Carta anual de Bill y Melinda Gates: el a?o en que la salud global se volvi¨® local

Estamos escribiendo esta carta tras un a?o como ning¨²n otro en nuestras vidas.

Hace dos d¨¦cadas creamos una fundaci¨®n centrada en la salud mundial porque quer¨ªamos utilizar los beneficios generados con Microsoft para mejorar la vida del mayor n¨²mero posible de personas. La salud es la piedra angular de cualquier sociedad pr¨®spera. Si la salud de uno est¨¢ comprometida ¡ªo si uno teme contraer alguna enfermedad mortal¡ª es dif¨ªcil concentrarse en otra cosa. Mantenerse en vida y en buena salud se vuelve una prioridad con detrimento necesariamente de todo lo dem¨¢s.

Este ultimo a?o muchos de nosotros hemos vivido en carne propia esta realidad por primera vez. Ahora nos planteamos las cosas de forma diferente al tomar cualquier decisi¨®n y nos preguntamos c¨®mo minimizar el riesgo de contraer o contagiar la covid-19.

Es probable que haya epidemi¨®logos que est¨¦n leyendo esta carta, pero pensamos que la mayor parte de las personas este ¨²ltimo a?o se han visto obligadas a reorientar sus vidas en torno a conceptos totalmente nuevos como el ¡°distanciamiento social¡±, el ¡°aplanamiento de la curva¡± o el ¡°R0¡± de un virus. (Y dirigi¨¦ndonos al epidemi¨®logo que est¨¦ leyendo estas l¨ªneas, apostamos que nadie est¨¢ m¨¢s sorprendido que usted de vivir en un mundo en el que su compa?ero Anthony Fauci aparece en la portada de la revista InStyle).

Cuando redactamos nuestra ¨²ltima Carta Anual, el mundo estaba apenas empezando a comprender lo grave que pod¨ªa volverse una nueva pandemia de coronavirus. Si bien nuestra fundaci¨®n se hab¨ªa visto concernida desde hace tiempo por el espectro de una pandemia ¡ªsobre todo despu¨¦s de la epidemia de ¨¦bola en ?frica occidental¡ª nos asombr¨® sobremanera ver cu¨¢n dr¨¢sticamente la covid-19 ha trastocado las econom¨ªas, los empleos, la ense?anza y el bienestar en todo el mundo.

Tan solo pocas semanas despu¨¦s de haber o¨ªdo por primera vez la palabra ¡°covid-19¡± cerr¨¢bamos las oficinas de nuestra fundaci¨®n y nos un¨ªamos a miles de millones de personas por todo el planeta, adapt¨¢ndonos a formas de vivir radicalmente diferentes a las que conoc¨ªamos. Nuestros d¨ªas se transformaron en una confusi¨®n de videoconferencias, noticias preocupantes y comidas que recalent¨¢bamos en el microondas.

Sin embargo, esos ajustes que ambos hemos realizado no son nada comparados con el impacto que la pandemia ha tenido en la existencia de otros. La covid-19 se ha cobrado vidas, enfermado a millones de personas y llevado a la econom¨ªa mundial a una devastadora recesi¨®n. 1.500 millones de ni?os han perdido tiempo de escolaridad y puede que algunos nunca vuelvan a las aulas. Los trabajadores esenciales est¨¢n haciendo trabajos imposibles corriendo y haciendo correr a sus familiares grandes riesgos. El estr¨¦s y el aislamiento han provocado impactos de amplio alcance en la salud mental. Las familias en todos los pa¨ªses han tenido que renunciar a tantos momentos trascendentales de la vida: graduaciones, bodas, incluso funerales. (Cuando el padre de Bill falleci¨® el pasado septiembre, se hizo a¨²n m¨¢s doloroso por el hecho de que no pudimos reunirnos todos para llorar su p¨¦rdida).

Quedar¨¢n grabados en la historia estos ¨²ltimos dos meses como los momentos m¨¢s dolorosos de toda la pandemia. Pero brilla un rayo de esperanza en el horizonte. Si bien nos queda mucho camino por recorrer hasta que logremos recuperarnos, el mundo ha logrado grandes victorias frente el virus al poner a punto nuevas pruebas, tratamientos y vacunas. Estamos convencidos de que estas nuevas herramientas pronto empezar¨¢n a flexionar la curva de forma rotunda.

El momento en el que nos encontramos nos recuerda una frase de Winston Churchill. En el oto?o de 1942, pronunci¨® un famoso discurso que marc¨® una victoria militar que cre¨ªa que ser¨ªa un punto de inflexi¨®n en la guerra contra la Alemania nazi. ¡°Esto no es el final¡±, advirti¨®. ¡°Ni siquiera es el principio del final. Pero quiz¨¢s sea el final del principio¡±.

Por lo que a la covid-19 se refiere, somos optimistas y pensamos que se est¨¢ acercando el final del principio. Tambi¨¦n somos realistas y sabemos lo que se ha necesitado para llegar aqu¨ª: se ha desplegado el mayor esfuerzo de la historia de la humanidad en materia de salud p¨²blica, en el que se han visto involucrados legisladores, investigadores, trabajadores de la salud, l¨ªderes empresariales, organizadores comunitarios, comunidades religiosas, y muchos m¨¢s actores que cooperan de manera novedosa.

Somos optimistas y pensamos que se est¨¢ acercando el final del principio

Ese tipo de esfuerzo compartido es importante, porque en una crisis global como la actual, uno no quiere que las empresas tomen decisiones impulsadas por un af¨¢n de lucro o que los Gobiernos act¨²en con el objetivo limitado de proteger ¨²nicamente a sus propios ciudadanos. Se necesita a muchas personas y que haya una conjunci¨®n de intereses obrando de buena voluntad para que toda la humanidad se vea beneficiada.

La filantrop¨ªa puede ayudar a facilitar esa cooperaci¨®n. En la medida en que nuestra fundaci¨®n lleva d¨¦cadas trabajando sobre enfermedades infecciosas, tenemos relaciones s¨®lidas y duraderas con la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, con expertos, con Gobiernos y con el sector privado. Y como nuestra fundaci¨®n se centra espec¨ªficamente en los desaf¨ªos que enfrentan las personas m¨¢s desfavorecidas del mundo, comprendemos la importancia de garantizar que el mundo tambi¨¦n tome en consideraci¨®n las necesidades espec¨ªficas de los pa¨ªses de bajos ingresos.

Hasta la fecha, nuestra fundaci¨®n ha invertido 1.750 millones de d¨®lares en la lucha contra la covid-19. La mayor parte de esa financiaci¨®n se ha destinado a producir y adquirir suministros m¨¦dicos esenciales. Por ejemplo, apoyamos a los investigadores que desarrollan nuevos tratamientos contra la covid-19, incluidos los anticuerpos monoclonales y trabajamos con socios para garantizar que estos medicamentos se formulen en formatos f¨¢ciles de transportar y usar en los lugares m¨¢s pobres del mundo con el fin de que todo el mundo en todas partes pueda beneficiarse de ellos.

Tambi¨¦n venimos apoyando los esfuerzos para encontrar y distribuir vacunas seguras y efectivas contra el virus. Durante las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, nuestros recursos respaldaron el desarrollo de 11 vacunas que han sido certificadas como seguras y efectivas, y nuestros socios aplican las lecciones que hemos aprendido al desarrollo de vacunas contra la covid-19.

Es posible que en el momento en que lea usted esta carta, usted mismo o alguien que conoce ya haya recibido la vacuna contra la covid-19. El que ¨¦stas ya est¨¦n disponibles es para nosotros algo bastante remarcable, sobre todo si se toma en cuenta el hecho de que el virus de la covid-19 era un pat¨®geno pr¨¢cticamente desconocido a principios de 2020 y si se considera lo riguroso que es el proceso para demostrar la seguridad y eficacia de una vacuna. Es importante que las personas comprendan que, si bien estas vacunas han sido desarrolladas en un plazo muy reducido, ten¨ªan que cumplir no obstante con unas pautas estrictas antes de ser aprobadas.

Ning¨²n pa¨ªs o empresa podr¨ªa haber logrado esto solo. Los financiadores de todo el mundo juntaron recursos, los competidores compartieron los resultados de la investigaci¨®n y todos los involucrados tuvieron una ventaja gracias a muchos a?os de inversi¨®n global en tecnolog¨ªas que han ayudado a abrir una nueva era en el desarrollo de vacunas. Si el nuevo coronavirus hubiera aparecido en 2009 en vez de en 2019, el camino hacia una vacuna habr¨ªa sido mucho m¨¢s largo.

Por supuesto, crear vacunas seguras y efectivas en un laboratorio es solo el comienzo de la historia. El mundo necesita miles de millones de dosis para proteger a todas las personas amenazadas por esta enfermedad, por ello ayudamos a los socios a plantearse la fabricaci¨®n de vacunas a la vez que se realizaba su desarrollo (un proceso que generalmente ocurre de forma secuencial).

Ahora, el mundo tiene que hacer llegar esas dosis a todas las personas que las necesitan, empezando por los trabajadores sanitarios de primera l¨ªnea y otros grupos de alto riesgo. Nuestra fundaci¨®n ha trabajado en el pasado con fabricantes y socios para entregar otras vacunas a bajo costo y a gran escala (incluyendo a 822 millones de ni?os en pa¨ªses de bajos ingresos a trav¨¦s de Gavi, la alianza para la vacunaci¨®n), y estamos haciendo lo mismo con la covid-19.

Nuestra fundaci¨®n y sus socios se han adaptado tambi¨¦n para enfrentar los desaf¨ªos de la covid-19 de otras maneras. Cuando nuestro amigo Warren Buffett don¨® pr¨¢cticamente toda su fortuna para duplicar los recursos de nuestra fundaci¨®n en 2006, nos inst¨® a mantenernos enfocados en los problemas que desde siempre han sido la base de nuestra misi¨®n. Abordar la covid-19 fue una parte esencial de cualquier trabajo de salud mundial en 2020, pero no ha sido nuestro ¨²nico objetivo durante el ¨²ltimo a?o. Nuestros colegas siguen progresando en todas las ¨¢reas de nuestro programa.

El equipo encargado de la malaria ha tenido que repensar c¨®mo distribuir mosquiteros en un momento en que ya no es seguro organizar un evento masivo para entregarlos a un gran n¨²mero de personas al mismo tiempo. Estamos ayudando a los socios a comprender el impacto que la covid-19 tiene en las mujeres embarazadas y en los beb¨¦s y nos aseguramos de que siguen recibiendo servicios de salud esenciales. Nuestros socios educativos est¨¢n ayudando a los profesores a adaptarse a un mundo donde su ordenador port¨¢til se ha transformado en su aula. Dicho de otra forma, seguimos capacitados y apuntando al mismo objetivo que venimos persiguiendo desde la creaci¨®n de nuestra fundaci¨®n: asegurarnos de que todos los habitantes del planeta tengan la oportunidad de vivir una vida saludable y productiva.

Hay un motivo por el que somos optimistas en cuanto a la vida despu¨¦s de la pandemia y es este: si bien la pandemia ha obligado a muchas personas a asimilar un nuevo vocabulario, tambi¨¦n ha aportado un nuevo significado a t¨¦rminos antiguos como ¡°salud global¡±.

En el pasado el t¨¦rmino ¡°salud global¡± rara vez se usaba para referirse a la salud de todos, en todas partes del mundo. En la pr¨¢ctica, la gente de los pa¨ªses desarrollados usaba esta expresi¨®n para referirse a la salud de las personas de los pa¨ªses pobres. Un t¨¦rmino m¨¢s exacto probablemente habr¨ªa sido ¡°salud de los pa¨ªses en desarrollo¡±.

El a?o pasado, sin embargo, esto cambi¨®. En 2020 la salud mundial se volvi¨® local. Las distinciones artificiales entre pa¨ªses ricos y pa¨ªses pobres se derrumbaron ante un virus para el cual las fronteras y la geograf¨ªa no existen.

En el mundo en que vivimos todos estamos conectados biol¨®gicamente por una red microsc¨®pica de g¨¦rmenes y part¨ªculas y, nos guste o no, estamos todos en el mismo barco

Todos vimos con nuestros propios ojos lo r¨¢pido que una enfermedad de la que nunca has o¨ªdo hablar en un lugar en el que quiz¨¢ nunca hayas estado se convirti¨® en una emergencia de salud p¨²blica en nuestra propia casa. Los virus como el que causa la covid-19 nos recuerdan que, a pesar de todas nuestras diferencias, en el mundo en que vivimos todos estamos conectados biol¨®gicamente por una red microsc¨®pica de g¨¦rmenes y part¨ªculas, y que, nos guste o no, estamos todos en el mismo barco.

Esperamos que la experiencia vivida por todos nosotros el a?o pasado genere un cambio a largo plazo en la manera en que las personas se plantean la salud global ¡ªy ayude a la gente de los pa¨ªses ricos a darse cuenta de que las inversiones en la salud mundial benefician no solo a los pa¨ªses de bajos ingresos sino a todos. Nos emocion¨® ver que Estados Unidos imillones de d¨®lares en GAVI dentro de su ¨²ltimo paquete de ayuda para luchar contra la covid-19. Inversiones de este tipo nos permitir¨¢n estar mejor armados para superar los pr¨®ximos desaf¨ªos globales.

As¨ª como la Segunda Guerra Mundial fue el evento que defini¨® a la generaci¨®n de nuestros padres, la pandemia de coronavirus que nos azota actualmente definir¨¢ la nuestra. Y as¨ª como la Segunda Guerra Mundial sent¨® las bases para una mayor cooperaci¨®n entre los pa¨ªses con el fin de proteger la paz y priorizar el bien com¨²n, pensamos que el mundo tiene ahora ante s¨ª una gran oportunidad para convertir las lecciones aprendidas a la fuerza con esta pandemia, en un futuro m¨¢s saludable y equitativo para todos.

En el resto de esta carta, escribimos sobre dos ¨¢reas que consideramos esenciales para construir ese futuro mejor: priorizar la igualdad y prepararnos para la pr¨®xima pandemia.

?Podemos salir de esta pandemia con un mayor nivel de equidad que el que ten¨ªamos antes de ella?

MELINDA: Una de las cosas que m¨¢s he echado de menos este ¨²ltimo a?o ha sido viajar para ver en acci¨®n el trabajo de nuestra fundaci¨®n. Tengo fotos por toda nuestra casa de las mujeres que conoc¨ª en aquellos viajes. Ahora que trabajo desde casa, sus rostros me acompa?an constantemente.

A menudo me pregunto qu¨¦ percepci¨®n tienen ellas de la pandemia y c¨®mo la est¨¢n enfrentando. Cuando hablo con expertos y l¨ªderes mundiales por videoconferencia, trato de imaginar c¨®mo van a afectar a estas mujeres y a sus familias las decisiones que se toman en el marco de estas conversaciones. Me recuerdan d¨ªa tras d¨ªa la importancia de garantizar que la respuesta mundial a la covid-19 no deje a nadie por el camino.

Desde el sida hasta el zika y el ¨¦bola, los brotes de enfermedades tienden a seguir un patr¨®n sombr¨ªo. Lastiman a algunas personas m¨¢s que a otras y no es por azar. A medida que infectan a las sociedades, explotan las desigualdades preexistentes.

Lo mismo ocurre con la covid-19. Para las personas m¨¢s desfavorecidas la situaci¨®n es peor que para las m¨¢s pudientes. Los trabajadores esenciales se enfrentan a mayores riesgos que los que pueden realizar teletrabajo. Los estudiantes que no tienen acceso a Internet se est¨¢n quedando a la zaga con relaci¨®n a aquellos que siguen sus clases a distancia. En Estados Unidos, las comunidades de color tienen m¨¢s probabilidades de enfermarse y morir que otros estadounidenses. Y en todo el mundo, las mujeres que llevan tiempo luchando para empoderarse y tener influencia sobre sus vidas ven ahora c¨®mo d¨¦cadas de fr¨¢gil progreso se hacen a?icos en cuesti¨®n de meses.

En Estados Unidos, muchos de nuestros esfuerzos de lucha contra el coronavirus se superponen con nuestro trabajo sobre la equidad racial. Por ejemplo, seg¨²n las estad¨ªsticas, los estadounidenses negros tienen tres veces m¨¢s probabilidades que los estadounidenses blancos de contraer la covid-19, y tambi¨¦n es m¨¢s probable que vivan en un ¨¢rea con acceso limitado a las pruebas para la covid-19. Para ayudar a satisfacer la demanda de pruebas de la comunidad local, nuestra fundaci¨®n se ha asociado con colegios y universidades hist¨®ricamente afroamericanos para ampliar la capacidad de realizar pruebas de diagn¨®stico en sus campus.

Tambi¨¦n estamos abordando desde otro enfoque el impacto desproporcionado de la pandemia en las personas de color, a trav¨¦s, por ejemplo, del trabajo educativo que nuestra fundaci¨®n realiza en EE UU. Nos preocupa que los estudiantes se queden a la zaga en todos los niveles (cuando los colegios cerraron en la primavera pasada, el estudiante promedio perdi¨® meses de aprendizaje). Sin embargo lo que m¨¢s nos preocupa es que la covid-19 pueda exacerbar las barreras a la educaci¨®n superior que existen desde hace mucho tiempo, particularmente para los estudiantes que son negros, latinos o procedentes de familias de bajos ingresos. Los ingresos medios de por vida de los graduados universitarios representan el doble de los de los graduados de el colegio secundario, de ah¨ª la importancia de lo que est¨¢ en juego para los j¨®venes. Con el fin de ayudar a los estudiantes a superar los obst¨¢culos de la covid-19, nuestra fundaci¨®n ampli¨® su asociaci¨®n con tres organizaciones que tienen un historial comprobado de uso de herramientas digitales para ayudarles a seguir orient¨¢ndose hacia la obtenci¨®n de un t¨ªtulo universitario. Pensamos que los modelos y enfoques que estas organizaciones est¨¢n perfeccionando ahora seguir¨¢n ampliando tambi¨¦n las oportunidades que los estudiantes podr¨¢n aprovechar despu¨¦s de una pandemia.

En cuanto a nuestro trabajo fuera de Estados Unidos, yo me he centrado en hacer un llamamiento a los l¨ªderes mundiales para que pongan a las mujeres en el centro de su respuesta a la covid-19. Si los Gobiernos ignoran el hecho de que la pandemia y la recesi¨®n resultante est¨¢n afectando a las mujeres de manera diferente, la crisis se prolongar¨¢ y se ralentizar¨¢ la recuperaci¨®n econ¨®mica para todos.

Me he centrado en hacer un llamamiento a los l¨ªderes mundiales para que pongan a las mujeres en el centro de su respuesta a la covid-19

Melinda Gates

Por ejemplo, debido a los cierres econ¨®micos del pasado a?o, cientos de millones de personas en pa¨ªses de bajos ingresos han necesitado la ayuda de su Gobierno para satisfacer sus necesidades b¨¢sicas. Pero la cruel iron¨ªa es que las mujeres que m¨¢s necesitan estos recursos econ¨®micos tienden a ser invisibles para sus Gobiernos. Es dif¨ªcil enviar dinero en efectivo de forma segura y r¨¢pida a una mujer que no aparece en las listas de contribuyentes, que no tiene una identificaci¨®n formal o que no posee un tel¨¦fono m¨®vil. A menos que los sistemas financieros est¨¦n dise?ados espec¨ªficamente para incluir a estas mujeres, es probable que dichos sistemas las excluyan, marginaliz¨¢ndolas a¨²n m¨¢s de la econom¨ªa. Nuestra fundaci¨®n ha trabajado con el Banco Mundial para ayudar a los pa¨ªses a superar estos obst¨¢culos y crear programas digitales de transferencias de efectivo tomando en consideraci¨®n las necesidades de las mujeres.

De forma m¨¢s general, apoyamos los esfuerzos para dise?ar planes de respuesta econ¨®mica dirigidos a mujeres y trabajadores con salarios bajos. En los pa¨ªses de ingresos bajos y medianos, las personas m¨¢s pobres tienden a trabajar por cuenta propia en el sector informal como agricultores o vendedores ambulantes, por ejemplo. Los legisladores a menudo pasan por alto a estos trabajadores y las medidas de est¨ªmulo tradicionales no satisfacen sus necesidades. Las reducciones de impuestos en realidad no ayudan a las personas que no pagan impuestos; ?qui¨¦n paga por la baja remunerada de una persona si dicha persona trabaja por su cuenta? Nuestra fundaci¨®n ayud¨® a financiar la investigaci¨®n sobre c¨®mo los Gobiernos pueden reparar estos agujeros en la red de seguridad dando prioridad a medidas como subvenciones en efectivo, ayuda alimentaria y moratorias sobre el alquiler y los servicios p¨²blicos.

El a?o pasado ha puesto de manifiesto tambi¨¦n el trabajo no remunerado de las mujeres, tema que ya he abordado anteriormente en esta carta. Con miles de millones de personas que ahora se quedan en casa, la demanda de servicios de cuidado no remunerado ¡ªcocinar, hacer la limpieza y cuidar de los ni?os¡ª ha aumentado. Las mujeres ya hac¨ªan alrededor de las tres cuartas partes de este trabajo. Ahora, durante la pandemia, est¨¢n asumiendo una parte a¨²n mayor de estos servicios. Si bien se trata de un trabajo no remunerado su coste es sin embargo enorme: a nivel mundial, un aumento de dos horas de la prestaci¨®n de cuidados no remunerada de las mujeres se correlaciona con una disminuci¨®n de 10 puntos porcentuales en la participaci¨®n de la mujer en la vida laboral. A medida que los Gobiernos reconstruyen sus econom¨ªas, es hora de comenzar a tratar el cuidado infantil como una infraestructura esencial, tan digna de financiaci¨®n como las carreteras y los cables de fibra ¨®ptica. A largo plazo, esto ayudar¨¢ a crear econom¨ªas postpand¨¦micas m¨¢s productivas e inclusivas.

No obstante, Bill y yo estamos profundamente preocupados por el hecho de que, adem¨¢s de poner de manifiesto tantas viejas injusticias, la pandemia desate una nueva: la desigualdad en la inmunidad, un futuro donde las personas m¨¢s ricas tengan acceso a una vacuna contra la covid-19, mientras que el resto del mundo no pueda acceder a la misma.

Las naciones ricas ya llevan meses comprando con antelaci¨®n dosis de vacunas para empezar a inmunizar a su poblaci¨®n en cuanto dichas vacunas sean aprobadas. Pero habida cuenta de la situaci¨®n actual, los pa¨ªses de ingresos bajos y medianos solo podr¨¢n vacunar a aproximadamente una de cada cinco personas de dichos pa¨ªses durante el pr¨®ximo a?o. En un mundo donde la salud mundial es local, eso deber¨ªa preocuparnos a todos.

Desde el comienzo de la pandemia, hemos instado a las naciones ricas a recordar que cuando la covid-19 afecta a un lugar cualquiera es una amenaza en todos los lugares. Hasta que las vacunas lleguen a todo el mundo, seguir¨¢n apareciendo nuevos focos de la enfermedad que ir¨¢n creciendo y extendi¨¦ndose. Los colegios y oficinas cerrar¨¢n nuevamente. El ciclo de desigualdad continuar¨¢. Todo depende de que todo el mundo a¨²ne sus esfuerzos para garantizar que la ciencia que salva vidas desarrollada en 2020 salve tantas vidas como sea posible en 2021.

Desde el comienzo de la pandemia, hemos instado a las naciones ricas a recordar que cuando la covid-19 afecta a un lugar cualquiera es una amenaza en todos los lugares

Melinda Gates

Crisis existenciales como estas arrasan todas las ¨¢reas de nuestra vida. Sin embargo las soluciones que son dignas de estos momentos hist¨®ricos tambi¨¦n tienen repercusiones. Exigir una respuesta inclusiva salvar¨¢ vidas y medios de subsistencia ahora ¡ªy sentar¨¢ las bases para un mundo post-pand¨¦mico m¨¢s fuerte, m¨¢s equitativo y m¨¢s resiliente.

No es demasiado pronto para empezar a pensar en la pr¨®xima pandemia

BILL: Una de las preguntas que m¨¢s me hacen es cu¨¢ndo creo que el mundo volver¨¢ a la normalidad. Entiendo por qu¨¦. Todos queremos volver a la vida pre-covid-19. Sin embargo, hay un lugar al que espero no volver nunca: nuestra complacencia con las pandemias.

La triste realidad es que la covid-19 podr¨ªa no ser la ¨²ltima pandemia. No sabemos cu¨¢ndo llegar¨¢ la pr¨®xima, si ser¨¢ una gripe, un coronavirus o alguna enfermedad que a¨²n no conocemos. Sin embargo, lo que s¨ª sabemos es que no podemos permitirnos que nos tome por sorpresa. La amenaza de la pr¨®xima pandemia seguir¨¢ cerni¨¦ndose sobre nuestras cabezas, a menos que el mundo tome medidas para prevenirla.

La buena noticia es que podemos adelantarnos a los brotes de enfermedades infecciosas. Aunque el mundo no haya logrado de muchas formas prepararse para hacer frente a la covid-19, todav¨ªa nos beneficiamos de las acciones tomadas en respuesta a brotes pasados. Por ejemplo, la epidemia de ¨¦bola dej¨® claro que necesit¨¢bamos acelerar el desarrollo de nuevas vacunas. As¨ª que nuestra fundaci¨®n se asoci¨® con Gobiernos y otros patrocinadores para crear la Coalici¨®n para las Innovaciones en Preparaci¨®n para Epidemias. CEPI ayud¨® a financiar una serie de vacunas candidatas contra la covid-19, incluidas las de Moderna y Oxford AstraZeneca, y est¨¢ fuertemente involucrada en el trabajo sobre el acceso equitativo a las vacunas, tema sobre el que escribi¨® Melinda.

La triste realidad es que la covid-19 podr¨ªa no ser la ¨²ltima pandemia. No sabemos cu¨¢ndo llegar¨¢ la pr¨®xima, si ser¨¢ una gripe, un coronavirus o alguna enfermedad que a¨²n no conocemos

Para evitar que se repitan las dificultades de este ¨²ltimo a?o, la preparaci¨®n ante una pandemia debe tomarse tan en serio como una amenaza de guerra. El mundo necesita duplicar las inversiones en I+D as¨ª como en organizaciones como CEPI que han demostrado ser invaluables en el marco de la covid-19. Tambi¨¦n necesitamos desarrollar capacidades completamente nuevas que a¨²n no existen.

Detener la pr¨®xima pandemia requerir¨¢ gastar decenas de miles de millones de d¨®lares por a?o, una gran inversi¨®n, pero recuerde que se estima que la pandemia de la covid-19 le costar¨¢ al mundo 28 billones de d¨®lares. El mundo necesita gastar miles de millones para ahorrar billones (y prevenir millones de muertes). Yo considero esto como la mejor y m¨¢s rentable p¨®liza de seguro que el mundo podr¨ªa comprar.

El mundo necesita gastar miles de millones para ahorrar billones (y prevenir millones de muertes)

La mayor parte de esta inversi¨®n debe provenir de pa¨ªses ricos. Los pa¨ªses de ingresos bajos y medios y las fundaciones como la nuestra tienen un papel que desempe?ar, pero los Gobiernos de los pa¨ªses de ingresos elevados deben encabezar la marcha aqu¨ª porque los beneficios para ellos son enormes. Si uno vive en un pa¨ªs rico, le conviene que su Gobierno despliegue grandes esfuerzos para prepararse para la irrupci¨®n de una pandemia en todo el mundo. Melinda escribi¨® que la covid-19 en cualquier lugar es una amenaza para la salud en todas partes; lo mismo se aplica a la pr¨®xima posible pandemia. Las herramientas y los sistemas creados para detener el avance de los pat¨®genos deben abarcar todo el mundo, incluso a los pa¨ªses de ingresos bajos y medianos.

En primer lugar, los Gobiernos deben seguir invirtiendo en las herramientas cient¨ªficas que nos est¨¢n ayudando a superar la actual pandemia ¡ªincluso una vez que la pandemia haya pasado. Los nuevos avances nos dar¨¢n una ventaja la pr¨®xima vez que surja una nueva enfermedad. Se necesitaron meses para disponer de la suficiente capacidad para realizar pruebas de la covid-19 en Estados Unidos. Pero es posible crear diagn¨®sticos cuya implementaci¨®n puede ser muy r¨¢pida. Para la pr¨®xima pandemia, tengo la esperanza de que tengamos lo que yo llamo plataformas de megadiagn¨®stico que podr¨ªan hacer pruebas hasta al 20% de la poblaci¨®n mundial cada semana.

Estoy convencido de que tambi¨¦n dispondremos de mejores tratamientos la pr¨®xima vez. Una de las terapias anti covid-19 m¨¢s prometedoras son los anticuerpos monoclonales. Si un paciente los recibe con la suficiente antelaci¨®n su tasa de muerte puede reducirse hasta en un 80%.

Nuestra fundaci¨®n ha financiado la investigaci¨®n sobre anticuerpos monoclonales como posible tratamiento contra la gripe y la malaria durante m¨¢s de una d¨¦cada. Estos anticuerpos se pueden utilizar para tratar diversas enfermedades. El inconveniente que presentan es la duraci¨®n del plazo necesario para su desarrollo y fabricaci¨®n. Es probable que se necesiten otros cinco a?os para perfeccionar la tecnolog¨ªa antes de que podamos producirlos r¨¢pidamente en respuesta a nuevos pat¨®genos.

Tambi¨¦n espero que veamos grandes avances en los pr¨®ximos cinco a?os en nuestra capacidad para desarrollar nuevas vacunas, merced, en gran parte, al ¨¦xito de las vacunas de ARNm contra la covid-19. Escrib¨ª extensamente sobre este tema en mi Resumen del A?o, pero para decirlo en unas cuantas palabras, las vacunas de ARNm son un nuevo tipo de vacuna que facilitan instrucciones a nuestro cuerpo para que ¨¦ste pueda combatir un pat¨®geno. Aunque nuestra fundaci¨®n financia desde 2014 la investigaci¨®n de esta nueva plataforma, no se hab¨ªa aprobado el uso de alguna vacuna de ARNm antes del mes pasado. Esta pandemia ha acelerado enormemente el proceso de desarrollo de la plataforma.

De la misma forma que creo que veremos enormes mejoras en el diagn¨®stico y los anticuerpos monoclonales, predigo que las vacunas de ARNm se desarrollar¨¢n m¨¢s r¨¢pido, ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil multiplicar su n¨²mero y ser¨¢n m¨¢s estables con lo cual se almacenar¨¢n mejor durante los pr¨®ximos cinco a diez a?os. Esto ser¨ªa un gran avance tanto para futuras pandemias como para otros desaf¨ªos de salud mundial. Las vacunas de ARNm son una plataforma prometedora para enfermedades como la provocada por el VIH o la tuberculosis y la malaria. Los progresos en I+D realizados como resultado de la covid-19 podr¨ªan alg¨²n d¨ªa proporcionarnos las herramientas que necesitamos para terminar de una vez por todas con estas enfermedades mortales.

En cuanto a la prevenci¨®n de pandemias, las herramientas cient¨ªficas por s¨ª solas no son suficientes. El mundo tambi¨¦n necesita capacidades sobre el terreno que realicen un monitoreo constante de los pat¨®genos problem¨¢ticos y que puedan desplegarse en cuanto se necesiten. A¨²n quedan muchos flecos por ultimar, como por ejemplo definir d¨®nde se alojar¨ªan estas capacidades y c¨®mo se estructurar¨ªan exactamente. Pero he aqu¨ª el fruto de mi reflexi¨®n general:

En primer lugar debemos detectar los brotes de enfermedades tan pronto como ocurren, donde sea que ocurran. Eso requerir¨¢ un sistema de alerta global, que actualmente no tenemos a gran escala. El elemento vertebrador de este sistema ser¨ªan las pruebas de diagn¨®stico. Supongamos que es usted enfermera en una cl¨ªnica de salud rural. Observa que aparecen m¨¢s pacientes con tos de los que cabr¨ªa esperar en esta ¨¦poca del a?o, o incluso que mueren m¨¢s personas de lo normal. Entonces, realiza pruebas para detectar los pat¨®genos comunes. Si ninguno de ellos da positivo, se env¨ªa su muestra a otro lugar para que sea secuenciada y profundizar la investigaci¨®n.

Si en su muestra se detecta un pat¨®geno s¨²per infeccioso o completamente nuevo, entra en acci¨®n un grupo de socorristas de primera l¨ªnea para las enfermedades infecciosas. Piense en este cuerpo como un escuadr¨®n de bomberos que interviene contra una pandemia. Al igual que los bomberos, son profesionales completamente capacitados que est¨¢n listos para responder a posibles crisis en cualquier momento. Cuando no est¨¢n respondiendo activamente a un brote, mantienen ¨¢giles sus habilidades trabajando sobre enfermedades como la malaria y la polio. Calculo que necesitamos alrededor de 3.000 socorristas en todo el mundo.

Para aprender c¨®mo sacar el mejor provecho de estos equipos de primera intervenci¨®n, el mundo necesita ejecutar regularmente juegos con g¨¦rmenes, simulaciones que nos permitan practicar, analizar y mejorar nuestra respuesta frente a los brotes de enfermedades, al igual que los juegos de guerra permiten que los militares se preparen para la guerra en la vida real. La velocidad tiene su importancia en una pandemia. Cuanto m¨¢s r¨¢pido se act¨²e, m¨¢s r¨¢pido se detiene el crecimiento exponencial del virus. Los lugares que recientemente lidiaron con brotes de infecciones respiratorias ¡ªcomo Taiw¨¢n con el SARS y Corea del Sur con el MERS¡ª respondieron a la covid-19 m¨¢s r¨¢pidamente que otros lugares porque ya sab¨ªan c¨®mo actuar. La ejecuci¨®n de simulaciones garantizar¨¢ que todos estemos listos para actuar r¨¢pidamente la pr¨®xima vez.

En ¨²ltima instancia, lo que me hace sentir m¨¢s optimista en cuanto a nuestra capacidad de estar preparados la pr¨®xima vez es de lo m¨¢s sencillo: el mundo ahora comprende cu¨¢n seriamente debemos tomarnos las pandemias. Nadie necesita que se le convenza de que una enfermedad infecciosa podr¨ªa matar a millones de personas o cerrar la econom¨ªa mundial. El dolor que se ha padecido el a?o pasado quedar¨¢ grabado en las mentes de las personas durante una generaci¨®n. Espero que se apoyen los esfuerzos que nos garantizan mantenernos fuera de las dificultades que hemos experimentado. Ya estamos viendo aparecer nuevas estrategias de preparaci¨®n para una pandemia, incluso desde el G7 de este a?o liderado por el Reino Unido, y espero ver aparecer m¨¢s estrategias en los meses y a?os venideros.

El mundo no estaba preparado para la pandemia de la covid-19. Creo que la pr¨®xima vez ser¨¢ diferente.

Un futuro m¨¢s saludable y esperanzador para todos

Por muy dif¨ªcil que sea imaginarlo actualmente, cuando a¨²n sigue habiendo tantas personas afectadas por la covid-19, esta pandemia llegar¨¢ a su fin alg¨²n d¨ªa. Tal momento, ser¨¢ testimonio de la impresionante labor de los l¨ªderes surgidos durante el ¨²ltimo a?o para guiarnos a trav¨¦s de esta crisis.

Cuando decimos ¡°l¨ªderes¡±, no nos referimos ¨²nicamente a los responsables pol¨ªticos y a los representantes electos que est¨¢n a cargo de la respuesta oficial del Gobierno. Nos referimos tambi¨¦n a los trabajadores sanitarios que est¨¢n en primera l¨ªnea sobrellevando traumas inimaginables. Los profesores, padres y madres y cuidadores que redoblan esfuerzos para asegurarse de que los ni?os no se retrasen en el colegio. Los cient¨ªficos e investigadores que trabajan incansablemente para detener este virus. Incluso los vecinos que est¨¢n cocinando comidas adicionales para asegurarse de que nadie pase hambre en su barrio.

Su liderazgo nos ayudar¨¢ a superar esta pandemia y por ellos debemos recuperarnos y volvernos m¨¢s fuertes y mejor preparados para el pr¨®ximo desaf¨ªo. El a?o pasado una amenaza global afect¨® a casi todas las personas del planeta. De aqu¨ª al pr¨®ximo a?o, esperamos que una respuesta a la covid-19 equitativa y efectiva tambi¨¦n haya llegado a todo el mundo.

Esperamos que usted y los suyos se mantengan a salvo y en buena salud en estos tiempos dif¨ªciles.

La carta fue publicada originalmente en ingl¨¦s en la Fundaci¨®n Gates y en el blog de Bill Gates, Gates Notes. Se puede descargar aqu¨ª en pdf con comentarios al margen de los autores.

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