, exhort¨® la jefa de la OMS al r¨¦gimen de Pek¨ªn. Para el doctor Heymann, aquello mostr¨® a China y al mundo la importancia de compartir de forma abierta la informaci¨®n. Pero muchos pa¨ªses no quieren informar hasta que est¨¢n absolutamente seguros de lo que ocurre, reconoce. ¡°Y no hay una fuerza policial internacional que los obligue¡±.
La gripe H1N1 en 2009 y el ¨¦bola en 2014 no dejaron en buena posici¨®n a la OMS. En el primer caso, se bautiz¨® el virus como ¡°fiebre porcina¡±, con el loable fin de evitar llamarla ¡°fiebre mexicana¡± y estigmatizar el pa¨ªs donde se detect¨®. Esto llev¨® a embargos de exportaciones y otras medidas, y perjudic¨® al sector de la carne de cerdo. En el caso del ¨¦bola, fue el retraso en la respuesta de la organizaci¨®n, dirigida entonces por la china Margaret Chan, lo que provoc¨® los ataques. Adam Kamradt-Scott, profesor en la Universidad de S¨ªdney y especialista en seguridad sanitaria y relaciones internacionales, sostiene que se ha aprendido de los errores. ¡°Hubo problemas en 2009 y con el brote de ¨¦bola, pero, en el contexto actual, la OMS respondi¨® con rapidez a la hora de alertar a la comunidad internacional¡±, afirma. Sus palabras inciden en la discusi¨®n actual. ?Reaccion¨® a tiempo la OMS ante el nuevo virus detectado en Wuhan a finales de diciembre de 2019? ?Fue demasiado complaciente con China su jefe, el doctor Tedros? Ten¨ªa poder para hacer m¨¢s de lo que hizo? ?Qu¨¦ responsabilidad puede atribuirse a la organizaci¨®n por la pandemia?
5. El error de la transmisi¨®n
El 31 de diciembre de 2019, China notific¨® a Ginebra que hab¨ªa detectado una ¡°neumon¨ªa de causa desconocida¡±. El 14 de enero, en la red social Twitter, la OMS anunci¨®: ¡°Investigaciones preliminares de las autoridades chinas no han encontrado pruebas claras de una transmisi¨®n de humanos a humanos del nuevo coronavirus identificado en Wuhan¡±. La informaci¨®n, como pronto supo toda la humanidad, era err¨®nea. El mismo d¨ªa, en una rueda de prensa, la responsable de enfermedades emergentes y zoonosis de la OMS, Maria Van Kerkhove, matiz¨® que era ¡°ciertamente posible¡± que existiese una transmisi¨®n ¡°limitada¡± entre humanos y llam¨® a los hospitales de todo el mundo a prepararse.
El 30 de enero la OMS declar¨® una ¡°emergencia de salud p¨²blica de importancia internacional¡±, el nivel m¨¢s alto de alerta. El mismo 30 de enero, el doctor Tedros dedic¨® elogios encendidos a China por la ¡°velocidad¡± con la que detect¨® el brote, aisl¨® el virus, secuenci¨® su genoma y comparti¨® la informaci¨®n, un mensaje diametralmente opuesto al de Gro Harlem Brundtland en 2003 con el SARS. ¡°La OMS ten¨ªa todos los indicios desde el fin de diciembre para dar la alerta¡±, apunta el polit¨®logo Fran?ois Godement, especialista en Asia en el laboratorio de ideas Instituto Montaigne, en Par¨ªs. ¡°El retraso fue crucial¡±, a?ade. ¡°La responsabilidad es compartida entre China y la OMS. Con lo que ocurri¨® despu¨¦s soy mucho menos cr¨ªtico, porque la OMS daba recomendaciones que las democracias occidentales segu¨ªan m¨¢s o menos, o no segu¨ªan, debido a la presi¨®n de sus opiniones p¨²blicas contra las medidas fuertes¡±. Los confinamientos en Europa y EE UU no empezaron hasta mediados de marzo, un mes y medio despu¨¦s de la ¡°emergencia de salud p¨²blica de importancia internacional¡± decretada en Ginebra. Pero fue la supuesta complacencia del doctor Tedros con China y los retrasos iniciales de Pek¨ªn en la informaci¨®n lo que nutri¨® la campa?a de Trump contra la organizaci¨®n y finalmente la retirada estadounidense.

¡°?Qu¨¦ habr¨ªa cambiado con un anuncio m¨¢s r¨¢pido [de la existencia del coronavirus]?¡±, se pregunta la antrop¨®loga Jennifer Cole. ¡°Si a finales de noviembre de 2019 la OMS hubiese dicho que hab¨ªa unos pocos casos de algo parecido a la gripe en China, y que quiz¨¢ habr¨ªa que estar atentos, me cuesta imaginar que EE UU hubiese decretado un confinamiento. ?Qu¨¦ hac¨ªan los pa¨ªses en los tres primeros meses de 2020 cuando ten¨ªan la informaci¨®n sobre lo que suced¨ªa en China? ?Por qu¨¦ esperaron hasta finales de marzo para confinarse? Esta es la pregunta que deber¨ªan hacerse y no qu¨¦ es lo que hicieron la OMS o China¡±. Tedros, en una rueda de prensa reciente, abund¨® en esta idea: ¡°Necesitamos entender por qu¨¦ algunos pa¨ªses actuaron tras escuchar nuestras alertas y otros fueron m¨¢s lentos¡±. Mensajes para los pa¨ªses occidentales que en el invierno de 2020 arrastraron los pies. Y para China. Esta semana, Tedros ha dicho que son necesarios nuevos estudios antes de descartar, como hace el r¨¦gimen chino, que el virus saliese de un laboratorio en Wuhan, y ha cuestionado la colaboraci¨®n local en las pesquisas internacionales.
Como durante la Guerra Fr¨ªa, la OMS se ha convertido en escenario de una pugna entre potencias: los EE UU de Trump decididos a reventar el sistema multilateral de la posguerra frente a la China de Xi Jinping, autoritaria y nacionalista, la nueva potencia mundial en expansi¨®n y con voluntad de hacerse valer en los organismos multilaterales. Un ejemplo: Taiw¨¢n, una democracia con una gesti¨®n mod¨¦lica de la pandemia, pero excluida de la organizaci¨®n por el veto de China al considerarla parte de su territorio. El republicano Trump ha desaparecido y, con el dem¨®crata Joe Biden, EE UU regresa a la OMS, pero las cr¨ªticas a Pek¨ªn y las dudas sobre su papel persisten. Hace un a?o, por la opacidad al inicio del virus; ahora, por las inc¨®gnitas todav¨ªa no aclaradas sobre el origen de la pandemia y las barreras a una investigaci¨®n independiente. Y esto, con el trasfondo, en este inicio de 2021, de la carrera mundial por acaparar vacunas, los movimientos chinos y rusos para distribuir dosis en ?frica o Am¨¦rica Latina y los titubeos de la UE en la campa?a de vacunaci¨®n. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud, en medio de este conflicto, intenta afirmar su posici¨®n. ?Su poder? No exactamente.
Seg¨²n su constituci¨®n, la OMS recomienda, coordina, informa. Es un poder escaso, con un presupuesto reducido ¡ªsimilar al del hospital de Ginebra¡ª y con menos empleados que el Ayuntamiento de Barcelona: 8.000, de los cuales 2.000 trabajan en la sede en Ginebra, este a?o semidesierta. La cuesti¨®n es c¨®mo convertir la organizaci¨®n en una rama de lo que el polit¨®logo de la Universidad de Georgetown Josep Maria Colomer llam¨® ¡°el gobierno mundial de los expertos¡± en un libro con el mismo t¨ªtulo publicado en 2015 por Anagrama. ¡°La pandemia es global, pero los poderes de las organizaciones globales a¨²n no son tan eficaces para gobernarlos como deber¨ªan ser¡±, analiza. ¡°Sin embargo, la OMS este a?o ha prestado algunos servicios importantes. Dio la primera alerta global sobre la pandemia en enero de 2020. Da datos y cifras recogidos independientemente de las estad¨ªsticas oficiales de los Estados. Y viene a ser la voz global de la verdad¡±. En medio de la confusi¨®n, de las teor¨ªas de la conspiraci¨®n y las noticias falsas, de los mitos y leyendas sobre las vacunas y el origen del virus, la organizaci¨®n con sede en Ginebra ofrece datos e informaci¨®n fiable; es la voz de la ciencia y la raz¨®n. No es poco. ¡°La OMS ha hecho su trabajo en cada etapa teniendo en cuenta las dificultades que supone afrontar un nuevo virus y con una tensi¨®n internacional muy fuerte¡±, declar¨® el presidente franc¨¦s Emmanuel Macron al periodista Pierre Haski en un documental de la cadena ARTE sobre la organizaci¨®n y la pandemia.
En los ¨²ltimos meses, los planes de reforma se han multiplicado. Casi todos van en el mismo sentido, una mejora de la financiaci¨®n y del sistema de alerta r¨¢pida. En diciembre, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, propuso adoptar un nuevo tratado internacional sobre las pandemias. La propuesta recibi¨® el apoyo del doctor Tedros y de una treintena de jefes de Estado y de gobierno que esta semana han firmado una petici¨®n conjunta en este sentido. Toda gran reforma o tratado requerir¨ªa un amplio acuerdo entre los Estados miembros.
La pandemia, sin la OMS, ?habr¨ªa sido distinta? ¡°Habr¨ªa sido un desastre sin paliativos. Si ha habido algo de cooperaci¨®n, ha sido porque exist¨ªa esta organizaci¨®n que trataba de cooperar y desarrollar reglas y orientaciones comunes¡±, responde desde Australia Kamradt-Scott, y explica que no habr¨ªan existido iniciativas como Covax destinada a facilitar un acceso equitable a las vacunas para los pa¨ªses menos desarrollados. Si la Organizaci¨®n Mundial de la Salud no existiese, habr¨ªa que reinventarla. ¡°Si se aboliese y se intentase recrear hoy¡±, dice este especialista en salud global, ¡°no estoy seguro sobre c¨®mo podr¨ªa lograrse, y sin duda no habr¨ªa 194 miembros, que es uno m¨¢s que la propia ONU¡±. ¡°No creo que fuese viable¡±, a?ade.
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