El PP permite mediante su abstenci¨®n que prospere la medida impulsada por los socialistas
La protesta de los concejales est¨¢ "avalada" por la alcaldesa e ilustra "la diversidad de opiniones" en la formaci¨®n
Los portavoces de la santa infalibilidad de aquel proceso, deber¨ªan agradecer el sacrificio de Carrillo en lugar de seguir arrojando, aqu¨ª y all¨¢, la larga sombra de Paracuellos sobre su figura.
El 82% de los espa?oles (y, significativamente, el 76% de los votantes del PP) consideran decisivo su papel en nuestro proceso de transici¨®n democr¨¢tica
Hasta el final se mostr¨® muy interesado por conocer las reacciones de las generaciones j¨®venes ante las consecuencias de la crisis econ¨®mica que asuela a esta sociedad desde hace un lustro
El hist¨®rico dirigente comunista Santiago Carrillo ha recibido un ¨²ltimo homenaje antes de que sus restos mortales sean incinerados en el cementerio madrile?o de la Almudena
Amigos del l¨ªder comunista evocan an¨¦cdotas del pol¨ªtico desaparecido
Santiago Carrillo: ¡°Acabo de dimitir y esto hay que celebrarlo con un cohiba¡±
Masiva afluencia a la capilla ardiente con los restos mortales de Santiago Carrillo, situada en el auditorio Marcelino Camacho de la sede de CC OO de Madrid
L¨®pez Salinas, dirigente del PCE, recuerda a Carrillo: "Era m¨¢s pr¨¢ctico que te¨®rico; m¨¢s t¨¢ctico que estratega", y cuenta c¨®mo recibi¨® en ba?ador a Felipe Gonz¨¢lez para su primera entrevista
Revolucionario durante su juventud de militante socialista, secretario general del Partido Comunista de Espa?a desde 1960 a 1982 y uno de los protagonistas de la Transici¨®n, la biograf¨ªa de Santiago Carrillo ha recorrido casi un siglo de grandes acontecimientos de la historia de Espa?a.
El hist¨®rico dirigente del Partido Comunista ha fallecido esta tarde en Madrid a los 97 a?os
En los ¨²ltimos meses, su salud se hab¨ªa resentido y en julio fue ingresado en el hospital
La atribuci¨®n de responsabilidades por las ejecuciones a Santiago Carrillo aument¨® cuanto m¨¢s se acercaba la transici¨®n. Fue la tapadera para ocultar un terror mucho m¨¢s brutal, sangriento y duradero: el franquista