Los azotes y las ¡®tortas¡¯ a tiempo no corrigen ni mejoran la conducta de tu hijo, todo lo contrario

Una torta a tiempo o un azote no es eficaz para corregir el comportamiento de tu hijo. Es m¨¢s, puede hacer m¨¢s da?o que bien. As¨ª lo concluye, una vez m¨¢s, un ¨²ltimo estudio publicado en The Lancet este pasado mes de junio y elaborado por un equipo de expertos de la Universidad de Texas, en Estados Unidos. ¡°El castigo f¨ªsico har¨¢ que el peque?o tenga una predisposici¨®n mayor a tener problemas del comportamiento y que sus capacidades se vean disminuidas a lo largo del tiempo¡±, explican los autores de la investigaci¨®n. Seg¨²n sus conclusiones, ¡°no existe evidencia alguna de que un azote o una torta a tiempo sea bueno para los ni?os¡±. ¡°Al rev¨¦s, todo indica que son da?inos para el desarrollo y bienestar de los m¨¢s peque?os¡±, inciden.

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Seg¨²n explican, ¡°en muchas partes del mundo los cuidadores usan el castigo f¨ªsico para corregir el mal comportamiento de los ni?os¡±. Exactamente, seg¨²n mantienen, ¡°el 63% de los peque?os entre dos y cuatro a?os a nivel mundial, lo que representa unos 250 millones en total, est¨¢n sometidos regularmente a este tipo de reprimendas¡±. Cabe recordar que 62 pa¨ªses proh¨ªben su uso, visto por muchos como un tipo de violencia o maltrato contra la infancia. Mientras que, por ejemplo, en EE UU es legal en los 50 estados que los padres usen el castigo f¨ªsico. Incluso, seg¨²n subrayan los autores, en 19 de ellos, los colegios tienen permitido usarlo con sus alumnos.

Para elaborar la investigaci¨®n los autores revisaron 69 estudios, la mayor¨ªa elaborados en EE UU. El tipo de abuso f¨ªsico a estudio incluy¨®, por ejemplo, las bofetadas y azotes y excluy¨® cualquier comportamiento que pudiera constituir abuso f¨ªsico propiamente dicho. Los autores encontraron evidencia sobre la recomendaci¨®n de las Naciones Unidas de acabar con su uso contra los ni?os. Y concluyeron: ¡°Ning¨²n tipo de castigo f¨ªsico est¨¢ asociado a un cambio positivo en el menor y este incrementa el riesgo de que los m¨¢s peque?os experimenten violencia severa o negligencia¡±.

Entre las consecuencias que desarrollan los menores, tras sufrir castigo f¨ªsico, el estudio menciona los problemas de conducta, sin importar el sexo, la raza o la etnia, y sin tener en cuenta los distintos estilos de crianza de los cuidadores. Los autores tambi¨¦n han encontrado evidencia de que la magnitud de los resultados negativos para los ni?os aumentaba cuanto m¨¢s frecuentemente se usaba este tipo reprimenda.

¡°Los padres pegan a sus hijos porque creen que al hacerlo mejorar¨¢ su conducta¡±, explican los autores. ¡°Desafortunadamente para los progenitores que golpean, nuestra investigaci¨®n encontr¨® evidencia clara y convincente de que el castigo f¨ªsico no la mejora, sino que la empeora¡±. ¡°Este es un problema de Salud P¨²blica¡±, ha declarado Anja Heilmann, una de las autoras principales del art¨ªculo y profesora asociada en el University College London, en Science Daily. ¡°Dada la solidez de la evidencia de que el castigo f¨ªsico tiene el potencial de causar da?o a los ni?os, los legisladores tienen la responsabilidad de protegerles y legislar para poner fin a su uso en todos los entornos¡±.

No solo el castigo f¨ªsico, hay que erradicar todo tipo de castigos

¡°Sin duda la conclusi¨®n del estudio es coherente y l¨®gica, ?c¨®mo podemos seguir pensando que la violencia puede ser un buen camino para algo? Las tortas a tiempo lo ¨²nico que hacen es bloquear el aprendizaje de los ni?os¡±, subraya Rosa Rasche, educadora en Disciplina Positiva para Familias, asesora de crianza respetuosa, experta en psicolog¨ªa infantil, coaching e inteligencia emocional.

Confundimos aprendizaje con adiestramiento. ¡°La violencia lleva a que los ni?os hagan lo que los adultos quieren, pero no porque est¨¦n aprendiendo, sino por pura supervivencia. Los seres humanos, cuando nos sentimos amenazados, activamos la parte m¨¢s primaria de nuestro cerebro y ¨²nicamente tenemos tres formas de actuar: Paralizarnos, luchar o huir¡±, a?ade la experta. ?De verdad podemos seguir pensando que el castigo f¨ªsico es la mejor opci¨®n de educar y ense?ar a nuestros hijos? ¡°No olvidemos que somos su ejemplo¡±, prosigue Rasche, ¡°y su espejo, si nuestra forma de solucionar los conflictos es con violencia, ?qu¨¦ estar¨¢n aprendiendo ellos?¡±.

Adem¨¢s de problemas de comportamiento, las consecuencias que pueden conllevar el castigo f¨ªsico para los ni?os son varias. Seg¨²n mantiene la experta, un ni?o que vive siendo maltratado desarrollar¨¢ una baja autoestima y sentir¨¢ que no sirve para nada: ¡°Los ni?os no dejan de querer a su figura adulta de referencia, sino que dejan de quererse a ellos mismos. Piensan e interiorizan que no merecen ser tratados de otra manera porque ellos no lo valen. Acaban asumiendo que ellos son el c¨®mo se comportan¡±.

Tampoco desarrollar¨¢n un apego seguro y ¡°eso derivar¨¢ en una gran desconexi¨®n con los adultos, que se suponen son los que tienen que cuidar y velar por ¨¦l. Adem¨¢s de que interiorizar¨¢ que la violencia y el castigo f¨ªsico son las mejores herramientas para solucionar los conflictos. No desarrollar¨¢ ni practicar¨¢ la b¨²squeda de soluciones, sino que aprender¨¢ que la violencia es el mejor camino¡±, incide Rasche.

Cualquier tipo de violencia tiene consecuencias, tanto las f¨ªsicas como las verbales. Los gritos (igual que el castigo f¨ªsico) suponen una amenaza y bloquean el aprendizaje de los ni?os porque activan nuestra parte m¨¢s primaria del cerebro: ¡°La infancia es un proceso de aprendizaje en el cual necesitamos adultos capaces de entender y acompa?ar ese proceso. Los gritos, los castigos, la violencia¡­ no ayudan en nada¡±. La experta mantiene que si queremos criar y ver crecer hijos sanos, con un apego seguro, con una buena afectividad y que sean capaces de aprender y desarrollar habilidades de vida, el respeto hacia ellos debe ser una m¨¢xima en nuestra educaci¨®n.

?Est¨¢ socialmente aceptada la torta a tiempo?, ?c¨®mo eliminamos esta creencia? La soluci¨®n es tolerancia cero a este tipo de actuaciones hacia los ni?os: ¡°No podemos creer que por ser sus padres tenemos derecho a todo y la violencia es una l¨ªnea roja que jam¨¢s debemos permitir ni tolerar que se cruce¡±. La educaci¨®n es la base de todo y los adultos necesitamos reeducarnos en cuanto a c¨®mo nos relacionamos con los ni?os. ¡°Igual que nos parece impensable que alguien defienda que un hombre pegue a una mujer, nos tendr¨ªa que parecer una aberraci¨®n que un adulto ejerza violencia hacia un ni?o¡±, concluye Rasche.

Pautas para criar sin castigos

Entendiendo y siendo conscientes de los procesos madurativos que necesita un ni?o para crecer y convertirse en adulto. Son demasiadas veces las que les pedimos cosas a nuestros hijos para las que todav¨ªa no est¨¢n preparados. Rasche recomienda algunas pautas para criar sin castigos:

1. Conocer c¨®mo funciona el cerebro y entender que su punto m¨¢ximo de maduraci¨®n no se alcanza hasta pasados unos 20/25 a?os nos puede ayudar a comprender y tener compasi¨®n con la infancia.
2. Las varitas m¨¢gicas no existen y el primer paso es que tomemos consciencia de nuestra realidad como padres. Debemos conocer a nuestra familia y a nuestros hijos para poder adaptar pautas y herramientas que funcionen en nuestro d¨ªa a d¨ªa.
3. Una vez dicho esto, involucrar a los ni?os en la creaci¨®n de las normas, dejarles opinar y que tomen sus propias decisiones y respetar esas decisiones har¨¢n que el ni?o crezca m¨¢s seguro de s¨ª mismo, y un ni?o que conf¨ªa en s¨ª mismo tomar¨¢ mejores decisiones.
4. Tenemos que dejar de lado los juicios, las comparaciones y los ¡°ya te lo dije¡±. Debemos tomarnos los errores como grandes momentos de aprendizaje, tanto para nuestros hijos como para nosotros mismos. Vivimos en una sociedad donde est¨¢ totalmente penalizado el error y eso es lo que nos lleva a pensar que los castigos son la mejor soluci¨®n para aprender.
5. Si en lugar de castigar las equivocaciones las vi¨¦ramos como una gran oportunidad de aprender podr¨ªamos ver la infancia desde otra perspectiva, y nos tomar¨ªamos la educaci¨®n como un gran momento en el que regalar a nuestros hijos momentos ¨²nicos para aprender.

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