Universidades pondr¨¢ fin a las carreras r¨¢pidas de tres a?os
El ministerio decretar¨¢ el fin de los grados concebidos como una v¨ªa directa al mercado laboral que no ofrecen una formaci¨®n generalista. Hay 60 t¨ªtulos, la mayor¨ªa privados o en Catalu?a
El Gobierno ha decidido que todas las carreras universitarias en Espa?a duren cuatro a?os, salvo estudios sanitarios o t¨¦cnicos a¨²n m¨¢s largos y t¨ªtulos conjuntos con otros pa¨ªses europeos; y que los m¨¢steres sean de uno o dos a?os. El Ministerio de Universidades ha elaborado el borrador de un nuevo decreto de Ordenaci¨®n de las Ense?anzas Oficiales en el Sistema Universitario Espa?ol, al que ha tenido acceso EL PA?S y con el que pone fin a la conocida como ¡°guerra del 3+2¡± (tres a?os de carrera y dos de m¨¢ster).
En Espa?a, los grados de tres a?os son muy minoritarios ¡ªse ofertan unos 24 t¨ªtulos, la mayor¨ªa en universidades de titularidad privada¡ª a diferencia de lo que sucede en el resto de Europa, y solo ha dado tiempo a que se grad¨²en dos promociones. Con esta medida, el ministro de Universidades, Manuel Castells, pretende frenar la creaci¨®n de m¨¢s grados cortos, pensados para la incorporaci¨®n inmediata al mercado laboral, pero que no responden al esp¨ªritu de un grado, que es el de proporcionar conocimientos generalistas de un ¨¢rea para luego especializarse en un m¨¢ster.
Las universidades que tienen grados de tres a?os ¡ªla mayor¨ªa en Catalu?a¡ª tendr¨¢n que adaptarse y alargarlos un a?o m¨¢s. Muchos campus privados tambi¨¦n han creado titulaciones cortas, por ejemplo en Gastronom¨ªa; otros p¨²blicos, como la Universidad de Salamanca, en Estudios Globales. La duraci¨®n del grado es la piedra angular del decreto, que tambi¨¦n potencia las carreras con menci¨®n dual ¡ªtejidas con la empresa¡ª, regula los grados abiertos y los ciclos sucesivos o audita, por primera vez, los t¨ªtulos para reciclarse laboralmente que expiden los campus.
Adi¨®s al 3+2
La matr¨ªcula de los m¨¢steres en Espa?a (con un precio que oscila desde 590 euros a 2.800 euros este curso) es mucho m¨¢s costosa que la de los grados (de 518 euros a 1.660 euros) y por eso los estudiantes han sido desde hace siete a?os muy reticentes al 3+2. Esa f¨®rmula implicaba que, para alcanzar una formaci¨®n completa, los alumnos deb¨ªan cursar un m¨¢ster de dos a?os que les permitiera tener una formaci¨®n de cinco, que era lo habitual hasta ese momento. Como resultado, los estudiantes se ve¨ªan forzados a costear un a?o m¨¢s de posgrado. Al descontento estudiantil se sum¨® el de los sindicatos, a los que no convenc¨ªa que los profesores impartiesen menos horas de clase en el grado. El nuevo decreto consolida la f¨®rmula 4+1 (cuatro a?os de grado y uno de m¨¢ster).
El Ministerio de Universidades considera que mientras no se reduzca el precio de los m¨¢steres ¡ªlas tarifas las deciden los gobiernos aut¨®nomos, que reclaman m¨¢s financiaci¨®n para compensar la bajada¡ª un posgrado de dos a?os obstaculiza el desarrollo profesional de quienes cuentan con menos recursos.
En la ¨²ltima d¨¦cada han desaparecido en Espa?a las diplomaturas de tres a?os (Enfermer¨ªa, Magisterio o las ingenier¨ªas t¨¦cnicas) y las licenciaturas que duraban cinco a?os se redujeron a cuatro ¡ªsalvo excepciones¡ª y se rebautizaron como grados. A cambio, las universidades comenzaron a impartir m¨¢s m¨¢steres, entre ellos los llamados habilitantes, obligatorios para ejercer, por ejemplo, de abogado o de profesor de educaci¨®n secundaria. Se impuso, por tanto, el formato 4+1 ¡ªel de Estados Unidos y Asia¡ª frente al 3+2, m¨¢s generalizado en el resto de Europa.
Pero en 2015, buscando la llegada de alumnos extranjeros, el Gobierno del Partido Popular, con Jos¨¦ Ignacio Wert al frente del Ministerio de Educaci¨®n, aprob¨® un decreto que permit¨ªa implantar grados de tres a?os ¨D¡°los planes de estudios tendr¨¢n entre 180 y 240 cr¨¦ditos¡±, se afirmaba en el texto (60 cr¨¦ditos equivalen a un curso)¡ª acompa?ados de m¨¢steres de dos. Los estudiantes, empobrecidos con la crisis econ¨®mica, salieron a las calles para protestar en las mareas verdes.
Wert tampoco sedujo a la conferencia de rectores de universidades (CRUE), con quienes mantuvo una p¨¦sima relaci¨®n en a?os de recortes. Estos consideraron que se necesitaba ¡°una evaluaci¨®n previa¡± antes de implantar los tres a?os y, divididos entre ellos, acordaron en febrero de 2015 una moratoria de tres a?os sin t¨ªtulos cortos. Aunque algunas universidades no esperaron y comenzaron en el curso 2016-2017 a ofertar alg¨²n grado menguado. El Consejo General de Universidades ¡ª¨®rgano formado por el ministerio y los rectores¡ª acord¨® en 2017 que solo se crear¨ªan carreras que atendiesen a necesidades del mercado y hubo que esperar al 2018-2019 para que por fin proliferaran.
Con el nuevo decreto, las universidades catalanas tendr¨¢n que alargar una veintena de grados de tres a?os enfocados a las nuevas tecnolog¨ªas y el dise?o digital (videojuegos, animaci¨®n o aplicaciones web). Este curso, por ejemplo, se est¨¢ impartiendo el grado en Bioinform¨¢tica, con apenas 40 plazas, en ingl¨¦s y dividido entre las universidades de Barcelona, Pompeu Fabra y Polit¨¦cnica de Catalu?a. Los alumnos ya matriculados continuar¨¢n con su plan de estudios de tres cursos y este tendr¨¢ que modificarse cuando el t¨ªtulo tenga que reacreditarse ante las agencias de evaluaci¨®n, algo que ocurre cada seis a?os. Es decir, la mayor¨ªa de los grados que se aprobaron se readaptar¨¢n antes del curso 2023-2024.
Juan Hern¨¢ndez Armenteros, profesor de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad de Ja¨¦n, cree que los grados de tres a?os no pod¨ªan progresar. ¡°En 2010 y 2011 hubo muchas presiones para los grados de cuatro a?os. Sobre todo de los colegios profesionales [los peritos y las enfermeras quer¨ªan ser graduados], y tambi¨¦n del profesorado, que no quer¨ªa perder desarrollo curricular¡±.
El pasado mayo, el Ministerio de Universidades plante¨® en un borrador abrir la puerta a m¨¢s carreras de tres a?os que se focalizasen en ¡°aquellos ¨¢mbitos de conocimiento cient¨ªfico, tecnol¨®gico, human¨ªstico y cultural que respondan a las nuevas demandas sociales, laborales y econ¨®micas¡±, se se?alaba en ese texto. Pero los sindicatos le reprocharon haber llevado el borrador a consulta p¨²blica sin negociar y el proceso se paraliz¨®.
Se resta importancia al trabajo final
Antes de la Declaraci¨®n de Bolonia, que se implant¨® en 2011, tan solo las titulaciones del itinerario de las ingenier¨ªas y arquitecturas obligaban a presentar un trabajo de fin de carrera, pero desde entonces se requiere en todos los ¨¢mbitos de conocimiento.
El Ministerio de Universidades, no obstante, resta algo de peso a esta formaci¨®n pr¨¢ctica. Como m¨ªnimo supondr¨¢ 6 cr¨¦ditos del t¨ªtulo y de m¨¢ximo un 10% del total, cuando ahora es un 12,5%. Los m¨¢steres de ingenier¨ªa podr¨¢n empezar a cursarse sin haber defendido el trabajo de grado.
Comisiones Obreras, el sindicato mayoritario en la Universidad, critic¨® duramente el 3+2, que en su opini¨®n ¡°castiga a los estudiantes con menos recursos y favorece el mercado de t¨ªtulos de posgrado en universidades privadas¡±.
Menos especializaci¨®n
?Tiene sentido que Gastronom¨ªa o Videojuegos sea un grado universitario en lugar de un grado superior de Formaci¨®n Profesional? El ministerio cree que se quiere cubrir con el marchamo de la Universidad el acceso r¨¢pido a profesiones. El esp¨ªritu de un grado es dotar de contenidos s¨®lidos y generalistas, para luego especializarse en el m¨¢ster. Por ejemplo, ser ingeniero inform¨¢tico (cuatro a?os) y cursar un m¨¢ster de un a?o en seguridad.
En Espa?a, estudiar una carrera era sota, caballo y rey durante varias generaciones. Las universidades se ajustaban al Cat¨¢logo de T¨ªtulos Oficiales del Ministerio de Educaci¨®n ¡ªpor ejemplo, Derecho, Medicina o Enfermer¨ªa¡ª. Hasta que la implantaci¨®n del Plan Bolonia (promovido desde Europa para homogeneizar la formaci¨®n superior) permiti¨® a las instituciones que dise?asen sus titulaciones (auditadas por el Gobierno central y el auton¨®mico). Estall¨® entonces una guerra por ofertar el t¨ªtulo m¨¢s espec¨ªfico y atractivo a los estudiantes: Videojuegos, Criminolog¨ªa o Protocolo. Espa?a ha pasado de tener 116 licenciaturas y diplomaturas a 365 carreras distintas, mientras los t¨ªtulos suman 3.008 en toda Espa?a por su diferente nomenclatura.
Toda esa evoluci¨®n fue hecha sin ning¨²n amparo normativo, de forma que el nombre de las carreras de Humanidades se ha multiplicado por seis (de 20 t¨ªtulos ha pasado a 120) o las ingenier¨ªas por dos (de 50 a 104), seg¨²n datos del Observatorio del Sistema Univesitario. Los rectores son conscientes de que esta fiebre de t¨ªtulos tiene que frenarse y de que debe quedar claro qu¨¦ se ense?a y c¨®mo.
En la actualidad, cada t¨ªtulo est¨¢ adscrito a una de las cinco ramas de conocimiento ¡ªCiencias Sociales, Ciencias Naturales, Ingenier¨ªas, Humanidades y Ciencias de la Salud¡ª pero el nuevo decreto fuerza a ser a¨²n m¨¢s espec¨ªfico: el grado debe etiquetarse dentro de uno de los 25 ¨¢mbitos de conocimiento especificados.
La idea de la Declaraci¨®n de Bolonia era crear un ¡°sistema de titulaciones f¨¢cilmente comprensible y comparable¡±, pero el tiempo ha demostrado que es un embrollo. El Observatorio del Sistema Universitario, que agrupa a docentes de las universidades p¨²blicas de Barcelona, es muy cr¨ªtico en su estudio Grados universitarios: ?cu¨¢ntos y cu¨¢les?, de 2019: ¡°Se tiene menos referencias, lo cual puede implicar dificultades en la elecci¨®n de carrera o en la contrataci¨®n de personal¡±.
Grados abiertos
Desde hace a?os, las universidades Pompeu Fabra y Carlos III permiten al estudiante escoger en los primeros dos cursos materias de cualquier carrera de Humanidades y Ciencias Sociales o dentro de las distintas ingenier¨ªas, pero sin atenerse a ninguna normativa. El nuevo decreto estipula que solo pueden ofertarse un 10% de plazas con esta peculiaridad, ya que es muy complejo cuadrar los horarios de estos alumnos y los itinerarios. ¡°Los grados abiertos deben combinar materias de, como m¨ªnimo, tres grados de la misma rama de conocimiento¡±, se?ala el documento.
El peligro es abarcar tanto que al final no se sepa de nada. Cristina Gelpi, vicerrectora de la Universidad Pompeu Fabra, sostiene que ¡°en la transversalidad ayuda mucho trabajar por proyectos docentes para que el resultado no sea una suma de piezas desconectadas, [y el alumno se convierta en] un aprendiz de nada. Hay que adquirir unas competencias comunes y unos fundamentos¡±.
Los estudiantes tendr¨¢n que estar tutorizados. Francisco Mora, rector de la Polit¨¦cnica de Valencia, explica que su universidad se dio cuenta de que los alumnos de Bachillerato no saben diferenciar ingenier¨ªas y de que es posible frenar el abandono d¨¢ndoles la oportunidad de acercarse a distintas especialidades en los primeros cursos. Este a?o se han puesto en marcha tres grados abiertos en Galicia.
Ciclos sucesivos para ingenieros. Las polit¨¦cnicas han logrado que el trabajo de fin de grado no sea una cortapisa para proseguir los estudios de ingenier¨ªa que son eternos por su dificultad. El decreto afirma que ¡°se podr¨¢ acceder a los estudios de m¨¢ster sin haber superado el grado vinculado si los ¨²nicos cr¨¦ditos que restan por superar son los que corresponden al trabajo final de grado y una asignatura de seis cr¨¦ditos¡±. Antiguamente, los estudiantes de Ingenier¨ªa afrontaban seis cursos y un proyecto de fin de carrera antes de titularse. Con Bolonia, el proceso se dividi¨® en dos ¡ªhay que terminar un m¨¢ster de a?o y medio o dos a?os para firmar proyectos como ingeniero¡ª, lo que ha desanimado a muchos potenciales alumnos y a sus familias. Las vocaciones t¨¦cnicas, de hecho, han ca¨ªdo un 30% en dos d¨¦cadas.
Formaci¨®n permanente. En las universidades, especialmente las a distancia, se ofertan t¨ªtulos de experto en algo preciso ¡ªpor ejemplo, en protecci¨®n de datos¡ª que no habilitan para ejercer ni son titulaciones oficiales, pero tienen una enorme demanda. Nadie controla su calidad. El actual decreto fuerza a que todos los t¨ªtulos tengan a un responsable de plantilla y una programaci¨®n aprobada: que no se d¨¦ gato por liebre.
El reto de implicar a las empresas en los estudios
El ministerio ha estipulado que para que tengan una menci¨®n dual, ¡°la parte pr¨¢ctica en empresa debe ocupar entre el 25% y el 50% de los cr¨¦ditos en los t¨ªtulos de cuatro a?os¡±. En el caso de los posgrados, ¡°al menos un 40% de los cr¨¦ditos o al menos 30 cr¨¦ditos¡±. Dentro de estos m¨ªnimos deber¨¢ incluirse el trabajo fin de grado o de m¨¢ster.
Juan Armenteros, profesor de Econom¨ªa Aplicada, cree que el modelo vasco no es extensible al resto de Espa?a. ¡°No hay ese tejido productivo. En la mayor¨ªa de las pr¨¢cticas de tercero y cuarto de carrera, el seguimiento de la empresa y la universidad es muy laxo, es puntual¡±, compara.
El Pa¨ªs Vasco cuenta con un 20% de grandes empresas y una cultura del aprendizaje in situ enorme, como se ha puesto de manifiesto en la implantaci¨®n de la Formaci¨®n Profesional Dual. Antonio Abril, presidente de la Conferencia de Consejos Sociales de las universidades (el puente entre los campus y la empresa) y exsecretario general de Inditex, recuerda que el 95% de las empresas tienen menos de 10 trabajadores y ofrecen trabajos de bajo nivel tecnol¨®gico m¨¢s acordes a lo que poseen los titulados en FP.
La prueba piloto vasca arranc¨® en 2011 en el Instituto M¨¢quina Herramienta, que traslad¨® a la regi¨®n el modelo dual alem¨¢n. Entre el 20% y el 50% de los cr¨¦ditos se aprueban all¨ª con la pr¨¢ctica.
Para que el sistema funcione una empresa tiene que acoger al estudiante; un tutor en la empresa y otro en la universidad ¡ªformados ambos¡ª tienen que ense?arle las destrezas y por ¨²ltimo una agencia externa acredita los estudios.
Otras autonom¨ªas est¨¢n interesadas en implantar la menci¨®n dual. Es el caso de las tres universidades de la Regi¨®n de Murcia. Su intenci¨®n es que durante los dos ¨²ltimos a?os de la carrera, parte de los alumnos cursen el 25% de los cr¨¦ditos en una empresa de forma remunerada.
Fe de errores: en una primera versi¨®n se afirmaba que en Espa?a hay 6 titulaciones de grado cuando en realidad son este a?o 24.
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