El polvor¨ªn de la pandemia en ?frica: el reto de un continente sin vacunar
El suministro err¨¢tico de dosis, los problemas de distribuci¨®n y una percepci¨®n atenuada del riesgo ante la covid-19 dificultan la inmunizaci¨®n del continente, que solo alcanza al 7% de la poblaci¨®n
La baja tasa de vacunaci¨®n en ?frica, situada en torno al 7% de la poblaci¨®n con la pauta completa frente al 44% mundial, es uno de los mayores desaf¨ªos a los que se enfrenta el mundo para acabar con la pandemia de covid-19. Los expertos coinciden en que los problemas de acceso a las dosis debido al acaparamiento ejercido por parte de los pa¨ªses ricos han sido el principal factor que explica esos datos, pero no el ¨²nico. A ello se suman las complicaciones de distribuci¨®n de unas vacunas que llegaron tarde y a trompicones a sistemas de salud con escasos recursos para hacer frente a complejas campa?as de inmunizaci¨®n, y la desconfianza en un continente donde ha faltado una estrategia clara y donde la percepci¨®n del riesgo por la covid-19 es menor.
En ?frica se han administrado tan solo 241 millones de vacunas de los 8.000 millones inoculados en todo el mundo, seg¨²n Our World in Data. ¡°Algo que nos est¨¢ ense?ando esta pandemia es que todo es global, que es muy importante que los porcentajes de vacunaci¨®n sean altos en todos los pa¨ªses para evitar que aparezcan nuevas variantes¡±, explica Anna Roca, epidemi¨®loga de la Unidad de Gambia de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de la Universidad de Londres. ¡°Aunque en Sud¨¢frica fueron los primeros en descubrirla no est¨¢ claro d¨®nde empez¨® la ¨®micron, pero lo que s¨ª es evidente es que en dos semanas va a estar presente en muchos pa¨ªses, se transmite con mucha rapidez¡±, a?ade la especialista.
Las autoridades sanitarias mundiales y la comunidad cient¨ªfica lo ven¨ªan repitiendo como un mantra desde hace meses: dejar atr¨¢s en la vacunaci¨®n a los pa¨ªses de bajos recursos es una amenaza para todos. ¡°Hace un a?o, cuando comenzamos a ver que algunos pa¨ªses llegaban a acuerdos bilaterales con los fabricantes, advertimos de que los m¨¢s pobres y vulnerables ser¨ªan pisoteados en esta estampida mundial por las vacunas. Y eso es exactamente lo que ha sucedido¡±, recordaba esta semana Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), ¡°pero no podemos acabar con esta pandemia si no solucionamos la crisis de las vacunas¡±. Los pa¨ªses ricos han recibido 15 veces m¨¢s dosis por habitante que los pa¨ªses de bajos ingresos, seg¨²n Unicef.
El reto en ?frica no es solo que los viales lleguen a los aeropuertos de las grandes capitales; luego tienen que inyectarse. La iniciativa Covax, que ha fracasado en su objetivo de repartir 2.000 millones de vacunas entre los pa¨ªses de bajos ingresos a finales de 2021, es un ejemplo: cientos de miles de dosis han tenido que ser tiradas a la basura en ?frica por el escaso margen entre la entrega y su caducidad. ¡°Covax no funcion¨® como estaba previsto. Pero no todo ha sido un problema de escasez, tambi¨¦n ha faltado una estrategia clara¡±, asegura Eric Delaporte, epidemi¨®logo de la Universidad de Montpellier. Mantener la cadena de fr¨ªo o llegar m¨¢s all¨¢ de la capital ha sido un quebradero de cabeza para muchos pa¨ªses. Seg¨²n la OMS, una de cada cuatro vacunas llegadas a ?frica no se ha administrado.
El suministro err¨¢tico e improvisado, sin una previsi¨®n que permitiera adaptar las campa?as de inmunizaci¨®n al stock, no ha contribuido a generar la confianza necesaria. Un ejemplo es Senegal. ¡°Este pa¨ªs vivi¨® un pico de casos durante la tercera ola de julio pasado. La gente se preocup¨® y acudi¨® en masa a vacunarse, pero en agosto se acabaron las dosis y muchas personas se quedaron sin inmunizar. Cuando en septiembre llegaron m¨¢s vacunas, esas personas ya no volvieron, as¨ª que a finales de mes hab¨ªan caducado. En octubre se destruyeron 200.000 vacunas¡±, explica Alice Desclaux, antrop¨®loga m¨¦dica del Instituto de Investigaci¨®n para el Desarrollo en Senegal.
De 2.000 millones de vacunas previstas en 2021, Covax ha entregado 590 millones. Un portavoz de este mecanismo lo atribuye, adem¨¢s del acaparamiento de los pa¨ªses ricos, a las restricciones a la exportaci¨®n o la falta de transparencia de los fabricantes. ¡°El gran desaf¨ªo ahora es mantener los suministros y hacerlos m¨¢s predecibles, as¨ª como trabajar con los pa¨ªses para ampliar su capacidad de absorber dosis. El segundo punto es importante, ya que necesitan tiempo para prepararse para cualquier despliegue de vacunas a gran escala. En las ¨²ltimas semanas, los donantes y fabricantes han comenzado a proporcionar datos m¨¢s precisos, despu¨¦s de un a?o en el que las dosis y la transparencia han sido muy escasas¡±, asegura.
Para muchos pa¨ªses se trata del mayor despliegue de vacunas de su historia, insiste Covax, y en algunos casos ¡°tendr¨¢n que lidiar con m¨¢s de cinco veces el volumen de vacunas al que normalmente se enfrentan. Tambi¨¦n lo entregar¨¢n a partes de la poblaci¨®n a las que normalmente no tienen que dirigirse. Por lo general, las vacunas se administran a beb¨¦s o adolescentes, pero muchos pa¨ªses no cuentan con un programa de vacunaci¨®n para adultos. Adem¨¢s, si bien la mayor¨ªa de los pa¨ªses han implementado campa?as masivas antes, tienen un plazo de entrega de uno o dos a?os y, por lo tanto, pueden planificar en consecuencia, incluido tener un suministro predecible. Mientras que con las vacunas contra la covid-19, estamos hablando de un suministro que proviene de m¨²ltiples fuentes y el momento de la entrega es a menudo impredecible¡±, informa Alejandra Agudo.
Infectados sin detectar
La escasez de dosis, al menos hasta el verano, y los problemas log¨ªsticos crearon un caldo de cultivo poco propicio entre la poblaci¨®n. Las cifras oficiales de la pandemia en ?frica ¡ª8,7 millones de casos y 223.000 muertes para unos 1.300 millones de habitantes¡ª no reflejan la realidad. La escasa capacidad de hacer test y el car¨¢cter leve o asintom¨¢tico de la inmensa mayor¨ªa de las infecciones debido sobre todo a la juventud de la poblaci¨®n han ocultado que el virus ha circulado mucho m¨¢s de lo que dicen las estad¨ªsticas. ¡°Ahora lo sabemos por los estudios de seroprevalencia¡±, comenta Delaporte. ¡°Llevamos a cabo una investigaci¨®n en seis pa¨ªses de ?frica occidental y central y, despu¨¦s de la segunda ola, hab¨ªa entre un 45% y un 55% de personas con anticuerpos que se hab¨ªan contagiado, sobre todo en las grandes ciudades¡±, a?ade.
Sin embargo, pese a esta amplia circulaci¨®n del virus, millones de africanos tienen una sensaci¨®n muy diferente. ¡°Nekut fii¡± (expresi¨®n en lengua wolof que significa ¡°no est¨¢ aqu¨ª¡±), responde la joven camarera Fatumata Kande cuando le preguntan por la covid-19, usando la coletilla que se ha popularizado en Gambia a la hora de referirse a la pandemia, que se percibe como una enfermedad de blancos. ¡°No ha sido igual en todo el continente. En Sud¨¢frica ha golpeado como en Brasil o en Europa, pero si miramos a ?frica occidental vemos que la severidad es menor. Y no solo se explica por la juventud de la poblaci¨®n¡±, a?ade Anna Roca. Los cient¨ªficos investigan otros factores que pueden haber reducido los casos graves, como la mayor exposici¨®n a la malaria y a otros coronavirus humanos o el contacto con un tipo de par¨¢sitos que modulan la respuesta inmunitaria.
Las dudas surgidas en todo el mundo sobre los efectos secundarios de algunas vacunas, como la de AstraZeneca ¨Dmayoritariamente utilizada por Covax¨D, tambi¨¦n han tenido un impacto notable en el continente africano. ¡°No es un fen¨®meno exclusivo de ?frica¡±, recuerda Delaporte, pero cuando Francia anunci¨® que no dar¨ªa un pase sanitario a las personas vacunadas con el tipo de AstraZeneca distribuido en el continente y procedente de India cundi¨® el recelo. ¡°La desconfianza existe, pero no podemos culpar a la poblaci¨®n, no ha habido una estrategia ni una comunicaci¨®n clara sobre las vacunas¡±, apunta Desclaux.
?frica tampoco ha quedado fuera de la otra epidemia, la de noticias falsas y rumores sobre las vacunas. Mientras en Europa o Estados Unidos se extienden los comentarios sobre microchips y alteraciones de ADN, en muchos rincones de ?frica se teme a supuestos efectos secundarios y, sobre todo, a que provoque infertilidad. Seg¨²n ha alertado la ONG Care, hay pa¨ªses africanos donde solo se ha vacunado una mujer por cada tres hombres debido a estas creencias falsas. En Malaui o Somalia, mujeres casadas en edad f¨¦rtil se resisten al pinchazo. Este es un rumor recurrente: durante las campa?as de vacunaci¨®n contra la poliomielitis en Nigeria en d¨¦cadas pasadas muchas comunidades se resistieron porque dec¨ªan que era un intento encubierto de esterilizar a los ni?os.
Para tratar de reducir la dependencia exterior, ?frica se ha lanzado a una carrera para poner en marcha centros de producci¨®n de vacunas. En los ¨²ltimos meses, han surgido tres proyectos diferentes en Sud¨¢frica, Ruanda y Senegal, donde la idea es fabricar vacunas anticovid con ARN mensajero, pero tambi¨¦n hacer frente a otras enfermedades. Todos conf¨ªan en comenzar la producci¨®n en 2023 y para ello se han firmado acuerdos con empresas como BioNTech y Biovac. Pero, de momento, habr¨¢ que seguir esperando a la solidaridad global. Esta semana el presidente chino, Xi Jinping, prometi¨® 1.000 millones de dosis extra para ?frica, en un plan en el que los intereses pol¨ªticos y econ¨®micos tambi¨¦n entran en juego.
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