Es necesario plantearnos si una cuenta en redes sociales sometida a la l¨®gica de la acumulaci¨®n sin reflexi¨®n es el mejor lugar para crear una memoria colectiva sobre las agresiones a las mujeres
Maximizar la velocidad de la informaci¨®n a costa de la reflexi¨®n reduce la verdad a una cuesti¨®n binaria, y se pierde su valor m¨¢s profundo: su b¨²squeda
En el sexo descubrimos cosas que no sab¨ªamos que quer¨ªamos, inventamos nuevas lindes entre el deseo y la voluntad, entre la curiosidad y la ¨¦tica, la fantas¨ªa y la realidad
El individuo radicalizado es un tipo hipermasculino, orgulloso, que no le teme a la correcci¨®n pol¨ªtica ni a los sermones del buenismo, que no se esconde de ser un macho y que se?ala a los sistemas democr¨¢ticos con el brazo bien estirado
Isabel Coixet, con ¡®Un amor¡¯, y Elena Mart¨ªn Gimeno, con ¡®Creatura¡¯, crean universos crudos y precisos, y a dos protagonistas que tropiezan con la misma piedra: la incomodidad que otros sienten hacia su sexualidad
Si hay alguna esperanza de paz, esta no se reduce a un alto al fuego. En el camino hacia la reparaci¨®n, ser¨¢ necesario atravesar v¨ªas desconocidas, t¨²neles, bosques llenos de sombras
La libertad sexual tambi¨¦n debe incluir la capacidad de imaginar sin coacciones morales ni autocensura respecto al consentimiento, la igualdad o la dominaci¨®n
La enfermedad es un estado que excede lo f¨ªsico; no limita sus estragos al cuerpo, a la carne, a los ¨®rganos, sino que se extiende hasta cubrir nuestra percepci¨®n de la realidad
El deseo es fruto de una reconstrucci¨®n constante, de la fantas¨ªa, la curiosidad y la experiencia, de lo que bebemos socialmente y de lo que somos capaces de imaginar en la intimidad
La realidad de las infancias ¡®queer¡¯ necesita menos alarmismo y m¨¢s reflexi¨®n. Tan importante es no prohibir la transici¨®n como no presionar a quien transita para adecuarse a un g¨¦nero u otro
Se puede, y se debe, responder al agravio con contundencia y con seriedad, pero tambi¨¦n es crucial saber darle la vuelta y convertir el agravio en un espacio de afirmaci¨®n y de lucha
No se trata de renegar de ninguna obra ni de cancelar a ning¨²n autor, sino de evitar que el relato de la mujer que sufre sea el ¨²nico relato posible, que esta figura femenina siga marcando un canon hegem¨®nico
La respuesta al video del colegio mayor El¨ªas Ahuja muestra la urgencia del feminismo, pero tambi¨¦n revela que la capacidad de ofender ha sido monopolizada por unos pocos. Se legitima la memez con la indignaci¨®n, en vez de burlarnos de los ni?atos
El espect¨¢culo teatral estrenado en M¨¦rida y Barcelona apunta a los silencios y omisiones de las mujeres y de aquellas voces que desaf¨ªan, a menudo con su mera existencia, el discurso imperante
Construir una sociedad m¨¢s justa pasa por reconocer nuestros malestares para no dejar que el miedo y la rabia, principales elementos a los que apelan el neofascismo y la ultraderecha, nos fagociten
El ocultamiento nos distancia a los unos de los otros, nos impide conectar con lo desconocido, nos blinda ante las percepciones de los dem¨¢s, y, por tanto, nos hace emocionalmente m¨¢s pobres
Aupamos a los h¨¦roes del momento. Despu¨¦s los censuraremos. No importa. La cuesti¨®n es tener una opini¨®n tajante, inclemente, y esgrimirla sin concesiones
El caso de Sarah Everard nos recuerda que las mujeres estamos atrapadas en un relato en el que somos vulnerables, estamos a merced de los peligros y necesitamos protecci¨®n
Las mujeres que sobrevivieron a la violencia sexual en la guerra de los Balcanes se enfrentan ahora a la censura y al silenciamiento. El desamparo es m¨²ltiple
Las redes sociales abren un campo de batalla donde lo que est¨¢ en juego es la legitimidad de las identidades. En cada retuit, una forma de reafirmarse ante el mundo, pero tambi¨¦n de dictar sentencia sobre la libertad de otras