Bernard-Henri L¨¦vy: ¡°Bolsonaro ha derrotado m¨¢s a la derecha que a la izquierda¡±
El fil¨®sofo lamenta la "pornograf¨ªa pol¨ªtica" del presidente electo brasile?o, al que compara con Nicol¨¢s Maduro
Bernard-Henri L¨¦vy visita Brasil en uno de sus momentos m¨¢s turbulentos, casi como en los tiempos en los que este fil¨®sofo, formado a partes iguales entre mao¨ªstas y focos de escenarios, todav¨ªa andaba formando su reputaci¨®n como pensador de acci¨®n y se plantaba en Ir¨¢n en los setenta o en la Bosnia de los noventa. Ataviado con su eterno uniforme ¡ªtraje oscuro, camisa blanca y parcialmente desabrochada¡ª, con el que se ha convertido en uno de los pensadores m¨¢s medi¨¢ticos y reconocibles de Francia y buena parte de Europa, L¨¦vy (Argelia, 1948) va directo al problema entre sorbos de t¨¦ en un hotel de S?o Paulo: ¡°Todo el mundo est¨¢ mirando a Brasil. Lo que haga hoy su presidente electo [Jair] Bolsonaro se analiza en todas partes y lo que estamos viendo es un presidente sin programa, nost¨¢lgico de uno de los momentos m¨¢s oscuros de la historia del pa¨ªs y sin amor genuino por su patria. El mundo est¨¢ asombrado por la incre¨ªble vulgaridad de algunos de sus comentarios. Es pornograf¨ªa pol¨ªtica. C¨®mo habla de las minor¨ªas, de las mujeres. El mundo est¨¢ estupefacto¡±, repite con una fin¨ªsima indignaci¨®n parisiense. Y resume el quid de la cuesti¨®n, lo que ha descolocado a polit¨®logos del mundo entero: ¡°Y no ha ganado dando un golpe de Estado, sino a trav¨¦s de las urnas¡±.
Brasil es solo un frente de una guerra global, sopesa ¨¦l con un certero cruce de piernas; una guerra que absorbe pr¨¢cticamente el mundo entero. ¡°Existe una pugna ideol¨®gica entre la xenofobia y el humanismo, entre los extremos, de izquierda a derecha, que se han alineado en las calles para destruir los valores republicanos y las fuerzas del progreso¡±, enuncia. ¡°Brasil est¨¢ dentro de esta corriente global y, en cierto modo, su dirigente populista es el m¨¢s caricaturesco de todos¡±.
Pregunta. Cuando Trump gan¨® la presidencia en 2016, usted alert¨® a los estadounidenses de que, m¨¢s all¨¢ de la ideolog¨ªa del vencedor, ¡°millones de genios acaban de salir de la l¨¢mpara¡± con aquella victoria. ?Extender¨ªa esa alerta hoy a los brasile?os?
Respuesta. Hice dos advertencias cuando Trump sali¨® elegido. Los geniecillos salieron de la l¨¢mpara, y tambi¨¦n avis¨¦ a los jud¨ªos que se cuidasen de los regalos y afectos de Trump. El afecto que no nace del amor verdadero es muy peligroso y tiene efectos secundarios terribles. Lo mismo le dir¨ªa a los brasile?os. La elecci¨®n de Bolsonaro ha liberado a millones de geniecillos. Y les dir¨ªa que tuviesen cuidado con esos gestos de amistad aparente que pueden tener un significado inesperado y triste ma?ana. No he visto en la historia una ¨¦poca en la que los jud¨ªos no acaben como v¨ªctimas.
P. Se ha movilizado especialmente contra el Brexit en los ¨²ltimos a?os. ?Comparte las comparaciones de que esa votaci¨®n y la victoria de Bolsonaro pertenecen a la misma pataleta destructiva contra el orden establecido?
R. El Brexit no est¨¢ destruyendo el establishment; el Brexit es el establishment. Boris Johnson, la gente que clama por la separaci¨®n, son establishment. ?Qu¨¦ es lo que destruye el Brexit? El Reino Unido. No el establishment. De la misma forma, Bolsonaro tampoco le hace ning¨²n da?o al establishment, se lo hace a Brasil. O podr¨ªa hac¨¦rselo, al menos. ?l es parte del establishment, de lo peor del Ej¨¦rcito y lo peor de la derecha cavernaria. Y si es un arma de destrucci¨®n, no lo es de la destrucci¨®n de las ¨¦lites, sino de lo construido en este pa¨ªs desde que, m¨¢s o menos, termin¨® la dictadura militar (1964-1985).
P. ?l, sin embargo, le declara la guerra a la izquierda y consigue que la derecha le deje en paz, motivada tal vez por ese enemigo com¨²n. ?Pero no es m¨¢s enemigo Bolsonaro?
R. La victoria de Bolsonaro es una derrota de la izquierda, pero es una derrota mucho m¨¢s importante de la derecha. Bolsonaro la ha devorado. Esa derecha liberal, limpia, republicana, la que quiso construir un pa¨ªs de espaldas a la dictadura, esa derecha es el objetivo principal de Bolsonaro. Quiere acabar con ella y en parte lo ha conseguido. Hoy est¨¢ fuera de juego.
P. Bolsonaro ha conseguido que millones de personas hablen de la izquierda como una entidad ¨²nica que abarca del expresidente brasile?o Luiz In¨¢cio Lula da Silva al venezolano Hugo Ch¨¢vez¡
R. [interrumpe] No hay comparaci¨®n posible entre Lula y Ch¨¢vez. S¨ª la hay entre Ch¨¢vez y Bolsonaro, que pertenecen a la misma familia de dirigentes: populistas, mentirosos, l¨ªderes a los que no les importa su pa¨ªs. Lula puede haber cometido errores, no lo s¨¦, tal vez lo sepamos el d¨ªa que sea juzgado con justicia. Pero, para m¨ª, hasta ahora, era un l¨ªder bueno y decente para Brasil, y su presidencia fue un momento honorable en la historia del pa¨ªs. Bolsonaro y Ch¨¢vez, o Bolsonaro y Maduro, tienen m¨¢s parecidos entre s¨ª que diferencias.
P. Durante casi 40 a?os y hasta hace poco dec¨ªa que deb¨ªamos ¡°romper la izquierda¡±, citando a Maurice Clavel, para vencer a la derecha. ?Lo sostiene a¨²n hoy?
R. La izquierda ya est¨¢ rota. Tienes por un lado a Lula en Brasil, [el expresidente socialista Fran?ois] Hollande en Francia o [el ex primer ministro Matteo] Renzi en Italia, grandes dirigentes de la izquierda occidental que se separaron de la otra izquierda, la falsa, la radical. En Francia no hay relaci¨®n entre el expresidente Hollande y [el l¨ªder de la izquierda alternativa francesa, Jean-Luc] M¨¦lechon. Esa disociaci¨®n ya ha ocurrido all¨ª, y en Italia tambi¨¦n. La verdadera grieta, y esto existe en Europa y en Am¨¦rica Latina, es el populismo contra los principios humanistas, universalistas y reformistas. Lula es la personificaci¨®n de esta diferencia. ?l es la izquierda humanista, la verdadera, la que defiende los intereses del pueblo en contra del nacionalismo, la xenofobia y la mentira. En contra de las tentaciones de Ch¨¢vez. Pero su historia no ha terminado.
P. Las elecciones ganadas por populistas no han estado desprovistas de candidatos, digamos, tradicionales aceptables, de izquierda y derecha. ?Le preocupa que se pierdan ciertas formas?
R. Izquierda y derecha ya no importan. La ¨²nica corriente que hay ahora mismo es que vivimos un momento populista. Con la ayuda de Internet y las redes sociales, la subcultura de las televisiones, pasamos por un momento que da ventaja a los l¨ªderes populistas. Y todo pol¨ªtico republicano, democr¨¢tico, razonable, old school, debe adaptarse a la nueva situaci¨®n. A¨²n no lo han hecho, pero tendr¨¢n que hacerlo para no ser devorados por este enorme monstruo que est¨¢ surgiendo por todo el mundo.
P. ?Hay que adaptarse o hay que contraatacar?
R. Har¨¢ falta tiempo. Las ¨¦pocas oscuras nunca duran para siempre. En los a?os veinte, treinta y en los cincuenta, hab¨ªa en occidente multitudes de personas contra la democracia. Y sin embargo prevaleci¨®. Creo que ahora ocurrir¨¢ lo mismo. De lo que estoy seguro es que no se derrotar¨¢ el nuevo populismo usando sus mismas armas. Los dem¨®cratas deben tener el coraje de no caer en esta trampa. Tienen que defender sus valores incluso si por una temporada son una minor¨ªa y no se les escucha lo suficiente. Si abandonan sus valores se habr¨¢n perdido.
P. ?El mundo se acerca a esa paradoja de tener que defender la democracia cuando la mayor¨ªa va con otra ella?
R. El sue?o de muchos l¨ªderes es acabar con la democracia. Trump, Bolsonaro, [Viktor] Orban en Hungr¨ªa. Pero en Estados Unidos estamos viendo hasta qu¨¦ punto la democracia es capaz de resistir. El verdadero muro americano no es el que Trump quiere construir entre Estados Unidos y M¨¦xico, sino el que la sociedad civil estadounidense le ha erigido a ¨¦l. Trump no es libre de hacer lo que quiere y se est¨¢ dando de cabezazos contra el muro. Quiz¨¢ se acabe rompiendo la cabeza, ya veremos. Y lo que deseo para Brasil es algo parecido, que se revele un muro de la democracia y le plante cara a la vulgaridad, a la estulticia y a la ausencia de ideas.
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