Su trabajo lo puede hacer un robot: estas son las profesiones en peligro de extinci¨®n
Los trabajadores cuyas tareas corren riesgo de ser automatizadas miran al futuro con incertidumbre, aunque los expertos coinciden en que la innovaci¨®n siempre genera nuevos puestos de trabajo. La clave es el reciclaje de los empleados
A Pilar Pulgar, cajera de supermercado de 51 a?os, le ¡°tiemblan las piernas¡± cuando ve un cliente en una caja autom¨¢tica. Estefan¨ªa Garc¨ªa (28 a?os) percibe ¡°miedito¡± por la automatizaci¨®n del almac¨¦n log¨ªstico en el que trabaja, tras varios a?os empleada en otro que apenas estaba robotizado. Jos¨¦ Luis, agente comercial de 42 a?os de una telef¨®nica, asegura que su empresa lo atemoriza ante un futuro en el que las m¨¢quinas lo sustituyan: ¡°Nos lo transmiten claramente, que sintamos que somos prescindibles¡±. Otros trabajadores, tambi¨¦n amenazados por la automatizaci¨®n de la actividad que realizan cada d¨ªa, son m¨¢s optimistas. ¡°Me cuesta imaginar c¨®mo se puede robotizar lo que hago¡±, dice Beatriz Espinilla (39), que se encarga de guarnecer las puertas de los coches en unas cadena de montaje. ¡°Exige trabajo fino¡±, detalla. ¡°Hay inquietud, pero no preocupaci¨®n¡±, agrega Diego Mart¨ªn, maquinista de tren de 36 a?os.
La automatizaci¨®n concierne a millones de trabajadores de todo el mundo. El gran desarrollo tecnol¨®gico experimentado en los ¨²ltimos a?os y que se vislumbra en el futuro ha encendido muchas alarmas, anticipando un posible cataclismo en las cifras de empleo que, sin embargo, ni ha sucedido ni los expertos consultados por este peri¨®dico creen que llegue a materializarse. La historia no se repite, pero s¨ª rima, tambi¨¦n en el mercado laboral: como en anteriores saltos tecnol¨®gicos, s¨ª se prev¨¦ una masiva destrucci¨®n de tareas que componen las profesiones actuales ¡ªy que exigir¨¢ un impulso en la formaci¨®n de trabajadores cuyas funciones queden obsoletas¡ª, pero no de puestos de trabajo.
Hist¨®ricamente, los nuevos oficios han compensado la destrucci¨®n de los viejos. ¡°Este debate ya tuvo lugar durante la primera y la segunda revoluci¨®n industrial; en los distintos periodos de grandes cambios tecnol¨®gicos, se ha comprobado que estos han sido positivos tanto con respecto a la riqueza global como por el efecto neto sobre el trabajo. Cabe esperar que esta vez no sea tan distinto¡±, opina Miguel S¨¢nchez, economista del departamento de Investigaci¨®n de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT) y coautor del informe Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias 2023.
¡°La escatolog¨ªa del fin del trabajo vende, pero carece de fundamento, pues ni las estad¨ªsticas ni la historia avalan tal conclusi¨®n. La evoluci¨®n de la sociedad no deja de mostrar c¨®mo, tras cada revoluci¨®n tecnol¨®gica, el incremento de la productividad viene acompa?ado (a medio y largo plazo) de la creaci¨®n de m¨¢s y mejor empleo¡±, dice Juan Jos¨¦ Fern¨¢ndez, catedr¨¢tico del departamento de Derecho Privado y de la Empresa de la Universidad de Le¨®n. ¡°Llevamos ya una d¨¦cada con este debate y, pese al salto en digitalizaci¨®n que supuso la pandemia, la destrucci¨®n de empleo por la automatizaci¨®n no ha sucedido¡±, insiste Arturo Lahera, experto en la materia y profesor del departamento de Sociolog¨ªa Aplicada en la Universidad Complutense de Madrid.
Es un an¨¢lisis parecido al de Federica Saliola, l¨ªder del ¨¢rea de Seguridad Social y Trabajo del Banco Mundial: ¡°En Alemania, Singapur y Corea del Sur, donde la densidad de uso de robots es alta, ves que de forma general el empleo sigue estando en tasas elevadas. La automatizaci¨®n siempre va de la mano de la innovaci¨®n, y la innovaci¨®n crea nuevos empleos¡±. ¡°Van a cambiar muchos trabajos, pero no nos dirigimos a una ca¨ªda en el n¨²mero de trabajadores¡±, insiste Stefano Scarpetta, director del ¨¢rea de Empleo y Asuntos Sociales de la OCDE. En su informe al respecto de 2019, este organismo anticipaba que en 10 a?os el 14% de los oficios actuales ser¨¢n completamente automatizados y en torno al 32% parcialmente. Y que ese proceso no implicar¨¢ una ca¨ªda en el n¨²mero de trabajadores en el mundo, que crece anualmente de forma ininterrumpida en las ¨²ltimas d¨¦cadas (con la excepci¨®n de la etapa de la pandemia).
Otro informe sobre el futuro del trabajo, que public¨® el Foro Econ¨®mico Mundial en 2020, se?ala las profesiones en las que m¨¢s est¨¢ cayendo la demanda de mano de obra: registradores de datos, administrativos, contables o trabajadores de cadenas de montaje. Son profesiones con matices parecidos a las que m¨¢s han ca¨ªdo entre 2007 y 2018 en Estados Unidos, seg¨²n el mismo informe: operadores inform¨¢ticos, administrativos o mecan¨®grafos. As¨ª, seg¨²n estas estimaciones, entre 2020 y 2025 se destruir¨¢n 85 millones de empleos obsoletos en el mundo y se crear¨¢n 97 millones por los nuevos oficios. Respecto a tareas, el Foro Econ¨®mico Mundial calcula que en 2020 en torno a un tercio las realizaban m¨¢quinas y que en 2025 ser¨¢n alrededor de la mitad. Este crecimiento ¡°se debe en gran parte al aumento de la conectividad digital y la adopci¨®n de tecnolog¨ªa, lo que est¨¢ impulsando empleos como analistas de datos, cient¨ªficos, especialistas en inteligencia artificial o en marketing digital¡±, explica Sam Grayling, investigador del Foro Econ¨®mico Mundial. ¡°El n¨²mero total se mantiene, e incluso aumenta, mostrando que existen numerosos yacimientos de nuevas ocupaciones capaces de sustituir a las que desaparecen¡±, a?ade Fern¨¢ndez.
Raquel Sebasti¨¢n, investigadora senior en el departamento de An¨¢lisis Econ¨®mico en la Universidad Complutense de Madrid y especialista en este tema, indica que en Espa?a, entre 1998 y 2019, la automatizaci¨®n ha causado una polarizaci¨®n de los puestos de trabajo: ¡°Crecen las ocupaciones en la parte baja y la parte alta de la distribuci¨®n salarial, mientras que decrecen las ocupaciones en el medio. La difusi¨®n de la tecnolog¨ªa, impulsada por la ca¨ªda de los precios en el sector, ha dado lugar a un proceso de rutinizaci¨®n: los trabajos m¨¢s rutinarios, y que se encuentran en el centro de la distribuci¨®n salarial, han sido sustituidos por m¨¢quinas¡±. Eso, advierte Sebasti¨¢n, conduce a un empeoramiento de las ya altas tasas de desigualdad de Espa?a: ¡°Los robots no solo desplazar¨¢n a la clase media de la distribuci¨®n, sino que tambi¨¦n provocar¨¢n, al aumentar la dispersi¨®n salarial, un significativo crecimiento de la desigualdad econ¨®mica¡±. Saliola advierte que este es un fen¨®meno que se da globalmente.
Resistencia a la entrada de tecnolog¨ªa
Por muy rompedora que sea una tecnolog¨ªa, se acaba enfrentando a resistencias que moderan su impacto. Pulgar cree que la mayor¨ªa de sus clientes obvian las cajas de autocobro: ¡°El com¨²n de la gente no quiere pasar por ah¨ª. Creo que a muchos les da pereza pasar el c¨®digo de barras, otros son mayores y no saben hacerlo y otros se niegan porque saben que implica un problema para las trabajadoras. A largo plazo cuando la gente se acostumbre, como ha pasado en las gasolineras en las que repostas t¨² solo, puede que desaparezcamos¡±. Jos¨¦ Luis, el agente comercial de una telef¨®nica, cree que su empresa avanza hacia una ¡°sistematizaci¨®n preocupante¡±: ¡°Cada vez hablamos menos entre trabajadores o con los responsables, todo es muy impersonal. Y, aunque la tecnolog¨ªa haga m¨¢s cosas con el paso de los a?os, nosotros sentimos m¨¢s presi¨®n, con menos descansos¡±. El rechazo social a la automatizaci¨®n es otro factor clave en el transporte, seg¨²n Mart¨ªn. ¡°En Jap¨®n ya tienen la tecnolog¨ªa para automatizar su red ferroviaria al completo, pero la negativa de la poblaci¨®n es uno de los elementos que lo est¨¢ atenuando¡±, a?ade este maquinista, especialista en el proceso de automatizaci¨®n en su sector. ¡°Los aviones vuelan pr¨¢cticamente solos, pero cuesta imaginar que alguien quiera subir a uno que no tenga piloto¡±, a?ade.
Lahera cree que los medios de comunicaci¨®n somos muy responsables de los augurios catastrofistas respecto a la incidencia de las nuevas tecnolog¨ªas en el empleo. ¡°Siempre que aparece una nueva tecnolog¨ªa se incide en las consecuencias que tendr¨¢ en el mercado laboral, pero no se da el mismo altavoz cuando esos pron¨®sticos no se cumplen¡±. Da varios ejemplos: ¡°Por ejemplo, Amazon acaba de anunciar el cierre de varios supermercados con servicio de caja autom¨¢tico, que al salir te cobra directamente. Los drones de reparto de log¨ªstica cada vez se est¨¢n encontrando con m¨¢s problemas y se supon¨ªa que al final de la d¨¦cada pasada la conducci¨®n aut¨®noma estar¨ªa muy implantada, pero todav¨ªa no he visto ning¨²n cami¨®n sin camionero en la carretera. Pero el caso que me parece m¨¢s interesante es el del metaverso: est¨¢ empezando a haber desinversiones, lo que no quiere decir que no se pueda recuperar, pero s¨ª que su implantaci¨®n ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil de lo previsto¡±.
La nueva tecnolog¨ªa que monopoliza la conversaci¨®n p¨²blica es la inteligencia artificial. Scarpetta, desde la OCDE, incide en que tendr¨¢ un efecto rese?able en la transformaci¨®n del mercado laboral, pero no anticipa destrucci¨®n de puestos de trabajo: ¡°A diferencia de otros desarrollos tecnol¨®gicos, va a afectar en gran medida a los empleos de mayor cualificaci¨®n, pero creo que los de menor formaci¨®n ser¨¢n los que experimenten m¨¢s impacto en el largo plazo¡±. El experto de la Universidad Complutense destaca que esta tecnolog¨ªa requiere un despliegue laboral amplio: ¡°Exige un grado alto de trabajadores para aportar la informaci¨®n y los datos con los que la inteligencia artificial interpreta la realidad¡±. Otra barrera de base es que la generalizaci¨®n de algunas de estas tecnolog¨ªas es m¨¢s cara que los costes laborales. ¡°Hoy por hoy, en la mayor¨ªa de los pa¨ªses el trabajo como factor de producci¨®n es menos costoso que la inversi¨®n en las nuevas tecnolog¨ªas sustitutivas¡±, comenta el experto de la OIT.
Cambio en las habilidades
Que la automatizaci¨®n no vac¨ªe de efectivos el mercado laboral no significa que no se avecinen curvas para los trabajadores, especialmente para aquellos que realizan tareas repetitivas, como mover cajas. ¡°Hay una gran diferencia entre lo que hacemos en este almac¨¦n respecto al otro en el que trabaj¨¦¡±, cuenta Garc¨ªa, la trabajadora de un almac¨¦n log¨ªstico muy robotizado. ¡°Antes mont¨¢bamos la caja, le pon¨ªamos el precinto, revis¨¢bamos si estaba todo bien, la cerr¨¢bamos... Ahora todo eso se hace solo. Tambi¨¦n mov¨ªamos cajas de persona a persona y ya no¡±. Gracias a estos desarrollos, cree que en su empresa hay menos personas dedicadas a estas tareas, ¡°pero hay m¨¢s trabajadores pendientes de las m¨¢quinas, de que todo funcione correctamente¡±. El gran desaf¨ªo es que los primeros, cuyas tareas cada vez son menos necesarias, adopten los conocimientos de los segundos. ¡°Como me pilla joven, veo que todav¨ªa tengo margen para adaptarme a otro sector u otras capacidades en el que estoy ahora, pero si fuera mayor creo que todo esto me agobiar¨ªa un poco m¨¢s¡±, comenta Garc¨ªa a sus 28 a?os. A Pulgar, a los 51, efectivamente, le estresa m¨¢s: ¡°Si automatizan todos los cobros en el supermercado, la tarea que queda es la de reponedor, donde las empresas tienden m¨¢s a contratar hombres porque tienen m¨¢s fuerza. Esperemos que no pase¡±.
Sebasti¨¢n cree que la reeducaci¨®n de estos trabajadores es ¡°fundamental¡± para ¡°contrarrestar los efectos disruptivos de la automatizaci¨®n sobre el mercado laboral espa?ol¡±. ¡°Los efectos tan diferenciados que la automatizaci¨®n est¨¢ teniendo seg¨²n el nivel educativo hacen necesario crear programas espec¨ªficos de formaci¨®n y capacitaci¨®n para que aquellos con menos educaci¨®n adquieran las nuevas habilidades que exige el mercado laboral. En un futuro cercano ser¨¢ fundamental que los que actualmente realizan tareas rutinarias y manuales sean capaces de desarrollar tareas abstractas¡±, a?ade.
Esta capacitaci¨®n, inciden los expertos, no se debe centrar solo en adolescentes y j¨®venes, ya que son millones las personas adultas o cerca de la jubilaci¨®n cuyos conocimientos van a quedar obsoletos. ¡°La tecnolog¨ªa es impredecible, pero lo que es seguro es que los trabajadores van a tener que ser m¨¢s adaptables en el futuro. Tenemos que aceptar la idea de pasar toda la vida aprendiendo, ya que los trabajadores van a tener carreras m¨²ltiples, no solo diferentes trabajos. Tambi¨¦n hay que conectar las necesidades de las empresas con la formaci¨®n¡±, a?ade Saliola, que ve necesarias estas acciones y una inversi¨®n ¡°significativa¡± de los gobiernos para conseguir este objetivo. A la vez, defiende la importancia de apoyar a los trabajadores en esta transici¨®n, especialmente a aquellos que necesitan nuevas habilidades para encontrar su lugar en el nuevo ecosistema tecnol¨®gico. ¡°Los gobiernos deben apoyar a las personas en las transiciones laborales, lo que incluye invertir en educaci¨®n, fomentar la reconversi¨®n y mejora de las habilidades y proporcionar redes de seguridad social adecuadas¡±, insiste Grayling.
Lahera apuesta por superar el estereotipo de que las personas de 45 o 50 a?os no se pueden adaptar a nuevos escenarios laborales. ¡°Hay que dise?ar un proceso que no borre sus conocimientos, sino que construya sobre lo que saben hacer. El problema no son ellos no siendo capaces de adaptarse, sino las empresas no encontrando esas f¨®rmulas. Esto hay que cambiarlo¡±. Cree que esto resulta especialmente dif¨ªcil en Espa?a por su tejido productivo, compuesto principalmente por peque?as y medianas empresas ¡°con menos procesos formativos que las grandes¡±. Con todo, el experto de la Complutense advierte de un riesgo intr¨ªnseco en estas ideas: ¡°Una trampa es que si nunca quedamos obsoletos, podemos seguir trabajando y cada vez hay menos empleos con coste f¨ªsico, abrimos la ventana a que se alargue la vida laboral y aumente la edad de jubilaci¨®n¡±.
Espinilla, la trabajadora de una f¨¢brica de autom¨®viles de 39 a?os, se declara ¡°encantada¡± de seguir aprendiendo si es necesario. ¡°Creo que mis compa?eros y yo estamos demostrando que estamos dispuestos a formarnos y desarrollarnos en la direcci¨®n que necesite la empresa. Lo que s¨ª pido es que nos incluyan en el cambio, que formemos parte de ese futuro. Siempre hemos dado lo mejor de nosotros y vamos a seguir haci¨¦ndolo. Que cuenten con nosotros¡±, finaliza.
La tecnolog¨ªa mejora, la productividad y los salarios no
Pese a los desarrollos tecnológicos recientes, la productividad de la economía global lleva estancada desde hace años. “Los esperados aumentos en la productividad del trabajo en base a la inversión en nuevas tecnologías, que hubieran dado lugar a mayores rentas y por ende a un mayor disfrute de horas de ocio, no se han materializado. Y esto se debe a que simplemente no se ha dado esa mejora de la productividad. De hecho, nos encontramos desde hace una década en uno de los periodos de más bajo crecimiento de la productividad del trabajo de la historia”, indica el experto de la OIT. “Algunos creen”, continúa Sánchez “que simplemente las tecnologías actuales no son tan disruptivas como para transformar el modelo de crecimiento de manera radical. Otros piensan que estamos atravesando una fase en la cual los frutos de esas tecnologías no se han materializado, pero que lo harán en el futuro”.
Un debate paralelo al de la productividad es por qué estas mejoras tecnológicas no han repercutido en una mejora de las condiciones de la clase trabajadora. “A día de hoy, observamos una polarización de las rentas tanto a nivel empresarial —con unas pocas empresas dominando sectores enteros— como a nivel de los hogares —incremento sustancial de la inequidad en la mayoría de los países—”. “Esto apunta”, agrega, “a que de las nuevas tecnologías se beneficia solo un conjunto limitado de agentes”.
Lahera complementa este análisis: “Creo que hay una concentración de las ganancias de productividad de estas tecnologías en algunos sectores, que las mejoras solo repercuten en el capital y los accionistas. Que en este nuevo escenario laboral no están llegando a los salarios, y por eso llevan una década estancados en Europa”. Cree que un factor decisivo a este respecto es la pérdida global de poder de los sindicatos: “En los años setenta la diferencia entre el salario de los directivos y de los trabajadores era de entre 6 y 10 veces. Ahora son centenares de veces”.
Amenazados con quedar obsoletos
- En la f¨¢brica de coches en la que trabaja Beatriz Espinilla (39 a?os) hay un robot que transporta las piezas hasta los operarios de la cadena de montaje. ¡°Llevo aqu¨ª 10 a?os y cuando llegu¨¦ ya estaba. S¨¦ que antes lo llevaba un carretillero. Desde que estoy aqu¨ª, que yo sepa, otros puestos que se han automatizado son los que eran m¨¢s lesivos, que implicaban posiciones que acaban haciendo da?o al trabajador¡±, explica. La posibilidad de terminar siendo sustituida por un robot es algo que no le quita el sue?o. ¡°Nos preocupa m¨¢s el desabastecimiento o la crisis de semiconductores¡±, indica. Le parece bien que la tecnolog¨ªa ¡°ayude¡±, pero apuesta por una incorporaci¨®n ¡°con equilibrio¡±. ¡°Creo que las personas siempre vamos a tener que supervisar. Hay muchos procesos, muchos m¨¢s de los que parece, en los que hacemos un trabajo de detalle que es muy dif¨ªcil que lo desarrolle una m¨¢quina. No me imagino c¨®mo un robot puede guarnecer una puerta, que es lo que yo hago ahora. Quiz¨¢ pase en un futuro muy lejano, pero no creo que yo llegue a vivirlo¡±, apostilla.
- Pese a la incertidumbre que la automatizaci¨®n inyecta en su sector, la log¨ªstica, Estefan¨ªa Garc¨ªa (28 a?os) identifica algunas ventajas importantes. ¡°Es m¨¢s productivo as¨ª y hay menos margen de error. Nos equivocamos menos, hacemos menos esfuerzos f¨ªsicos¡ Solo por el hecho de no coger peso, de hacer menos movimientos repetitivos, eso se nota much¨ªsimo en el cuerpo al final del d¨ªa¡±. Agradece especialmente que ahora apenas tiene que agacharse, ya que las cajas llegan a una altura que no exige este movimiento. ¡°Pero claro¡±, matiza, ¡°ves que con todo esto necesitan menos gente. Es un cambio que es normal que no guste. Te puede dar calidad de vida mientras sigues trabajando ah¨ª, pero en el largo plazo es muy posible que acaben prescindiendo de ti. Es que lo que antes hac¨ªamos entre 10 ahora lo pueden hacer 2 personas¡±. Cree que la incorporaci¨®n de la tecnolog¨ªa es ¡°buena¡± y que debe aplicarse con velocidad, pero a la vez pide ¡°que nadie se quede fuera¡±. ¡°S¨¦ que es muy dif¨ªcil, pero por ejemplo un impuesto a la maquinaria cuando sustituya a trabajadores, como se plantea en otros pa¨ªses, ser¨ªa fenomenal¡±, comenta esta vecina de Guadalajara.
- Pilar Pulgar (51 a?os) cree que pagar en una caja autom¨¢tica en un supermercado es ¡°muy fr¨ªo¡±. ¡°No me gusta nada¡±, dice. ¡°Adem¨¢s, como cliente no te supone ni un ahorro, as¨ª que no entiendo para qu¨¦ elegir esa opci¨®n. Tampoco es que sea mucho m¨¢s r¨¢pido¡±, dice esta madrile?a, dedicada a la distribuci¨®n desde hace 20 a?os. ¡°Lo primero que pens¨¦ al ver una de esas cajas autom¨¢ticas es que ¨ªbamos a desaparecer r¨¢pido, pero seguimos aqu¨ª. Creo que a nivel de plantilla somos m¨¢s o menos las mismas que antes¡±, comenta esta madrile?a. Critica que este tipo de servicio no incluye una atenci¨®n personalizada: ¡°No s¨¦, me parece que es la muestra de que algunas empresas solo quieren beneficios, que les da igual que una m¨¢quina se coma al ser humano. Al final las compa?¨ªas tienen la ventaja de saber que la gente no se va a ir al peque?o comercio porque no puede competir en precios¡±. Lamenta, precisamente, que las novedades tecnol¨®gicas que implican ahorro para la empresa no se traduzcan en una ca¨ªda de esos precios o en una mejora de las condiciones laborales. ¡°Conf¨ªo en que esos clientes que tienen feeling conmigo van a seguir prefiri¨¦ndome a m¨ª antes que a una m¨¢quina¡±, finaliza.
- Diego Mart¨ªn (36 a?os) es maquinista y secretario general del Sindicato Espa?ol de Maquinistas Ferroviarios. Desde su posici¨®n, conoce de primera mano qu¨¦ posibilidades hay de que los trenes terminen operando solos: ¡°Esto siempre ha sonado, pero en la industria ferroviaria es muy dif¨ªcil que haya evoluciones r¨¢pidas¡±. Esto se debe a las conexiones entre redes, reguladas por normativas europeas que cambian muy despacio. Sin embargo, hay redes de circuito cerrado, las que no est¨¢n conectadas con las dem¨¢s, en las que la automatizaci¨®n s¨ª se abre paso: ¡°En el Metro de Barcelona hay l¨ªneas que operan de forma autom¨¢tica y pronto tambi¨¦n habr¨¢ en Madrid¡±. Con todo, Mart¨ªn asegura que los trenes nunca operar¨¢n del todo solos: ¡°Siempre tiene que haber personal en el tren. Si se queda tirado entre dos estaciones, a 50 kil¨®metros de cada una, necesitas alguien que sepa c¨®mo volver a ponerlo en marcha¡±. ¡°Cuando empez¨® la alta velocidad en los a?os noventa, todo el mundo dec¨ªa que en 10 a?os todo ser¨ªa alta velocidad. Y 30 a?os despu¨¦s sigue habiendo mucha v¨ªa convencional y es la que m¨¢s pasajeros transporta. Como el coche aut¨®nomo, que parec¨ªa inminente y mira todos los problemas jur¨ªdicos y sociales que est¨¢n teniendo¡±, a?ade.
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