Vinciane Despret, fil¨®sofa: ¡°Hoy sabemos que algunos p¨¢jaros cuando trinan est¨¢n expresando su propio nombre¡±
La pensadora belga da voz al llamado giro animal, un movimiento acad¨¦mico que quiere desterrar nuestra visi¨®n antropoc¨¦ntrica de la cultura. ¡°Todo lo que cre¨ªamos que era propio del hombre ha sido puesto en crisis¡±, afirma
La fil¨®sofa Vinciane Despret (Anderlecht, 64 a?os) se convirti¨® a finales de abril en una especie de obra de arte que contemplaban los visitantes de la Villa Medici en Roma, el viejo palacio renacentista que perteneci¨® al cardenal Fernando de Medici y que alberga hoy la Academia Francesa. El experimento consist¨ªa en que ella durmiese durante una semana en la habitaci¨®n del cardenal junto al cuadro Lim¨®n, de Manet. Ella se inspiraba para escribir alg¨²n tipo de texto, y los visitantes terminaban admir¨¢ndola a ella y a la obra de arte. Pocos, algunos s¨ª, sab¨ªan que Despret es profesora de Filosof¨ªa de la Ciencia y Antropolog¨ªa de la Psicolog¨ªa en la Universidad de Lieja (B¨¦lgica), una de las voces m¨¢s prominentes del giro animal, el movimiento de estudios que apuesta por desterrar la visi¨®n antropoc¨¦ntrica de la cultura. Es, adem¨¢s, una experta en el comportamiento de los animales, ha escrito una decena de libros sobre la materia, y en 2022 public¨® A la salud de los muertos (La oveja roja), sobre las relaciones que establecen entre s¨ª vivos y muertos. El pasado 30 de abril particip¨® en un coloquio en el Centro cultural Condeduque, en Madrid.
Un mi¨¦rcoles a las tres de la tarde recibe a Ideas en los impresionantes jardines de la Villa Medici, en lo alto de la plaza del Popolo, desde donde se abre una vista a toda Roma. Sopla algo de viento primaveral y ella se abriga con una colorida chaqueta mientras el entrevistador prepara la grabadora.
Pregunta. Voy a empezar a grabar porque no es que tenga una memoria de elefante. Aunque, ya que estamos, no s¨¦ si ese estereotipo es correcto¡
Respuesta. Es correcto, s¨ª. Los elefantes se acuerdan durante a?os de quienes les han hecho da?o. Tiene que ver con la retorsi¨®n. En cambio, lo de que los peces tengan poca memoria es falso.
P. Hay una tendencia hist¨®rica en humanizar a los animales. Desde las f¨¢bulas a las poes¨ªas, las pel¨ªculas de Disney¡ Se les atribuyen cualidades humanas para acercarlos a nosotros. ?Qu¨¦ impacto ha tenido eso en nuestro conocimiento?
R. Hay que plantear el problema de otra manera. Quien escrib¨ªa las f¨¢bulas eran intelectuales. Pero hab¨ªa mucha gente que no lo era y s¨ª conoc¨ªa bien a los animales. Hab¨ªa cazadores, agricultores¡ Medir el conocimiento de los animales a trav¨¦s de las historias de los intelectuales no es correcto, el n¨²mero de gente que conoc¨ªa el medio era mayor que el de los que escrib¨ªan. En las f¨¢bulas los animales son marionetas, pertenecen a una ¨¦poca de ignorancia.
P. Les hemos utilizado tambi¨¦n para justificar, explicar o corroborar comportamientos humanos en el campo social o tambi¨¦n sexual. El feminismo, la dominaci¨®n, el patriarcado¡, incluso la homosexualidad. ?Puede tener alguna utilidad?
R. Por un lado, desde la primatolog¨ªa siempre se sostuvo que los simios nos dar¨ªan informaci¨®n sobre c¨®mo eran los primeros humanos, como si fueran nuestros ancestros. El estudio de los pueblos primitivos no llegaba hacia tan atr¨¢s y los antrop¨®logos se dieron cuenta de que no serv¨ªa y comenzaron a interrogar a los primates. La primera investigaci¨®n ocurri¨® en el zoo de Londres, pero se encontraron con lo que Engels llam¨® el tour de pase-pase [juego de manos]. Es bonito como concepto.
P. ?Y qu¨¦ era?
R. Que intentamos demostrar algunos conceptos que nos parecen naturales en la sociedad, como la jerarqu¨ªa o la subordinaci¨®n de las mujeres, acudiendo a los simios. Pero lo hacemos busc¨¢ndolo activamente. Y cuando lo encontramos, decimos: ¡°Veis, si los simios lo hacen quiere decir que es natural¡±. Pero Engels cree que, en realidad, hemos trasladado a la jaula una forma de ver el mundo que tenemos dentro.
P. As¨ª que no debemos buscar respuestas a comportamientos humanos en animales.
R. Es un error para los hombres y para los animales. Porque cuando los observamos no son ellos mismos, sino animales puestos en situaciones humanas.
P. Durante siglos la tradici¨®n filos¨®fica occidental sostuvo la idea de que el hombre era superior al resto de los animales. ?Cu¨¢ndo comienza a cambiar esta visi¨®n?
R. Es principalmente un problema de Occidente. Los indios, por ejemplo, no funcionan as¨ª. Hay muchas maneras de contar la historia. Lyn White, un investigador de los a?os sesenta, cre¨ªa que la religi¨®n cristiana era la responsable de esa concepci¨®n de superioridad. El hecho de que Dios dijese a Ad¨¢n que los animales estaban a su disposici¨®n y que les pusiera nombre es ya un mal comienzo. Pero algunas cosas fueron cambiando con Montaigne, san Francisco de As¨ªs¡ La filosof¨ªa fue tambi¨¦n muy t¨®xica.
¡°Nunca nadie ha so?ado que estaba muerto¡±
P. Siempre se dijo, precisamente, que la gran diferencia entre los humanos y los animales era la conciencia de nosotros mismos.
R. Mire, le contesto como Bruce Bagemihl: la gran diferencia es que los hombres generalizan m¨¢s y m¨¢s r¨¢pido que los animales. Tenemos una tendencia negativa a generalizar de forma abusiva. Pero es verdad que hay elementos interesantes. El tema de la conciencia de uno mismo no est¨¢ del todo resuelto. Pero han ca¨ªdo otros estereotipos como ese que sosten¨ªa que el hombre era el ¨²nico animal que pod¨ªa re¨ªr. Y mire, el neurocient¨ªfico Jaak Panksepp descubri¨® por accidente que cuando hac¨ªa cosquillas a una rata, se re¨ªa. Pero nosotros no lo o¨ªmos porque son ultrasonidos.
P. ?Sentido del humor?
R. Algo as¨ª. Frans de Vaal, que muri¨® hace unos d¨ªas, descubri¨® que los chimpanc¨¦s tambi¨¦n re¨ªan. Un d¨ªa, para comprobar el miedo que experimentaban hacia sus depredadores, se disfraz¨® ¨¦l mismo de leopardo. Al principio pasaban miedo, y cuando se quitaba el disfraz, los chimpanc¨¦s se desternillaban. Desde hace 40 a?os, todo lo que pens¨¢bamos que era propio del hombre ha sido contestado y puesto en crisis. Lo ¨²ltimo que se escucha ahora es que los hombres son los ¨²nicos que tienen conciencia de que morir¨¢n. Yo ni siquiera estoy tan segura de que nosotros la tengamos completamente. Piense: nunca nadie ha so?ado que estaba muerto.
P. ?Qu¨¦ tipo de implicaci¨®n podr¨ªa tener un instrumento de inteligencia artificial que decodifique el lenguaje de ciertas especies?
R. Hay ornit¨®logos que han avanzado en esa materia. Antes se pensaba que cuando un p¨¢jaro trinaba, era solo un grito de emoci¨®n. Pero ahora se ha visto que es m¨¢s complicado y que algunos tienen su propia firma y expresan su nombre individual. Y son capaces de dirigirse a otro individuo. Algunos p¨¢jaros, tambi¨¦n simios, pueden expresar de forma diferente cuando alertan de que han visto a un depredador o cuando lo ha visto un compa?ero. Hay una sintaxis. Para m¨ª lo relevante ser¨ªa que la IA nos ayudase a afinar y a convencer a m¨¢s gente de que muchas de esas especies se est¨¢n extinguiendo. Eso ser¨ªa estupendo.
P. ?Qu¨¦ quiere decir?
R. Si logr¨¢semos transmitir a trav¨¦s de su decodificaci¨®n que hay culturas, saberes, belleza y seres extremadamente complicados con una gran inteligencia, servir¨ªa para subrayar que hay que cuidarlos m¨¢s.
P. Cuando vemos en las pel¨ªculas a los animales hablando parece divertido; quiz¨¢ si pudi¨¦ramos escucharlos ser¨ªa horroroso.
R. Quiz¨¢ en el bosque escuchar¨ªamos: ¡°Mira, por ah¨ª va otro mal educado de esos¡±.
P. El vegetarianismo o el veganismo crecen en la sociedad. ?Es un avance?
R. No soy vegana ni vegetariana. Pero si eso permitiese que no hubiese agricultura o ganader¨ªa intensiva, ser¨ªa un avance. Consumo poca carne e intento controlar de d¨®nde viene. Pero nunca he empujado por un veganismo o vegetarianismo total.
¡°Una cultura solo es robusta cuando acepta mutar y modificarse. Si la corrida es verdaderamente importante, deber¨ªa moverse con el tiempo¡±
P. En esa infantilizaci¨®n de los animales que habl¨¢bamos, a veces nos topamos con el mundo de las mascotas. Usted tiene un perro¡
R. S¨ª, una perra espa?ola. La encontraron en la calle en Huesca, se llama Alba. Vivi¨® un a?o en la calle y termin¨® en un refugio franc¨¦s. Vi una foto y me enamor¨¦. Pero mire, como fil¨®sofa rechazo ser moralizante, eso significa siempre juzgar a los dem¨¢s. Eso se lo dejamos a los curas y a gente que no tiene otra cosa que sermonear a los otros. Pero cuando adopt¨¦ a Alba, ella ten¨ªa miedo de los humanos. Y me di cuenta de que en el refugio hab¨ªa sido muy feliz porque pas¨® mucho tiempo con otros perros y desarroll¨® un profundo amor hacia ellos. Cuando la adopt¨¦, tuve la sensaci¨®n de estar haciendo una buena obra, pero me di cuenta luego de que era infeliz conmigo porque hab¨ªa perdido a sus amigos. No me deb¨ªa ninguna gratitud o reconocimiento, porque lo que le hice no era lo mejor. En cambio yo s¨ª le deb¨ªa a ella, porque me hizo muy feliz. En cambio, s¨ª hab¨ªa un perro que me deb¨ªa algo: el que pudo quedarse en la plaza de Alba en el refugio y que hasta entonces viv¨ªa en la calle.
P. ?Y c¨®mo fue con Alba?
R. Me empe?¨¦ en hacerla yo feliz a ella. No par¨¦ hasta que vi, despu¨¦s de dos a?os, que estar conmigo le gustaba, y que cuando me iba, me echaba de menos.
P. Esperemos que no sea el S¨ªndrome de Estocolmo.
R. Jajaja. ?Qui¨¦n ha dicho que el S¨ªndrome de Estocolmo sea algo malo? Puede ser una excelente experiencia. Siempre ha sido una concepci¨®n creada desde la autoridad. Pero desde el punto de vista de los secuestrados o de los secuestradores, era positivo. Y mantiene a la gente con vida. As¨ª que puede ser que mi perra tenga ese s¨ªndrome y yo sea una suerte de terrorista.
P. ?Qu¨¦ piensa de las corridas de toros y del hecho que forme parte de la cultura de un pa¨ªs como Espa?a?
R. No hablo nunca de las corridas. Fui invitada a ver una en Nimes, hace unos diez a?os, y me qued¨¦ en la puerta de la plaza, no tuve el valor de entrar.
P. ?Se qued¨® en la puerta?
R. Tuve miedo de confrontarme con eso. Pero el argumento de que es cultura me crea dificultades. Convierte la cultura en algo est¨¢tico, y la cultura debe moverse y modificarse. Una cultura solo es robusta cuando acepta mutar y modificarse. Si no puede alimentarse de otras formas culturales, no tiene consistencia. Hay lenguas muertas y lo est¨¢n porque nadie las habla. El franc¨¦s, por ejemplo, no para de cambiar. Si la corrida es verdaderamente importante, deber¨ªa moverse con el tiempo. Desconf¨ªo de la cultura estable e inm¨®vil. Se convierte en una cultura que detiene el tiempo, en una cultura que busca un pasado m¨ªtico, una cultura fascista.
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