Las mejores pel¨ªculas de 2020
Los cr¨ªticos de EL PA?S escogen sus cinco t¨ªtulos favoritos del a?o
Los cr¨ªticos de cine de EL PA?S escogen, sin orden ni concierto, sus cinco pel¨ªculas favoritas de 2020, estrenadas comercialmente en salas o en plataformas, a excepci¨®n de las presentadas en el marco de festivales de cine.
Carlos Boyero
Mank
David Fincher
El retrato que hace Fincher de Herman Mankiewicz, tan imaginativo como c¨¢ustico, borracho impenitente, l¨²cido y c¨ªnico, mosca cojonera empe?ada en desafiar a los jefes desmontando sus mentiras y sus manipulaciones, incluidas las pol¨ªticas, colaborador del eg¨®latra con causa Welles, destila un talento y una complejidad admirables. No hay ning¨²n desfallecimiento en esta historia tan arriesgada de contar. El tono visual que ha creado Fincher te recuerda al de Ciudadano Kane. Las interpretaciones de protagonistas y secundarios son perfectas, pero la de Gary Oldman est¨¢ m¨¢s all¨¢ del elogio. Durante mucho tiempo me pareci¨® un actor con tendencia al pasote, dotado pero artificioso. Aqu¨ª logra que te enamores, comprendas y compadezcas al problem¨¢tico, brillante y muy humano Herman Mankiewicz. Es mi pel¨ªcula favorita en este a?o sombr¨ªo.
1917
Sam Mendes
Sam Mendes, para transmitir esta historia de miedo, de incertidumbre, de monstruos que acechan en la luz o en la sombra a los dos involuntarios aventureros, de barro y mugre, de desfallecimiento y supervivencia, ha inventado un impresionante lenguaje con su c¨¢mara. Tienes la sensaci¨®n de que las dos horas de metraje se desarrollan en un solo plano. No percibes los cortes. Y este ejercicio estil¨ªstico nunca es gratuito. No pretende el exhibicionismo. Es la forma de hacerte c¨®mplice de todos los sentimientos que asaltan a los protagonistas en paisajes que veces parecen surreales, con el tono de las pesadillas.
Las ni?as
Pilar Palomera
Su inteligente directora Pilar Palomero opta por la sutileza, por buscar algo tan infrecuente como la credibilidad, una narrativa especial para hacer un retrato complejo de las cosas que pueden ocurrir en esa edad convulsa en la que todo son preguntas y las certidumbres escasas. En el proceso de ni?a a mujer, que dir¨ªa esa apoteosis de la cursiler¨ªa que responde al nombre de Julio Iglesias. Es una ¨®pera prima. Se tiende a juzgar con paternalismo y comprensi¨®n los errores que se cometen en ellas. Yo aqu¨ª no veo ninguno, es una pel¨ªcula que consigue lo que pretend¨ªa ser. Es discreta, sensible y veraz.
Richard Jewell
Clint Eastwood
No voy a emplear calificativos excesivamente elogiosos, pero es una buena pel¨ªcula, bien contada y muy bien interpretada, de un director que est¨¢ ya en la historia del cine. Pese a ser conservador, su cine siempre habla del lado m¨¢s amargo de Am¨¦rica. En realidad, Eastwood ha sido y sigue siendo un defensor de los perdedores.
Falling
Viggo Mortensen
Viggo Mortensen se coloca detr¨¢s de la c¨¢mara (y tambi¨¦n delante, para vender la pel¨ªcula) para narrar una historia familiar dominada por la penumbra, los sentimientos encontrados, el agresivo infierno mental debido al alzh¨¦imer (aunque antes de la enfermedad ese fulano autoritario, cruel y desde?oso tambi¨¦n debi¨® de ser un mal bicho) de un hombre al que su sufrido hijo, el novio de este y su hija intentan en vano ofrecer un refugio f¨ªsico y sentimental. Es una pel¨ªcula intensa, bien contada, pensada y sentida, que escarba en sensaciones dolorosas, en el peso de los recuerdos y en la complejidad de los sentimientos.
Gregorio Belinch¨®n
El a?o del descubrimiento
Luis L¨®pez Carrasco
Por fin, la gran pel¨ªcula espa?ola sobre la Transici¨®n que ni habla de la Transici¨®n ni tiene por qu¨¦ limitarse a ser devorada por el p¨²blico espa?ol. Un retrato a la altura del d¨ªptico Despu¨¦s de¡, de Cecilia Bartolom¨¦. L¨®pez Carrasco cumple con un t¨®pico de manual (usar una an¨¦cdota, el incendio en febrero de 1992 del Parlamento murciano, para explicar un todo) para a continuaci¨®n hacerlo saltar en mil pedazos (o as¨ª nos podr¨ªamos tomar el uso de la pantalla partida) y hablar al p¨²blico de una Espa?a que siendo 100% la de entonces es tambi¨¦n 100% la de ahora: la cultura del pelotazo, la apuesta por el ladrillo, el chiringuito y el sol¡ Y lo cuenta gente que pocas veces tendr¨¢n voz en la gran pantalla. Sencillamente fascinante.
Nunca, casi nunca, a veces, siempre
Eliza Hittman
Esta es una pel¨ªcula de terror, de perturbadora realidad que sin embargo est¨¢ adscrita al g¨¦nero del drama. Esta es una historia de desesperaci¨®n, la de una adolescente que desde un pueblo de Pensilvania viaja a Nueva York para abortar. Esta es la historia de un ser absolutamente fr¨¢gil al que el comportamiento de quienes le rodean obliga a usar una m¨¢scara de piedra. Es tambi¨¦n, inmisericorde, una canci¨®n sobre un tiempo, la adolescencia, que deber¨ªa ser un bello camino de descubrimiento en descubrimiento, y que acaba mutado en un doloroso zigzag por la podredumbre y la soledad. Entre los tres momentos cinematogr¨¢ficos del a?o quedar¨¢ la secuencia que titula la pel¨ªcula.
Ema
Pablo Larra¨ªn
El chileno Pablo Larra¨ªn no tiene pel¨ªcula mala. Ni complaciente. En todas indaga en los vac¨ªos de la humanidad. ¡°Solo entiendo el cine como una bola de fuego¡±, dice el cineasta, y no se puede resumir en menos palabras lo que es Ema: pu?etazo a la sociedad imperante, acercamiento a una juventud que en nada se parece a lo que nos cuentan el canal Disney y las pel¨ªculas de adolescentes de Netflix, mujeres que usan el reguet¨®n como arma de autoafirmaci¨®n, familias que forman su estructura seg¨²n c¨®mo surjan sus emociones. Ema baila entre los reproches y el deseo, entre sexo liberador y coreograf¨ªas en la calle, desde el caos y la destrucci¨®n hasta el amor m¨¢s puro. Y todo con esa mirada fr¨ªa, quir¨²rgica, de Larra¨ªn, uno de los grandes.
Martin Eden
Pietro Marcello
Las mejores pel¨ªculas de 2020 han nacido pegadas a la humanidad, como si el inconsciente colectivo de los cineastas llevara prepar¨¢ndose desde hace a?os para una ¨¦poca en la que m¨¢s que nunca nos faltan los otros, y sus abrazos. Martin Eden habla de alguien que al crecer como persona acaba alej¨¢ndose de los suyos, gente que acaba convertida en los otros, en los de enfrente. Y Pietro Marcello, director procedente del documental, ahonda en la brecha al trasladar la novela de Jack London a la Italia de mitad del siglo XX y al subrayar con im¨¢genes reales la dignidad de quien se queda atr¨¢s: ?merece la pena el viaje?
Beginning
Dea Kulumbegahsvili
Probablemente no haya pel¨ªcula m¨¢s artificiosa y medida en 2020 que Beginning, de Dea Kulumbegahsvili. Artificiosa, que no artificial, por su forma: medio centenar de planos secuencia, montados casi siempre en encadenados de un plano corto, otro largo y otro corto, con milim¨¦trico control de lo que aparece (o no) en pantalla, como en el desasosegante momento del autob¨²s. En realidad, Beginning podr¨ªa ser la traslaci¨®n del mito de la caverna de Plat¨®n ¨Cy el ejemplo es justo la secuencia inicial¨C hasta que llega la secuencia de la violaci¨®n, en la que Kulumbegahsvili deja claro a qu¨¦ ha venido: a que el espectador se asome al abismo en el alma de la protagonista, aplastada por una sociedad que aunque se escude en diferencias religiosas la odia por ser mujer.
Elsa Fern¨¢ndez-Santos
The Souvenir
Joanna Hogg
Pel¨ªcula autobiogr¨¢fica de la cineasta brit¨¢nica Joanna Hogg, The Souvenir es, adem¨¢s de la cr¨®nica del despertar de una conciencia creativa, uno de los retratos m¨¢s tristes y hermosos del esplendor y ruina de los a?os ochenta.
Ema
Pablo Larra¨ªn
Bajo la inteligente mirada del cineasta chileno Pablo Larra¨ªn a toda una nueva generaci¨®n, Ema, interpretada por Mariana di Girolamo, es el personaje femenino m¨¢s original, complejo, libre y arriesgado de 2020.
Diamantes en bruto
Joshua y Ben Safdie
La ¨²ltima pel¨ªcula de los hermanos Safdie, con un Adam Sandler superior, es una fren¨¦tica, cruda y desasosegante inmersi¨®n en el Nueva York de la adicci¨®n a las apuestas y el juego.
Vitalina Varela
Pedro Costa
Desde La habitaci¨®n de Wanda, su obra maestra, Pedro Costa no hab¨ªa logrado una pel¨ªcula tan redonda como la que protagoniza la fascinante mujer caboverdiana Vitalina Varela.
Beginning
Dea Kulumbegashvili
La religi¨®n, la violencia, la familia, la depresi¨®n, la venganza¡ la sorprendente y dif¨ªcil ¨®pera prima de la georgiana Dea Kulumbegashvili anuncia a toda una cineasta. Aunque sea para odiarla.
Javier Oca?a
Estoy pensando en dejarlo
Charlie Kaufman
S¨ªntoma de los tiempos cinematogr¨¢ficos que vivimos y de la falsa encrucijada entre los caminos de las salas y de las plataformas, que en realidad son uno mismo, el del cine, la mejor pel¨ªcula del a?o la vimos en Netflix. Y, contrariando a los te¨®ricos de la superficialidad general de sus productos, tambi¨¦n hablamos de la producci¨®n m¨¢s arriesgada y dif¨ªcil de ver y asimilar. Estoy pensando en dejarlo es la obra de un artista al margen, de un bendito loco, capaz de afrontar una historia enso?adora sobre el desamparo y la incomunicaci¨®n desde un surrealismo (in)concebible. Un C¨®mo ser Charlie Kaufman desgarrador, torturado y l¨²gubre, expuesto con la libertad del genio sin medida.
Dragged Across Concrete
S. Craig Zahler
Dos a?os despu¨¦s de su estreno en el Festival de Venecia, v¨ªa plataforma y con las salas a¨²n cerradas a principios del mes de junio, lleg¨® por fin a Espa?a este salvaje thriller que, en los ambientes de corrupci¨®n policial del cine de Sidney Lumet y con di¨¢logos sentenciosos en la l¨ªnea de las mejores pel¨ªculas de Don Siegel y John Boorman, lograba tener estilo propio. S. Craig Zahler, director y guionista en solitario, maneja la tensi¨®n a trav¨¦s de la calma y, sin banda sonora musical, compone una turbia y compleja historia donde la palabra se escupe con brillantez y la violencia surge del modo m¨¢s seco.
El lago del ganso salvaje
Diao Yinan
En un a?o muy bueno para el neonoir, el chino Diao Yinan aborda las contradicciones econ¨®micas, pol¨ªticas y ¨¦ticas de la China contempor¨¢nea con una obra desoladora ambientada en lugares de absoluta fealdad filmados con inusitada belleza. Con una estructura de enorme complejidad, El lago del ganso salvaje es cine atmosf¨¦rico, l¨²gubre y social, y deja en la memoria una secuencia fascinante: un baile comunitario en una feria, con reminiscencias del m¨ªtico de Banda aparte, de Jean-Luc Godard, donde la luz artificial de las suelas de las zapatillas ilumina un universo de cochambre econ¨®mica y depravaci¨®n moral.
Richard Jewell
Clint Eastwood
En un tiempo donde suelen primar la notoriedad visual y las complejidades narrativas, Clint Eastwood se reafirma como el mejor de los contadores de historias poniendo el foco en la mirada de sus personajes. Tan f¨¢cil, tan dif¨ªcil. Relato basado en los hechos reales vividos por un hombre sencillo atropellado por las peores circunstancias, Richard Jewell se adentra en el hero¨ªsmo arquet¨ªpico del Juan Nadie con la sabidur¨ªa del artista que sabe que en demasiadas ocasiones hay un enorme trecho entre lo que parece y lo que es. Sobre todo, de cara a los medios de comunicaci¨®n y a la peligrosa mentira del linchamiento social. Drama, comedia e intriga judicial, filmados con los habituales claroscuros, f¨ªsicos y metaf¨®ricos, del cine de Eastwood.
Las ni?as
Pilar Palomero
Pel¨ªcula espa?ola del a?o junto a la tambi¨¦n notabil¨ªsima La boda de Rosa, de Ic¨ªar Bolla¨ªn, la ¨®pera prima de Pilar Palomero se introduce en las innumerables dudas y las pocas certezas de una preadolescente de los primeros a?os noventa con dulzura y arrojo, con fisicidad y con simbolismo. La distancia entre la ni?a que finge cantar porque la han convencido de que no lo hace bien y la chica que encuentra su propia voz es la de la p¨¦rdida de la inocencia, la de las primeras aproximaciones a lo prohibido, la del encontronazo con los secretos familiares ocultos. Y un plano, subida en una moto, agarrada al presente, pelo al viento, vida en libertad, como s¨ªmbolo de una edad ¨²nica.
Ana Useros
La camarista
Lila Avil¨¦s
Lila Avil¨¦s ha contado muchas veces que su primera pel¨ªcula se inspira en L¡¯Hotel (1981), de Sophie Calle. En ese proyecto ya m¨ªtico, Calle se emple¨® como camarera de piso en un hotel y aprovech¨® para fotografiar y especular sobre los objetos abandonados en las habitaciones y sobre las historias que estos podr¨ªan revelar sobre quienes estuvieron all¨ª. En cambio, Avil¨¦s, tambi¨¦n fot¨®grafa, utiliza esos objetos descuidados y el desorden transitorio de las habitaciones de hotel para narrar la vida de Eve, la camarera de piso (la camarista) que los ordena. En ese sentido, La camarista nos regala el cada vez m¨¢s escaso placer de ver una pel¨ªcula narrada con inteligencia mediante sus encuadres, mediante la disposici¨®n de los objetos en el plano, la relaci¨®n de la figura humana con su entorno. Y nos regala tambi¨¦n un relato que, contra lo que se podr¨ªa pensar, no se centra ¨²nicamente en la reivindicaci¨®n de la dureza y la precariedad de su trabajo, aunque algo de eso cuenta, sino en la inteligencia y la ambici¨®n de una mujer que sabe lo que quiere y lucha por conseguirlo.
Martin Eden
Pietro Marcello
La adaptaci¨®n de Martin Eden, la novela de tintes autobiogr¨¢ficos de Jack London en la que su autor, por entonces s¨ªmbolo de la literatura comprometida, trataba de conjurar su personalidad en conflicto, desgarrada entre los ¨¦picos relatos sobre la supervivencia del m¨¢s fuerte que le dieron la fama (La llamada de la selva) y la necesidad de creer en una sociedad libre y sin clases sociales, ha sido elogiada por su eclecticismo abigarrado, por el uso de materiales diversos y t¨¦cnicas mixtas, por sus anacronismos deliberados. Pero toda esa variedad de recursos, equivalentes en cierto modo al uso del zoom en las adaptaciones literarias que hac¨ªan los grandes directores italianos de la d¨¦cada de 1960, finalmente convergen en una obra de aliento y textura cl¨¢sica, voluntariamente arcaizante. Sinceramente enamorado de la novela, Martelli evita la tentaci¨®n f¨¢cil de crear un paralelismo con la ¡°situaci¨®n¡± actual y, en cambio, nos ofrece un episodio m¨¢s de la guerra eterna, de la lucha de amor y muerte entre la humanidad y los lenguajes que hemos inventado para contarnos.
Nunca, casi nunca, a veces, siempre
Eliza Hittman
Autumn, la adolescente protagonista (y superhero¨ªna) de Nunca, casi nunca, a veces, siempre, se embarca en una lucha tit¨¢nica contra el tiempo, desdoblado en varias dimensiones, todas ellas amenazantes para su futuro y su vida. Lucha contra sus diecisiete a?os, que, en alianza con la legislaci¨®n del lugar donde vive, le impiden tomar decisiones aut¨®nomas sobre su cuerpo. Lucha contra las semanas que lleva gestando que, en una cuenta atr¨¢s implacable, le reducen progresivamente las posibilidades de abortar. Y lucha contra las horas que debe pasar en una ciudad desconocida y enorme (Nueva York), sin dinero ni colch¨®n, hasta que pase el plazo obligado para poder someterse a la operaci¨®n. Junto a Skylar (su prima, su amiga, su compa?era leal que le proporciona las armas para el combate), ambas calladas, concentradas, asustadas y valientes, Autumn libra esta aventura a lo largo de una pel¨ªcula que consigue mostrar sin contarlo, sin explicarlo y, desde luego, sin justificarlo, el enorme peso del mundo sobre los hombros encogidos de una adolescente.
Sin se?as particulares
Fernanda Valadez
En el extremo opuesto de esas otras pel¨ªculas, tambi¨¦n necesarias, que se esfuerzan en desentra?ar los motivos econ¨®micos, sociales o geopol¨ªticos de la violencia genocida de las fronteras, Sin se?as particulares coloca la ignorancia, el vac¨ªo y la desorientaci¨®n como vectores de una trama que sigue los pasos de Milagros, una madre que busca cerciorarse de si su hijo ha sobrevivido o no a su viaje en precario hacia los Estados Unidos. Mediante una fotograf¨ªa enga?osamente preciosista, Valadez enfoca lo conocido, los rostros de las mujeres que indagan o el paisaje natural, y desenfoca y oscurece lo desconocido, lo aterrador, las luces de las poblaciones a lo lejos, las siluetas del mal, las escenas de violencia, los cuerpos amados que se alejan hacia un futuro incierto. La frontera no es tampoco una l¨ªnea n¨ªtida, sino un inmenso territorio sin marcas sobre el que planea el miedo, el dolor, la muerte y la culpa. La pel¨ªcula transita por las variedades de la culpa que nace de la impotencia, convirtiendo ese sentimiento en la traducci¨®n exacta y lacerante de la total injusticia.
Vitalina Varela
Pedro Costa
Es extra?o y a la vez evidente colocar una pel¨ªcula de Pedro Costa entre las ¡°mejores del a?o¡±. Suena como una obviedad y como una traici¨®n. Como si estas pel¨ªculas tuvieran una l¨ªnea temporal propia que empez¨® hace ya veinte a?os, en El cuarto de Vanda; como si ocurrieran en un lugar tambi¨¦n propio, que es un lugar f¨ªsico y m¨ªtico, el barrio de Fonta¨ªnhas en Lisboa, pero que tambi¨¦n es un lugar construido seg¨²n un m¨¦todo de trabajo, donde un peque?o grupo de personas se empe?an en seguir fieles a una cierta idea del cine. En cualquier caso, la inclusi¨®n en estas listas no es un homenaje a la existencia de las pel¨ªculas sino al milagro y la suerte de que las podamos ver en una sala. Para quienes entren por primera vez en este mundo, espero que Vitalina Varela sea un descubrimiento luminoso y un deslumbramiento oscuro. Quienes hemos recorrido parte del camino con estas pel¨ªculas salimos de Vitalina Varela con una sensaci¨®n de gozo y tristeza ante el atisbo de despedida, solamente igualada, en un plano muy similar, por el final de El hombre tranquilo (John Ford, 1952).