Un d¨ªa para la educaci¨®n y una generaci¨®n para el cambio
Las ni?as encuentran m¨¢s y mayores barreras para acceder a su derecho a la educaci¨®n: hay 130 millones de entre 6 y 17 a?os fuera de la escuela
La Asamblea General de las Naciones Unidas ha declarado el D¨ªa Internacional de la Educaci¨®n, que se conmemorar¨¢ cada 24 de enero, con el objetivo de celebrar el rol de la educaci¨®n en la paz y el desarrollo. Un d¨ªa para subrayar en el calendario la importancia de la educaci¨®n en la construcci¨®n de sociedades m¨¢s justas, m¨¢s democr¨¢ticas e igualitarias.
La educaci¨®n inclusiva y de calidad es un derecho humano fundamental, esencial para la realizaci¨®n de todos los dem¨¢s derechos, y as¨ª se reconoce en el art¨ªculo 28 de la Convenci¨®n de los Derechos del Ni?o. Es tambi¨¦n uno de los principales objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030, que advierte que, sin el acceso al derecho a la educaci¨®n, es imposible que las sociedades prosperen.
En los pa¨ªses en desarrollo, una de cada cuatro ni?as no va al colegio
Sin embargo, este d¨ªa debe servir tambi¨¦n para reivindicar un derecho especialmente vulnerado en el caso de las ni?as, que encuentran m¨¢s y mayores barreras para acceder a su derecho a la educaci¨®n: hay 130 millones de ni?as de entre 6 y 17 a?os fuera de la escuela. En los pa¨ªses en desarrollo, una de cada cuatro ni?as no va al colegio. Estamos perdiendo su potencial, tambi¨¦n en t¨¦rminos econ¨®micos: el coste de que las ni?as no tengan acceso a 12 a?os de educaci¨®n de calidad, seg¨²n el Banco Mundial, se calcula entre los 15 y los 30 billones de d¨®lares en p¨¦rdida de productividad y ganancias para los pa¨ªses.
En Espa?a conmemoramos este primer D¨ªa Internacional de la Educaci¨®n en un momento clave para el cambio, en el que est¨¢ en proceso de tramitaci¨®n una reforma de la Ley de Educaci¨®n. Un momento en el que tenemos la oportunidad de incluir una perspectiva de g¨¦nero real para una educaci¨®n inclusiva de calidad, que sirva para superar los roles de g¨¦nero, y permita a las chicas desarrollarse, aprender, liderar, decidir y prosperar en igualdad.
A los cuatro a?os, los ni?os y ni?as ya tienen una clara percepci¨®n de lo que la sociedad espera de ellos en funci¨®n de su g¨¦nero; a los seis a?os muchas ni?as piensan que son menos inteligentes que los ni?os. Las desigualdades comienzan muy pronto, pero pueden atajarse desde la primera infancia. El colegio no debe reproducir los estereotipos de g¨¦nero perjudiciales presentes en la sociedad. Por eso, desde Plan International consideramos fundamental la atenci¨®n y educaci¨®n infantil, de cero a seis a?os, con enfoque de g¨¦nero y con un curr¨ªculo de calidad, que tenga en cuenta las necesidades de ni?os y ni?as m¨¢s vulnerables y excluidos.
El coste de que las ni?as no tengan acceso a 12 a?os de educaci¨®n de calidad, seg¨²n el Banco Mundial, se calcula entre los 15 y los 30 billones de d¨®lares
Tambi¨¦n necesitamos materiales educativos que generen referentes representativos para todos los ni?os y las ni?as y en todas las disciplinas. La falta de enfoque de g¨¦nero se hace especialmente evidente en el caso de las STEM: ciencia, tecnolog¨ªa, ingenier¨ªa y matem¨¢ticas. En Espa?a, s¨®lo el 7,6% de los referentes culturales y cient¨ªficos que aparecen en los libros de texto de la ESO son mujeres. Un desequilibrio que tiene su reflejo a la hora de elegir en la universidad: hay un 38% de chicos que optan por las carreras STEM, frente a un 15% de chicas, seg¨²n el estudio Cient¨ªficas en Cifras. Pero esa brecha ya comienza en la secundaria, cuando la proporci¨®n de chicas que quieren estudiar ciencias a los 15 a?os es tres veces menor que la de chicos.
A medida que una ni?a crece y va aumentando su participaci¨®n e independencia, se enfrenta a un riesgo de acoso y violencia en el entorno escolar mucho mayor. Es clave que la legislaci¨®n educativa incorpore mecanismos de prevenci¨®n, detecci¨®n y respuesta ante la violencia escolar, lo que incluye la violencia de g¨¦nero, los castigos corporales y el acoso escolar. De esta forma, se reforzar¨ªa lo contemplado en el anteproyecto de ley org¨¢nica de protecci¨®n integral a la infancia y a la adolescencia frente a la violencia, en el que hemos trabajado con el Gobierno desde las organizaciones de infancia.
El final de la adolescencia es la etapa de cambio y paso a la edad adulta en la que las chicas deber¨ªan poder aprovechar todas las oportunidades de conseguir independencia econ¨®mica y jugar un papel en el mundo laboral. No obstante, es cuando ellas m¨¢s abandonan: tres de cada cuatro j¨®venes de entre 15 y 24 a?os en todo el mundo que no estudian, trabajan ni reciben formaci¨®n profesional son ni?as. La formaci¨®n t¨¦cnica y digital, junto con las habilidades trasversales, son la clave para la inserci¨®n de ni?as y j¨®venes en el futuro mercado laboral, seg¨²n nuestro informe Mujeres j¨®venes ante el empleo. Girls get equal job. La ley tambi¨¦n tiene la oportunidad de garantizar que la formaci¨®n profesional tenga como objetivo brindar oportunidades de futuro a los y las j¨®venes, especialmente de las mujeres j¨®venes, para que jueguen el papel que les corresponde en el desarrollo econ¨®mico y social de los pr¨®ximos a?os.
Ya tenemos un d¨ªa para defender la educaci¨®n, y tambi¨¦n una generaci¨®n para conseguir el cambio. Una generaci¨®n de ni?as que pueda disfrutar de su derecho a acceder a una educaci¨®n de calidad, en entornos escolares seguros y libres de prejuicios de g¨¦nero, que puedan desafiar las normas sociales discriminatorias y sean capaces de promover la igualdad de g¨¦nero, junto con sus compa?eros. Igualdad y educaci¨®n son dos motores de cambio indispensables, por eso, este 24 de enero, debemos poner el foco en esta necesaria interrelaci¨®n: sin una educaci¨®n en igualdad, no llegaremos a cumplir lo prometido para 2030.
Concha L¨®pez es la directora general de Plan International Espa?a.
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