M¨¢s malo imposible: as¨ª es el villano perfecto
EL PA?S junta rasgos de varios iconos de crueldad en cine, literatura o c¨®mics para construir el retrato de la n¨¦mesis ideal y explicar a partir de ah¨ª por qu¨¦ el p¨²blico los adora incluso m¨¢s que a los h¨¦roes
Detener a los villanos es el objetivo de cualquier superh¨¦roe. Pero, al menos una vez, justo antes de apretarles las esposas a sus n¨¦mesis, Batman deber¨ªa darles las gracias. Joker, el Ping¨¹ino o Dos Caras le han quitado el sue?o m¨¢s de una noche. Y a toda Gotham. Sin embargo, tambi¨¦n lo convirtieron en una leyenda. Solo un Caballero Oscuro pod¨ªa derrotar a tama?os adversarios. Aunque, ¨²ltimamente, la misi¨®n de los buenos se antoja cada vez m¨¢s dif¨ªcil. Porque los malos han aprendido a arrasar no solo ciudades, sino tambi¨¦n corazones. Antes robaban dinero; hoy, protagonismo. Tienen sus propios c¨®mics, pel¨ªculas, series, novelas o ensayos. Sus legiones de seguidores. E incluso homenajes: la colecci¨®n de tebeos Un mal d¨ªa, que est¨¢ publicando ECC, se rinde cada mes ante un enemigo distinto del Murci¨¦lago.
Cruella De Vil aterroriz¨® a 101 d¨¢lmatas y a muchos m¨¢s ni?os. Y, gracias a ello, se mereci¨® un filme entero para ella. Darth Vader perdi¨® el duelo de sables l¨¢ser ante Luke Skywalker, pero machaca a su hijo en fama: su b¨²squeda ofrece el doble de resultados en Google. Y Hannibal Lecter ten¨ªa razones de sobra para ense?ar sus dientes: es la imagen que queda de El silencio de los corderos. ¡°El villano es, en el cine de hoy en d¨ªa, la figura clave en su evoluci¨®n, podr¨ªamos decir que incluso m¨¢s importante dentro del relato que el propio h¨¦roe¡±, se?ala el estudio La evoluci¨®n del personaje del villano en el cine espa?ol (1982¨C2015), de los investigadores universitarios Rosal¨ªa Linde e Ignacio Nevado. ¡°A la mayor¨ªa de nuestros personajes favoritos de ficci¨®n no los hemos elegido por sus virtudes, sino por la fascinaci¨®n y la inquietud que nos suscita su vileza¡±, argumenta el libro Elogio de la abyecci¨®n (Altamarea), de Carlos Claver¨ªa Laguarda. Puede que tanta derrota haya acostumbrado a los villanos a mejorarse. O que seducir al p¨²blico forme parte de su nuevo plan de dominio global. Pero lo cierto es que cuidan cada vez m¨¢s su magnetismo.
¡°Sol¨ªa bastarles con ser malos. Ahora la audiencia pide m¨¢s matices. Quiere empatizar, aunque condene sus elecciones¡±, aporta la escritora Emma G. Rose, que ha creado unos cuantos en sus novelas fant¨¢sticas. ¡°Como seres humanos, deseamos buenas historias. Y deben tener un villano. Si no, resultan sosas¡±, agrega Tori Telfer, autora de dos libros (en Impedimenta) sobre asesinas y estafadoras reales del pasado. Necesarios. Fascinantes. Terror¨ªficos. Complejos. Y parecidos a sus rivales. ¡°En la primera d¨¦cada del siglo XXI, la frontera entre h¨¦roe y villano termina de desdibujarse¡±, destaca el informe de Linde y Nevado. Por estas y otras razones, EL PA?S ha intentado reconstruir el villano ideal, a partir de rasgos de algunos de los m¨¢s c¨¦lebres, seleccionados partiendo de una decena de entrevistas y listas como la del Instituto del Cine Americano.
Haga scroll y descubra las caracter¨ªsticas del villano perfecto.
La sonrisa libre del Joker
Cuando Javier Bardem recibi¨® el guion de No es pa¨ªs para viejos pens¨®: ¡°Esto hay que hacerlo¡±. ¡°Lo ves¡±, contaba el actor hace unas semanas. Y se refer¨ªa a esa historia estupenda que todo int¨¦rprete desea, pero solo llega ¡°cada muchos a?os¡±. El terrible Anton Chigurh, que concibieron los hermanos Coen, lo llev¨® hasta el Oscar. Y a la historia del cine, donde los malos abundan. ¡°Suelen estar mejor escritos. Permiten a los autores arriesgar, con m¨¢s libertad creativa¡±, sentenciaba Luis Zahera, justo antes de ganar el Goya con el inquietante aldeano que idearon Rodrigo Sorogoyen e Isabel Pe?a en As bestas.
Por definici¨®n, los villanos reniegan de reglas y l¨ªmites que no sean los suyos. Es el h¨¦roe el encargado de mantener el orden. Ellos, al rev¨¦s, buscan destruirlo. ¡°Tienen todo tipo de forma, g¨¦nero, raza o religi¨®n¡±, agrega Michael Baser, productor y responsable del departamento de escritura de la escuela de cine de Vancouver. Terminator, la mu?eca Annabelle, el ordenador HAL, Freddy Krueger o la profesora Agatha de Matilda est¨¢n ah¨ª para darle la raz¨®n, entre otros miles de ejemplos.
Buena parte del ¨¦xito de las pel¨ªculas finales de Los Vengadores se deb¨ªa a un enemigo a la altura, Thanos, seg¨²n las cr¨ªticas. La ¨²ltima cacer¨ªa de Kraven (Panini) no se considera uno de los mejores tebeos de Spiderman por su protagonista, sino por c¨®mo un villano atormentado lo lleva hasta el l¨ªmite. Aunque quiz¨¢s el malvado libre por excelencia sea Joker. Hasta el punto de rebelarse ya en su primera aventura, all¨¢ por 1940. Deb¨ªa morir, pero su impacto sugiri¨® a la editorial, DC Comics, a?adir una vi?eta. ¡°?Va a sobrevivir!¡±, gritaba un doctor. M¨¢s de 80 a?os despu¨¦s, rebosa salud. Han pasado los dibujantes, guionistas y actores, pero el personaje ha mantenido su reinado en medio del caos: La broma asesina, Tres Jokers o Una muerte en la familia (todos en ECC) pertenecen a la historia del c¨®mic. Los telefilmes de los sesenta, Jack Nicholson, Heath Ledger y ahora Joaquin Phoenix hicieron mella en la pantalla. Hasta que el payaso regrese, con su esperad¨ªsimo segundo filme en solitario. Un musical delirante. Pura libertad.
Las dudas de Darth Vader
¡°Un villano realmente fascinante no es totalmente irredimible. Tenemos que preguntarnos si quiz¨¢s, solo quiz¨¢s, pueda cambiar de idea¡±, sostiene Tori Telfer. Para ello, el malo debe haber sido bueno anteriormente. O, al menos, plantearse otra visi¨®n del mundo. La que permite que Darth Vader recapacite un instante antes de que sea tarde; que los fantasmas le ense?en una lecci¨®n al se?or Scrooge; o que la Bestia se vuelva bello pr¨ªncipe. Y viceversa: el presunto h¨¦roe del videojuego The Last Guardian se convierte en un demonio a fuerza de obcecarse con su misi¨®n; y Carrie pasa de v¨ªctima a verdugo, harta de las torturas que padece en la novela de Stephen King y su adaptaci¨®n al cine. ¡°La clave de cualquier personaje cautivador, sea un h¨¦roe o un villano, es una historia poderosa detr¨¢s¡±, resume Michael Baser.
Resulta que luz y sombra se acercan. Los malos cuentan con sus motivos, padecen sus traumas y, quiz¨¢s, hasta tengan raz¨®n. En Un mal d¨ªa: El acertijo, el guionista Tom King retrata al enemigo m¨¢s ocurrente de Batman como un ni?o aplastado por presiones y malos tratos; la n¨¦mesis m¨¢s temida de Spiderman, Veneno, sufre luchas interiores, enfermedades terminales e injusticias en c¨®mics como Nuevas formas de morir u Origen Oscuro (Panini). Y cualquiera que haya visto Psicosis recuerda la secuencia de la ducha, pero tambi¨¦n la enfermiza relaci¨®n de Norman Bates con su madre. Los grandes villanos provocan temor, pero tambi¨¦n compasi¨®n. O incluso admiraci¨®n: para eliminar a su querido Sherlock Holmes, el escritor Arthur Conan Doyle cre¨® al profesor Moriarty. Igual de inteligente, perspicaz, brillante. Genio absoluto. Simplemente, del lado equivocado. Aunque, en realidad, hasta eso es discutible: pese a dos milenios de debates, ¨¦tica y filosof¨ªa todav¨ªa no se aclaran sobre qu¨¦ son el bien y el mal.
La crueldad humana de la enfermera Ratched
Est¨¢ claro que Joker da miedo. Pero asusta m¨¢s a¨²n, quiz¨¢s, lo que le espeta a Batman en La broma asesina, escrito por Alan Moore: ¡°?Solo hace falta un mal d¨ªa para sumir al hombre m¨¢s cuerdo del mundo en la locura!¡±. O, dicho de otra forma, todos podr¨ªamos ser ¨¦l. El horror est¨¢ poblado de monstruos y criaturas desagradables. E infinitos ensayos han estudiado c¨®mo la propaganda pol¨ªtica deshumaniza al enemigo. Porque un villano tan distinto aterra, pero tambi¨¦n proporciona cierto confort: es inevitablemente otro.
La historia y la cultura, sin embargo, est¨¢n llenas de ejemplos contrarios. Empezando por el Holocausto. Humanos masacrando a humanos. Como mostr¨® Hannah Arendt con su teor¨ªa sobre la banalidad del mal. O como relata ?ric Vuillard en la novela El orden del d¨ªa (Tusquets), sobre una reuni¨®n secreta de industriales alemanes que decidieron apoyar a Hitler por puro c¨¢lculo econ¨®mico. Tantos malvados granitos de arena, hasta sumar un desierto de atrocidades. ¡°Un malo basado en la realidad resulta mucho m¨¢s espeluznante, porque significa que puede existir e incluso que cabe la opci¨®n de encontr¨¢rselo¡±, subraya el escritor y actor Rikki Lee Travolta. ¡°Los monstruos dan miedo, pero un malvado familiar da m¨¢s¡±, remata Tori Telfer. En Damas asesinas y Maestras del enga?o, la escritora y periodista ha reunido decenas de ejemplos. Se?oras ¡°virtuosas del ars¨¦nico¡±; abuelitas sin escr¨²pulos; hermanas aliadas en la estafa.
Casos parecidos aparecen en las noticias, cada d¨ªa. Hamlet, Perdida, La naranja mec¨¢nica, The Last of Us, Crimen y castigo, El resplandor o La noche del cazador han perturbado los sue?os de muchos. Y la serie Mindhunter, de David Fincher, narraba c¨®mo el FBI empez¨® a estudiar el perfil psicol¨®gico de los asesinos en serie. ¡°Es cierto que cualquiera puede convertirse en Joker. Aunque creo que har¨ªa falta m¨¢s de un mal d¨ªa. Quiz¨¢s una mala vida, aplastada bajo el yugo de la ley o la sociedad una y otra vez¡±, apunta Telfer. O bajo la crueldad de la enfermera Ratched, de Alguien vol¨® sobre el nido del cuco: en lugar de apoyo, maltrato. En vez de comprensi¨®n, tortura. Un tratamiento al rev¨¦s, para darle la raz¨®n a Joker: hasta el paciente m¨¢s cuerdo puede terminar enloquecido.
El poderoso ojo de Sauron
No hay gran villano f¨¢cil de derrotar. Al rev¨¦s, cuanto m¨¢s complejo, mejor. Los momentos m¨¢s emocionantes de un videojuego de acci¨®n suelen coincidir con los llamados boss fights: combates contra enemigos especialmente duros. Cualquiera que haya disfrutado la saga God of War lo sabe. Aunque existe incluso un paso m¨¢s, donde la excitaci¨®n se mezcla con el tembleque: en los videojuegos survival horror, al adversario no se le puede vencer. Solo cabe esquivarlo o huir. Como s¨ªmbolo, el Xenomorfo de la saga de Alien. M¨¢quina perfecta de matar en las pel¨ªculas. Y acechador implacable en la aventura interactiva Isolation, ya que su impredecible comportamiento imped¨ªa al jugador aprender c¨®mo evitarlo.
¡°Todos los villanos representan un miedo. Incluso malos como Gordon Gekko [Wall Street] o el se?or Burns, que encarnan el terror a perderlo todo ante el neoliberalismo m¨¢s atroz¡±, tercia Manu Gonz¨¢lez, cr¨ªtico de c¨®mics y autor de Villanos fant¨¢sticos (Redbooks), un repaso impreso a 50 estrellas del lado oscuro. En su ensayo Supergods (Turner), el guionista Grant Morrison muestra la coherencia entre los malos m¨¢s habituales en los tebeos y los temores dominantes en cada ¨¦poca: en los cuarenta, g¨¢nsteres, man¨ªacos y matones; en los ochenta, ¡°depredadores corporativos¡±. Y agrega: ¡°No fue hasta el cambio de siglo cuando un nuevo enfoque [...] cristaliz¨® en torno a una idea terrible [...]: ?y si los villanos ya hubieran ganado?¡±. Poder¨ªo, desde luego, no les falta. Porque, a la vileza, el malo suele sumar alg¨²n otro don excepcional: dinero, fuerza, astucia, crueldad, insistencia, carisma o alg¨²n superpoder. Lo que pone en valor el reto del h¨¦roe: ?c¨®mo ocultarse ante el ojo en llamas de Sauron que todo lo ve? ?C¨®mo derrocar a un le¨®n dispuesto incluso a asesinar a su hermano? Cuanto mayor se antoja la amenaza, m¨¢s se necesita a la teniente Ripley o a James Bond. O incluso a todos los baluartes del bien juntos: v¨¦anse las grandes sagas de superh¨¦roes de DC, como las Crisis (ECC), o de Marvel, como Guerra secreta, El guantelete del infinito o La era de Apocalipsis (Panini).
Aunque, a la vez, un buen autor debe saber frenar los excesos de su villano. De atractivo, sobre todo. ¡°Por supuesto me preocupa tener demasiada empat¨ªa u olvidarme de las v¨ªctimas. Es una l¨ªnea fina y no hay respuestas sencillas: sigues caminando y esperas hacerlo decentemente¡±, reflexiona Tori Telfer. Muchos adoraron la serie Narcos; otros, sin embargo, lamentaron tan magn¨¦tico retrato de Pablo Escobar. Los mafiosos de El padrino eran muy malos, pero glamurosos e inolvidables. As¨ª que la serie Gomorra se esforz¨® por hacer despreciables a sus camorristas a ojos del p¨²blico. Otra cosa, eso s¨ª, es que lo consiguiera.
Las manos ensangrentadas de Lady Macbeth
Las historias las escrib¨ªan ellos, sobre ellos y para ellos. As¨ª sucedi¨® durante siglos. De ah¨ª que los grandes villanos, igual que los h¨¦roes, fueran casi siempre exclusiva de los hombres. El ensayo De Hitler a Voldemort (Prensas de la Universidad de Zaragoza), de Sara Mart¨ªn Alegre, los entiende como ¡°elemento central de una f¨¢bula admonitoria sobre los riesgos de acumular un poder excesivo, que es la quintaesencia del patriarcado¡±. Puede que brujas y femmes fatales representen la principal excepci¨®n al relato dominante, aunque embebidas a menudo de prejuicios, como cuestionan ensayos recientes como El diablo es mujer (Lunwerg), de Elena Gall¨¦n y Sara Herranz, u Hombres fatales (Acantilado), de Elisenda Jubert.
Quiz¨¢s a las mujeres no se las considerara dignas de ser temidas. Aunque tal vez la realidad sea m¨¢s amplia, como se?ala Tori Telfer: ¡°Las criminales se han beneficiado extra?amente de la idea de que ellas no pueden delinquir. Es importante recordar que la mayor¨ªa de los criminales violentos son hombres, lo que explica por qu¨¦ lo son muchos villanos. A la vez, siempre ha existido la idea de que las mujeres son malvadas, retorcidas, falsas, as¨ª que no creo que podamos atribuir el fen¨®meno a la imagen femenina tradicional. Es f¨¢cil culpar al machismo. Pero la verdad es m¨¢s compleja, y precisar¨ªa contestar a preguntas como: ?por qu¨¦ los hombres matan m¨¢s que las mujeres? ?Quieren ellas secretamente ser m¨¢s violentas de lo que son, pero la sociedad no se lo permite? ?De d¨®nde viene la pulsi¨®n hacia la violencia?¡±.
Hace dos siglos que ?rsula intent¨® arruinarle la vida a la sirenita Ariel. Las manos de Lady Macbeth llevan varias generaciones manchadas de sangre. Y ya en 1987 Stephen King ide¨® a Misery, la secuestradora que Kathy Bates sublim¨® luego en la pantalla. Todas ellas, eso s¨ª, concebidas por hombres. Y a veces, con estereotipos de g¨¦nero, ya fueran voluntarios o no. Aunque, como en otros ¨¢mbitos, las cosas est¨¢n cambiando. Cersei Lannister. La bruja blanca. Harley Quinn. Nina Myers. T¨ªa Lydia. Las malvadas m¨¢s o menos recientes no faltan, creadas tambi¨¦n por ellas. Hasta Batman o Thor se vieron amenazados recientemente por poderosas enemigas. La lucha por la igualdad lo agradece. Aunque es posible que alg¨²n hombre tambi¨¦n se sintiera identificado, en otro sentido, ante el avance del feminismo.
Michael Myers, implacable una y otra vez
M¨¢scara blanca. Mono azul. Cuchillo de cocina. Y una sed insaciable de sangre. La caza del asesino Michael Myers a la pobre Laurie empez¨® en 1978. Y contin¨²a a d¨ªa de hoy, 13 pel¨ªculas y casi medio siglo despu¨¦s. La saga Halloween ilustra hasta qu¨¦ punto una n¨¦mesis puede obsesionarse con eliminar al h¨¦roe. Tambi¨¦n ofrece otro ejemplo de malo humano, con traumas, y arropado por el p¨²blico. Pero, adem¨¢s, muestra que ni la amenaza m¨¢s imbatible puede rebelarse ante un villano mayor: el dinero. Al superh¨¦roe de ¨¦xito se le sigue explotando. Si el malo quiere parec¨¦rsele, ha de aceptar las mismas condiciones. Aunque, tras la reducida taquilla de Halloween: El final, en 2022, los planes de m¨¢s secuelas parecen congelados. De momento.
¡°Si la literatura siguiera siendo un hecho moral, como dec¨ªa Italo Calvino, el h¨¦roe ser¨ªa m¨¢s importante que el villano. Como la novela es mayormente un g¨¦nero editorial o industrial, el villano es m¨¢s importante porque rinde m¨¢s. Y sus caracter¨ªsticas no dependen solo de la creatividad del autor, sino tambi¨¦n de las intenciones que tienen los directores comerciales¡±, apunta Carlos Claver¨ªa Laguarda. Habla de literatura, pero bien podr¨ªa hacerlo de otros ¨¢mbitos. Para disparar la expectaci¨®n sobre la serie Obi-Wan, Disney recurri¨® al ¨²ltimo regreso de Darth Vader. Pero ni el nuevo combate entre maestro y disc¨ªpulo evit¨® las cr¨ªticas irregulares. Tampoco ha tenido mejor suerte la reciente quinta entrega de Scream. Varias rese?as indicaban que, a fuerza de repetir id¨¦nticas fechor¨ªas, miedo y respeto desaparecen. Y entonces triunfa el villano que m¨¢s teme un espectador: el aburrimiento.